DELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 16    No. 222 MARZO   AÑO 2017    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 


Gabriel Mesa Nicholls,
un pincel para mitigar el dolor
Hernando Guzmán Paniagua , Periodista - elpulso@sanvicentefundacion.com

"Yo fui primero pintor que médico", afirmó Gabriel Mesa Nicholls. Medicina, pintura y gestión de salud, con un insumo común: la sensibilidad ante el dolor. Algo va del niño que pintaba por placer luego de hacer sus tareas, orgulloso de su caja de 64 lápices Prismacolor, al ejecutivo de 48 años que dirige la EPS Sura, reconocido dentro y fuera de Colombia como pintor. "En el colegio -dijo a El Pulso- pintaba, ahí tengo los cuadernos. Desde los once años pinté la violencia, mi inquietud constante, catarsis y forma de expresar lo que uno quisiera decir y no es capaz de hacerlo".
Médico del CES, patólogo de la Universidad de Boston y Master Of Business Administration de la Universidad de California, su deuda con el dolor trasciende el consultorio y la oficina, y se dirime en el caballete. "Quería estudiar arte -dijo a El Pulso- pero también aportarle a la sociedad de forma más directa y decidí estudiar medicina". Mirando en el cuarto de su abuelo un viejo Corazón de Jesús, no veía cómo conciliar un rostro impasible con un corazón en llamas.
En la revista "El Eafitense" (N° 109, 2015), escribió: "Entendí que el infierno y el cielo de cada uno de los seres humanos vive en nuestro propio corazón". Pausa obligada del pintor, de los 16 a los 32 años para el médico y patólogo. "A los 32 -refirió- le conté el sueño a Claudia, mi esposa. ¿Para cuándo lo vas a dejar? me dijo. Tenés razón, contesté. Llegamos de luna de miel, ya me había mandado comprar un caballete. Me prometí pintar, así fuera una pincelada o una raya diaria".
"Los juegos de niños, de vaqueros, policías y ladrones -contó el artista- los evocaba en mis dibujos. Unos inocentes como el circo, en otros había dos personas peleando a machetazos hasta matarse, o la caza de una ballena de Moby Dick. Ese 'no aceptar lo que me parecía inaceptable' se volvió más consciente a medida que maduraba", agregó.
"No entiendo nada".
En la exposición retrospectiva de Eafit - 2015 hay cinco líneas temáticas de Gabriel Mesa: una, los inicios, el crisol de su oficio: la familia, la esposa…"Para mí -indicó Mesa- el dibujo es valioso aunque uno no vaya a ser pintor figurativo o emigre a otras corrientes". Su égida a Estados Unidos generó testimonios del 'destierro'. La tercera plasmó la violencia, sus actores en la vida cotidiana. La cuarta, "No entiendo nada", sucesos de Colombia, el sistema de salud… Puse -dijo- la escritura de mi cuñado que es autista y hace listas de invitados a fiestas. "No entiendo Nada" tituló su muestra en la Universidad Tadeo Lozano (2016). La rectora del Centro, Cecilia Vélez White, señaló: "Al igual que él, estamos convencidos de que a través del arte y sus distintas expresiones, es posible transformar el dolor que ha estado presente en la historia del país".
Para Jaime Arias, Presidente de Acemi, la muestra "refleja lo que es Gabriel Mesa, un hombre que día a día se pregunta qué está pasando y contesta: pues yo no entiendo nada, y somos muchos colombianos los que no entendemos lo que pasa en el país, pero por lo menos hagámonos la pregunta". Quinta, "Yo pensaba que la vida era así", dibujos que tenía en una cámara de juguete Fisher Price que guarda desde los cinco años. "Pinté niños -dijo Mesa- en un paisaje con animalitos de granja y reflexioné: ¿En qué momento la vida que me vendieron ya no es esto?: niños en la guerrilla, masacres, deforestación para sacar el oro…".
Odisea del dolor
Caín y Abel (2010), alegoría de la violencia, tiene para Mesa un sentido especial: "Hay una pierna de las que estudié en anatomía, en amarillo con un texto en el fondo difícil de leer. Fue cuando en el Cañón de la Llorona la guerrilla mató catorce soldados, Jesús Abad Colorado fotografió un tablero de colegio: la última clase, sobre Caín y Abel. Puse 24.000 alfileres: el dolor de las víctimas de las minas antipersona, las lágrimas del Divino Niño apaciguan ese dolor, los violentos son como impresiones de un sello con el corazón hueco y en su fondo un espejito donde nos reflejamos todos, lo absurdo de una mina antipersona que destruye la perfección de una pierna", declaró el pintor.
Lo estético debe combinarse con lo conceptual. Una obra, además de belleza, debe tener sentido profundo". Para el rector de Eafit, Juan Luis Mejía, "la obra de Gabriel Mesa es la historia de una terquedad y una obsesión. La terquedad de alguien que ha decidido permanecer con los ojos abiertos cuando es tentadoramente fácil cerrarlos y la obsesión de quien es capaz de clavar cuarenta y siete mil alfileres para expresar lo que ya no le cabe en la cabeza ni en el pecho". En proceso, hay obras sobre las cifras de muertes violentas de 1998 a 2012. Aquí, cada color indica la causa.
Médico y artista son consubstanciales. Una presentación de su obra se titulaba "Mi vida" y al revés decía "Mi obra". "No son excluyentes sino complementarias -recalca- la una enriquece la otra. Sin lo vivido en el sistema de salud, quizás no habría salido Yo no entiendo nada. Nuestra función como líderes de organizaciones es contribuir a evitar el sufrimiento innecesario y a mitigar el que es inevitable. De nuestras decisiones depende ser capaces de tener una sociedad y un sistema de salud compasivos, ese es el reto. La frustración es que a veces nos enredamos en procesos administrativos que no son compasivos, ser más compasivo es más costo-efectivo que no serlo".
 


