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Reforma
Pensional:
¿Una propuesta decente? Olga
Lucia Muños López - Periodista, Medellín
Todo
un cóctel de propuestas se ha agitado en el país
después de que el gobierno nacional radicara en el
Congreso de la República el Proyecto de Ley con las
diferentes variables de la que sería la nueva reforma
pensional, que a su vez constituiría parte del último
tramo de compromisos pactados con el Fondo Monetario Internacional
FMI- por el presidente Andrés Pastrana en diciembre
de 1999.
El gobierno nacional llevó la iniciativa ante el legislativo,
comprometiéndose a preservar tres principios: en la
exposición de motivos se consignarán los puntos
de vista de todos los sectores (empresarios y gremios de la
producción, sindicatos de trabajadores, Fondos Privados
de Pensiones y los propios por supuesto); no se tocarán
los aportes a las Cajas de Compensación y la concertación
se extenderá hasta el 15 de marzo de este año.
El problema pensional después de la Ley 100 se configura
brevemente en los siguientes términos:
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Muy
baja cobertura, porque el 83% de adultos mayores de 65
años están excluidos del sistema y de casi
3 millones mayores de 60, sólo están pensionados
794.183.
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El
pasivo pensional de los fondos territoriales es considerado
el más grave problema porque tiene costos exorbitantes,
pocas o ningunas reservas y cubre muy poca población;
hoy subsisten 15 cajas de orden nacional, siendo la más
grande Cajanal, mientras el resto paga pensiones muy elevadas,
tales como el Fondo del Congreso FONPRECOM, la Caja de
Comunicaciones CAPRECOM y la Caja de la Superintendencia
Bancaria, algunas dependencias del Ministerio de Hacienda
y de la Presidencia de la República CAPRESUB.
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Los
regímenes exceptuados y especiales están
a punto de acabar con sus reservas y al disfrutar de prebendas
superiores a los de la mayoría de afiliados al
Sistema General de Pensiones SGP- generan desigualdad
e inequidad en el mismo.
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La
deuda pensional total sumaba al año 2000, la cifra
de $287 billones, que representaban el 172.4% del PIB
y cuatro veces la deuda pública interna y externa
del país.
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Al
régimen de prima media del ISS le han anunciado
todas las crónicas de su muerte para los años
2006, 2018 o 2021, por el agotamiento de sus reservas,
sin poder contar con las acreencias fabulosas que le adeuda
el Estado; éstas se originaron por el no pago de
los aportes tripartitos establecidos ($2,2 billones entre
1967 y 1973), aportes del 20% de las prestaciones ($3,5
billones entre 1973 y 1993), rentabilidad de las reservas
($3,5 billones), pago de la mesada 14 ($1,2 billones),
y el valor del 83% de las acciones del ISS en el Banco
Central Hipotecario BCH- vendido por el gobierno ($0,7
billones), para un total de $11,1 billones, según
informe del Actuario Walter Orozco. Eso sin la deuda de
casi $42 billones por pago de pensiones heredadas del
viejo régimen para 265.000 jubilados; estas cuentas
asumen otros valores según los conceptos adicionados
o eliminados (para la Contraloría General de la
República es de mínimo US$20.000 millones)
-
Un
régimen de ahorro individual convertido en negocio
redondo por los fondos privados de pensiones, hasta el
punto de que en pocos años los convertiría
en el grupo económico más fuerte del país.
A pesar de la altísima evasión, sus ahorros
superaron en 7 años las reservas acumuladas por
el ISS en 36 años; en una época de crisis
económica son tal vez el único negocio con
crecimiento importante de utilidades; esperan manejar
el 25% del PIB en 15 años y para el año
2005 tendrán activos superiores a los de los bancos.
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Alta
evasión y elusión, porque de 8'530.821 afiliados
a pensiones en Dic/2000, sólo estaban activos (cotizando
en los últimos 6 meses) 4'964.357 personas.
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Deslealtad
en la competencia por captar nuevos afiliados, porque
los fondos privados crecen al capturar afiliados jóvenes
y promover desafiliaciones rentables del ISS, dejando
en el Instituto a los afiliados más viejos, débiles
y costosos.
