Quieren decirle adiós al plomo y al asbesto
Con el objetivo de lograr un ambiente libre de riesgos para la salud, Mesa Parlamentaria insiste en prohibir el asbesto y el plomo.
Redacción EL PULSO - elpulso@sanvicentefundacion.com
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Dos sustancias peligrosas atentan contra la vida de los colombianos y hasta ahora nada ha podido hacer el Congreso para prohibirlas, el asbesto y el plomo son, según la Mesa Parlamentaria por la Salud Pública, venenos. Esta Mesa, en un esfuerzo de legisladores de diferentes bancadas, busca poner en la agenda legislativa el tema de la salud pública, en temas que por cuenta de las mayorías atadas al Gobierno o a las empresas que hacen lobby, no logran posicionarse, dice el representante a la Cámara Óscar Ospina, quien preside la mesa.
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Uno de esos asuntos al que después de muchos intentos volverán a meterle el diente es a la prohibición del asbesto: “Está comprobado que esa fibra mata, ya en Colombia hay tres muertes comprobadas y no podemos seguir poniendo a los colombianos en peligro”, señala el senador Antonio Navarro Wolff.
Uno de esos casos es el de Ana Cecilia Niño, quien hasta los 17 años vivió en el barrio Pablo Neruda cerca de Sibaté en Cundinamarca, donde está localizada la fábrica de Eternit. Durante todos esos años estuvo expuesta a la fibra de asbesto. “Las calles del barrio se llenaban de un polvo por esos desechos, jugábamos a las escondidas entre los tubos rotos que dejaba la fábrica. El médico me explicó que esos desechos contenían asbesto, me dijo que él tenía muchos pacientes de esa zona, algunos vivos, otros no, que también padecieron mesoteliomas”, contó después de descubrir que sufría de esa modalidad de cáncer. Ana Cecilia murió el 9 de enero de este año, ya había presentado al Congreso un proyecto de ley para amparar su solicitud, una acción popular contra el entonces Ministerio de la Protección Social y una demanda contra el estado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La lucha de Niño por lograr que en el país se prohibiera el asbesto no dio frutos. Hoy su nombre lo lleva este proyecto de ley.
“Más de 56 países han prohibido el uso del asbesto por los daños irreparables en la salud. Colombia aún no lo prohíbe. El asbesto desintegra familias, apaga voces, ilusiones y sueños, desde el 2015 he liderado en el Congreso una iniciativa que busca prohibir el uso del asbesto porque no queremos más afectados, no queremos más muertes que se pueden prevenir”, advierte la senadora Nadia Blel Scaff, quien es la autora principal del proyecto.
la iniciativa está respaldada por organizaciones ambientalistas como Greenpeace que incluso el 19 de septiembre hizo un plantón frente al Capitolio exigiendo que se apruebe la prohibición. “Luego de siete intentos que fracasaron por favorecer intereses económicos del sector de la construcción, el Senado tiene que apoyar un proyecto que es prioritario para la salud de los colombianos. Una Colombia sin asbesto es posible”, sostuvo Silvia Gómez, coordinadora de Greenpeace Colombia.
El problema es mayúsculo. Desde la década de los 70 se sabe que las fibras de asbesto son perjudiciales para la salud, por eso muchas industrias del mundo han dejado de usarlo, ocurrió, por ejemplo con los lápices y las planchas para el cabello en Estados Unidos, al punto de que el consumo de asbesto en ese país que llegó a 803.000 toneladas métricas en 1973, se redujo a cerca de 360 para 2015.
Colombia podría hacerlo sin que ello signifique atentar contra la industria, argumenta el representante Óscar Ospina, porque ya está comprobado que el cáñamo de marihuana sirve para lo mismo que se usa el asbesto: “tiene las mismas propiedades y además es sismorresistente”. El proyecto de ley establece un periodo de 5 años para que las empresas realicen los desarrollos para prescindir de la fibra sin afectar su productividad.
El plomo no se queda atrás
Cada año, 143.000 personas mueren por problemas de salud derivados de la intoxicación por plomo, según la Organización Mundial de la Salud. La mayor causa de la intoxicación es la pintura utilizada para decorar paredes. Como en Colombia no se ha regulado la cantidad de plomo que puede tener una pintura no hay etiquetas que señalen el riesgo y el comprador no puede saber qué tan afectado podría resultar. Es muy sencillo, con el deterioro y la humedad la pintura se descascara y puede ser ingerida o inhalada por un menor que juegue en el piso. “El plomo produce problemas graves de salud”, explica el representante a la Cámara, Víctor Correa. Según la OMS, entre las principales secuelas por la exposición al plomo están la reducción de la capacidad cognitiva, dislexia, trastorno por déficit de atención y conducta antisocial. En casos más graves deriva en sordera, retraso mental, coma, convulsiones e incluso la muerte. Y aunque los científicos no han podido establecer la concentración de plomo tolerable, el proyecto de ley prohíbe el uso, fabricación, importación o comercialización de artículos que contengan plomo que exceda las 1.000 partes por millón en algunos casos y en otros, como la pintura, coinciden con los norteamericanos, la tolerancia será solo de 90 partes por millón.
Tire y afloje legislativo
El lobby de la industria, las campañas políticas en las que ya empiezan a verse inmersos los congresistas y los proyectos para la implementación del acuerdo de paz con las Farc, prioridad en la agenda, son los retos con los que encontrarán esto proyectos. Todos los legisladores consultados por EL PULSO aseguraron que se darán a la tarea de mantener vivos estos temas en la agenda, porque mientras más tiempo pase sin tomar decisiones sobre el plomo y el asbesto, más personas estarán en riesgo de morir, y no solo los consumidores, sino también los empleados de las industrias que se ven expuestos, como lo aclaró la representante Ángela Robledo: “Tenemos que llegar a un acuerdo con el Ministerio del Trabajo, es injusto que tengamos miles de personas expuestas a estas enfermedades para llevar algo de comer a sus familias”.
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