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Reflexión
del mes |

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Sé
bondadoso con la gente cuando subas; los encontrarás
a todos cuando bajes
Hoy no se puede ser pesimista, porque, cuando miras
atrás, cualquier tiempo pasado fue peor
La gente no sabe imaginar el futuro y tiende a repetir
el pasado cuando lo intenta
Si dejaras de buscar problemas dejarías de
producir neuronas y te extinguirías. Y tú
¿buscas problemas?.
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Clive
Barker (Inglaterra, 1952). Escritor, director de cine y artista
visual. Estudió inglés y Filosofía en la
Universidad de Liverpool. Es uno de los más aclamados
autores en los géneros de horror y fantasía. Inició
su carrera con diversos relatos de horror recopilados en la
serie "Libros de Sangre" (Books of Blood) y la novela
faustiana "El libro de las maldiciones" (The damnation
game). Posteriormente se trasladó hacia el género
de la fantasía moderna con toques de horror. El estilo
más característico de Barker es la idea de que
existe un mundo subyacente y oculto que convive con el nuestro
(idea que comparte con Neil Gaiman), el rol de la sexualidad
en lo sobrenatural y la construcción de mitologías
coherentes, complejas y detalladas. |
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Acabar con
las EPS, ¿ésa es la solución?
Francisco
de Paula Gómez,MD - Experto en Economía y Salud
Pública
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Desde
que se reorganizó el sistema de salud y se crearon las
EPS, empezó también la lucha por acabarlas. Y
como a nadie le gustan los capataces, sobre todo
a quienes quedan bajo su cincha, estos nuevos administradores
quedaron en la mira de todos los que perdían manejo de
dineros, especialmente de quienes no lo hacían bien,
de dirigentes con intereses en hospitales públicos, de
sindicatos que temían perder sus conquistas, de médicos
que sentían vulnerada su autonomía, de medios
que encontraron al malo perfecto, y de políticos
o del gobierno que tenían a quien echarle la culpa. |
Hay
que entender que las EPS (Empresas Promotoras de Salud) fueron
creadas para reemplazar al gobierno central, a gobernaciones
y alcaldías en la coordinación y administración
directa de los servicios sanitarios, diferente de cómo
era en el Sistema Nacional de Salud hasta 1993, cuando la politiquería
y la ineficiencia gubernamental hacían que pocos tuvieran
seguro de salud, y también pocos recibieran efectiva
atención: recordemos que en los años 90, acaso
el 20% de la población tenía seguro médico
y que era norma la fila en todo hospital estatal para recibir
sólo los servicios que alcanzaran. |
De
otra parte, con el rampante nivel de corrupción imperante
desde hace décadas, sería imposible organizar
un sistema público de salud centralizado, tipo NHS inglés,
pues sus dineros fácilmente se convertirían en
mermelada.
Así
que un sistema sanitario parecido al holandés, donde
el gobierno dicta las reglas generales y los aseguradores en
medio se encargan de gestionar los recursos y los planes de
beneficios, pareciera más adecuado.
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Tenía
entonces todo el sentido -y lo sigue teniendo- la creación
de unos aseguradores que tuvieran la lógica del sector
privado -no la del sector público-, que coordinaran los
servicios y la red hospitalaria, que gestionaran los riesgos
de salud, y que dada la escasez de recursos buscaran eficiencias
en sus compras a proveedores de servicios, medicamentos, dispositivos
e insumos médicos.
Ahora
bien, aunque nuestro modelo de aseguramiento tiene logros invaluables,
como los mecanismos de solidaridad que no existen en ningún
otro lado, o la cobertura casi universal, bajo las circunstancias
actuales requiere ajustes. Además, no olvidemos que con
un gasto anual per cápita de salud de apenas US$569 (Banco
Mundial, 2014), estamos lejos de lo que pueden hacer otros países
que invierten más, como Chile (US$1.169), España
(US$2.658), Reino Unido (US$3.935) o Estados Unidos (US$9.403).
Infortunadamente la crisis financiera del sector salud se instauró
hace tiempo, y todas las EPS públicas casi sin excepción,
terminaron como fortines políticos, casos Cajanal o Caprecom;
otras no prestaron servicios POS como denuncia la Defensoría
del Pueblo, o fueron liquidadas como el Seguro Social y Humana
Vivir, lo que fortaleció aún más la idea
general, de que acabando todas las EPS se solucionaban los problemas
de la salud.
Sumado a la crisis financiera y de credibilidad del Sistema,
los jueces entraron a co-administrar el Sistema de Salud, y
sus fallos se saltan sistemáticamente la regulación
de planes de beneficios y no respetan ecuación alguna
de equilibrio financiero, ordenando suministro de pañales,
pago a perpetuidad de cuidadores domiciliarios, transporte para
pacientes y familiares, cirugías en el exterior, tratamientos
de infertilidad, cirugías para cambio de sexo y miles
de cosas más. No parecen entender que, por otro lado,
esos fallos quitan recursos al resto de afiliados, sea para
tratamiento de enfermedades generales prioritarias como cáncer
o pago de servicios sanitarios vitales para la mayoría.
