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En Colombia los
hospitales son santos,
vírgenes y mártires
Hernando
Guzmán Paniagua Periodista - elpulso@elhospital.org.co
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Cerca de la mitad
de los hospitales de Colombia llevan nombres de santos. Es la
forma de buscar en el cielo el patrocinio que se les niega en
la tierra. En la red asistencial figuran todos los santos, incluso
los de El Tiempo, encabezados por el Presidente Eduardo Santos
y su familia.
La mayoría de los santos que apadrinan hospitales fueron
protectores de los enfermos, o tuvieron que ver con la medicina
y la salud. Otros no lo fueron, y otros sí pero no aparecen.
Entonces, ni son todos los que están ni están
todos los que son. Esta es la primera aproximación a
un estudio de la compleja nomenclatura hospitalaria del país.
No incluye clínicas, centros, puestos de salud y otras
IPS, que estudiaremos más tarde.
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De las bases de datos de la Asociación
Colombiana de Hospitales y Clínicas, del Ministerio de
Transporte y listados regionales, reunimos información
de más del 90% de los centros. De 735 hospitales de Colombia,
cerca de 50% (324) llevan nombres del santoral católico,
156 tienen nombres de personajes (21.2%) y los 250 restantes,
nombres piadosos, de lugares, técnicos o de empresas.
San Juan de Dios, el campeón
San Juan de Dios (1495-1550), virtuoso varón portugués
que desempeñó su misión humanitaria en
España, ampara el mayor número de hospitales.
Gana en el país lo mismo que el Presidente Uribe: con
los votos de Antioquia. Patrocina 42 hospitales,19 de ellos
paisas. Fundó la Orden de la Caridad; luchó en
el ejército español contra los franceses y contra
los turcos. Se dice que como soldado practicó todos los
pecados capitales, en especial la lujuria, la gula y la intemperancia
etílica en grado sumo. Luego de oír al predicador
Juan de Ávila deambuló loco por las calles, entregó
todos sus bienes y se hizo internar en un manicomio, donde conoció
los padecimientos de los enfermos mentales a quienes dedicó
en especial su vida.
San Juan de Dios alquiló un albergue para enfermos pobres
y desamparados y vendió madera para sostener a sus hermanos.
Es patrono de los enfermos y de los hospitales, junto con San
Camilo de Lelis. Su nombre estuvo en el hospital más
importante el país: el San Juan de Dios de Bogotá
(La Hortúa), que no sobrevivió pese al celestial
auxilio. |
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Rafael, José
y María
San Rafael Arcángel y San José el esposo de María
empatan en el segundo lugar de la tabla con 33 centros a su
nombre cada uno. El nombre de Rafael significa medicina de Dios,
pertenece con Gabriel y Miguel a la trilogía de arcángeles
enviados por Dios a la tierra con misiones especiales. En el
relato bíblico curó a Tobías de su ceguera.
San José, esposo de María y padre putativo de
Jesús, como dice la Novena de Aguinaldo, con 33 hospitales
bajo su custodia (14 en Antioquia) le gana a la Santísima
Virgen por la mínima diferencia: ella tiene 32.
Es ejemplo del buen esposo, e irónicamente para los hospitales,
donde luchan por sobrevivir a los pacientes, es patrono de la
buena muerte.
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La Madre de Dios es símbolo inefable de
fortaleza en el dolor. Sobresalen las advocaciones de Nuestra
Señora del Carmen (5 hospitales), María Auxiliadora
(4), Nuestra Señora de los Remedios (3) y luego las del
Pilar, La Inmaculada, Del Perpetuo Socorro, Del Rosario, De
Fátima, La Milagrosa, La Candelaria, Lourdes, De los
Santos, La Asunción, Santa María o simplemente
La María, como un hospital de Medellín.
San Vicente de Paúl y los Lazaristas
San Vicente de Paúl, -cuarto en el escalafón
con 30 hospitales-, de Puy, Gascuña-Francia (1581-1660),
es el fundador de los Lazaristas o Padres de la Misión.
Ayudó en su parroquia a los enfermos pobres, luchó
contra la desigualdad social y organizó grupos de caridad.
El nombre de Lazaristas viene de la casa que le dio el arzobispo
de París en el Priorato de San Lázaro para sus
enfermos. Su mediación valió el rescate de 1.200
esclavos cristianos en manos de los turcos, fundó una
casa para niños abandonados y en la Guerra de los 30
Años organizó una red de ayudas con más
recursos que el presupuesto del Estado francés. El santo
patrono del Hospital Universitario de Medellín y de otros
29 hospitales, sentenció: Ser cristianos y ver
sufrir al hermano sin sufrir con él, sin estar enfermo
con él, significa no tener piedad, ser cristianos sólo
de nombre.
