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Reflexión
del mes |

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El
terrorismo nace del odio,
se basa en el desprecio
de la vida
del hombre y es
un auténtico
crimen contra la
humanidad.
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Juan
Pablo II (1920-2005). Papa de la Iglesia Católica. |
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Hospitales
universitarios
deben
ir más allá de la acreditación
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Juan
Guillermo Ortiz Martínez, MD Director, Clínica de la Universidad
de la Sabana |
Hoy los hospitales universitarios
parecen encontrarse en el centro del laberinto que Dédalo
construyó y lo que no sabemos es cual será su
futuro. ¿Escaparán del laberinto o Teseo les dará
el fin? ¿Puede existir una facultad de medicina sin hospital
universitario? O más bien: ¿Una facultad puede
segmentar la formación de sus estudiantes en muchos centros
de práctica en forma indistinta, sin tener consistencia
con su modelo antropológico o la visión epistemológica
que reposa en su ideario particular? |
El sistema de salud de Colombia
carece de un modelo integral de salud; está desarticulado
y hoy las personas lo buscan en forma reactiva, solucionando
los síntomas y signos que aparecen: esto implica un colapso
en los servicios de urgencias y unas islas de consulta externa
desarticulada de la realidad y epidemiología del país.
Adicionalmente, la supra-especialización de la medicina
genera una demanda creciente, donde el paciente quiere atención
segmentada de sus necesidades. No hay suficientes especialistas,
menciona el gobierno. |
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Pero probablemente
sucede, que aún no vemos la articulación de redes
o la geo-referenciación de pacientes de acuerdo con su
sitio de vivienda o trabajo, y sobre todo, la posibilidad de
lograr portabilidad de su historia clínica. Y todos seguimos
esperanzados en la implementación de la Ley Estatutaria
en Salud.
Al final, independiente de normas o resoluciones de los entes
de control donde ordenan por escrito las oportunidades de consulta
para ciertas especialidades, hay concentración de esas
especialidades en regiones del país y carencia en otras.
Las integraciones verticales tratan a toda costa de suplir ese
problema, pero se vuelve un circulo vicioso donde el médico
general es un experto "remitólogo" y lo que
hace es dividir mentalmente al paciente, y referir al encargado
del segmento topográfico o del experto en cada área
de la salud para su diagnóstico y tratamiento. Esto además
de ineficiente es costoso.
La pregunta es: ¿Quiénes y dónde se forman
los médicos y especialistas en nuestro país? Al
revisar las estadísticas de la oferta del recurso humano
en salud, las cifras son desalentadoras frente a la proporción
de habitantes de nuestro país (ver cuadro).
Y no es mejor la oferta de camas disponibles al compararla con
otros países: en la estadística del portal INDEX
MUNDI (http://www.indexmundi.com/g/r.aspx?c=co&v=2227&l=es),
Colombia aparece en el puesto 136, con índice de 1,4
camas por 1.000 habitantes. Esto genera un análisis complejo
frente al número de camas que crecen en el sector público
y nuevos proyectos privados que surgen; además, actualmente
hay amenaza de la sostenibilidad de esas camas ante la crisis
de financiamiento que enfrenta el sector salud.
Entonces: por un lado tenemos una pobre oferta de camas y por
otro lado se disminuye la posibilidad de la formación
de médicos alrededor de esas camas.
La medicina como profesión abarca una serie de conocimientos,
elementos propios, particularidades y ejercicio, que se sintetizan
en certificaciones o títulos que la acreditan. Esto se
remonta a principios del siglo XIII en Italia, donde se dan
unas pautas de tiempos mínimos de práctica y ejercicio
para poder reconocer como profesional a quien desea ejercer
la medicina. Tiempo después, en Europa se asimilarán
esas escuelas de medicina a las universidades: Universitates
magistrorum et discipulorum. Colombia asumió el
modelo de Flexner en los años 50, que de alguna manera
se desarrolló como modelo de Hospital Universitario.
