Una ética para la bioética
Abraham Chams Anturi, Director Unidad Funcional Materno Infantil de San Vicente Fundación. Profesor Asociado de Cirugía Pediátrica, Universidad de Antioquia - elpulso@sanvicentefundacion.com
El Hombre es un ser ético por antonomasia, y la ética en sí misma es la reflexión de lo moral. Son los hombres los que definen la tecno-ciencia y no es la tecno-ciencia la que define al hombre.
En la actualidad existen diferentes tendencias, disciplinas, políticas y religiones que proponen una ética para la bioética, sin embargo ante tantas diversas posturas solo existe confusión, colocándonos en una situación de naufragio en medio de una isla de conciencia en medio de un infinito océano de conocimientos la mayor parte de estos inconscientes. El papel de la moral es el de un muro o taja mares que nos protege del oleaje y de las nuevas tendencias pero que al mismo tiempo nos encierra en nosotros mismos haciéndonos auto-referenciales. En cambio la ética debe ser “Una fogata que además de luz de calor, que ilumine la conciencia y caliente el corazón”, en otras palabras: “Una verdadera bioética debe defender a todo el hombre y a todos los hombres.
Si la bioética defiende al hombre, la pregunta que sigue es: ¿De cuál “hombre” se encarga la bioética?, de aquí surgen diferentes escuelas y corrientes que tratan de dar respuesta a esta pregunta:
Ética de la Virtud: ¿Qué “hombres” queremos ser? Ética Principialista: Beneficencia, No Maleficencia, Autonomía y Justicia. Ética Utilitarista: El fin es la eficacia tecnológica y eficiencia económica. Ética Personalista: El hombre es el centro, por encima de las religiones, políticas, filosofías, etc. Lo anterior es un punto de encuentro entre las diferentes corrientes, por este motivo en la actualidad existe un fuerte movimiento hacia esta tendencia.
Los antiguos definen la ética como el arte de vivir bien y este vivir bien se logra con las decisiones acertadas. En las buenas o malas decisiones se juega la vida, la nuestra y la de los otros. Pero cuando la ética se convierte en dogma o en códigos deontológicos en lugar de dar vida llevan a la muerte.
El rostro de la ética es la estética, el hombre por definición es un ser sensible, busca y se deleita en la belleza y lo representa en las diferentes expresiones del arte. Cuando la estética se olvida de la ética se vuelve decoración y ornamento.
La ética y la estética son inseparables, ambas son bienes inalienables del hombre, y su confluencia se ha denominado como “Poética”, la poética es una ética de máximos: Hacer todo el bien posible y hacerlo igualmente bello. Particularmente el personal de la salud hacemos con el trabajo de nuestras manos el bien y lo hacemos bello, con esto se trasmite la vida, lo que queda bonito queda bien hecho.
La poética es el sagrario de nuestra fe, de nuestras convicciones y principios; el secreto de la felicidad y del buen ejercicio profesional es la coherencia entre mis convicciones y mi actos, dicho de otra forma la concordancia entre mi “Pensar”, mi “Sentir”, mi “Expresar” y mi “Hacer”
Otro tema crucial es el de la Libertad, solo un hombre libre es capaz de tomar decisiones desde el Conocimiento y con la completa Responsabilidad de sus actos.
Cada dilema es un escoger y un renunciar, en las decisiones nos jugamos la vida y la felicidad nuestra y la de los demás. En la ignorancia no hay decisiones libres, nadie puede decidir sobre lo que no conoce, sin alternativas no hay decisión
Para la definición de Libertad también existen diferentes concepciones:
El judaísmo: Cumplimiento de la Ley santa de Dios. Discernir el bien del mal, o como lo plantea San Agustín: “Escoger entre dos bienes, en donde uno de ellos es de mayor dignidad, solo esto te dará la verdadera Sabiduría”. Otra interpretación sería: “Las cosas no son buenas porque son mandadas, son mandadas precisamente porque son buenas”.
