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| Reflexión
del mes |
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Toda la propaganda
de guerra, todos los gritos, las mentiras y el odio, provienen,
invariablemente, de gente que no está luchando
El periodismo consiste en decir cosas que alguien no
quiere que digas: todo lo demás son relaciones públicas
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| George Orwell,
seudónimo de Eric Arthur Blair (Raj Británico,
1903 - Londres, 1950). Escritor y periodista británico.
Uno de los grandes críticos sociales de la era moderna. |
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En el periódico
El Pulso, edición del mes de mayo de 2015, apareció
un artículo titulado "Dictadura, tiranía
de la peor calaña", en la cual se me acusa de haber
"instaurado la peor dictadura que recuerde la historia
de la medicina colombiana", presuntamente porque he "privado
a los médicos del derecho a la objeción de conciencia".
Ni en el artículo ni en mis archivos he encontrado la
razón para tan desaforada afirmación; desde muchos
atrás, he sostenido, en todas las clases, conferencias,
artículos y entrevistas para medios de comunicación,
que el derecho a la objeción de conciencia es esencial
para el médico y se le debe respetar sin condiciones,
pues también he sostenido que ni siquiera es necesario
que el médico lo presente con argumentos; como puede
verse, esto se halla diametralmente opuesto a lo que afirma
el injurioso artículo aludido.
Utilizar la mentira como base para atacar a alguien me parece
muy pobre e inaceptable recurso; agregar a esa mentira frases
injuriosas, ellas sí de la peor clase, pero además
intentar involucrar a la Academia Nacional de Medicina, respetable
institución que tengo el honor de presidir transitoriamente,
es maniobra cuyo trasfondo no alcanzo a adivinar.
Los numerosos colegas que me conocen a lo largo y ancho del
país, se darán cuenta inmediata del absurdo contenido
en el artículo a que estoy aludiendo.
Nota:
El periódico EL PULSO reitera que el artículo
referido fue publicado en una página de OPINIÓN,
en la cual esa opinión expresada por el autor, doctor
Ramón Córdoba Palacio, es de su exclusiva responsabilidad
y no compromete ni necesariamente comparte la línea editorial
del periódico. Ese artículo está enmarcado
dentro de la esencia que lo identifica: la opinión. Así
las cosas, el autor conserva la libertad de expresar y sustentar
su opinión. Igualmente, esta respuesta a ese artículo
es una opinión del exclusivo resorte del autor. |
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El IV Encuentro La academia
tiene la palabra concluyó en abril pasado en
Bogotá, que la equidad y la paz deben ser el eje articulador
de las nuevas transformaciones de la sociedad en todos los
niveles (salud, educación, género, justicia,
distribución de riqueza, ambiental, social, información
y otros). En su Declaración concluyó entre otros
puntos:
Respaldar a la Corte Constitucional en el seguimiento de la
Sentencia T-760 y la Ley Estatutaria en Salud, con el enfoque
de garantizar el derecho fundamental a la salud. La academia
debe contribuir a la difusión, sensibilización,
comprensión y observación del cumplimiento,
a través de observatorios, estudios, investigaciones,
diálogos y otras formas pedagógicas. Además,
es necesario pensar si se avanza a una Constituyente
de la Salud que consolide el movimiento nacional por
el derecho a la salud.
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Además, facilitar desde
la Salud Pública la comprensión de los Determinantes
Sociales de la Salud para la Gestión de Políticas
Públicas Saludables, la Gestión de Riesgos y
la Gestión de la Salud Pública a nivel territorial.
Y la academia debe comprometerse con el análisis crítico
y propositito frente a los alcances del Plan Decenal de Salud
Pública (PDSP) y los Observatorios de la Salud, como
oportunidad para propiciar el cambio.
También lograr exigibilidad de metas sanitarias en
los territorios, restablecer las bases de convenios docentes-asistenciales
para viabilizar un nuevo modelo de atención basado
en Atención Primaria en Salud, y salud familiar y comunitaria,
incluyendo cambios en los procesos de formación y educación
continua que favorezcan la autonomía profesional y
la calidad en prestación de servicios. Y se llamó
la atención sobre la disponibilidad y la calidad del
talento humano ligado a la salud pública y al modelo
de aseguramiento, dado que hay serias fallas que el mercado
de la educación no ha resuelto.
