DELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 10    No. 120 SEPTIEMBRE DEL AÑO 2008    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

 
Aunque pocos lo crean, en los albores del siglo XXI, en medio de la expansión de Norteamérica jugando el papel de potencia imperial, y llevando tras ella la influencia de sus patrones culturales, el español es la lengua de más alto crecimiento en el planeta. Se calcula que existen entre 450 y 500 millones de hispanohablantes, y aunque lenguas como el chino, el hindú y el inglés cuentan con más practicantes, el español es el segundo idioma en extensión y no focalizado geográficamente, y por lo tanto, es más universal.
Países como Brasil lo declararon su segunda lengua, en China se enseña en las principales universidades, 17 países lo tienen como lengua única y 4 como lengua compartida. Estados Unidos es el quinto país con hispanohablantes del mundo y después de la década de los 60's, cuando hablar español allí era denigrante, o en los 80's cuando surgieron movimientos de English only, en 2007 el 60% de quienes estudiaban otro idioma en esa nación, habían escogido el español.
El 5,7% de las personas del planeta hoy hablan español, mientras idiomas como el ruso es hablado solamente por el 2,2%, y el francés y el alemán por el 1,4% de la población. El Instituto Cervantes calcula que en el año 2030 los hispanohablantes en el mundo serán el 7,5% y en 2050 llegarán al 10%. El escritor Daniel Samper Pizano atribuye éste crecimiento, medio en broma y medio en serio, a factores exógenos a los lingüísticos: ”El crecimiento del español está directamente relacionado con la potencia sexual, los latinos se van más a la cama y tienen más hijos, y eso no es el resultado del trabajo de difusión de las academias de la lengua ni del impulso del español por sí mismo, sino de la demografía”. Sin embargo, el futuro del español no es tan promisorio.
El desarrollo acelerado de la Internet llevó a pensar que su propagación terminará influyendo la estructura y pervivencia del español, campo en el cual las cifras cambian radicalmente: mientras el número de páginas web en inglés llega al 45% del total de la red, las de otros idiomas como el español sólo alcanzan el 4,5%, el francés un 5% y el italiano un 3%. La razón, la centralización en los países industrializados del acceso a Internet como herramienta tecnológica: el 63% de los norteamericanos usan Internet y en la Unión Europea el 44%. En contraste, en América Latina sólo un 11% accede a la red y en países como Perú solo el 6% de las personas tiene computadora y escasamente el 1% accede a Internet. La primera conclusión, y ya preocupante, es que no existe correspondencia entre el número de hablantes en español con el número de páginas que utilizan este idioma como base, y al considerar Internet como la estructura fundamental de las comunicaciones interpersonales en el nuevo siglo, la amenaza se torna evidente.
Las explicaciones para esta disparidad son varias; los académicos de la lengua y de otros campos del conocimiento, opinan que los trabajos científicos en español y en general la posibilidad de tener páginas web en la lengua de Cervantes es reducida, debido al bajo nivel educativo de los hispanohablantes y al bajo apoyo político a la investigación y al desarrollo tecnológico. La consideración tiene su asidero: la hegemonía del inglés como lengua de publicación es absoluta en las ciencias naturales, aplicadas y tecnologías; sólo 3% de publicaciones en Estados Unidos no son en inglés, lo que obliga a las comunidades científicas o lectores legos a traducir o leer necesariamente en inglés.
Según el escritor Antonio Muñoz Molina,
“la amenaza del español no es el inglés sino la
pobreza, no es el Internet sino la falta de educación”
, alerta corroborada por el presidente de la Real
Academia Española, Víctor García de la Concha:
“Lo que el mundo hispanohablante tiene
es hambre y sed de justicia”.
Hay otra señal de alerta para el futuro del español, según el escritor Antonio Muñoz Molina: “La amenaza del español no es el inglés sino la pobreza; no es el Internet sino la falta de educación”, alerta corroborada por el presidente de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha: “Lo que el mundo hispanohablante tiene es hambre y sed de justicia”. Desde éste punto de vista, la supervivencia de la lengua de Quevedo no dependería de los académicos ni de sus hablantes, sino de los políticos, y ahí, el panorama se oscurece. Mientras en Brasil hay 193 alumnos por computador, siendo el país de América Latina con mayor número, en Norteamérica hay 10 alumnos por equipo.
La amenaza tecnológica
La rápida adaptación y tránsito a una sociedad basada en la información, a su vez soportada en la tecnología, no permite dimensionar históricamente el significado del cambio de paradigma, o quizá la historia siempre se verá con mayor claridad tras la cortina de los años. Lo real es que del mismo modo como la primera gran revolución de la información -la invención de la imprenta-, transformó las sociedades y el conocimiento en occidente, la Internet puede trasformar, como consecuencia tangencial, aspectos intrínsecos de la cultura de los pueblos, en donde la lengua es el factor primordial.
Los humanos siempre se han transformado ante los avances tecnológicos. Haciendo una retrospectiva imaginaria: ¿Que sucedió con ese homínido que bajó por primera vez de un árbol? Su sociedad se transformó con el fuego y algunas centurias después con la rueda; más recientemente el ferrocarril modificó las formas de producción, los automóviles cambiaron las distancias y la capacidad de conocer el mundo, y el avión el concepto de velocidad y tiempo. En la historia reciente de los medios de comunicación, la aparición del cine amenazó todos los conceptos artísticos y culturales, la radio acercó los pueblos, la televisión mostró un mundo ancho y ya no tan ajeno, y ahora la Internet nos conecta con inmediatez, pero aún no dimensionamos sus influencias futuras. Lo cierto para los académicos de la lengua española en todos los hemisferios, es que nuestra lengua se transforma casi tan rápido como crece la web.
