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2012:
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¿Apocalipsis
ahora, principio del fin?
Hernando
Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@elhospital.org.co
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En El Apocalipsis, los últimos 7 ángeles destruyen
la vida en la Tierra por orden de Dios: "Vi en el cielo
otra señal, grande y admirable: siete ángeles
que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas
se consumaba la ira de Dios". Exposición "Apocalipsis
2012", Museo U de A. Foto: Rodrigo Peláez
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| Y
así, algún día caerán las poderosas
murallas del poderoso universo rodeadas por completo por las
fuerzas hostiles y afrontarán la degeneración
y se convertirán en ruinas, decía Lucrecio.
Nostradamus, hace más de 500 años predecía:
Grande será de sangre la efusión
y anunciaba un cataclismo para 2012; los mayas hasta le pusieron
fecha al apocalipsis: 21 de diciembre de este año. Desde
el principio, el hombre ha imaginado el fin. ¿Cuándo
vendrá? ¿Perecerá el hombre por acabar
el mundo, o el mundo se acabará por no tener hombres
que lo habiten? |
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Más
de uno le ha extendido partida de defunción al mundo.
Así como las 5 grandes extinciones masivas que ha sufrido
la Tierra no tuvieron predicciones conocidas, más de
una profecía ha resultado falsa alarma. El
ingeniero civil Harold Camping, de 90 años de edad, estudió
por 54 años la Biblia para predecir que en 1994 volvería
Jesús a la tierra. Como Cristo lo hiciese quedar mal,
corrigió el error y pospuso el juicio final para el período
del 21 de mayo al 21 de octubre de 2011, cuando habría
el mayor terremoto de la historia, y dijo: Las tumbas
se abrirán y los restos de las personas que murieron
como verdaderos creyentes y seguidores de Dios resucitarán
y se irán al cielo.
Los cuerpos de los que no se salvarán serán lanzados
sobre estiércol y arena, y sus restos se desintegrarán
de la vergüenza ante los ojos de Dios; serán comidos
por los gusanos y los animales. Más atinados en
sus profecías pre-científicas, los mayas registraron
4 destrucciones en las cuales los hombres son devorados sucesivamente
por jaguares, por un huracán, por una erupción
volcánica y por un diluvio. |
En
el Calendario del Largo Conteo Maya, el 21 de diciembre de 2012
será el fin de la actual civilización humana,
sin calamidad global, pero con una nueva conciencia cósmica
y espiritual.
Su purificación de la Tierra" pasa por el
declive de un mundo de odio y materialismo desde el sábado
22 de diciembre de 2012, por la aparición de un gran
anillo de fuego, eclipse total de sol el 11 de agosto de 1999,
la alineación de varios planetas del sistema solar en
puntos zodiacales, por un caos climático sin precedentes
debido al aumento de la radiación solar y a las acciones
humanas autodestructivas, por un derretimiento de los polos,
ya visto en el reciente desprendimiento de un bloque de hielo
polar del tamaño del estado de Tlaxcala (Méjico),
y la postrera llegada de un cometa que amenazará la existencia
del hombre. |
Códice maya de Madrid. Fxposición
"Apocalipsis 2012", Museo U de A. Foto: Rodrigo
Peláez
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| Se
dice que muchos códices mayas con predicciones y cálculos
astronómicos, escritos en el siglo XVI a la llegada de
los españoles a la península de Yucatán,
fueron destruidos por órdenes de Fray Diego de Landa
en julio de 1562. Fray Bartolomé de las Casas lamentó:
Estos libros fueron vistos por nuestros clérigos,
y yo aún pude ver restos quemados por los monjes, aparentemente
porque ellos pensaron que podrían dañar a los
indígenas en materia de religión, ya que se encontraban
al inicio de su conversión. |
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Apocalipsis: ¿pasado,
presente o futuro?
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La mayoría de interpretaciones históricas del
Apocalipsis, sitúan su redacción en tiempos de
Nerón, y creen que la mayor parte de sus profecías
se cumplió en el año 70 después de Cristo,
durante la guerra judía, el sitio y la destrucción
de Jerusalén. Se señala la caída del imperio
romano en manos de los bárbaros como su más clara
realización. Para otros, éste fue escrito en 90
d.C. y su cumplimiento está por venir. |
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Otros
interpretan a la Bestia
como un superpoder mundial totalitario que
dominaría mentes, Estados y culturas.
