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La Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad
de Antioquia entregará al Ejecutivo y al Legislativo
las conclusiones de su 4º Congreso Internacional de Salud
Pública Globalización, Estado y Salud,
con el ánimo de presentar análisis y propuestas
que contribuyan a promover las transformaciones institucionales
y sociales que demanda el país, para reducir las inequidades
y potenciar la aplicación de múltiples recursos
en función del desarrollo social.
Del 10 al 12 de noviembre se dieron cita en Medellín
reconocidos expertos y autoridades internacionales en el tema
de salud pública, para abordar este debate de preocupación
por el futuro y por un presente que dé dignidad a las
personas en medio del influjo del fenómeno de la globalización. |
Aumentaron
las desigualdades
José Antonio Ocampo, Director de Asuntos Económicos
y Sociales de la ONU, señaló que la globalización
es multidimensional: no se reduce a aspectos económicos,
y que hoy se busca una agenda para equilibrar el mercado y la
cohesión social. De ahí que las cumbres mundiales
lideradas por distintos organismos de la ONU son un intento
de dar dimensión social a la globalización y lograr
que se convierta en una fuerza positiva para equilibrar el mundo.
Explicó que desde 1980 hubo un fuerte aumento de las
desigualdades en el mundo: entre países, por regiones
y la más preocupante: al interior de cada país;
sin embargo, pese a todo y en general, la desigualdad ha venido
disminuyendo en el mundo. También señaló
que hubo un efecto perverso de la distribución: El debilitamiento
de las instituciones de protección social después
de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de la promoción
de los Estados de bienestar. Insistió además,
en que la Nación seguirá siendo el espacio privilegiado
de la democracia, donde se resolverá esa tensión
entre mercado y cohesión social.
Viraje de la ruta
Para el Premio Nóbel de Economía, Manfred
Max Neef, estamos en la ruta equivocada y es el momento de hacer
el viraje. Reiteró que la economía está
para servir a las personas y no las personas para servir a la
economía, que el desarrollo tiene que ver con las personas
y no con objetos, que crecimiento y desarrollo son dos cosas
diferentes, que ningún sistema puede crecer al margen
del entorno y del medio ambiente porque la economía es
un subsistema finito de otro infinito como es la biosfera, y
finalmente, que debe preservarse el principio valórico
de que bajo ninguna circunstancia y consideración, ningún
proceso puede estar por encima de la vida.
Manifestó su duda de que lo que se está haciendo
actualmente en el ambiente de la globalización sea bueno
para la salud y advirtió que el lenguaje neoliberal de
las tres últimas décadas que conquistó
al mundo, es un lenguaje seudo religioso, dogmático y
científico, que domina una época en que la pobreza
y los desafíos globales han crecido paralelamente con
el florecimiento de las economías, la sobreexplotación
de recursos y la acumulación financiera en pocas manos
en obscenas proporciones: Tal vez por primera vez en la
historia, hay una generación dominada por un lenguaje
incoherente con los desafíos de su propio período
histórico. Logramos seres felices pero incompletos. Quizá
llegó el momento de hacer una pausa y reflexionar, con
todos los logros y azares. Hay que desenterrar el mapa alternativo
que nos rescate de nuestra confusión existencial.
De las relaciones internacionales a
la historia global
Para el chileno Hugo Fazio Vengoa, la esencia del cambio
de época que nos ha correspondido vivir, este cambio
civilizatorio de la globalización, consiste en que el
mundo se ha convertido en una categoría histórica
y, en este sentido, el desafío no consiste tanto en estudiar
la manera como la globalización ha transformado el universo
de las relaciones internacionales, como en desarrollar,
a partir de las dinámicas globalizantes, una propuesta
que permita dar cuenta del advenimiento de un tiempo global,
eje nodal de la historia global, principio que permite organizar
de manera novedosa lo internacional como intimidad del mundo
y no como exterioridad de las naciones.
Por su parte, la directora de la revista Nueva Gaceta y docente
de la Universidad Javeriana, Consuelo Ahumada, afirma sin embargo
que ya no vivimos el unanimismo de comienzos de los años
90, y que soplan vientos del sur, con propuestas
y realizaciones concretas para integrar a América Latina.
Agregó que la salud de los pueblos está por encima
de las ganancias de multinacionales: Ese clamor se escucha
en todo el mundo.
Desarrollo social en la globalización
El brasileño Armando de Negri parte de considerar
que la globalización no es una dimensión inmaterial
y recordó como después de la Segunda Guerra Mundial,
con la mundialización del capital se proponía
una economía sin valores, una doctrina o ideología
que pretendía ser hegemónica. Luego vino la década
perdida de los años 80, con un efecto devastador en los
indicadores sociales, y hoy se definen políticas económicas
que no tienen contenidos sociales con un discurso legitimador
incoherente. Las directrices económicas de organismos
internacionales promueven el recorte del gasto fiscal y ello
disminuye los recursos para lo social, donde la política
se convierte en la única esperanza para defender los
intereses nacionales y lo social. Resaltó que la hegemonía
mundial sirve los resultados financieros de los bancos que hoy
son los más altos de toda la historia, porque hoy no
importa la producción económica sino controlar
la realidad financiera del mundo: Si queremos construir
alternativas, hay que entender que no hay un camino único:
hay variadas formas de resistencia al capital organizado. |
Hay que hacer
una globalización de la solidaridad.