Mientras se habla de informática e Internet, debemos saber que el español es la mejor herencia cultural de nuestros pueblos, por cuanto es el idioma de la identidad. Platón, 4.000 años atrás, hablaba de la necesidad de “construir la sociedad de las palabras”, y en su diálogo “El Cratilo” decía que a las cosas hay que ponerles un nombre que representen a las cosas en el imaginario de cada pueblo. Es un hecho que el español se construye todos los días y las palabras amanecen pero no anochecen, debido en gran medida a que el idioma es una construcción permanente que crea el pueblo, y no los académicos que sólo lo cuidan; los escritores antes de Rulfo se avergonzaban del habla popular y ponían comillas para distanciarse de ella, desconociendo que es en la diversidad de la lengua donde se encuentra su riqueza, porque permite su renovación.
Al aceptar la renovación constante de la lengua, es imposible oponerse a las transformaciones que genere Internet, incluso con logros rescatables como el retorno del género epistolar, prácticamente desahuciado y ahora revitalizado en el correo electrónico. La lingüista Genoveva Iriarte del Instituto Caro y Cuervo, encuentra que en el Chat, pese a las aberraciones y cambios aplicados a las palabras, permanecen las reglas básicas de sintaxis; y así como los niños de la calle son los primeros innovadores de la lengua, aunque la llegada de sus neologismos tarden en llegar a los diccionarios que avalan los nuevos términos y los reviste de prestigio, las expresiones surgidas desde los Chat tienen la ventaja de contar con un medio poderoso que ayuda a su rápida difusión. El parlache en Medellín apareció como código secreto y alcanzó su arraigo en jóvenes que se sentían amenazados por la violencia; luego esas palabras se volvieron de uso común superando el contexto de su nacimiento, demostrando la mutación constante de la lengua.
La expansión de los idiomas que durante siglos se hizo a través del dominio territorial, cambió en el siglo XXI, y ahora el español debe mirar otros vehículos de difusión, no sólo la lectura y la escritura: hay que hacer un profundo reordenamiento cultural con nuevos soportes físicos y electrónicos, y con nuevos referentes culturales y sociales.
Ciberfuturo del español
A la par que la sociedad, las ciencias y las tecnologías se desarrollan, el lenguaje experimenta avances al servicio de sus hablantes, y ahora estamos creando una nueva sociedad, en donde Internet irrumpió en los actos cotidianos, cambiando las relaciones de las personas y de los conglomerados urbanos; no es de extrañar entonces, que nuevos términos sean incorporados para representar la nueva realidad. El lenguaje de Internet es básicamente claro, sencillo y preciso, con fórmulas específicas capaces de servir al nuevo medio, siendo la inmediatez su gran característica, y a la vez la causa del aparente descuido ortográfico, gramatical y de estilo que se detecta en los correos electrónicos y en el Chat. El lenguaje en Internet es coloquial, hijo de la oralidad y la conversación, espontáneo, con frases incompletas, descuidado en la construcción gramatical, con ausencia de letras mayúsculas, omisión de la acentuación y lleno de fórmulas que no existen en la lengua escrita, como el uso de nuevas abreviaciones alfanuméricas: b7s (besitos), salu2s, Kza, finde, o mayúsculas con la intencionalidad de gritos. Es un nuevo revestimiento al español ancestral.
Pierre Levy llamó al ciberespacio “turbulenta zona de tránsitos de signos sectorizados” y el español conquistó territorios nuevos, ante todo simbólicos, con una ubicación dinámica en la circulación y consumo de bienes culturales, lo que Teodoro Adorno llamaría “industrias culturales”. Con las nuevas tecnologías, el español consigue circular a través de circuitos que no formaban parte de sus medios tradicionales de difusión. Cine, radio, televisión e Internet, han llegado con creaciones cifradas en sus propios lenguajes, dejando cada vez atrás las grafías de la escritura tradicional y sus lógicas más preciadas, para expresarse ya sea en imágenes, sonidos y construcciones digitales, haciendo más compleja la realidad del lenguaje. La expansión de los idiomas que durante siglos se hizo a través del dominio territorial, cambió en el siglo XXI, y ahora el español con sus cantares de gesta y los cantos de juglares que recorrían caminos cargados de noticias a los festejos y celebraciones populares, debe mirar otros vehículos de difusión, no sólo la lectura y la escritura: hay que hacer un profundo reordenamiento cultural con nuevos soportes físicos y electrónicos, y con nuevos referentes culturales y sociales.
La permanencia del español en el futuro dependerá de la generación de conocimientos propios, pensados y difundidos en lengua materna; la diáspora de emigrantes hispanohablantes al primer mundo puede ser la palanca o la perdición del español, ya que las lenguas perviven en la vitalidad de sus hijos; y producir contenidos de calidad para la web, utilizando el español, es crear el espacio del que se carece, ya sea para alcanzar el sueño de José Rufino Cuervo, “nuestra patria será el universo, porque nuestro idioma será universal”, o la predicción de William Ospina: “Nadie puede asegurar que las palabras que hoy usamos no sean arcaísmos en 200 años, o que el inglés y el español no se fusionen en una nueva lengua” 6
Fuentes: Daniel Samper Pizano, Antonio Skármeta, William Ospina, Pedro Luis Barcia (presidente Academia Argentina de Letras); Germán Rey, investigador; Mikel Amigot, IBL NEWS; Ramón Tijeras, lingüista del Instituto Cervantes; Genoveva Iriarte, Directora Instituto Caro y Cuervo.
 
