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Reflexión del mes
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A veces creo que
hay vida en otros planetas, y a veces creo que no. En
cualquiera de los dos casos, la conclusión es
asombrosa.
La ausencia de prueba no es prueba de ausencia.

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Carl Sagan (1934 -1996).
Popular astrónomo
y divulgador científico de Estados Unidos, pionero
en campos como la exobiología y promotor del
proyecto SETI (literalmente, Búsqueda de inteligencia
extraterrestre). Conocido por el gran público
por la serie para la televisión Cosmos:
Un viaje personal, presentada por él mismo
y escrita junto con su tercera y última esposa,
la científica Ann Druyan. Fue titular de la cátedra
de astronomía y ciencias del espacio de la Universidad
de Cornell en Estados Unidos.
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"Si buscas
resultados
distintos, no hagas
siempre lo mismo.
Albert Einstein
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Cuáles
son los elementos que soportan la creación y desarrollo
de un Sistema de la Protección Social y cuáles
validan un Ministerio del ramo como cabeza de sector, son aspectos
poco profundizados por la opinión pública y la
academia.
De la enfermedad al bienestar: La protección
social
La relativa autosuficiencia de las familias
de economía agropecuaria y artesanal, fue rota por la
industrialización y la urbanización, las cuales
traen nuevos riesgos y dependencia del salario,
con las consecuencias previsibles sobre la gestión autónoma.
Los Fondos parroquiales aparecen como primeras estrategias informales
de mitigación, los cuales buscaban, la seguridad de consumo
no sólo en servicios para la enfermedad, sino en alimentos.
Siguen luego, estrategias más estructuradas
como las provenientes de organizaciones de la sociedad civil
e inician su operación los Talleres de Artes y Oficios,
los hospitales, la vivienda filantrópica,
los programas para niños en situaciones especiales de
vulneración de derechos, entre otros. Esta Asistencia
privada cede su predominio a la Asistencia pública, la
cual se consolida en organizaciones fiscales que proveen bienes
o servicios con un abordaje de la pobreza desde sus consecuencias. |
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La industria,
por la oferta limitada en cantidad y calidad, es llevada a constituir
programas de protección social (PS) dirigida a población
laboral, para mantener, mejorar, reproducir e incrementar
su mano de obra: se presenta lo que Alejandro Gaviria considera
el predominio de los subsidios a la clase media urbana
en expansión (1950 a 1980), la cual es sucedida
en los años 80 por el desmonte de los subsidios, buscando
que la Política Social de los países latinoamericanos
se subordine a la realidad fiscal.
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En los
90, el mismo autor ubica la aparición de las Redes de
seguridad social focalizadas, y en los años 2000, se
da el énfasis en la creación de oportunidades
para los más pobres. Es en este contexto y marco estratégico
en los cuales se crean el Sistema de Protección Social
-SPS- y el Ministerio de la Protección Social -MPS- (2002).
Estos momentos de la política social latinoamericana
constituyen la manifestación de un proceso de avance
en solidaridad y equidad: de la focalización de los recursos
de la sociedad solo en la clase trabajadora, se va hacia la
Protección Social -PS- exenta de límites impuestos
por la contratación laboral tradicional, y se incrementan
las vías e intensidad de la solidaridad entre personas,
grupos socio-económicos, géneros, grupos etáreos
y regiones, y se presenta extensión de coberturas y extensión
en profundidad en la PS, aportando nuevas prestaciones
(nuevos riesgos considerados), todo esto cada vez más
lejano de la sola connotación de asistencia pública
o privada.
Del concepto a la acción: De
Alma-Ata y Ottawa a Djakarta y Bangkok
Paralelamente y de manera especial a partir de Alma-Ata
(1978), con su Meta SPS-2000, la estrategia de Atención
Primaria en Salud -APS- y su concepto positivo y propositivo
de la salud, el sector internacionalmente ha venido
en proyección definitiva hacia el concepto de salud de
la Organización Mundial de la Salud -OMS-. En este sentido,
las Asambleas Internacionales a partir de la cumplida en Ottawa
(1986), fueron dedicadas al tema Promoción de la
salud y aumentaron en forma intensa el ámbito de
los condicionantes de la salud, y así, de los sectores
comprometidos en su mantenimiento y mejoramiento, hasta llegar
a plantearse en Djakarta (1997) que la pobreza es la mayor
amenaza para la salud.
En Colombia, el Sistema Nacional de Salud -sosteniendo su carácter
asistencial y de medidas de prevención muy dependientes
del concepto "enfermedad"- fue progresivamente incluido
en la Seguridad social (Sistema General de Seguridad
Social en Salud del Sistema de Seguridad Social Integral, Ley
100/93) y más actualmente en la Protección
social (Sistema de Protección Social -SPS-, Ley
789/02). Esta inclusión en la Protección Social
fortalece y pone al sector salud en su mejor momento de acercar
a la realidad planteamientos suyos como el completo bienestar
físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad
(Concepto oficial de salud de la OMS, 1946).
De igual manera y proviniendo de otros sectores, la Seguridad
Alimentaria y Nutricional más allá que la simple
complementación o suplementación alimentarias
se presenta más alcanzable, como también el concepto
de Protección Integral del Sistema Nacional de Bienestar
Familiar, el cual, en forma resumida, podría expresarse
como la garantía de todos los derechos a todos
los niños. Los anteriores son conceptos que sólo
en el entorno de un Sistema y un mecanismo de Protección
social, pueden ser progresivamente una realidad. Mecanismos
previos mostraron su incapacidad de logarlos.
La Teoría de la implementación (J.C.
Cortázar y otros autores), y con ella el diseño
de mecanismos, asume a las instituciones como unos de ellos,
útiles en los procesos de implementación de políticas
y programas sociales. Por lo anterior, organizaciones como los
Ministerios han sido útiles en los procesos de implementación
y de especialización de sectores como la salud y el trabajo.
Implementar y desarrollar el Sistema de Protección Social
es no sólo una competencia del Ministerio nuevo (decreto
205/03), sino que implica, según esta norma, la
identificación e implementación, (
), de
estrategias de reducción, mitigación y superación
(frente a riesgos) que puedan provenir de fuentes naturales
y ambientales, sociales, económicas y relacionadas con
el mercado de trabajo, ciclo vital y la salud, en el marco de
las competencias asignadas al Ministerio. Para ello incorpora
en el SPS,
el Sistema Nacional de Bienestar Familiar,
el Sistema de Seguridad Social Integral y los específicamente
asignados al Ministerio, y entre estos últimos,
los Sistemas de formación para el trabajo y el Sistema
del subsidio familiar.
Estos procesos, se dan promoviendo la articulación
de las acciones de los corresponsables de la ejecución
y resultados del SPS, lo cual trasciende y supera los procesos
y competencias de los antiguos ministerios y los
sistemas que conformaron el MPS y el SPS, pues esto requiere
definir políticas para coordinar a los organismos
del Estado (
) con las entidades privadas o entes especializados,
para evitar duplicidades y optimizar la oferta y demanda de
servicios. Esto debe hacerlo el MPS, además
de las funciones que las disposiciones legales vigentes hayan
asignado a los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social y de
Salud. Estas últimas, entre ellas las de salud,
no sólo permanecen diferenciadas, sino con igual especialización
y con ubicación en instancias que les permiten dar cumplimiento
a lo establecido por la Declaración de Djakarta, en el
sentido de que existe una obvia necesidad de cruzar los
límites tradicionales dentro del sector público,
y que en la práctica, esto exige la creación
de nuevas alianzas estratégicas para la salud en pie
de igualdad entre los diferentes sectores de todos los niveles
de gobierno de las sociedades, alianzas que están
en la base de la PS.
De igual manera se abren otras posibilidades para el sector
salud: la creación de condiciones más favorables
para la visión positiva de la salud (OMS), perspectiva
que ya tiene el Plan Nacional de Salud Pública 2007-2010,
y con esto el llevar el Sistema General de Seguridad Social
en Salud en dirección a la Promoción de la salud
y, específicamente, al impulso de las Cartas y Declaraciones
y la participación en el logro de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio. Solo así es posible la aplicación
del concepto de aseguramiento (Ley 1122/07), basado
en la completa administración del riesgo y no sólo
en la afiliación y las medidas de superación de
siniestros.
Colofón
Evaluar la pertinencia de un Ministerio de la Protección
Social sin atender sus razones conceptuales, históricas
y de funciones específicas como sector, como sistema
administrativo y como ministerio, llevaría a tomar decisiones
sobre la base del análisis de otros sectores. La Protección
social no se agota en la protección laboral y menos en
la protección pensional, y los ingresos no provienen
de manera única del empleo sino del trabajo
en general, y todo trabajo puede ser sujeto de protección
debida. Es, por lo menos, una limitación conceptual y
práctica pensar que el Sistema General de la Seguridad
Social en Salud y el Sistema General de Seguridad Social en
Riesgos Profesionales no hacen parte de la Protección
social y que pueden ser manejados con una visión desde
la salud pública, y que la protección
integral de los niños y los adolescentes puede
darse en ese marco de salud pública y no
de la Protección social. |
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Bioética
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El
investigador desorientado
Carlos
A. Gómez Fajardo, MD - elpulso@elhospital.org.co
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El desconocimiento de las grandes declaraciones y compromisos
internacionales sobre temas fundamentales en el campo de la
bioética es amplio entre los diversos sectores de la
sociedad.