Los griegos: El hombre libre admira la Ley, todos los grandes filósofos tratan de responder las dos grandes preguntas: ¿Por qué? y ¿Para qué?, esto da un punto de partida y otro de llegada, automáticamente traza un camino y un sentido. De aquí se deriva la ética, como una reflexión para hacer el bien y llegar a la felicidad, en cambio la política busca el bien y la felicidad para todos.
La búsqueda de Sophia (la sabiduría) para entender, comprender y poseer el Logos (el sentido o propósito). De esta forma hacer un buen uso de la libertad
Sócrates relaciona esta búsqueda como un tratamiento, una terapia, la búsqueda de la salud por medio del logos, de la palabra (logoterapia).
Estoicos (Epicteto): Preocúpate por aquello que puedes controlar, tus emociones, decisiones, tu mundo interno, y deja a un lado lo externo que solo controlas parcialmente.
Epicúreos: Domina tú todos los placeres, pero no permitas que ninguno te domine a ti.
Misticismo: Heráclito y Pitágoras: “Como es arriba es abajo”, ”El logos crea y transforma el universo, “las ciencias son el leguaje de la divinidad (matemáticas)”, “el arte interioriza y exterioriza de lo consiente a lo inconsciente”
En el renacimiento, Rafael pinta la famosa “Escuela de Atenas”, en donde los antiguos filósofos discuten sobre la ética, la estética, el ser, el estar y el hacer; en medio de ellos Platón y Aristóteles. Muchos hablan demasiado y no escuchan nada (monólogo), la propuesta es dejar hablar y escuchar el aporte de las diferentes morales, ciencias y jurisprudencias, pasar de un monólogo a un dialogo (dia-logos), “dejar hablar la palabra, admirarla, interpretarla e interpelarla”.
Para el mundo de los filósofos antiguos “el Logos” significaba: la palabra meditada, reflexionada o razonada, es decir: “razonamiento”, “argumentación”, “habla” o “discurso”. También puede ser entendido como: “inteligencia”, “pensamiento” o “sentido” o “propósito”. Heráclito utiliza esta palabra en su teoría del ser, diciendo: “No a mí, sino habiendo escuchado al Logos, es sabio decir junto a él que todo es uno”. Tomando al Logos como la gran unidad de la realidad, lo real. Heráclito pide que lo escuchemos, es decir, que esperemos que se manifieste en lugar de presionarlo. “El Ser” de Heráclito, entendido como Logos, es la inteligencia que dirige, ordena y da armonía al devenir de los cambios que se producen durante la existencia misma.
Se trata de una inteligencia sustancial, presente en todas las cosas. Cuando un ente pierde el sentido de su existencia se aparta del Logos. De este enfoque se puede entender también al Logos como el discurso y el tratado sobre una determinada área del conocimiento, por ejemplo: Antropología, geología, cirugía, pediatría, entre otros.
El Cristianismo: Propone imitar a Jesucristo, la Ley del Espíritu. En el siglo I dC tenemos tres grandes afluentes para el cristianismo: 1- El mundo y la teología judía. 2- La filosofía y el concepto de la Polis griega. 3- La justicia, el derecho, la política y todos los caminos que llevan a Roma. La Libertad consiste en la búsqueda de “la Verdad”, y el hombre que propone el cristianismo es la persona de Jesús de Nazaret.
“Las palabras escritas son letra muerta,
Las palabras tienen que ser personas,
Las palabras necesitan aliento de vida,
Las palabras necesitan Espíritu”
“El horizonte más lejano de la persona humana es El Espíritu”
“El Logos por medio del Neuma se encarna en personas reales y concretas, originando la Virtud”
Posteriormente el cristianismo, influenciado por el judaísmo y las vertientes de los diferentes pensamientos griegos, le da un nuevo significado al Logos; entre ellos Filón de Alejandría, en el siglo I AC, lo define como “La Sabiduría” y, especialmente, “La razón inherente a Dios”. De aquí surgen dos grandes corrientes: la primera de ellas conocida como gnosticismo, en donde se privilegia todo lo concerniente al espíritu (Neuma) y se desprecia el cuerpo (Sarx). La segunda de estas corrientes es la de los cristianos apologistas del siglo II, quienes veían en el Logos al Hijo de Dios encarnado en un niño recién nacido y pobre. Tertuliano, diferenciaba entre el Logos como atributo interno de Dios, y otro el Logos que engendró Dios, que se tornaría en una persona. Posteriormente otros teólogos lo entenderían ontológicamente como “La razón de Dios” e inseparable de él. “Diferente de Dios pero Uno con Él”.