Santos para todo
San Antonio de Padua (1195-1231), fraile franciscano
ejemplar, doctor de la Iglesia, nació en Portugal como
San Juan de Dios: 26 hospitales llevan el nombre de quien defendió
a los pobres de los usureros, y a los presos. Abogado de las
mujeres estériles, cura el peor de los males: el de amor,
ayuda a conseguir buen esposo o esposa y a encontrar los objetos
perdidos (incluyendo al marido o la señora). Murió
de hidropesía en Padua (Italia).
El dulce San Francisco de Asís, el trovador de Dios,
quien se enfrentó al Papa para defender la pureza del
mensaje cristiano, patrocina 14 hospitales; signo de la pobreza
evangélica, vio en los pobres la imagen de Cristo. |
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Con menos hospitales figuran santos insignes:
el legendario San Roque, patrono contra las pestes, sobre todo
el cólera, no canonizado oficialmente, era de Montpellier,
Francia. Cuidando a los enfermos de peste se contagió,
donó su herencia a los pobres, fue protegido por un perro
y curado por un ángel. San Isidro Labrador, madrileño
(1070-1130), cuidó con su esposa a campesinos enfermos
y un ángel lo reemplazaba en el arado. San Sebastián,
mártir italiano que murió asaeteado, es abogado
contra la peste por haber curado una epidemia en Roma en 680
tras una procesión con sus reliquias. San Jorge, turco,
mártir decapitado, patrono de Inglaterra, libró
a Capadocia de un dragón que devoraba ovejas y víctimas
humanas; se lo invoca contra fiebres, pestes, tentaciones e
injurias. |
San Carlos Borromeo, arzobispo de Milán,
doctor en derecho y cardenal, auxilió a enfermos y moribundos
en la peste de 1576-77.
Son honrados también San Pablo, apóstol de los
gentiles, San Juan apóstol y San Juan Bautista por su
relación especial con el Señor, y San Cristóbal,
que curó con su sangre la ceguera al rey que lo mandó
decapitar. El italiano San Camilo de Lelis (1550-1614), militar,
jugador, libertino, se santificó en el servicio a los
enfermos en Roma, fundó la Congregación de los
Ministros de los Enfermos, fijó reglas mínimas
para el cuidado de pacientes cuando los hospitales carecían
de asepsia y los enfermeros (muchos de ellos reos condenados)
eran negligentes e inhumanos; este patrono de los enfermos,
de los hospitales y del personal sanitario, padeció siempre
de dolor progresivo en las piernas y de cólicos nefríticos.
A San Cayetano se invoca también contra la peste, a San
Andrés apóstol contra la gota, las convulsiones
y la erisipela que él mismo sufrió. San Lucas
evangelista y médico de Antioquía (Siria), es
patrono de los cirujanos. San Bartolomé apóstol
(o Natanael) curó a enfermos y posesos, y es abogado
contra enfermedades nerviosas, convulsiones y afecciones cutáneas.
Otros centros llevan los nombres de Santo Domingo de Guzmán,
abogado contra las calenturas; San Pascual Bailón, para
la buena muerte; de San Julián el Hospitalario, quien
después de matar a sus padres por error o maldición,
se hizo penitente y fundó un hospicio para enfermos en
Provenza (Italia). Otros invocan al peruano San Martín
de Porres, farmacéutico y médico milagroso que
convirtió su casa en hospital, murió de tifus
y es patrono de la justicia social; a San Blas, contra la tos
y la asfixia; a San Judas Tadeo, abogado de los casos difíciles
(como el Hospital de Simití, Bolívar) y a San
Lorenzo, mártir que fue asado vivo y encima, la Iglesia
lo declaró patrono de los cocineros. Otros tienen nombres
de Papas como Pío X, Pío XII, Juan XXIII y San
Antero (Córdoba), donde celebran la Fiesta del Burro.
No faltan doctores de la iglesia como Santo Tomás, San
Agustín, San Jerónimo, San Vicente Ferrer, San
Bernardo y San Benito Abad, y otros hombres de Dios como los
santos Esteban protomártir, Simón, Francisco de
Paula, Pedro, Francisco Javier, Nicolás de Tolentino,
Jacinto, Martín de Loba, Marcos, Juan Nepomuceno, Luis,
Zenón, los arcángeles Gabriel y Miguel, Bernardino,
Bernabé, Ricardo, Joaquín, Salvador y Diego. En
cambio, a muchos santos invocados para la salud no les tocó
hospital en Colombia, como un español llamado San Pedro
de San José Betancur, fundador de los Betlehemitas, en
cuya casa nació el Hospital de Guatemala, al servicio
de los enfermos pobres; San Ciro, jesuita, misionero y médico
sobrenatural, y San Gerardo María Mayella, abogado contra
el cáncer, entre otros. Hay co-patrocinios, como San
Pedro y San Pablo (La Virginia), San Luis y San
Isidro en Bogotá y La Sagrada Familia
en Campamento (Antioquia) y Toro (Valle). Caso curioso, el del
Hospital San Félix de La Dorada, que no debe
su nombre a ninguno de los16 San Félix del santoral,
sino al doctor Félix Henao Toro, fundador y primer director.