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| Juan
lo escribió en medio de la persecución del imperialismo
romano contra los cristianos. Por ello pone a Cristo como rey
de reyes y señor de señores y fustiga con
el nombre de La Bestia al emperador romano y con
él a todos los tiranos del mundo, predice la destrucción
del poder opresor y de Jerusalén en la batalla final
de Armagedón, entre las fuerzas del bien y del mal, y
al fin de la cual se abrirá el cielo, Jesucristo aparecerá
triunfante para salvar a su pueblo y restaurará su reino
en una Nueva Jerusalén. Otros interpretan a la Bestia
como un superpoder mundial totalitario que dominaría
mentes, Estados y culturas. |
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| Un mundo con muchos finales |
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La exposición
2012 Apocalipsis, del Museo de la Universidad de
Antioquia, dirigida por el profesor Fernando León Valencia,
muestra las 5 extinciones globales que ha vivido el planeta
Tierra.
Primera, hace 440 millones de años, muere 95% de las
especies marinas por enfriamiento global. Segunda, hace 370
millones de años, muere 70% de las especies vivas, por
impacto de un asteroide o por un cambio climático. Tercera,
hace 250 millones de años, un vulcanismo masivo o un
meteorito, liberó gases tóxicos y mató
a 90% de las especies vivas. Cuarta, hace 210 millones de años,
por actividad volcánica masiva muere 23% de los reptiles
e invertebrados. |
Quinta, hace 65 millones
de años, un asteroide levantó una gigantesca nube
de polvo que ocultó el sol, mató a los dinosaurios
y a 17% de las familias de seres vivos.
¿Habrá una sexta extinción?
Los científicos prevén varias formas en
que el mundo desaparecería: por una destrucción
del campo magnético que protege al planeta, previsible
en un lapso de 2.000 años; por una glaciación
debida al cambio de la distancia de la tierra al sol; por calentamiento
global que acabaría con la capa de ozono; por un Big
Rip: materia y energía del universo se expanden hasta
disolverse; por el efecto contrario: Big Crunch: el universo
se comprime hasta destruirse; o por un improbable Big Bounce:
combinación de expansión y compresión.
En estas posibilidades cabe una expansión gradual del
sol, el cual en un lapso de 500 millones de años se volvería
una gigante roja, luego se expandiría hasta volverse
una enana blanca y finalmente un agujero negro que devoraría
la tierra y sus vecindades.
¿Cómo será peor: en el agujero negro, en
la guerra de la serpiente Gokcihr del mazdeísmo, que
desciende a la tierra en un rayo para aniquilar a los seres
malignos, en el gran terremoto islámico con oscurecimiento
del sol y empañamiento de los astros (como en el Apocalipsis
de Juan), en un universo destruido por el fuego mítico
hinduista y devuelto por un diluvio al océano primigenio,
o en la batalla final entre dioses, gigantes y demás
seres de la mitología nórdica? ¿Será
cierto, como dicen las escrituras hindúes, que todos
los seres mortales estamos destinados a pasar a través
de 4 grandes épocas en cada ciclo de creación
y destrucción? Tres de ellas ya habrían pasado:
Satya Yuga, era dorada, llena de paz y de iluminación
espiritual; la edad plateada o Treta Yuga, más corta
y menos armoniosa; Dwapara Yuga o edad de bronce, en donde lo
espiritual cede ante lo material; y la cuarta: Kali Yuga o edad
de la obscuridad, la guerra, el sufrimiento y el colapso de
la civilización, que vivimos hoy. |
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Se sobredimensionó
el fin del mundo, dice la ciencia |
Cuando se habla del fin
del mundo y se piensa en la magnitud de lo que ello sería,
la posibilidad de que ocurra es muy bajita, declaró
a EL PULSO el físico Jorge Iván Zuluaga, coordinador
del pregrado en Astronomía de la Universidad de Antioquia
y expositor de conferencias sobre las teorías del fin
del mundo.
