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Termina
en varios días la convocatoria 482/08 de Colciencias
para medición de grupos de investigación. Ha sido
un proceso arduo y penoso, pero sobre todo desconsiderado, que
ha tenido que aplazarse dos veces por la inoperancia de su sistema
de captura de información, recién remodelado y
sin acabar de probar, alimentado en una página de Internet
que permanece cerrada horas y días enteros.
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Para
explicar esta problemática, hay que advertir que desde
hace varias décadas existe una política de incentivar
la investigación mediante grupos. Se trata
de estimular a comunidades de personas que unidas por intereses
científicos y técnicos, se ponen en la ardua tarea
generar y difundir el conocimiento, usualmente dentro de las
universidades ó los centros de excelencia; pero en todo
caso, aglutinadas por un interés mutuo: el de investigar. |
Como
la generación de conocimiento es difícil de consolidar
y valorar, se viene desarrollando una política de estímulo
a la conformación de grupos, acompañada de financiación,
evaluación, y apoyo con instrumentos como pasantías,
intercambios, etc. Es una política acertada, dirigida
entre otras cosas, a la asignación de recursos de manera
imparcial, por fuera de amistades y preferencias. Entre estos
instrumentos se viene impulsando el sistema de reconocimiento
y medición Scienti, que tiene un módulo
para registro de hojas de vida (Cvlac), de grupos de Investigación
(GroupLac) y de instituciones que los acogen (InstituLac). |
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Debe decirse que
la medición de grupos de investigación es un tema
controversial, pero ineludible. Valorar la pertinencia e innovación
del trabajo de los grupos de investigación es una tarea
metodológicamente difícil y de resultados muy
discutibles. Comparar, por ejemplo, el aporte que le hace a
la sociedad el descubrimiento de un investigador frente al de
otros, es algo tan espinoso que en algunos casos es necesario
esperar el veredicto de la historia. Sabemos de muchos investigadores
reconocidos, destinatarios de todos los favores y preferencias,
que a la hora de la verdad han hecho pocos aportes al conocimiento.
De manera semejante, otros han hecho aportes inmensos a la humanidad
a partir de un solo escrito, ó una relatoría que
oportunamente hicieron sus estudiantes. |
También vemos
todos los días a muchos profesores que publican y publican
cosas inútiles, pero que les dan puntos para
solicitar un mejor salario en las universidades.
Y ahí no termina. Las publicaciones científicas
como tal están bastante cuestionadas como instrumento
útil para difundir y democratizar el conocimiento, por
su lenguaje misterioso y hermético, que escinde como
vulgares a los otros, dirigido a comunidades cerradas, endogámicas,
que se acicalan y se complacen de sus escritos y su jerga tribal.
No exagero: varias veces me han llamado a decirme: ¿Usted
por qué publicó eso en El Pulso, en vez de llevarlo
a una revista científica que si le da puntos?.
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Pero
es muy difícil generar una lectura amplia y discutida
desde las revistas convencionales.
También está el problema de las burocracias universitarias
queriendo mostrar que sí tienen investigación,
forzando, juntando y revolviendo investigadores para quedar
con grupos de mayor calificación, muchas veces ajenos
a la realidad de cómo funcionan los grupos; pero cercanos
eso sí, a los tan apetecidos puntos, indispensables para
obtener la acreditación, la habilitación y los
registros de maestrías y doctorados.
En fin. A pesar de todo lo dicho, Colciencias tiene que medir
y tragarse de alguna manera semejante problema, y los grupos
de investigación tenemos que hacer lo mismo. Peor sería
que regresáramos al esquema de una ventanilla para entregar
los protocolos, esperando que un funcionario en secreto decida
sobre ellos. Hasta allí todo bien. Pero lo que es injusto,
es la inoperancia de Colciencias cuando obliga a los grupos
de investigación de universidades y centros, a dedicarle
jornadas y jornadas de trabajo injustificado a diligenciar unos
cuadros en internet que se caen, que no entran, que no ligan
a los archivos y que en fin, son un verdadero suplicio. ¿Cuánto
le ha costado al país en horas y gente todo este proceso?
¿Puede garantizarse que estas dificultades no afectarán
la imparcialidad de los resultados? Son resultados de los que
depende el reconocimiento y la distribución de recursos
públicos.
La equidad aquí no resulta únicamente de la metodología:
también depende de las diferencias de conectividad entre
diferentes regiones del país, del acceso a la página
y del músculo financiero de las organizaciones, unas
con ejércitos enteros para digitarle a Colciencias ó
para amanecer al lado del computador, esperando que la página
abra, mientras que otras entidades apenas si pueden trabajar.
Debe remarcarse que no solo recibimos en el periódico
la queja de varios investigadores y que esas mismas quejas circularon
ampliamente en Internet: también tuvimos la oportunidad
de verificar que al mismo tiempo que los funcionarios de Colciencias
aseguraban que la página estaba disponible, en realidad
no era accesible.
No se entiende, por ejemplo, por qué antes de la convocatoria
de grupos apenas se estaban haciendo cambios a la página
de Internet, ni por qué esos mismos cambios no estaban
bien probados y en operación antes de abrir la convocatoria.
Incluso hay que preguntarse por qué se eliminaron facilidades
disponibles previamente, como los programas descargables que
permitían actualizar las hojas de vida (CvLac) en el
computador particular, sin conexión a internet, para
sincronizarla luego. Lo más lógico sería
que estas facilidades se extendieran a otros módulos
como Grupos (GroupLac) y no que se eliminaran, haciendo el sistema
menos accesible.
Ahora empezaremos a esperar los resultados, pero hay que decirlo
como constancia desde ahora: es muy difícil aceptar que
un proceso tan martirizado y lleno de obstáculos, llegue
a ofrecer resultados equitativos y objetivos. |
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