El arte y la ciencia
en la piel de ORLAN
Laura Montoya Carvajal, Periodista elpulso@sanvicentefundacion.com

Esta artista francesa, pionera de un movimiento en
contra de las identidades rígidas, se hizo cirugía estética
sin perder el conocimiento y transmitiendo en vivo. Habló de
su trabajo con la ciencia y de sus ideas contra la belleza estandarizada.
Vestida de Paco Rabanne en un quirófano, la artista francesa ORLAN, consciente, inmersa en lecturas filosóficas o de psicoanálisis, se sometió a cirugía plástica como performance, principalmente entre 1990 y 1993.
En el lugar, fotógrafos y camarógrafos guardaron registro de esta experiencia que hoy hace conocida a esta artista del cuerpo y que es presentada, junto a sus esculturas, fotografías, videos, videojuegos, realidad aumentada y más recientemente, biogenética, en diferentes museos y galerías alrededor del mundo.
ORLAN, el nombre - que pide se escriba en mayúsculas - con el que se rebautizó, es una unión entre dos palabras: oro (or, en francés) y lento (lent, en el mismo idioma). Para la artista cambiar su nombre es el principio para inventarse a sí misma, objetivo que también buscó con la intervención quirúrgica. "Orlan es una de las pioneras en tratar de cuestionar el problema de las identidades rígidas. De ahí a que, más allá de una metáfora, ella lo pone en marcha, con su propio rostro, y también con las fotografías y trabajos que hizo donde trataba de desdibujar la identidad", explica el filósofo, teórico y crítico de arte Ricardo Arcos-Palma.
"Las series de performances con cirugía fueron hechas para remover la máscara innata, y para poner algo de figura a mi cara y a mi cuerpo. En todas llevé trajes hechos por famosos diseñadores de moda (Lan Vi, Paco Rabanne, Frank Sorbier) y fueron construidas desde un texto que leía mientras sucedía la operación", describe ORLAN.
Sus obras fueron vistas en Colombia en 2012, tanto en el Museo de Arte Moderno de Bogotá con la exhibición ORLAN / Hibridaciones y Refiguraciones, así como en el Museo de Antioquia de Medellín con la muestra ORLAN / Arte Carnal y cuerpo en cuestión. Estas dos exposiciones fueron curadas por Arcos-Palma, quien también escribió un libro sobre las muestras.
El curador explica que uno de los elementos más relevantes para entender la obra de ORLAN es su idea del cuerpo: "La artista concibe el cuerpo como un lugar de discusión pública. El cuerpo no sería solamente un ente anatómico, sino un espacio de confluencia de muchas tensiones de orden social".
Por esto, la artista nacida en 1947 (con el nombre Mireille Suzanne Francette Porte), y con toda su vida adulta dedicada al arte, se concibe como una feminista, cuestionadora de los roles sociales impuestos a la mujer y las ideas de belleza. "He trabajado en reacción y en contra de la Venus de Boticcelli, porque hizo con la pintura lo que ahora hacemos con Photoshop: crear belleza perfecta sin faltas, sin arrugas, levantando la piel, estilizando el cuerpo. La belleza es una cuestión ideológica dominante, nos apunta a encajar en lo que deberíamos ser (...) (Las cirugías) son un trabajo en contra de los estándares de belleza. Dos implantes, usualmente utilizados para aumentar el volumen de las mejillas, fueron puestos en ambos lados de mi frente, creando dos protuberancias. Si me describen sin haberme visto, podrían pensar que soy un monstruo indeseado, pero si me ven, podrían cambiar de opinión", describe la artista.