Giovanni Berlinguer
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Luego agregó:
la globalización no es fatalidad pero es fatal.
Afecta los servicios de salud. Se elevó a Canon el costo-beneficio
en salud. ¿Por qué no se vuelve a hablar de atención
básica? Las metas de salud internacional, como los Objetivos
de Desarrollo del Milenio, son testimonio del fracaso monumental
del modelo económico y social de la globalización,
y son regresión incluso frente a Alma Ata (1978): son
de pobreza franca. Es indicio de que un efecto de la mundialización
son las metas cada vez más restringidas y focalizadas.
En globalización se generó el divorcio entre acción
social y gubernamental. El Estado abandona sus deberes y pone
a la sociedad a reemplazarlo en esa tarea.
Mucho por hacer
Para el argentino Aldo Ferrer, la globalización
es un sistema de redes (financieras, de inversiones, de conocimiento)
que ha venido creciendo y también es un sistema de poder
que determina las reglas de juego (los imperios económicos,
la Organización Mundial de Comercio y demás centros
de poder). Pero, la globalización virtual es a la vez
escenario de dominio pero también de enormes posibilidades:
Hay desafíos internos, luego desafíos regionales
y luego hay que actuar juntos hacia el mundo para ser más
fuertes. El Estado-Nación sigue siendo protagonista fundamental
en las relaciones internacionales de desarrollo entre los países.
Y hay que rescatarlo.
El senador Carlos Gaviria, referenció el libro de Ralf
Dahrendorf, En busca de un nuevo orden, donde dice:
Jamás el capital había sido tan arrogante
como hoy, porque cada vez necesita menos del trabajo:
El capital impone sus condiciones; las leyes de flexibilización
laboral buscan abaratar la mano de obra para atraer la inversión
extranjera. Hay masas de pobres dispersas por el mundo que a
veces se unen para protestar y luego vuelven a dispersarse.
Entonces ya no hay confrontación de fuerzas, donde todo
lo podía el capital y algo los trabajadores: hoy el capital
destapa sus cartas e impone sus condiciones. En ese contexto
la democracia se debilita, pero se utiliza en el sentido ideológico
para decir que un Estado es democrático cuando no lo
es. 'Donde termina la esperanza, comienza el terrorismo' -citó
de nuevo Carlos Gaviria a Dahrendorf-. Y cuestionó
finalmente: ¿La globalización facilita o dificulta
a los Estados el garantizar el derecho a la salud pública?
Con el actual proceso inequitativo que procura fortalecer los
capitales internacionales, los Estados cada vez tendrán
menos poder e interés en garantizar el derecho a la salud.
¿Quién garantizará entonces el derecho
a la salud? ¿Organismos internacionales?
Para el representante de OPS en Perú, Carlos Brito, la
globalización adelgaza las posibilidades de la democracia
y debilita el Estado-Nación: La hegemonía
neoliberal del Consenso de Washington implicó profundos
cambios en los Estados. Las reformas de salud se dieron en los
contextos de otras reformas sociales y económicas. Los
proyectos sustituyeron a los programas y a las políticas
de salud. Se promovió la privatización, los copagos,
etc. Se dio el enfoque gerencialista, donde los criterios de
gestión privada sustituyeron lo público y las
políticas públicas, se privatizó el gasto
en salud, se abandonó la salud pública como responsabilidad
del Estado, y la relación Comercio-Salud plantea el dilema:
Salud como derecho vs Salud como mercancía. Además,
se desmontaron los sistemas de protección social y se
desprotege el recurso humano en salud, cuando sin él
no existen los sistemas de salud.
Para el salubrista Saúl Franco, director del doctorado
en Salud Pública de la Universidad Nacional, los organismos
internacionales tienen que globalizar esfuerzos por la salud:
por ejemplo, en las pandemias ni siquiera los Estados tienen
la capacidad individual de resolverlas: Globalizar la
salud tiene otros significados, como que toda la población
tenga acceso y que se universalice la salud. También
hizo un llamado a proteger el derecho al agua: Estar alertas
al ajuste hídrico en las diversas modalidades
de privatización del agua desde instancias económicas
internacionales. Hay que reafirmar el agua como recurso público
nacional reconocido así por el Estado, indicó.
La profesora Esperanza Echeverri, considera que hay que trazarle
otra direccionalidad a la globalización: Debe ser
asunto de debate internacional. Y como conclusión,
cabe el mensaje del italiano Giovanni Berlinguer, quién
explicó que hablar de una salud global plantea un poder
democrático universal: Hay que exigir a los Estados
la garantía a la salud pública, acumular fuerzas
por construir salud y bienestar humano en razón de Estado
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