MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 7    NO 87    DICIEMBRE DEL AÑO 2005    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

Retos y fracasos de la
relación Globalización-Estado-Salud

Redacción El Pulso - lpulso@elhospital.org.co
La Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia entregará al Ejecutivo y al Legislativo las conclusiones de su 4º Congreso Internacional de Salud Pública “Globalización, Estado y Salud”, con el ánimo de presentar análisis y propuestas que contribuyan a promover las transformaciones institucionales y sociales que demanda el país, para reducir las inequidades y potenciar la aplicación de múltiples recursos en función del desarrollo social.
Del 10 al 12 de noviembre se dieron cita en Medellín reconocidos expertos y autoridades internacionales en el tema de salud pública, para abordar este debate de preocupación por el futuro y por un presente que dé dignidad a las personas en medio del influjo del fenómeno de la globalización.
Aumentaron las desigualdades
José Antonio Ocampo, Director de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, señaló que la globalización es multidimensional: no se reduce a aspectos económicos, y que hoy se busca una agenda para equilibrar el mercado y la cohesión social. De ahí que las cumbres mundiales lideradas por distintos organismos de la ONU son un intento de dar dimensión social a la globalización y lograr que se convierta en una fuerza positiva para equilibrar el mundo. Explicó que desde 1980 hubo un fuerte aumento de las desigualdades en el mundo: entre países, por regiones y la más preocupante: al interior de cada país; sin embargo, pese a todo y en general, la desigualdad ha venido disminuyendo en el mundo. También señaló que hubo un efecto perverso de la distribución: El debilitamiento de las instituciones de protección social después de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de la promoción de los “Estados de bienestar”. Insistió además, en que la Nación seguirá siendo el espacio privilegiado de la democracia, donde se resolverá esa tensión entre mercado y cohesión social.
Viraje de la ruta
Para el Premio Nóbel de Economía, Manfred Max Neef, estamos en la ruta equivocada y es el momento de hacer el viraje. Reiteró que la economía está para servir a las personas y no las personas para servir a la economía, que el desarrollo tiene que ver con las personas y no con objetos, que crecimiento y desarrollo son dos cosas diferentes, que ningún sistema puede crecer al margen del entorno y del medio ambiente porque la economía es un subsistema finito de otro infinito como es la biosfera, y finalmente, que debe preservarse el principio valórico de que bajo ninguna circunstancia y consideración, ningún proceso puede estar por encima de la vida.
Manifestó su duda de que lo que se está haciendo actualmente en el ambiente de la globalización sea bueno para la salud y advirtió que el lenguaje neoliberal de las tres últimas décadas que conquistó al mundo, es un lenguaje seudo religioso, dogmático y científico, que domina una época en que la pobreza y los desafíos globales han crecido paralelamente con el florecimiento de las economías, la sobreexplotación de recursos y la acumulación financiera en pocas manos en obscenas proporciones: “Tal vez por primera vez en la historia, hay una generación dominada por un lenguaje incoherente con los desafíos de su propio período histórico. Logramos seres felices pero incompletos. Quizá llegó el momento de hacer una pausa y reflexionar, con todos los logros y azares. Hay que desenterrar el mapa alternativo que nos rescate de nuestra confusión existencial”.
De las relaciones internacionales a la historia global
Para el chileno Hugo Fazio Vengoa, la esencia del cambio de época que nos ha correspondido vivir, este cambio civilizatorio de la globalización, consiste en que el mundo se ha convertido en una categoría histórica y, en este sentido, el desafío no consiste tanto en estudiar la manera como la globalización ha transformado el universo de las “relaciones internacionales”, como en desarrollar, a partir de las dinámicas globalizantes, una propuesta que permita dar cuenta del advenimiento de un tiempo global, eje nodal de la historia global, principio que permite organizar de manera novedosa lo internacional como intimidad del mundo y no como exterioridad de las naciones.
Por su parte, la directora de la revista Nueva Gaceta y docente de la Universidad Javeriana, Consuelo Ahumada, afirma sin embargo que ya no vivimos el unanimismo de comienzos de los años 90, y que soplan “vientos del sur”, con propuestas y realizaciones concretas para integrar a América Latina. Agregó que la salud de los pueblos está por encima de las ganancias de multinacionales: “Ese clamor se escucha en todo el mundo”.
Desarrollo social en la globalización
