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Tragedias previsibles y sin fin

Por: Redacción EL PULSO
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Colombia es un país sin memoria, pero no porque no se escriba la historia, sino porque las voces que advierten los peligros se desconocen, y se toman decisiones que terminan repitiendo los hechos. En el caso de del sistema de salud, Cafesalud es un buen ejemplo de un deterioro que en su momento fue advertido y que se produjo más rápido de lo esperado.

Cafesalud comenzó como una empresa de medicina prepagada en 1991 que se escindió en 2007 para convertirse también en una entidad promotora de salud (EPS). Sin embargo su accionar no fue el ideal, el 30 de enero de 20112, la Superintendencia Nacional de Salud, decretó medida cautelar preventiva de vigilancia especial, con el fin que la EPS presentará y ejecutará un plan de acción que le permitiera subsanar las deficiencias.

Las condiciones de funcionamiento de Cafesalud no mejoraron, y por el contrario las acciones de la Supersalud se continuaron con prórrogas, que si bien desde la visión oficial se pueden entender como medidas que buscaban ampliar los plazos para el mejoramiento, resultaron dando oxígeno y tiempo a una empresa que mostraba serios problemas. Fue así como se expidieron las resoluciones 00051 del 17 de enero de 2013, la 001241 del 18 de julio de 2013, la 001784 del 27 de septiembre de 2013, la 000582 del 31 de marzo de 2014, la 002468 del 26 de noviembre de 2014, y la 001610 del 28 de agosto de 2015, prorrogas que no se tradujeron en una EPS sostenible que prestara buenos servicios a sus afiliados.

En plena crisis, en 2015, Saludcoop, que se encontraba en expansión mercantil, adquirió a Cafesalud a la Federación Colombiana de Cafeteros, su propietaria, por cerca de 25 millones de dólares. En ese momento era una EPS que afiliaba a casi dos millones de personas de los dos regímenes. El negocio se dio en cierta forma mediada por una nueva resolución de la Superintendencia que el 24 de noviembre de 2015, la 002027, levantó la restricción de realizar nuevas afiliaciones a Cafesalud. Pero además, coincidió con el momento en que se agudizaba la crisis que también había tocado a SaludCoop, impulsada más por los descubrimientos de malos manejos de los recursos de la salud. Con lo que la compra era más la búsqueda de una potencial salida ante posibles sanciones que se veían llegar.

Días después, mediante la Resolución No. 2422 de 2015, la Superintendencia Nacional de Salud aprueba el plan especial de asignación de Afiliados presentado por SaludCoop EPS, que ya se encontraba en liquidación, mediante el cual el total de su población afiliada fue asignada a Cafesalud EPS S.A.

Sin embargo, y como lo advirtieron en su momento asociaciones como Acesi, la ACHC, AESA, entre otras, el resultado fue peor y frente a la situación financiera que presentaba la EPS Cafesalud, se produjo por parte de la Supersalud y del Ministerio de Salud una evaluación que concluyó que buscar una reorganización institucional era el mecanismo que mejor protegía la continuidad en la prestación del servicio y la continuidad en las operaciones de la EPS. Para esto el Minsalud expidió en pocos meses una serie de actos legislativos que dieron origen a la figura de reorganización de las aseguradoras en salud, pero que además tenía otro objetivo, maximizar el precio de venta de la sociedad.

Fue así como comenzó el más reciente entuerto en la historia de esas EPS, y se dieron las condiciones para la creación de Medimás mediante la Resolución No. 2426 del 19 de julio de 2017.

Deudas insolutas

Los problemas financieros ocasionados sobre los prestadores del país por liquidaciones como las de Cafesalud, Cruz Blanca, y otras EPS, se podrían ver prolongados durante años con el anuncio de la liquidación de Coomeva, y ahora con la de Medimás, situaciones frente a las cuales no hay razones para ver panoramas diferentes en cuanto al saneamiento de sus carteras, y más si se tiene en cuenta que el nivel de deterioro de sus indicadores era progresivo durante años.

La Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas – ACHC – ha insistido desde hace años en la necesidad de una ley de quiebras para el sector y de un fondo que garantice el pago de deudas que dejan las EPS las liquidadas, sin embargo la propuesta no ha sido incorporada en ninguna de las varias reformas al sistema de salud, ni ha encontrado eco en los recientes gobiernos.

Por su parte, Olga Lucia Zuluaga, directora ejecutiva de Acesi, gremio de los hospitales públicos, considera que los anuncios del liquidador de Cafesalud y Cruz Blanca deja en serias dificultades a la red pública a nivel nacional. “Fueron servicios prestados por estas instituciones y quedan sin un pagador, y por ende las deudas que se tienen hacia proveedores y talento humano en muchas ocasiones quedan también sin cómo poderse pagar”.

Y agrega: “Este es un tema repetitivo generado por liquidaciones que de alguna u otra manera se demoran mucho tiempo, como el caso de Cafesalud, e incluso por intervenciones que en un momento determinado se dan cuanto la EPS ya prácticamente está con unos estados financieros tan deteriorados que no tiene como resolver las deudas a los prestadores”.

La doctora Zuluaga anota que a pesar de que en la normatividad existe una obligatoriedad por parte de estas entidades, las cuales son responsables por delegación del estado del aseguramiento en salud de los colombianos, así como de cumplir con unos márgenes de solvencia y unos indicadores de patrimonio mínimo, pero además, a pesar de que se evidencia que estos no se cumplen en las evaluaciones trimestrales que hace la Supersalud, “vemos con el pasar del tiempo y con las normas que les prolongan el tiempo en que deben ser mejorados, que realmente los resultados son lo que hoy en día estamos viendo: grandes afectaciones a los prestadores tanto privados como públicos”.

Un fracaso anunciado

Fue hasta la expedición de la Resolución No. 007172 del 22 de julio de 2019, que la Superintendencia Nacional de Salud ordenó toma en posesión inmediata de los bienes, haberes, negocios y la intervención forzosa administrativa para liquidar a Cafesalud. Allí se nombró también a Felipe Negret Mosquera, quien declaró hace pocas semanas la incapacidad de honrar todas las deudas.

En su momento, el consorcio Prestasalud, elegido como el nuevo dueño de la Cafesalud, presentó una oferta de compra por $1,4 billones, dinero que según la entonces agente especial liquidadora, Ángela María Echeverry, se destinarían a pagarle a los acreedores y a la red de prestadores. Situación que no se cumplió.

Desde un principio las dudas frente al negocio fueron ampliamente divulgadas, incluyendo una serie de objeciones graves presentadas por la Procuraduría, que al lado de varios gremios manifestaron su preocupación frente al futuro inmediato de esta entidad.

Por ejemplo, Acesi, pidió que se aclarara cuándo, cómo, dónde y en qué orden se pagarían las deudas de Cafesalud, y en comunicado de prensa insistió en lo que ha sido una queja reiterada frente al sistema: “esta transacción deja dudas sobre la figura del aseguramiento a través de las EPS” y añadió: “si se logra estructurar una eficiente red integrada de servicios, como lo plantea la Ley 1438/11 y la Ley Estatutaria, se abre la puerta para la eliminación de las empresas promotoras de salud”.


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