En la primera parte de su obra, ORLAN se acercó a la estética del arte católico barroco, con fotografías y performances que evocaban esta época. "Ella la asume y lo actualiza en el sentido en que la perspectiva religiosa siempre se habla del cuerpo sufriente, del cuerpo del dolor. Ella se enfrenta a esa idea desde el feminismo, preguntándose ¿por qué hay que sufrir?", describe Arcos-Palma.
Este fue el motivo por el que, para las cirugías, acordó con sus médicos que no debía sentir ningún dolor, durante o después de la intervención. "Al permanecer consciente y anestesiada, pude concentrarme en el performance sin ningún sufrimiento, leyendo textos, respondiendo preguntas que hacía el público en la transmisión en vivo y pude crear obras de arte con mis dedos y mi sangre, los materiales médicos, además de dirigir la foto y el video en la sala de operaciones", recuerda ORLAN.
Aunque la artista dice que los medios no son importantes, sino la idea, su trabajo ha estado muy ligado a los desarrollos científicos, desde la medicina hasta la realidad aumentada y la escultura en tercera dimensión. En una segunda parte de su trabajo, ORLAN se dedicó a explorar las culturas precolombinas, argumentando que estos también tienen unos órdenes sociales que transforman el cuerpo. "Mientras nos mantengamos firmes fuera de las convenciones de nuestro vecindario, estaremos luchando, y será difícil mantener una imagen propia que nadie haya elegido por nosotros", asegura la creadora.
Uno de sus proyectos en curso es microscópico: junto a investigadores del Polytechnique, Sup'biotech, Pasteur Institute y SymbioticA ha estado experimentando con su sangre, bacterias y flora en un proceso de hibridación con otras especies de fauna y flora a nivel celular. "En ORLAN hay una apuesta por la hibridación y el mestizaje, que es como una característica de nuestra época donde los fundamentalismos sexuales y raciales comienzan a desdibujarse y a cuestionarse. Hay intención de cambiar la idea de lo rígido. Esto también se ve en su obra anterior: ORLAN amalgama y fusiona su rostro hacia otros rostros, como en los autorretratos precolombinos", dice Arcos-Palma.
El segundo de sus proyectos en curso es la instalación del videojuego interactivo Gameplay experimental, al que ya tuvo un primer acercamiento. ORLAN acaba de tener una retrospectiva en Corea del Sur y en abril tendrá una exposición individual de fotografías en Paris, llamada ORLAN EN CAPITALES.



Arriba

[ Editorial | Debate | Opinión | Monitoreo | Generales | Cultural | Breves ]

COPYRIGHT © 2001 Periódico El PULSO
Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita de su titular
. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved