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Crisis económica mundial
y sistema de salud colombiano
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Renta
anual veinte libras, gasto anual diez y nueve libras y diez
y nueve chelines y medio, resultado, felicidad. Renta anual
veinte libras, gasto anual veinte libras y media, resultado
miseria. |
Charles Dickens, Inglaterra
1812-1870
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Francisco
de Paula Gómez, MD. ESP. - Presidente Ejecutivo AFIDRO
- elpulso@elhospital.org.co |
Hemos
sido particularmente 'duros' para entender que nuestro Sistema
General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) no es una isla
y que depende del entorno económico general del país.
Igualmente se cree que el entorno macroeconómico es una
entelequia de analistas económicos y que lo que suceda
con el curso de la economía mundial, hace parte del currículo
de los MBA, o de algún despistado ex ministro de Hacienda,
o de algún analista aburrido al que le dio por hablar
de esos ininteligibles temas.
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A estas alturas de 2009 la palabra de moda es 'recesión',
incómodo calificativo que además se ha venido
colgando una tras otra economía en el mundo, sea desarrollado
o en desarrollo. Las causas de esta crisis económica
mundial no es del caso comentarlas, pero sí es bueno
recalcar que hay consenso en que esta sima se acerca peligrosamente
a la gran depresión de los años 30, y que sus
devastadores efectos sobre el consumo, el empleo, la producción,
la inversión y el bienestar de los pueblos, no termina
de materializarse.
El influjo sobre Colombia
¿Cómo afecta la actual condición
económica mundial a Colombia? Y, ¿cómo
se derraman las realidades macroeconómicas del país
sobre nuestro sector salud? Intentemos un breve análisis.
Para comenzar, es un hecho que Colombia hace parte de un vecindario
global, y que lo que suceda en el Pacífico, en Europa
o en Norteamérica, tiene efectos más o menos
pronunciados sobre el resto de la economía mundial;
dicho de otro modo, debido a los mecanismos financieros interconectados
de las naciones, se desarrollan complejas transacciones en
las que se mezclan los recursos de los Estados -bonos del
Tesoro norteamericano o TES colombianos por ejemplo-, con
préstamos de la banca multilateral -Banco Mundial,
FMI, BID-, o de los bancos privados, con los innumerables
títulos y productos financieros que se ofrecen a personas
de a pie como usted o como yo, sea que estén en Londres,
Taipei, Nueva York, Bogotá o Lima.
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El régimen contributivo tiene
18'445.106 afiliados compensados a enero 31 de 2009
y una mala perspectiva de crecimiento; y el régimen
subsidiadotiene 18'792.953 afiliados y la perspectiva
de una enorme presión de afiliación, aunada
a dificultades para lograr más recursos. Y hay
unos 7,5 millones de personas sin seguro.
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Esas
intrincadas relaciones financieras en la banca, en las bolsas
y en innumerables tipos de mercado financiero, aunadas al comportamiento
de los aparatos productivos de los países, terminan por
conformar un sistema interconectado en el cual, los éxitos
o los fracasos de unos u otros, terminan por afectar a todos
los demás.
Estados Unidos, el principal socio comercial de Colombia y la
primera economía del orbe, de acuerdo con la Oficina
de Presupuesto del Congreso 'se contraería un 2,2% en
2009 antes de recuperarse en 2010, cuando crecería tan
solo un 1,5%'. La segunda economía del planeta, Japón,
anunció oficialmente que entró en recesión
y su crecimiento real es tan sólo del 0,4%, siendo el
más bajo luego de la segunda guerra mundial. Y la zona
Euro entró técnicamente hablando en recesión
hace apenas un mes, cuando anunciaron que su economía
creció un 0,6%. Por 'recesión' se entiende la
caída real durante dos trimestres consecutivos del Producto
Nacional Bruto (PNB).
El comportamiento a la baja del PNB es reflejo de unos hechos
económicos y sociales que se están dando en un
país, donde unas cosas afectan a otras y viceversa: el
empleo disminuye porque hay menos consumo; hay menor consumo
porque hay menos empleo y baja capacidad adquisitiva; hay menos
inversión porque se reduce la confianza, y hay falta
de confianza porque se invierte menos y porque los créditos
se restringen; y disminuye la producción, porque el empleo
desciende, porque hay menos inversión, porque hay menos
consumo y porque la banca no arriesga; hay escasez de créditos
debido a que no hay confianza, porque las carteras se disparan
y porque no hay empleo, etc. etc. Así que los países
no consumen, tratan de no importar bienes afectando así
a quienes los exportaban antes, en tanto que los que exportaban
tienen que disminuir su aparato productivo, se incrementa su
desempleo, disminuyen su consumo, y volvemos a empezar.
Para nosotros es grave que en Estados Unidos haya crisis, pues
por ello comprarán menos o a menor precio los productos
que exportamos; y es grave que los venezolanos, que dependen
casi que exclusivamente de su petróleo, ahora reciban
sólo US$38 por barril cuando hace apenas unos meses recibían
casi US$147; y no es bueno que los europeos puedan comprar menos
o que en Ecuador sigan poniendo trabas al comercio colombiano.
Además, las reacciones que se dejan ver de los gobiernos
en líneas generales son proteccionistas, esto es, que
los gobernantes de cada nación tratan de proteger primero
sus economías y sus nacionales -al fin y al cabo para
eso están allí-, tratando de exportar más,
de importar menos y de lograr cualquier ventaja que les ayude
a recuperar sus economías.
¿Y el sector salud nuestro?
Pues bien, si podemos exportar menos y el consumo doméstico
disminuye, por ende, el aparato productivo utilizará
menor capacidad instalada y muchos empleos se perderán,
así que habrá menos cotizaciones al SGSSS y el
número de afiliados al régimen contributivo como
consecuencia, disminuirá. El desempleo, según
el Dane, se redujo de manera continua desde enero de 2001, cuando
la tasa de desempleo era 16.7%, para llegar a noviembre de 2008
a un 10.6%, lo que es bastante encomiable; sin embargo, la tasa
de desempleo para el trimestre octubre-diciembre de 2007 correspondía
a 9.8% y para igual período de 2008 se observaba un aumento
en la tasa de desempleo de 0,7%.
Las cifras de desempleo obedecen a muchos factores, pero luego
de venir de un período sostenido de crecimiento del PIB
colombiano y de una mejoría en los indicadores de desempleo
durante los últimos años, se empiezan a hacer
patentes algunos efectos de lo que pasa afuera: una caída
del empleo en Colombia por efecto de la crisis mundial, y por
tanto una consecuente baja de afiliados al régimen contributivo.
Asimismo, como consecuencia del incremento en las tasas de desempleo
e informalidad, se alteran dos variables estructurales de la
Unidad de Pago por Capitación (UPC) en salud: Densidad
Familiar (DF) y Densidad Salarial (DS). La DF corresponde al
número promedio de personas que reciben los beneficios
del POS por cada cotizante, y viene fluctuando alrededor de
2,22; la DS corresponde al promedio de salarios mínimos
sobre los que cotiza cada afiliado, y marca hoy alrededor de
2.05.
Como producto de la pérdida de empleo, las familias tratan
de defender su afiliación al régimen contributivo,
incorporando a los miembros que pierdan su empleo bajo un solo
aporte; por ejemplo, si en una familia de 4 personas, padre
y madre cotizaban independientemente, al perder uno de ellos
su trabajo, es incorporado como beneficiario por el otro cónyuge,
y así sube la DF, pues el promedio de personas de una
familia que están cubiertas por una sola cotización
aumenta.
En el caso de la DS, el desempleo jalona pérdida en la
calidad del empleo, y las personas comienzan a ganar menos por
la misma actividad que realizaban antes, por tanto sus aportes
como porcentaje del salario al Sistema disminuyen; y de esa
manera baja la DS. El resultado: disminución global de
la tasa de afiliación, más personas para atender
con menos dinero en la subcuenta de Compensación del
Fosyga; y más personas -nuevos desempleados- presionando
para afiliarse al régimen subsidiado, ante el riesgo
de quedar en la pavorosa condición de los mal llamados
'vinculados'.
Es cierto que el gobierno nacional hizo ingentes esfuerzos durante
los últimos años por mejorar los indicadores macro
de la economía colombiana, y de hecho, la crisis económica
mundial encontró a nuestro país mejor parado que
a la mayoría de los vecinos. Pero frente al panorama
que se avizora, debe mirarse con lupa qué hacer para
conseguir la meta de lograr la cobertura universal en 2010 y
el anhelado igualamiento de los planes de beneficios de los
regímenes contributivo y subsidiado que ordena la Sentencia
T-760, pues el panorama de empleo no es halagador y se presume
desafiliación del régimen contributivo, quedando
como alternativa para lograr la cobertura universal sólo
el subsidio, salvo que se encuentren nuevas fuentes de financiación
y nuevas alternativas para hacer más eficiente al Sistema.
Por fuerza del destino, parece que nos enfrentamos a una coyuntura
similar a la de 2001, cuando la cobertura universal se malogró
casi desde el vamos, porque el crecimiento y el empleo no se
correspondieron con lo esperado. El régimen contributivo
cuenta hoy con 18'445.106 afiliados compensados a enero 31 de
2009 y una mala perspectiva de crecimiento; y el régimen
subsidiado tiene 18'792.953 afiliados con la perspectiva de
una enorme presión de afiliación, aunada a dificultades
para lograr más recursos. Por tanto en este aspecto,
la crisis no tomó bien parado al SGSSS, dado que la mitad
de los afiliados al Sistema dependen de subsidios y quedan todavía
unos 7,5 millones de personas sin seguro.
Es claro entonces, que importantes variables macroeconómicas
como el empleo, el crecimiento, la producción, el consumo
y otras tantas más, afectan irremediablemente al Sistema
General de Seguridad Social en Salud (SGSSS). Y eso no se debe
olvidar. |
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