Sin embargo en los últimos años se dieron nuevas
reglamentaciones para definir el modelo de cara al actual sistema
de salud. |
La propuesta debe ser
más integral
para Hospitales Universitarios: facilitar recursos
deinvestigación, asegurar coherencia en procesos de
docencia y formación integral para que no sean solo escenarios
de práctica, lograr incentivos basados en niveles de
calidad, facilitar relacionamiento con EPS para que
se integren en redes de atención en favor de los
pacientes, exenciones tributarias, rebajas fiscales
de importación de insumos y tecnología.
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En Colombia existen
2 tipos de instituciones denominadas como "Hospital Universitario":
primero las que surgieron de la fundación de una universidad
para desarrollar su proyecto educativo institucional en la necesidad
de formar personas en salud, quieren dejar la marca de agua
de su visión de formadores y transferir al escenario
clínico la docencia, la investigación y la extensión
universitaria. Y segundo los hospitales que no dependen de una
universidad y que por accidente o tradición albergan
personas que quieren formarse con distintos convenios, sin definir
un proyecto educativo específico. Inclusive hay instituciones
que pueden tener múltiples convenios y ofrecen sus volúmenes
de pacientes y tecnología para entrenar personas en competencias
específicas en áreas de la salud. De los casi
55 registros calificados de facultades de medicina en el país,
apenas 17 tienen hospital universitario propio o asociado a
sus facultades de ciencias de la salud.
En 2016 solo serán Hospitales Universitarios
los acreditados
Pero al revisar la reglamentación actual, encontramos
la Ley 1164/07 donde con claridad define que el Hospital Universitario
debe además de manifestar en su misión la vocación
a la docencia y la investigación, facilitar los escenarios
formativos, convenios de docencia, infraestructura física
y lo que definitivamente marca la diferencia: estar acreditado
en salud. Posteriormente la Ley 1438/11 en el articulo 100 deja
claro que a partir del 1º de enero de 2016 no podrán
denominarse como Hospital Universitario aquellos
hospitales que no cumplan lo allí enunciado. Lo complicado
es que los procesos de acreditación en Colombia han crecido
muy lentamente. A la fecha, de las 32 IPS acreditadas, como
Hospital Universitario misional solo hay 3 y los demás
tienen convenios docencia-servicio sin que necesariamente su
vocación misional sea ser Universitarios.
Según lo anterior, veremos una prórroga reglamentaria
de última hora que dé un indulto en el tiempo
para que la mayoría de hospitales cumplan la exigencia
de ser acreditados. En mi opinión, esto no es lo más
importante. La propuesta debe ser más integral para los
Hospitales Universitarios: facilitar recursos de investigación,
asegurar la coherencia en procesos de docencia, asegurar una
formación integral para que no sean únicamente
escenarios de práctica, sino que se logren procesos curriculares
integrados en la |
Algunas
especialidades por cada
10.000 habitantes en Colombia |
formación
de quienes allí se forman, lograr incentivos basados
en sus niveles de calidad, facilitar el relacionamiento con
las EPS para que se integren en redes de atención en
favor de los pacientes, exenciones tributarias, rebajas fiscales
de importación de insumos y tecnología para desarrollar
mejor la atención de pacientes con una visión
académica.
De no ser así, seguiremos teniendo pocos espacios
para la formación de nuestros médicos y enfermeras,
y no lograremos subir los niveles de calidad en lo educativo
y asistencial de los llamados Hospitales Universitarios.