El brasileño Armando de Negri parte de considerar que la globalización no es una dimensión inmaterial y recordó como después de la Segunda Guerra Mundial, con la mundialización del capital se proponía una economía sin valores, una doctrina o ideología que pretendía ser hegemónica. Luego vino la década perdida de los años 80, con un efecto devastador en los indicadores sociales, y hoy se definen políticas económicas que no tienen contenidos sociales con un discurso legitimador incoherente. Las directrices económicas de organismos internacionales promueven el recorte del gasto fiscal y ello disminuye los recursos para lo social, donde la política se convierte en la única esperanza para defender los intereses nacionales y lo social. Resaltó que la hegemonía mundial sirve los resultados financieros de los bancos que hoy son los más altos de toda la historia, porque hoy no importa la producción económica sino controlar la realidad financiera del mundo: “Si queremos construir alternativas, hay que entender que no hay un camino único: hay variadas formas de resistencia al capital organizado”.
Hay que hacer una globalización de la solidaridad.
Giovanni Berlinguer
Luego agregó: “la globalización no es fatalidad pero es fatal. Afecta los servicios de salud. Se elevó a Canon el costo-beneficio en salud. ¿Por qué no se vuelve a hablar de atención básica? Las metas de salud internacional, como los Objetivos de Desarrollo del Milenio, son testimonio del fracaso monumental del modelo económico y social de la globalización, y son regresión incluso frente a Alma Ata (1978): son de pobreza franca. Es indicio de que un efecto de la mundialización son las metas cada vez más restringidas y focalizadas. En globalización se generó el divorcio entre acción social y gubernamental. El Estado abandona sus deberes y pone a la sociedad a reemplazarlo en esa tarea”.
Mucho por hacer
Para el argentino Aldo Ferrer, la globalización es un sistema de redes (financieras, de inversiones, de conocimiento) que ha venido creciendo y también es un sistema de poder que determina las reglas de juego (los imperios económicos, la Organización Mundial de Comercio y demás centros de poder). Pero, la globalización virtual es a la vez escenario de dominio pero también de enormes posibilidades: “Hay desafíos internos, luego desafíos regionales y luego hay que actuar juntos hacia el mundo para ser más fuertes. El Estado-Nación sigue siendo protagonista fundamental en las relaciones internacionales de desarrollo entre los países. Y hay que rescatarlo”.
El senador Carlos Gaviria, referenció el libro de Ralf Dahrendorf, “En busca de un nuevo orden”, donde dice: “Jamás el capital había sido tan arrogante como hoy”, porque cada vez necesita menos del trabajo: “El capital impone sus condiciones; las leyes de flexibilización laboral buscan abaratar la mano de obra para atraer la inversión extranjera. Hay masas de pobres dispersas por el mundo que a veces se unen para protestar y luego vuelven a dispersarse. Entonces ya no hay confrontación de fuerzas, donde todo lo podía el capital y algo los trabajadores: hoy el capital destapa sus cartas e impone sus condiciones. En ese contexto la democracia se debilita, pero se utiliza en el sentido ideológico para decir que un Estado es democrático cuando no lo es. 'Donde termina la esperanza, comienza el terrorismo' -citó de nuevo Carlos Gaviria a Dahrendorf-”. Y cuestionó finalmente: ¿La globalización facilita o dificulta a los Estados el garantizar el derecho a la salud pública? Con el actual proceso inequitativo que procura fortalecer los capitales internacionales, los Estados cada vez tendrán menos poder e interés en garantizar el derecho a la salud. ¿Quién garantizará entonces el derecho a la salud? ¿Organismos internacionales?”
Para el representante de OPS en Perú, Carlos Brito, la globalización adelgaza las posibilidades de la democracia y debilita el Estado-Nación: “La hegemonía neoliberal del Consenso de Washington implicó profundos cambios en los Estados. Las reformas de salud se dieron en los contextos de otras reformas sociales y económicas. Los proyectos sustituyeron a los programas y a las políticas de salud. Se promovió la privatización, los copagos, etc. Se dio el enfoque gerencialista, donde los criterios de gestión privada sustituyeron lo público y las políticas públicas, se privatizó el gasto en salud, se abandonó la salud pública como responsabilidad del Estado, y la relación Comercio-Salud plantea el dilema: Salud como derecho vs Salud como mercancía. Además, se desmontaron los sistemas de protección social y se desprotege el recurso humano en salud, cuando sin él no existen los sistemas de salud.
Para el salubrista Saúl Franco, director del doctorado en Salud Pública de la Universidad Nacional, los organismos internacionales tienen que globalizar esfuerzos por la salud: por ejemplo, en las pandemias ni siquiera los Estados tienen la capacidad individual de resolverlas: “Globalizar la salud tiene otros significados, como que toda la población tenga acceso y que se universalice la salud”. También hizo un llamado a proteger el derecho al agua: Estar alertas al “ajuste hídrico” en las diversas modalidades de privatización del agua desde instancias económicas internacionales. Hay que reafirmar el agua como recurso público nacional reconocido así por el Estado, indicó.
La profesora Esperanza Echeverri, considera que hay que trazarle otra direccionalidad a la globalización: “Debe ser asunto de debate internacional”. Y como conclusión, cabe el mensaje del italiano Giovanni Berlinguer, quién explicó que hablar de una salud global plantea un poder democrático universal: “Hay que exigir a los Estados la garantía a la salud pública, acumular fuerzas por construir salud y bienestar humano en razón de Estado” .
 
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