La liquidación de la EPS SaludCoop muestra que para lograr
un mejor sistema de salud no es buena idea matar primero
al capataz, pues con su traslado de operación a
Cafesalud, la incertidumbre se disparó por 10, quedando
sin solución deudas multimillonarias con médicos,
hospitales, proveedores; y millones de afiliados pendiendo de
un hilo.
No parece entenderse que la crisis del sector salud es de dimensiones
ciclópeas, que con un hueco de entre $5.5 y $12 billones,
según sea la fuente consultada, no puede seguirse pateando
la bola hacia adelante. En la medida en que el gobierno no ayude
efectivamente a quienes le administran su sistema de salud,
puede venírsele abajo toda la estantería. Con
muchas EPS de los regímenes contributivo y subsidiado
en crisis al mismo tiempo, la solución no es intervenirlas
o liquidarlas a todas, pues sin las herramientas y el conocimiento
técnico del caso, quedarían tantos aseguradores
a cargo de los entes de control, que les sería imposible
gobernarlos exitosamente. ¡Qué miedo!
Finalmente, con el existente defecto patrimonial del Sistema
en su conjunto, no sólo el Ministerio y la Superintendencia
de Salud tienen un problema, es del Gobierno en su conjunto,
y requiere de medidas a la altura de cualquiera de las crisis
del sector financiero y bancario que se han enfrentado en Colombia
en el pasado |
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Bioética
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Todos
necesitamos el cayado
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Ramón
Córdoba Palacio, MD |
La
Real Academia Española nos enseña que por cayado
conocemos: «1. m. Palo o bastón corvo por la parte
superior, especialmente el de los pastores para prender y retener
las reses». También es: «.2. m. Báculo
pastoral de los obispos».
Reflexionemos sobre la primera acepción. Todos los seres
humanos tendremos que emplear, al menos cuando alcancemos el
libre albedrío y según las cualidades propias
de cada quien, el cayado de los pastores: para prender
y retener nuestras inclinaciones naturales bien sea hacia
el bien o hacia el mal, la orientación de nuestra vida
personal y social, la vocación para llevar a cabo nuestra
existencia profesional o laboral, etc. |
Ese cayado es indispensable al esposo y a la esposa para
que en medio de las vicisitudes de la vida cotidiana refrenen
la inconformidad de los actos molestos, premeditados o inconscientes;
es indispensable al padre y a la madre para formar correctamente
al hijo, especialmente con el ejemplo de su conducta; es indispensable
al maestro cualquiera sea el nivel en el cual desempeña
su misión, para saber cultivar honradamente las cualidades
de sus alumnos y no pretender inculcar las suyas como únicamente
válidas, atropellando así la libertad y dignidad
de aquéllos como seres humanos; es indispensable al
abogado para buscar siempre la justicia en el ejercicio de
su profesión; es indispensable al sacerdote y en general
a las personas consagradas para señalar con el ejemplo
de su vida y con su predicación las verdades de su
religión; es indispensable al ingeniero y el constructor
para que no mengüen la seguridad de su obra en provecho
de su insaciable billetera; es indispensable al político,
al hombre de Estado para que cumplan con verdadera honestidad,
la obligación de conducir el Estado que se les ha encomendado.
Es indispensable al médico para que respetando la libertad
de sus pacientes, cuide de ellos con verdadero amor profesional
-ortotanasia- y no prolongue innecesariamente sus sufrimientos
-distanasia-, ni acorte arbitrariamente su existencia -eutanasia-,
para que tenga el valor de no obedecer órdenes administrativas
en contra de su conciencia y de la esencia de su profesión.
Para que nunca olvide que la misión fundamental del
médico es llevar a cabo el bien de la persona humana
y enseñar a practicarlo otros, que en esto radica la
grandeza y responsabilidad de la profesión médica.
Sí, la diligente aplicación del cayado, «Palo
o bastón corvo por la parte superior», la de
los «pastores para prender y retener las reses»,
es parte inexcusable de la existencia humana en cada instante
de nuestra vida pues tenemos, querámoslo o no, que
elegir honestamente la conducta más apropiada y lograr
así le meta honestamente deseada.
Notas:
- Ante el fallecimiento del doctor Ramón Córdoba
el pasado 10 de septiembre, en esta columna publicaremos algunos
artículos que nos había enviado para la misma.
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NOTA:
Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética
-Cecolbe-. |
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Maestro, ¿qué es eterno?
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La ineficacia de la Supersalud para impedir y castigar los
abusos de las EPS. Años y años tolerando todas
sus triquiñuelas en contra de los usuarios y pacientes.
Ahora sacó la Circular 013 del 15 de septiembre de
2016 en donde les alcahuetea la falta de pagos a los hospitales
y clínicas, y pone a estos como los 'malos del paseo'
en las fallas de atención. ¡Los pájaros
tirándole a las escopetas, pequeño saltamontes!
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