Una tarea importante para los ministerios de Salud y Educación,
para las universidades y hospitales, y para quienes por vocación
quieren ser formadores de recurso humano de salud en el contexto
de la cabecera de un paciente: articular estos escenarios en
un modelo educativo integral y que se favorezca su desarrollo
particular con la visión de la alta calidad que un Hospital
Universitario como centro del conocimiento debe liderar en el
siglo XXI en Colombia. |
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La
conversación como terapia:
el alivio de conversar
María
Paola Zuluaga Burtiticá Parque de la Vida, Medellín
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A mediados del siglo
XIX numerosas consultas de mujeres que habían quedado
ciegas de repente, que cojeaban o simplemente enloquecían
sin ninguna causa biológica -fenómeno conocido
como las histéricas- llevó a que algunos
médicos se replantearan los tratamientos tradicionales
y le prestaran mayor atención al sujeto y su discurso. |
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Fueron Freud y
otros médicos afines al psicoanálisis quienes
comenzaron a plantear la importancia de escuchar al paciente,
sus problemáticas, sus sensaciones, sus traumas. Fue
entonces cuando tomaron fuerza técnicas terapéuticas
como la catarsis y la cura por la palabra, que se utilizan aún
hoy, para tratar personas con trastornos emocionales o enfermedades
mentales que a veces desencadenan síntomas físicos
muy particulares. El objetivo de la catarsis, por ejemplo, es
que el paciente recuerde e identifique conflictos o traumas
que pudieron desencadenar su crisis, luego los objetive verbalmente
y así los libere. |
Para Mauricio Arroyave,
psicólogo social con experiencia en orientación
familiar, a través de la palabra se posibilita
el reconocimiento del papel y la responsabilidad de cada sujeto
frente a lo que le aqueja. La palabra, según explica,
genera un eco que se le devuelve a quien la emite, si está
presto a escucharla; este reconocimiento le posibilitará
cuestionarse y replantear su posición frente a la existencia.
Por eso, agrega, la estabilidad emocional y en general
la salud mental de las personas están ligadas a lo que
simbólicamente puedan tramitar mediante el lenguaje.
Asimismo el psiquiatra Alfredo de los Ríos, experto en
psicoanálisis, comenta que la palabra está
conectada con la esencia de la estructura psíquica. Cuando
usted habla se remonta a un montón de redes que están
ahí y que usted mismo no conoce. Por eso a partir
de la conversación se desencadenan procesos de comprensión.
Escuchar para curar
El doctor Jorge Calle, psiquiatra y profesor de la Universidad
de Antioquia, lamenta lo que está pasando con las EPS:
La premura del tiempo, la cantidad de pacientes y demás
circunstancias, impiden que se converse lo suficiente con el
paciente y que se logre una identificación plena del
mismo.
En su opinión es más importante saber qué
tipo de paciente tiene la enfermedad, a qué tipo de enfermedad
tiene el paciente. Por eso le insiste a sus estudiantes: No
es lo mismo que Neymar se quiebre el fémur derecho a
que me lo quiebre yo. Así sea la misma fractura, las
implicaciones son absolutamente diferentes. De ahí
la importancia de conversar con los pacientes.
Por otra parte, el experto comenta el poder curativo de la palabra
y la tranquilidad que le da al paciente ser escuchado sin sentirse
juzgado ni criticado. |
Conversar libera, distensiona,
tranquiliza, establece relaciones, posibilita acuerdos
y reconocimientos de las diferencias; además,
ayuda a comprender la realidad y la forma como
nuestro interior la asume y la interpreta.
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Cuando
el cuerpo habla
La relación entre la psiquis y el funcionamiento
del cuerpo humano se estudia desde el nacimiento mismo de la
psicología. La depresión, por ejemplo, considerada
la enfermedad de la modernidad, provoca una pérdida de
interés por la vida que a su vez puede derrumbar el sistema
inmunológico y dejar a la persona propensa a enfermedades
físicas.
Últimamente se han descubierto enfermedades que evidencian
trastornos emocionales. La fibromialgia es una de ellas. La
padecen más que todo, mujeres, y los síntomas
son dolores generalizados en el cuerpo, sobre todo en los músculos
y articulaciones, sin que haya alguna causa biológica.
Según el doctor Calle, algunos estudios concluyeron que
los pacientes con fibromialgia y enfermedades asociadas, como
el síndrome de intestino irritable, la migraña
tensional, el síndrome de piernas inquietas, etc., están
relacionados con una personalidad alexitímica, que es
la incapacidad para expresar las emociones. Al reprimirlas,
éstas se pueden manifestar a través del cuerpo.
El lenguaje y la salud
Otra cuestión muy relacionada con la salud tiene que
ver con la actitud de las personas frente a la vida y la forma
cómo la asume con sus altibajos. Fabio Vélez,
programador psicolingüista, asegura que en la medida en
que las personas cambian la forma como se comunican internamente
mejoran su salud, mejoran su estabilidad emocional y se pueden
comunicar mejor con el resto de las personas.