Ocioso lector
Emoticones
Las nuevas formas de comunicarse por Internet producen curiosas formas simbólicas que podrían convertirse en un paralenguage. Los emoticones o emoticonos (íconos de emociones que imitan expresiones faciales), el primero de los cuales fue creado el 19 de septiembre de 1982 por el profesor Scott E. Fahlman de la Universidad Carnegie Mellon, revolucionaron la comunicación no verbal en el ciberespacio; el profesor utilizó dos puntos, un guión y un paréntesis [:-)] para expresar una cara sonriente, en un debate a través de correo electrónico, para evitar malos entendidos durante la discusión. La ocurrencia fue adoptada por compañeros y alumnos, y se fue extendiendo a medida que lo hacía el uso de la Internet, para transmitir los gestos faciales que no lograba transmitir la escritura convencional; luego, los cibernautas desarrollaron una variedad de figuras que representan en la red, fundamentalmente, sentimientos, actitudes y estados de ánimo.
Técnicamente, los emoticonos son secuencias de caracteres ASCII que al principio representaban una cara humana y sus emociones; su evolución los llevó a figuras elaboradas en formatos especiales de animación que incluyen movimientos y sonidos, y son clasificados por categorías (los que expresan alegría o emociones positivas se llaman smileys, diferente del Smiley publicitario de un círculo amarillo con una sonrisa). Una forma simple y creativa de escribir por medio de emoticonos es formarlos a partir de la combinación de letras y símbolos del teclado, y aunque este método ya es arcaico para la velocidad de Internet, es interesante observar como el simbolismo, al igual que el lenguaje, se renueva permanentemente con la evolución de las sociedades. Estos son algunos de los originales:
Tan humildes como se ven, los antiguos emoticones son una expresión de la raíz humana, un empeño por hacer más humanos estos espacios tecnológicos en los que nos sumergimos más cada día 6

 

El pasado 12 de agosto falleció en Bogotá el padre de la sociología en América Latina, Orlando Fals Borda, pionero de la Investigación Acción- Participación, un modelo de trabajo de campo en las ciencias sociales que aún es aplicado con éxito y respeto.
En la versión 51 de la Feria de las Flores en Medellín, se consolidó la programación cultural como uno de los principales atractivos. En el Parque de los Pies Descalzos, las noches se llenaron de manifestaciones musicales que convocaron a miles de personas: la Negra Noche con sonidos afro, el Festival de Festivales con los ganadores de certámenes de música andina en el país, y las Noches de Boleros y son, de Jazz, y de Música clásica.

La inauguración de los Juegos Olímpicos Beijing 2008 fue la más espectacular en la historia: la coordinación, el despliegue pirotécnico y el recorrido por los aportes de la civilización china a la humanidad, son imágenes imborrables. Pero su dimensión fue más allá: Beijing 2008 será un hito histórico por el número de marcas batidas y el apabullante triunfo de China con 49 medallas de oro, que convierten al gigante de oriente también en potencia deportiva. El siglo XXI, definitivamente, será el siglo chino.
Fanny Orlanszky llegó a Colombia tras un amor en 1959, y será recordada como Fanny Mickey. Su legado es majestuoso, y sus 78 años le alcanzaron para posicionar al teatro como un arte serio. Fundó 4 teatros: La Gata Caliente, El Teatro Nacional, La Castellana y la Casa del Teatro Nacional; participó como actriz en más de 200 obras, algunas con más de 400 funciones, dirigió más de 10 y en 1998 creó el Festival Iberoamericano de Teatro, el evento cultural más importante del país, y en el cual congregó en sus 11 ediciones a más de 584 compañías de 51 países que reunieron cada vez unos 2 millones de asistentes.

 
 



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