El vaticinio de que el 21 de diciembre, por ejemplo, caiga
un meteorito u ocurra una erupción volcánica,
no tiene en cuenta la magnitud de esos eventos, que si bien
son masivos y pueden ser desastrosos, no tienen el poder de
destruir todo el planeta ni de acabar con toda la humanidad,
argumentó el catedrático. |
Ninguna predicción sobre
el fin del mundo en los últimos 2.000 años coincidió
con un evento catastrófico, pues predecir el futuro
es muy complicado, cuando a duras penas la física y
la astronomía con sus métodos cuantitativos
se acercan a la predicción. Físico Jorge
Iván Zuluaga.
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El físico
expresó: Los eventos naturales que vemos son más
cercanos a la realidad que los escenarios apocalípticos
que nos pintan las historias de la cultura popular y aún
así, las escalas de tiempo son mayores que las consideradas
de centenares o miles de años, no ocurren de la noche
a la mañana. Hay escenarios que la ciencia conoce y pueden
desencadenarse por efectos antropogénicos o naturales,
pero aunque un posible cambio climático pueda deteriorar
la calidad de vida de la humanidad y disminuir en forma considerable
la biodiversidad, no amenaza en verdad la vida ni a la tierra
ni al hombre, porque la vida tiene una inmensa capacidad de
adaptación; es posible que lo que haya que cambiar es
la manera como habitamos el planeta.
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| Y explicó:
Hay cambios que incluso han ocurrido en el pasado, algunos
muy severos como una glaciación que puede desencadenarse,
pero las posibilidades reales son impredecibles. La idea de
un fin del mundo está dentro de nuestros genes, forma
parte de la naturaleza humana, la cual nos permite ser conscientes
del futuro y de nuestras propias limitaciones en el tiempo;
por eso es difícil acabar con eso, predicciones del fin
del mundo las hay desde el principio de la civilización.
Debemos incrementar el acceso a información más
precisa sobre la real dimensión de los eventos, para
poder entenderlos y tranquilizarnos, pero siempre habrá
gente que siga consumiendo esa información, así
se le entreguen alternativas aterrizadas. |
Agregó que
ninguna predicción sobre el fin del mundo en los últimos
2.000 años ha coincidido con un evento catastrófico,
pues predecir el futuro es muy complicado, cuando a duras penas
la física y la astronomía con sus métodos
cuantitativos se acercan a la predicción.
Advirtió el físico: Tenemos que entender
que la biosfera de la Tierra es un sistema complejo, con un
equilibrio muy delicado, que no depende de volcanes ni del sol
ni del interior de la tierra, sino de la propia vida. Como no
sabemos exactamente lo que mantiene ese equilibrio, no podemos
actuar irresponsablemente, buscando beneficios de los que se
puede prescindir, sin saber si tocaremos los elementos que lo
mantienen. Si esa extensión verde inmensa de la selva
amazónica será una de las fuentes fundamentales
de desequilibrio, el hombre tiene que pensar que por prudencia
no debe tocarla, ante la mínima sospecha de su vulnerabilidad. |

La biosfera de la Tierra es un sistema con un equilibrio
muy delicado, que no depende de volcanes ni del sol ni del
interior de la tierra, sino de la propia vida. Como no sabemos
qué mantiene ese equilibrio, no podemos actuar irresponsablemente.
Físico Jorge Iván Zuluaga
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Finalmente, dijo que
pueden ocurrir renacimientos espirituales, pero no obedecen
a ciclos, a periodicidades como las observadas en el cielo,
sino a fenómenos que emergen en ciertas crisis de la
historia humana: En la Segunda Guerra Mundial la humanidad
reflexionó sobre la manera en que estaba haciendo las
cosas, se crearon hechos positivos, la economía estuvo
un poco mejor; al descubrir el agujero en la capa de ozono,
la gente se volvió más consciente en sentido ambiental,
se incrementó la educación, etc., pero no son
momentos cíclicos ni predecibles. Por eso, dudo mucho
de que los mayas hayan sido capaces hace siglos de predecir
cualquiera de los eventos ocurridos en los últimos años.
Es más bien un asunto cultural, un deseo inconsciente
de los seres humanos de poder tener el control de cosas que
son incontrolables e impredecibles.
El fin del hombre: ¿Quién
nos salvará de nosotros?
