Según el Informe ONU 96-97, las cooperativas que
desarrollan su quehacer en el sector de la salud, agrupan
a más de 100 millones de personas en el mundo. Y
según la Organización Internacional de Cooperativas
de Salud -IHCO-, en su gran mayoría, esas experiencias
cooperativas sanitarias han demostrado no perseguir el lucro,
sus asociados son propietarios de la entidad y de sus bienes
de producción, son independientes, muestran interés
y preocupación social comunitaria, son adecuadas
para países emergentes y necesarias en países
desarrollados, son eficientes agentes de contención
de costos con elevados estándares de calidad y son
bien aceptadas por los usuarios.
En Colombia, no se desconoce la importancia de las instituciones
de la economía social. Y en el área de la
salud, se sabe de experiencias valiosas que han contribuido
al mejor estar en salud de la población y de los
asociados. Sin embargo, la proliferación y el abuso
en los últimos años de la figura de la Cooperativa
de Trabajo Asociado, de la cual se echó mano para
hacer intermediación laboral y desconocer o evadir
el reconocimiento del pago justo por su labor a los profesionales
y trabajadores de la salud, hizo que el gobierno y los organismos
de coordinación de las entidades solidarias, se orientaran
a buscar un cambio en el modelo, que impidiera el aprovechamiento
de estas entidades y reivindicara los justos derechos laborales
de sus asociados.
Llega así al Congreso de la República el proyecto
de ley 144/07 Cámara, de origen gubernamental, que
no sólo busca que las Cooperativas de Trabajo Asociado
paguen aportes parafiscales, sino que modifica su régimen
de manera que entren a ser responsables y solidarias con
el reconocimiento de las obligaciones laborales propias
del trabajo dependiente, y que establece prohibiciones para
evitar que sigan siendo usadas como bolsas de empleo
para intermediación laboral o tercerización
de la contratación.
El proyecto de ley está pendiente de la aprobación
en Senado, pero todo parece indicar que sería aprobado
con el articulado definido en la Cámara de Representantes.
La expectativa es ahora, que el cambio de régimen
en verdad permita recuperar la esencia de estas entidades
cooperativas, para que puedan prestar un eficaz y eficiente
servicio en salud a la población, pero que a la vez
impacten en la calidad de vida de sus asociados, con mejoramiento
de sus ingresos y oportunidades de crecimiento empresarial
en el ejercicio de su tarea en el sector salud.
El propósito es lograr que en verdad sean gestoras
del desarrollo de sus asociados, que les aporten económicamente
en justa medida y que les posibiliten desempeñar
su actividad profesional en el área de la salud,
bajo criterios exigentes de calidad y oportunidad, para
ganar reconocimiento como organizaciones solidarias fieles
a los nobles y loables principios cooperativos, y puedan
prestar un servicio eficiente y eficaz en salud.
Que el paradigma sea en verdad el deseo de ayudar y compartir,
sin caer en visiones de caridad o solidaridad mal entendidas,
sino que las Cooperativas de Trabajo Asociado puedan fortalecerse
como tales, con respeto por la doctrina y la práctica
solidaria, pero a la vez, con criterios empresariales y
responsables, donde la justicia empiece por casa, con reconocimiento
de las obligaciones legales en materia laboral para sus
asociados, sin que se presten a utilizaciones corruptas
por parte de empresarios o terceros.
Así, los profesionales de la salud que optaron por
desempeñarse dentro del modelo cooperativo asociado,
podrán avanzar en el camino de recuperar parte del
reconocimiento perdido y mejorar sus condiciones de desempeño
laboral en un mundo cada vez más competido y cerrado.
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