Ontología Kantiana: Norma de la Razón: Imperativo categórico: Actúa de tal forma que tu actuar sea ley universal. “Cada persona es un fin en sí mismo” Kant Plantea los siguientes interrogantes para el uso de la libertad desde el Logos: ¿Qué puedo conocer?: Epistemología, la ciencia. ¿Qué debo hacer?: Ética. ¿Qué me es dado esperar?: Cuál es mi horizonte, qué hay más allá, ¿Por qué? y ¿Para qué? ¿Qué es el hombre?: Es el ser que conoce, actúa éticamente y tiene grandes esperanzas.
Maquiavelo: El Imperativo hipotético: “El fin justifica los medios”. Burgueses.
Marx: Abolición de la injusticia capitalista, una sociedad sin clases donde se pueda desarrollar el ser humano.
Heidegger: El ser humano es un ser para la muerte.
Nietzsche: Lo que diferencia a los hombres de las bestias es la lejanía de su horizonte.
Locke y Hume: Empirismo, Utilitarismo.
Nuevo escenario del postmodernismo: La Pre-modernidad mantuvo una relación médica –paciente PATERNALISTA. Durante la Post-guerra del siglo XX se privilegia la AUTONOMIA, mientras que a inicios del siglo XXI cambia toda la concepción filosófica y dicha relación se promulga entre un prestador de servicios y un usuario:
La globalización con su Imperativo económico.
Medicina y Cirugía a la carta
Imperativo tecnológico: “No todo o que se puede se debe”, “La ciencia al servicio del hombre”
Secularismo: “Cultura Light”, “Panteísmo religioso”
Se separan el Amor –de la Sexualidad – y de la Procreación
Relativismo: “Todo vale, todo es igual”, Autoritarismo
Relativismo: “Todo vale, todo es igual”, Autoritarismo
Por qué la propuesta de una: “poética personalista ontológicamente fundada”:
“Defendemos lo “humano” y la “salud”, en otros términos defendemos la salud integral y la vida plena: “Hay que salvar a todo el hombre y a todos los hombres”. “El hombre por encima del dogma y de la tecno-ciencia”. “Lo bueno para el hombre es lo que lo ayuda a ser hombre”
“Defendemos nuestro derecho y capacidad de desarrollar nuestro potencial individual y colectivo, de construir un proyecto de vida, de desarrollarnos moralmente, de aprender a pensar y desde la libertad ser responsables de discernir el bien del mal.”
La vida humana es un proceso de constante actualización: “El hombre no es una esencia estática, el hombre es una existencia dinámica”. “El hombre es un ser histórico que se construye día a día con sus opiniones libres, desde el conocimiento, y con responsabilidad”
La dignidad es una posesión permanente, no hay escalas de dignidad: “El hombre podrá ser más de lo que al nacer recibió como su ser, pero nunca podrá dejar de ser lo que ya es”
La justicia por sí sola no basta: “Amar, hacer el bien y hacerlo bello es lo realmente humano”. En este orden de ideas cada “Niño” y cada “Ser Humano” han sido pensados, sentidos, meditados, razonados, reflexionados y argumentados. Cada uno de ellos es un Logos, inmanente y trascendente, de aquí deriva lo invaluable de “La Vida”, entendiendo la vida plena como la construcción de un proyecto de vida desde el conocimiento y la libertad, y asumida responsablemente. Esto solo se alcanza con una salud integral, en todas las esferas del “Niño” y del “Ser Humano”: Cuerpo, mente, alma, espíritu, familia y sociedad.
¡El médico de este milenio debe ser un místico humanista o simplemente no será un médico!
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