Si
bien en este panorama la reforma pensional está más
que justificada, hay malestar en el ambiente porque su aprobación
se ha convertido en una causa de Estado, más por la
necesidad de cumplir el compromiso con el FMI, que por razón
de la necesidad interna del país y de los pensionados
de una reforma, lo que genera la crítica de que se
trata de una propuesta de segunda clase que no consulta los
verdaderos intereses de la población y las reales posibilidades
financieras del país para cubrir esos pagos. Reiteramos
entonces, que un problema social se convierte prioritariamente
en una exigencia económica arrastrada por intereses
políticos.
Las variables del cambio
La edad de jubilación, el porcentaje del salario destinado
a pensiones, el número de semanas de cotización,
la duración del régimen de transición,
el ingreso base de liquidación, el monto de la pensión
sobre el ingreso base de cotización, la pensión
mínima, la aplicación o no de impuestos y el
destino de las pensiones especiales de los regímenes
exceptuados, son las principales variables a considerar en
la reforma.
Las novedades del articulado
El proyecto de ley tiene 29 artículos, el primero de
los cuales contempla que la afiliación es obligatoria
para todo los trabajadores, incluyendo a los dependientes
e independientes; surge entonces la pregunta: ¿si un
trabajador independiente muchas veces no consigue para su
sustento o está desempleado, cómo va a hacer
para pagar su aporte a seguridad social? Ante este interrogante,
los sindicatos proponen por ejemplo, que se establezca el
seguro de desempleo.
También se establece que la selección de uno
cualquiera de los regímenes previstos es libre y voluntaria
por parte del afiliado, quien la manifestará por escrito
al momento de la vinculación o traslado.
El debate
Las Administradoras de Fondos de Pensiones y Cesantías
AFP: El ex ministro de Hacienda y ahora presidente de
Asofondos, Luis Fernando Alarcón Mantilla, fue enfático
en afirmar que el proyecto es lesivo para los fondos, porque
le da muchísimas ventajas al régimen de prima
media del ISS, como la afiliación obligatoria de los
empleados públicos en cargos de carrera administrativa
al régimen de prima media con prestación definida
y la permanencia de los ya afiliados en el mismo régimen.
Esto se considera parte del sesgo que tiene el proyecto a
favor del régimen de prima media administrado por el
ISS.
Además, recalca Alarcón, el proyecto permite
que el Seguro Social se convierta en una entidad de ahorro
con dos características: que los afiliados al ISS pueden
ahorrar y si estos recursos no alcanzan para completar la
pensión, entonces se devuelven al afiliado con los
rendimientos correspondientes, a diferencia de lo que sucede
actualmente, que aquellos que no la completan, pierden esos
recursos. Esta es una garantía que le hace mucho contrapeso
a los fondos, indicó Alarcón, pero la más
fuerte es el hecho de que la reforma permite ahorrar en el
Seguro Social para ir constituyendo los dineros necesarios
para acceder a una pensión más alta, cuando
ese era un privilegio exclusivo de los fondos de pensiones
privados.
Estas medidas nos deterioran el mercado y casi nos sacan de
él, porque las AFP pueden desaparecer, dice Alarcón,
sin contar con el hecho de que los mismos fondos privados
van a tener que garantizar con recursos propios la pensión
mínima de sus afiliados, no el Estado, que se liberará
así de esa pesada carga fiscal. Además, a los
fondos se les rebajará un punto de la comisión
de administración.
Trabajadores: Las diferentes centrales obreras enfatizaron
que no están de acuerdo con el aumento de la edad de
pensión, la disminución de los beneficios pensionales
y el aumento de la cotización, los tres puntos principales
de la reforma en cuanto atañe a los aportantes.
Aunque para la edad de pensión se respeta el régimen
de transición de la Ley 100 (que establece que las
mujeres con 35 años cumplidos el 1º de abril de
1994 y los hombres con 40 años a la misma fecha, no
entraban en el régimen de Ley 100), y que sólo
a partir del 1º de enero del año 2014, se aumenta
de 55 a 58 años de edad si es mujer, o de 60 a 63 si
es hombre, también se determina que desde el 1º
de enero del año 2020 esas edades serán de 60
años para las mujeres y 65 años para los hombres.
