A no dudar, el gobierno desarrolló e implementará
la nueva Política de Atención Integral en
Salud (PAIS) con su correspondiente Modelo de Atención
Integral en Salud (MIAS), de manera bienintencionada, acogiendo
el mandato de la Ley Estatutaria en Salud y del Plan Nacional
de Desarrollo, y con el gran objetivo de corregir algunas
de las más grandes fallas del Sistema General de
Seguridad Social en Salud creado por la Ley 100 en 1993,
como por ejemplo tener una gran falla regulatoria y una
gran falla de mercado.
Por supuesto, también con el propósito de
eliminar las barreras de acceso al servicio de salud, como
las cadenas de autorizaciones exigidas, y acabar de una
vez por todas con la fragmentación en la atención.
De ahí que el gran pilar tanto de la Política
como del Modelo, sea alcanzar la integralidad en la atención.
El gran objetivo, más que atender la contingencia
causada por la enfermedad o el trauma dentro de un modelo
curativo, es mejorar sustancialmente el estado de salud
del individuo y de los colectivos. De ahí que las
autoridades sanitarias, con el ministro Alejandro Gaviria
y el viceministro Fernando Ruiz a la cabeza, socializan
la política y el modelo argumentando que este sí
será un modelo al servicio de la gente.
Asimismo, se busca comprometer efectivamente a todos los
actores del ahora llamado Sistema de Salud -que se superpone
al Sistema General de Seguridad Social-, al logro de esos
grandes objetivos. Y se destaca el involucrar también
al individuo y los colectivos en el auto-cuidado de la salud,
como responsables ya no de gestionar la prestación
de un servicio sino de generar condiciones y entornos saludables.
Como en todos los inicios, hay mucha ilusión de que
ahora sí se lograrán encarrilar los esfuerzos
de todos los actores por el logro de esos grandes propósitos,
y que efectivamente se irán materializando progresivamente
en el tiempo, en mejores resultados en salud y mejor estado
de salud de la población colombiana. A eso en últimas
es a lo que siempre hemos aspirado desde que se instauró
el actual sistema de salud.
Pero a más del entusiasmo y del trabajo a emprender
para implementar el modelo en los procesos cotidianos de
las instituciones y de la comunidad, también hay
que hacer un llamado al gobierno nacional a que no puede
abandonar la búsqueda de soluciones efectivas y radicales
a la actual crisis de las instituciones, como aseguradores
y prestadores. A fin de cuentas, no se tocó la estructura
inicial del actual sistema y estos actores siguen cumpliendo
funciones dentro del nuevo modelo de atención.
El gobierno nacional no puede simplemente enfocar todos
sus esfuerzos al montaje del modelo, dejando en el camino
instituciones al borde del colapso, porque si no interviene
con entereza en el salvamento de las entidades del sector
salud, especialmente de clínicas y hospitales, se
puede quedar sin instituciones absolutamente necesarias
tanto dentro del anterior como del nuevo modelo.
Bienvenido el nuevo Modelo Integral de Atención en
Salud, pero el gobierno no puede dejar morir sus hospitales.
Los individuos y las comunidades, dentro de cualquier modelo
de atención, siempre los seguirán necesitando.
|