Mención aparte merecen las santas. Fuera de la Virgen,
gana Santa Ana, su madre, con 7 hospitales, patrona del matrimonio,
del buen parto, de madres, viudas y amas de casa. |
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Dicen que después de San Joaquín,
se casó otras dos veces y tuvo otras dos Marías.
También hay hospitales confiados a Santa Sofía,
virgen y mártir, abogada de las viudas, y a Santa Bárbara,
de las niñas y los moribundos, contra las pestes, fiebres
y tormentas (y con todo, el Concilio Vaticano II la bajó
del altar). También están Santa Lucía y
Santa Clara de Asís, contra enfermedades visuales. Las
santas Marta; Cecilia, patrona de la música; Teresa de
Jesús, cuidadora de enfermos; Matilde; Rita de Cassia;
Mónica; Catalina; Margarita; Teresita del Niño
Jesús; Rosa de Lima; Librada e Isabel.
Con tal avalancha de santos, hasta el mismo Nuestro Señor
Jesucristo, Santo de los Santos, resultó damnificado
con apenas10 hospitales: 5 llamados Sagrado Corazón
de Jesús, tres Divino Niño, y dos Cristo
Rey y Divino Salvador. Otros centros asistenciales tienen nombres
piadosos como la Santa Cruz, La Misericordia, La Merced, Nazareth,
El Buen Samaritano, La Samaritana, Los Ángeles, La Buena
Esperanza y La Resurrección. |
Patrocinios terrenales
156 hospitales colombianos fueron bautizados con nombres
de personajes diversos, muchos de ellos santos dignos de veneración,
y otros más del mundo, sus pompas y seducciones. El nombre
del presidente Eduardo Santos quedó en los hospitales
de Istmina (Chocó) y La Unión (Nariño),
el de su esposa Lorencita Villegas de Santos en Samaniego y
Bogotá, y el de la fallecida hija de ambos, Clarita Santos,
en Bogotá y Sandoná (Nariño).
Marco Fidel Suárez bautizó uno de Bello (Antioquia);
de resto los presidentes de los siglos XX y XXI son escasos,
no así en las clínicas (Misael Pastrana, Carlos
Lleras), pero en Bogotá está el del Presidente
Kennedy de EU, infaltable en cualquier ciudad de América
Latina. Rosario Pumarejo de López se llama el hospital
de Valledupar. El de Zulia, Norte de Santander Juan Luis
Londoño, el fallecido ministro. Los próceres,
héroes, caudillos políticos y presidentes del
siglo XIX sí abundan, empezando por Simón Bolívar,
Francisco de Paula Santander, Antonio Nariño, José
María Córdoba, Policarpa Salavarrieta, José
Antonio Galán, Gaitán, Rafael Uribe Uribe, La
Gaitana, Ricaurte, José Maria Carbonell.
También hay reinas (no de belleza), como Isabel La Católica
en Cáceres (Antioquia) y Reina Sofía de España
en Lérida (Tolima). Médicos: Pasteur, Manuel Uribe
Ángel, Manuel Elkin Patarroyo, Félix Henao Toro,
entre otros. Hay muchos hospitales con nombres de personajes
asesinados: Luis Carlos Galán Sarmiento, los gobernadores
de Antioquia Antonio Roldán Betancur -médico-
(Apartadó y La Pintada, Antioquia) y Guillermo Gaviria
Correa (Caicedo, Ant.), los ilustres galenos Héctor Abad
Gómez y Leonardo Betancur Taborda, -baleados juntos-,
y en Cali el Hospital Monseñor Isaías Duarte Cancino.
Filántropos, líderes políticos y comunitarios,
sacerdotes y otros personajes aparecen en las puertas y en las
morosas facturas de múltiples hospitales. Luz Castro
de Gutiérrez y Pablo Tobón Uribe entre otros,
en Medellín. En Ibagué Federico Lleras Acosta;
en Cali Evaristo García; en Bucaramanga Ramón
González Valencia; en Jardín (Antioquia) Gabriel
Peláez Montoya, uno de los fundadores del pueblo; en
Sopetrán el fallecido dirigente liberal Horacio Muñoz
Suescún; en Acandí (Chocó) Lazcario Barboza;
en Carmen de Carupa (Cundinamarca) Habacuc Calderón;
en el eje cafetero está la ESE Rita Arango Álvarez
del Pino, etc. Hay nombres exóticos de lugares, como
Hospital San Juan de Puerto Rico de Tiquisio (Bolívar),
y curiosos o crípticos como Mamá Dominga
en el resguardo indígena de Guambía o CXAYU
CE JXUT en Jambaló y Toribío.
Con patronos en el cielo, la tierra, el Purgatorio o el Infierno,
la mayoría de los hospitales imploran que alguien los
saque de penas y los lleve a descansar. Ahora, ¿por qué
predominan los santos en la red hospitalaria de Colombia? Tal
vez por aquel dicho popular: Si se alivió, fue el santo;
si se murió, fue el doctor. |
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