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El Vigía
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Las enfermedades
infecciosas son la segunda causa de muerte en el mundo después
de las enfermedades cardiovasculares, con cerca de 15 millones
de muertes anuales, lo cual equivale al 25% de la mortalidad
general. Múltiples esfuerzos se han hecho para tratar
de controlar este tipo de enfermedades, con algunos casos exitosos
de erradicación como la viruela en todo el mundo, y la
poliomielitis y el sarampión en algunas regiones.
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Sin embargo,
persisten problemas que han existido desde la antigüedad
como la tuberculosis, la malaria, el cólera, la sífilis,
entre otras, causando alta morbilidad y mortalidad. |
A esa dificultad
de controlar esos problemas infecciosos del pasado, se suma
la aparición de nuevos agentes infecciosos o su reemergencia
después de un período de control. Se estima que
en los últimos 25 años, al menos cada año
se describe un nuevo agente infeccioso. Como ejemplo de agentes
infecciosos emergentes en los últimos años, podemos
mencionar el virus de la inmunodeficiencia humana, el virus
del oeste del Nilo, el Hantavirus, el virus ébola, el
virus de la influenza aviar, el coronavirus del SARS, el metapneumovirus,
el bocavirus humano, el virus de la Hepatitis E, el virus Zika,
el parechovirus humano, el virus de la viruela del simio y otra
serie de virus que empiezan a pasar de las especies animales
a los humanos.
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Otros
problemas que aparecen como emergentes o reemergentes son los
relacionados con bacterias multi-resistentes, la tuberculosis
resistente a medicamentos de primera línea y aún
de segunda línea, cepas de Clostridium difficile con
alta virulencia, el cólera, la sífilis, las Enfermedades
Transmitidas por Vectores (ETV) en relación con el cambio
climático, las deficientes o ineficaces medidas de control,
y bacterias y hongos que se describen por primera vez causando
infecciones en humanos especialmente como oportunistas.
El panorama es desalentador si tenemos en cuenta que no disponemos
de medicamentos adecuados para el tratamiento de las infecciones
virales, y que en el caso de algunas infecciones bacterianas,
se desarrolló resistencia a los antibióticos disponibles.
En cuanto a medidas de prevención, en la mayoría
de casos no se dispone de una vacuna, y otras medidas de tipo
poblacional son difíciles de aplicar o no hay recursos
con qué hacerlas. Las herramientas diagnósticas
aún son limitadas en muchos de los casos mencionados.
Los sistemas de vigilancia deben estar atentos ante la posibilidad
de que un agente infeccioso emergente o reemergente aparezca
en cualquier lugar del mundo, con el potencial de diseminarse
a otros. Para esto es necesario conocer el comportamiento de
los mismos y la forma de detectarlo oportunamente y prevenir
su diseminación.
soox@elhospital.org.co |
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