Esto es obvio entre las capas sociales más extensas,
cuya opinión suele repetir simplemente lo que indiquen
la farándula del momento y la publicidad light,
pero parece existir menos justificación racional para
que el fenómeno afecte, de modo serio, a los ámbitos
universitarios, de los que se esperaría estuvieran
en constante contacto con el conocimiento cierto y con los
grandes principios que rigen la búsqueda del saber.
Existen interesantes artículos sobre una realidad que
a la vez habla de los defectos académicos en los procesos
de formación de los profesionales, concentrados excesivamente
en los aspectos técnicos de sus parcelas de conocimiento
relacionadas con la práctica cada vez más restringida
y especializada de las profesiones de la salud, como si se
hubiesen dejado de lado las inquietudes y los fundamentos
racionales y humanísticos que deben subyacer a toda
formación médica. Los resultados de un estudio
de origen mejicano merecen ser tenidos en consideración,
especialmente por los educadores médicos: RevInvestClin
2004; 56(4):522-527: www.imbiomed.com.mx.
Hallazgos de la citada referencia: muchos ignoran en qué
consistió el Código de Nuremberg sobre la experimentación
médica; muchos ignoran los contenidos generales de
las declaraciones de Helsinki sobre experimentación
biomédica en seres humanos, y de Lisboa, sobre los
derechos de los pacientes. Esto tiene sabor paradójico:
no son infrecuentes los casos de clínicos, quienes
además de desconocer durante años lo anterior,
apenas vienen a enterarse de la existencia de textos como
la Ley 23 (en Colombia el Código de ética médica),
cuando se ven envueltos en procesos ante los diversos tribunales
por casos de responsabilidad ética, civil, penal o
administrativa. Aún así, de modo lamentable,
el interés parece enfocarse a lo que concierne al ámbito
económico-jurídico del caso individual, omitiendo
aún el alcance bioético racional del tema.
Es un problema global; hay documentados informes que comprueban
la pobre base de información de que suelen disponer
las personas en diversos niveles educativos. La ignorancia
sobre los Códigos y Declaraciones internacionales afecta
a estudiantes en fase de internado (pregrado), como también
a investigadores de años de experiencia y gran recorrido
académico, incluidos profesores de sus respectivas
disciplinas.
Los conocimientos fragmentarios sobre temas de bioética
quizás hablen de una alerta para preocupación
de la sociedad y de sus universidades, sobre el cumplimiento
del papel de formar profesionales al servicio de los conciudadanos.
Quizás se corre el peligro de obtener apenas tecnólogos
en determinados campos, o empresarios que buscan obtener rápidas
y voluminosas ganancias monetarias mediante el ejercicio de
sus habilidades y saberes, desconectados del ethos y del sentido
de la responsabilidad social propio de los mismos artes, oficios
y profesiones.
Pareciera que si la vocación se hubiese reducido a
un proceso de adiestramiento para cumplir con imperativos
como la facturación y el acomodamiento sumiso a un
sistema normativo y jurídico, obsesivamente enfocado
en el mal entendido de la salud como una actividad comercial
de prestación y compra-venta de servicios y de tecnología.
Se suscitan preguntas hondas sobre la idoneidad profesional.
El acto médico -cada acto clínico individual
en realidad comporta una actitud de investigación y
de compromiso por la veracidad y la coherencia de los hallazgos-
y el acto clínico investigativo, imponen además,
el evidente compromiso con el respeto que debería existir
en el investigador en ámbitos de estudios que involucran
a poblaciones. El conocimiento y el respeto por las Declaraciones
de alcance universal necesariamente denota una relación
de actitud personal entre quienes han adquirido -y continúan
incesantemente en el proceso- la teckne iatrike,
el saber hacer y saber el por qué de ese quehacer.
El paciente, el otro ser humano, es aquel el sujeto y objetivo
de la medicina, es aquel cuya biografía lo ubica en
condición de fragilidad y de máximo requerimiento
de respeto a su integridad y su dignidad por parte de quien
lo asiste; a él se refieren Nuremberg, Helsinki y Lisboa.
Nota: Esta sección es un aporte del Centro Colombiano
de Bioética -Cecolbe-
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