Es así como los beneficios de una sana conversación,
la expresión de emociones, la capacidad para decir de
forma asertiva lo que se piensa y se siente, atraviesan la salud
en las 3 variables mencionadas. Mantener buenas relaciones interpersonales
hace parte de la salud social que está directamente relacionada
con la salud mental y emocional, de la que finalmente depende
en gran medida la salud física o la recuperación
de la misma.
El reconocido psiquiatra argentino Rafael Paz, dice que aliviarse
de los padecimientos compartiéndolos con otro constituye
una experiencia humana que atraviesa tiempos y culturas.
Conversar libera, distensiona, tranquiliza, establece relaciones,
posibilita acuerdos y reconocimientos de las diferencias; además,
ayuda a comprender la realidad y la forma como nuestro interior
la asume y la interpreta. |
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Bioética
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Sí,
para quienes ya peinamos canas el sabor de la Navidad como «impresión
que algo produce en el ánimo» (1), es el sabor
de la reunión familiar, de bisabuelos, abuelos, papás,
hermanos, tíos, sobrinos, primos, etc., el comentario
siempre trascendente, aún de las cosas ordinarias del
diario vivir, por hacerse en el ámbito familiar, honesto,
con el condimento del verdadero amor. |
Sí, no importaba si el sabor a dulce de la natilla
era adecuado o no, si el coco molido era suficiente o no,
si el tamaño de la paila bastaba para los comensales
o no. Importaba valorar las enseñanzas de los mayores
con su vida ejemplar, sus palabras llenas de la sabiduría
de la experiencia sufrida en carne propia, todo, insisto,
con el condimento insustituible del verdadero amor familiar.
Y, ¿qué festejamos? El nacimiento del Niño
Jesús, del Niño Dios, en la ciudad de Belén,
en el seno de una familia constituida, por designio divino,
por un hombre y una mujer, como toda familia honestamente
conformada. No estoy dudando y menos aún negando la
concepción del hijo de la Virgen María por obra
y gracia del Espíritu Santo, antes bien, estoy exaltando
el valor que en este misterio representa la familia honestamente
constituida como lo afirmé poco antes.
En la historia de la humanidad, ningún otro suceso
es festejado universalmente, sin importar cuál sea
el motivo por el cual se hace: para algunos por motivo religioso,
para agradecer la iniciación de la redención
por Jesucristo, Dios y hombre verdadero; para otros para aumentar
comercialmente su patrimonio económico; para otros
en fin, que no creen en ese Niño, para explotar económicamente
a quienes sí creemos en él, etc.
Esta universal celebración nos demuestra, pese al relativismo
imperante, el insustituible valor de la familia, hombre y
mujer unidos en matrimonio, cumpliendo a cabalidad sus deberes
conyugales y parentales si hay hijos, para inculcar en su
descendencia el sumo respeto por la vida y la dignidad intrínseca
del ser humano cualquiera sea su edad, su sexo, su origen
étnico, sus creencias religiosas, su afiliación
política, para enseñarnos con su ejemplo y sus
instrucciones el bien y el mal como principios antropológicos
y no sólo religiosos, insustituibles e inmodificables
que orienten nuestra existencia individual y comunitaria,
social. De otra manera regresaremos, como lo estamos haciendo,
a la época del hombre de las cavernas en la cual el
prójimo, el semejante, es un rival que debe eliminarse,
y el animal un patrimonio que debe protegerse.
1. Real Academia de la Lengua. Diccionario de la Lengua Española.
23 ed. 2014.
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NOTA:
Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética
-Cecolbe-. |
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Maestro, ¿qué es eterno?
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La intolerancia, el odio y la violencia. Doce siglos antes
de Cristo, ya peleaban hebreos, hititas y amorreos por la
misma tierra. Hijos del mismo patriarca, Abraham, dieron origen
a árabes e israelíes. Pelean el reino de Israel
y el de Judá, fariseos y saduceos, judíos y
samaritanos, ortodoxos y kurdos, chiítas y sunitas,
cristianos e islámicos, católicos y protestantes,
liberales y conservadores, negros y blancos, izquierdistas
y derechistas, bolcheviques y mencheviques. Se entienden mejor
perros y gatos.
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