O sea que se universaliza la edad de pensión para "todo
el mundo", sólo con las excepciones contempladas
en Ley 100, pero los trabajadores tampoco comparten esta norma.
En cuanto a la cotización, ésta va a aumentar
automáticamente en 1% para todos los afiliados, y desde
el 1º de enero de 2005, aumentará cada año
en 0.25% del ingreso base de cotización hasta llegar
a 15.5% en el año 2008. Ahora está en 13.5%,
con la reforma aumenta a 14.5% y a partir del año 2008
la cotización quedaría permanentemente en 15.5%.
El presidente de la CGTD, Julio Roberto Gómez, lo mismo
que el secretario general de la CUT, Héctor Fajardo,
han reiterado que no consideran procedente este aumento.
Y el tercer punto de discordia de las centrales obreras con
la reforma, es la disminución de los beneficios pensionales,
porque hoy se paga alrededor del 65% del salario que se devenga
como pensión, teniendo en cuenta el promedio salarial
de los últimos 10 años de trabajo. Ahora el
proyecto establece que el pago se calcule con base en el promedio
de las últimas mil semanas cotizadas, lo que provocará
que el promedio caiga dramáticamente, anotando además
que en las actuales condiciones económicas y de desempleo
del país, esas mil semanas apenas se sumarían
en unos 50 años de trabajo, porque existen períodos
de desempleo cortos o largos- bastante pronunciados en la
mayor parte de la población.
Igualmente, los sindicatos reparan el hecho de que se aumentarán
las semanas de cotización, porque a partir del 1º
de enero del año 2014, el número mínimo
se incrementará en 35 semanas cada año hasta
el año 2019. Y en el año 2020, se incrementará
en 40 semanas para completar un total de 1250 semanas como
mínimo.
Los gremios de la producción: Tampoco están
de acuerdo con el incremento de las cotizaciones, porque como
el 75% de los aportes para pensión los cubre el empleador,
consideran que económicamente la medida no es viable
para el sector privado o para los empresarios. Luis Carlos
Villegas Echeverri, presidente de la Asociación Nacional
de Industriales ANDI, afirmó: "Nosotros consideramos
que en Colombia sólo debe pagársele pensión,
al que haya ahorrado para la pensión, al que tenga
derecho a la pensión".
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Los
entes nuevos
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La
reforma crea el Fondo de Pensión de Subsistencia, que
se financiaría con aportes del 1% que se iba a descontar
de las Cajas de Compensación Familiar, aportes de los
trabajadores y de los mismos fondos privados, con el fin de
subsidiar a personas mayores de 65 años que no cumplen
con los requisitos para pensionarse y que sobreviven en condiciones
casi de indigencia.
El otro ente nuevo es una especie de Dirección del Sistema
General de Pensiones, con el Consejo Nacional del Sistema General
de Pensiones, adscrito al Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social, y conformado por el Ministro de Trabajo y Seguridad
Social, quien lo presidirá; el Ministro de Hacienda y
Crédito Público o su delegado; el Director del
Departamento Nacional de Planeación o su delegado; dos
representantes de los empleadores, uno de los cuales representará
la pequeña y mediana empresa; dos representantes de los
trabajadores; un representante de los pensionados; el representante
legal del Instituto de los Seguros Sociales o su delegado; un
representante por las administradoras de fondos de pensiones;
y un representante de otras entidades financieras encargadas
de la gestión de los recursos del sistema. |
Otras novedades
Ahora, los afiliados a pensiones pueden trasladarse de un régimen
a otro con un tiempo promedio de unos 6 meses de permanencia,
o sea que puede estar en un fondo privado y pasarse al Seguro
Social o viceversa y luego volver a otro fondo. Con la reforma,
el afiliado sólo podrá trasladarse de un régimen
al otro después de un mínimo de 2 años
de permanencia, lo que evita dificultades en la administración
de todo el sistema.