Puede que estemos a punto de entrar en un futuro
post-humano, dice Francis Fukuyama en su libro El
fin del Hombre, donde advierte: El mundo podrá
acabarse o no acabarse y es también responsabilidad nuestra,
pero si hay algo más vulnerable que la tierra, que el
universo y que la vida es la dignidad humana, hoy más
amenazada que la capa de ozono o el campo magnético.
En una carrera tecnológica que nos deshumaniza, estamos
demasiado preocupados por un posible fin del mundo, pero del
todo distraídos y confiados ante un real y visible fin
del hombre.
En Estados Unidos, dice Fukuyama, aumentó la expectativa
de vida de 48.3 años en hombres y 46.3 en mujeres en
1990, a 74.2 y 79.9 respectivamente en el año 2000, la
biotecnología humana ya venció los atajos hacia
la inmortalidad: genoma humano, células madres, clonación,
bebés de diseño
¿y qué?
El científico citado señala que con todos estos
avances, la relación de las personas con la muerte
también cambiará. (
) ¿Se aferrará
(la gente) con desesperación a la vida que la biotecnología
le ofrece? ¿O quizá la perspectiva de una vida
interminable y vacía parecerá sencillamente insoportable?.
Cabe recordar, por ejemplo, la experiencia de ese modo de vida
al parecer perfecto, ya planteado en Un mundo
feliz, de Aldous Huxley.
En fin, podemos elucubrar sobre todas las formas posibles del
fin del mundo y sobre la manera de librarnos de cataclismos,
glaciaciones, guerras e invasiones extraterrestres
pero,
¿quién podrá librarnos de nosotros mismos?. |
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Fin del mundo, ceguera total
Hernando
Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@elhospital.org.co
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Con su novela de ciencia-ficción
El día de los trífidos, el cuentista
británico John Wyndham predice en 1951 las consecuencias
de una biotecnología deshumanizada. Un cometa enceguece
a las personas y las deja a merced de una planta carnívora,
en una alegoría de la ceguera moral del hombre. Leamos
algunos extractos:
Sólo por accidente no asistí al fin del
mundo; bueno, el mundo que había conocido durante treinta
años. |
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A casi todos los
sobrevivientes les pasó lo mismo. Está en la naturaleza
de las cosas que haya siempre un buen número de enfermos
en los hospitales: la ley de los promedios había decidido
la semana anterior que yo fuese una de esas personas.
(
) Las descripciones llegadas desde todos los puntos del
Pacífico hablaban de una noche iluminada por meteoros
verdes, «a veces en lluvias tan apretadas que el cielo
parece caer sobre nosotros». Y así fue, si uno
lo piensa. (
) |
Estoy ciego. Sí,
lo estoy. Ciego como un topo. Todos están ciegos como
topos. ¿Vio las estrellas verdes? -No. --admití.
-No las ha visto; no está ciego. Todos las vieron --el
hombre hizo un amplio y expresivo ademán--, y todos están
ciegos. Cometa de...
(
) Se han publicado numerosas teorías sobre la
repentina aparición de los trífidos. La mayoría
no tiene sentido. Indudablemente, esas teorías no nacieron,
como suponen algunas almas cándidas, por generación
espontánea. Muy pocos aceptaron la hipótesis de
que eran algo así como una visita de muestra, presagios
de algo peor si el mundo no seguía la buena senda y mejoraba
su conducta. No podía admitirse tampoco que sus semillas
hubiesen llegado hasta nosotros flotando a través del
espacio como especímenes de las horribles formas que
podía asumir la vida en mundos menos favorecidos... Espero,
por lo menos, que no tengan ese origen (
) De cuando en
cuando había un aterrorizado florecimiento de debates
ante el rumor de que, además de satélites con
cargas atómicas, había otros con enfermedades
vegetales, enfermedades del ganado, polvos radiactivos, virus
e infecciones; no sólo las ya conocidas, sino también
otras nuevas, desarrolladas recientemente en los laboratorios
(
)
La gente se sorprendió, y hasta se disgustó un
poco, cuando supo que la especie era carnívora y que
las moscas y los otros insectos que caían en el cáliz
eran digeridos por aquella sustancia pegajosa (
) El descubrimiento
de que el enroscado extremo del tallo podía estirarse
hasta alcanzar una longitud de tres metros y descargar además
bastante veneno como para matar a un hombre si llegaba a tocarle
la piel, fue de veras alarmante. |
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