Se fortalecerán los nexos de la academia con las Secretarías
de Salud departamentales y municipales de Salud Pública,
para trabajar en la direccionalidad de la salud en todas las
políticas. Se revisarán y adaptarán las
modalidades de contratos para garantizar el cumplimiento de
metas sanitarias en el PDSP 2012-2021, con vigencia de mediano
plazo para facilitar la oportunidad, continuidad, integridad,
pertenencia y pertinencia, y favorecer la estrategia de Atención
Primaria en Salud y las redes de servicios bajo la planificación
y coordinación de la autoridad sanitaria.
Además, favorecer la articulación de las acciones
de docencia, investigación y extensión que orientan
las universidades y la reivindicación del derecho a
la salud, a la respuesta articulada a las necesidades de salud
pública del país y a la cualificación
del talento humano en el área. Finalmente, se comprometieron
a fortalecer una alianza nacional de los académicos
de ciencias de la salud y otros sectores para trabajar a nivel
nacional y en forma descentralizada por la transformación
del sector salud, desde el espacio académico, en la
interrelación con instituciones de salud, del sector
social y sociedad civil.
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Bioética
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Es homicidio asesinar un
ser humano así sea para evitarle sufrimientos
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Ramón
Córdoba Palacio, MD |
| Asesinar
a un ser humano, así se haga con la excusa de evitarle
sufrimientos, es un homicidio, quiéralo o no el homicida.
El bien y el mal como razones fundamentales de la conducta humana,
no dependen del criterio personal sino que son trascendentes,
esenciales antropológica y antológicamente: de
no ser así se impondría la ley del más
fuerte, que infortunadamente cada día gana más
adeptos entre nosotros. |
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Que el homicida no considere que sus actos sean crímenes
no resta a éstos la gravedad de los mismos. La evaluación
del crimen no depende del criterio de cada persona, sino de
la violación de un principio ontológica y antropológicamente
válido, inmutable: el reconocimiento del valor esencial,
intrínseco, de la dignidad de cada ser humano, cualquiera
sea su edad, sexo, creencias religiosas, su filiación
política, su condición patológica, etc.
Esta dignidad intrínseca es una realidad inmutable
no obstante el relativismo ético que quieren imponer
hoy en día.
Los estudios, desde la primaria hasta la universidad, capacitan
al estudiante para que comprenda la diferencia ontológica
entre el bien y el mal y asuma la responsabilidad de la elección
que tiene que hacer, quiéralo o no, en cada instante
de su existencia; pues la vida no se nos da hecha sino como
tarea, como algo que tenemos que llevar a cabo con nuestra
capacidad de raciocinio y nuestra libertad, y por la cual
tenemos que responder ética y socialmente, querámoslo
o no.
El ser humano, sin importar edad, sexo, raza, creencias religiosas,
ideas políticas, nacionalidad, condición patológica,
etc., es evaluado como simple objeto de compraventa, de intercambio,
con ánimo de ganancias comerciales. Es la práctica
de la doctrina de Don Dinero: Cuánto
tienes, cuánto vales. Hemos puesto precio al
ser humano y olvidamos que esencialmente posee valor trascendente.
La historia nos presenta clarísimos ejemplos de brillantes
civilizaciones que sucumbieron cuando aceptaron como norma
de su existencia el mal que hoy vivimos. El desprecio por
nuestros semejantes, por nuestros prójimos, corroe
fatalmente la convivencia y fatalmente trae la destrucción
social. El progreso técnico mal aplicado a la vida
humana diaria ha acelerado esta descomposición: parejas
humanas frente a frente uno del otro ni se miran por estar
pendientes del celular, del IPhone, etc. Vale más el
objeto que su dueño, se asesina a una persona para
robarle el celular o cualquiera otro artefacto moderno.
¿Qué mundo hemos configurado para nuestros hijos,
nietos, prójimos? ¿Cuál será el
juicio de la historia para nuestra indolente generación?
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| NOTA:
Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética
-Cecolbe-. |
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Maestro, ¿qué es eterno?
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La corrupción en el fútbol. No empezó
con la captura de 8 líderes. Argentina ganó
un campeonato mundial con la ayuda de la bota militar, Italia
ganó otro con jugadas del árbitro, Pinochet
fue presidente del Colo-Colo de Chile, el general García
Meza de Bolivia presidió el Wilstermann y el Milán
de Italia forma parte de un grupo de 300 empresas del grupo
de Silvio Berlusconi. En Colombia los dineros sucios entraron
al América, Nacional, Millonarios, Medellín,
Envigado, entre otros. ¿Por qué la FIFA y el
Comité Olímpico Internacional reinan en Suiza,
al lado de la ISL Marketing, dueña de la publicidad
en los estadios? Por ser paraíso fiscal
¡Qué
horror!
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