También se establece en la reforma, que nadie en Colombia
podrá jubilarse con una pensión cuyo monto sea
superior a los 20 salarios mínimos, o sea alrededor de
los 6 millones de pesos de hoy, porque actualmente existen personas
que tienen pensiones de 20 o más millones, y es necesario
limitar estos topes máximos.
Otro tema de discusión puesto en el tapete por empresarios
y congresistas, los más perjudicados con la medida porque
reciben jugosas pensiones, es el que crea un impuesto a las
pensiones altas, porque establece que éstas pagarán
un Impuesto de Solidaridad según estos porcentajes: de
3% para las pensiones de más de 10 y hasta los 15 salarios
mínimos legales mensuales vigentes (s.m.l.m.v.); de 5%
para más de 15 y hasta los 20 s.m.l.m.v.; y de 8% para
pensiones de más de 20 s.m.l.m.v. El producto de este
impuesto se destinará a constituir reservas pensionales
y al pago de pensiones a cargo de la Nación, para aliviar
un poco la carga que tiene el gobierno. Esto involucra a los
llamados regímenes especiales y exceptuados.
Y precisamente otro punto de debate es éste: el hecho
de que la reforma no altera los beneficios y privilegios de
estos regímenes especiales y exceptuados, a pesar de
que son de los más pesados para el país en materia
fiscal. El gobierno creó una comisión del Pacto
Político y Social para que analice este punto y presente
su diagnóstico en el mes de marzo próximo, pero
los gremios del sector privado y los fondos de pensiones insisten
en que deben estudiarse y modificarse sus prestaciones y beneficios
ya mismo, sin demora alguna, si se pretende de verdad resolver
el problema pensional del país. Entretanto, los sindicatos
y el gobierno coinciden en que se analicen como caso aparte
y con consideraciones diferentes.
¿Cómo pasará?
La reforma empezará a debatirse en marzo en el Congreso,
con el agravante de entrar a discusión en un año
electoral, pérfido para cualquier clase de buenas iniciativas,
por lo que se cree que dará muchas vueltas y revueltas
antes de ser aprobada, quizá con cambios ni remotamente
previstos. Como dice el Contralor General de la república,
Carlos Ossa Escobar, este debate de la reforma pensional va
a ser el ejercicio económico más importante de
los últimos años en la historia de Colombia, porque
tiene implicaciones de todo tipo. ¿Qué pasará?
¿Qué quedará? ¿Cuáles artículos
se modificarán? Eso depende del estado de las fuerzas
políticas para el primer semestre y de la correlación
de las fuerzas sociales, porque el proyecto perjudica a unos
y beneficia a otros. Pero lo verdaderamente importante es que
el proyecto de reforma pensional quiere imponerle a toda la
población colombiana un sacrificio, desmejorar su calidad
de vida y establecer toda clase de esperpentos jurídicos
como requisitos para el derecho a la pensión, descargando
en la inmensa mayoría de la gente del común, el
peso de la irresponsabilidad de todos los gobiernos nacionales
anteriores que dejaron crecer este problema, sin hacer las reservas
y cálculos del caso en los momentos estipulados.
En los municipios y departamentos por ejemplo, no le pagan pensiones
a los jubilados porque los gobernadores y su corte corrompieron
recursos de pensiones, se la festinaron, y ahora no tienen como
pagar a los ancianos que se jubilan después de prestar
sus servicios en toda una vida de trabajo.
Otro punto es el de las irresponsabilidades históricas,
como el incumplimiento del gobierno a los aportes que se comprometió
a pagar al Seguro Social y que desconoce con leguleyadas de
tercera. El gobierno dejó de pagar lo que le correspondía
en el sistema tripartito y hasta la fecha, no han capturado
a ningún presidente de la república por ese incumplimiento,
mientras en cambio a un anciano que va a reclamar su pensión
no se la pagan, porque obviamente no tiene ni ha tenido en la
historia quién lo defienda a él y a sus intereses.
Se viene entonces un debate nacional muy fuerte y una lucha
porque este proyecto de reforma pensional no perjudique a la
población, como está pretendiendo el texto presentado
ante el Congreso. |
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