MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 5    NO 52   ENERO DEL AÑO 2003    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co

El desempleo
Mal de muchos
y desconsuelo de pobres

Jaime Alberto Peláez Quintero Especialista en Economía, Gerencia y Finanzas de la Salud

Cada 5 segundos un colombiano se queda sin empleo, generalmente jefes de hogar que pierden así la única esperanzas de vida. Nos preguntamos enseguida: ¿somos muy de malas o no hay un Dios para Colombia? o ¿nuestra clase dirigente y política no ha sido capaz de diseñar y desarrollar instrumentos que creen condiciones para favorecer la generación de nuevos empleos productivos, dignos y sostenibles como en otras latitudes? o el sector privado, que debe ser más flexible en su estructura administrativa para ser más productivo y competitivo, ante exigencias del entorno empresarial, ¿se ha vuelto más riguroso en la definición de perfiles de sus prospectos? ¿o talvez se ha industrializado, automatizado y robotizado tanto que los seres humanos ya no somos indispensables? También pensamos que el asunto está en cómo venimos desarrollando nuestras ventajas comparativas en un modelo neoliberal, en una economía globalizada, excluyente y de privilegios para unos pocos que tienen conocimiento, poder y capital. ¿O será un poquito de todo esto junto?
El país se ha dedicado a intercambiar productos agrícolas como el café por bienes de capital como máquinas y computadoras. El beneficio del café requiere gran cantidad de insumos generalmente importados de países industrializados, que luego transformados vendemos a precios bajos en los mercados internacionales, incluso por debajo de su estructura de costos, que son más altos que la de los competidores (léase café vietnamita). Este fenómeno es común para la gran mayoría de nuestros productos primarios, para los cuales se acogen subsidios para garantizar la supervivencia de la economía rural y su modus vivendi, subsidios demasiados bajos respecto de los otorgados por los países industrializados y que van con cargo al presupuesto general de la República y las finanzas públicas, ejerciendo presión fiscal. El efecto de vender en condiciones desiguales, agotando nuestro subsuelo, a cambio de bienes de los países desarrollados, intensivos en conocimiento de últimas generaciones, alta calidad y valor agregado, e intensivos más en saber que en trabajo, crea una brecha más acentuada. Este modelo neoliberal, que fomenta y profundiza la desigualdad, hace más ricos a ricos y pauperiza aún más a pobres. Es un modelo que debe revisarse, tal como lo sugiere el economista Eduardo Sarmiento Palacio en su teoría del ciclo del producto, donde asevera que no es "con la exportación y producción de yuca, arracacha, hojas de plátano con baja demanda mundial, como vamos a lograr mayor prosperidad, bienestar y abundancia. Es con actividades de alta tecnología como lograremos salir del círculo vicioso en el cual estamos inmersos, tal como lo hacen los japoneses y países asiáticos que en pocos años lograron mejores estándares de calidad de vida".
Cita la novelista y crítica francesa Viviane Forrester en su libro "El Horror Económico", en 1996, la siguiente reflexión agorera, apocalíptica y premonitoria en torno de la dinámica y acepción del empleo: "…se dice que la extinción del trabajo es apenas coyuntural, cuando en realidad, por primera vez en la historia, el conjunto de los seres humanos es cada vez menos necesario. Descubrimos, -dice la autora- que hay algo peor que la explotación del hombre: la ausencia de explotación, que el conjunto de los seres humanos sea considerado superfluo y que cada vez uno de los que integra ese conjunto tiemble ante la perspectiva de no seguir siendo explotable…"
No sólo se requiere entonces revisar el modelo económico imperante sino diseñar y aplicar programas que incentiven la generación de empleo y mitiguen los efectos perversos sobre la población más vulnerable.
La idea de apoyar a las PYMES, que generan el 48% del empleo industrial y el 82% de los establecimientos industriales, junto con la decisión de crear el Fondo Especial de Garantías, son un gran acierto que merece todo el acompañamiento, toda vez que a julio de 2002 el 65% de la fuerza de trabajo estaba en famiempresas y microempresas que emprendieron de manera eficiente actividades de economía popular con autogestión comunitaria.
La protección social contemplada en el proyecto de reforma laboral sería un alivio para los miembros de estas pequeñas unidades económicas, respondiendo a principios solidarios y facilitando su supervivencia, al tiempo que se mejora la calidad de vida. La meta de crear 640.000 nuevos empleos con medidas estructurales para estos cuatro años, cuando el mercado laboral es presionado por 370.000 nuevas personas capacitadas para laborar cada año y la reforma sólo puede generar 160.167, con tasas sostenidas de crecimiento de la economía superiores al 5.2% anual para garantizar tasas de desempleo de un dígito, es insuficiente frente al grave problema del desempleo, pero el fortalecimiento y acompañamiento a su seguridad social, abre la posibilidad de gestar las condiciones para el acceso a un verdadero desarrollo del mercado laboral, más justo, digno y equitativo.
Recuérdese que entre 1990 y 1994, Estados Unidos pasa de 320.000 a 580.000 desempleados, y en Alemania en pleno boom económico, el desempleo hoy llega a la cifra récord de 4 millones de personas.
En el entendido que la modulación, diseño e implementación de la Ley 100 estuvo inspirada fundamentalmente bajo el supuesto macroeconómico del empleo productivo y duradero, vemos como el desempleo es hoy una constante incluso para naciones altamente industrializadas. Esto presagia negros nubarrones en el panorama de la seguridad social en salud, que se evidencian, cuando el mismo en su informe anual presentado en julio, da cuenta de la cobertura del régimen contributivo en sólo 31% de la población para el año 2001 en los compensados, cuando al inicio de la ley estaba en el 22% (sin incluir el grupo familiar), y en 1998 era mayor que hoy, con el 35.1%. Y que el régimen subsidiado según base de datos disponible sólo llega a 8.870.020 afiliados (cuando se muestran cifras de 11.069.182 afiliados para 1.71 billones de pesos), la viabilidad macro del sistema desde la perspectiva del empleo estará entonces supeditada a una mayor y mejor calidad del empleo, que como se ha analizado en este periódico, es inelástica y no guarda correlación; a mayor ocupación, mayor nivel de aseguramiento, por la calidad y tipo de empleo. Las circunstancias macroeconómicas internas y el comportamiento de los mercados emergentes latinoamericanos, no garantizan mejoras sustanciales en el corto plazo. Amén además, de la necesaria corrección del déficit fiscal (7 puntos del PIB) sin castigo de la inversión social y de la implementación de una reforma que busque mejorar las condiciones reales de acceso de la población vulnerable.
Será necesario entonces adoptar las reformas propuestas que permitan mayores niveles de eficiencia en afiliación, gestión financiera, atención y condiciones de acceso, un mayor nivel de pocos pero efectivos controles a la evasión y elusión, y la erradicación de prácticas non santas de los agentes administradores y prestadores de los servicios de salud, que se convierten en claras barreras de acceso y dilación en el manejo y administración de los recursos financieros.

Bioética
Los valores éticos
Ramón Córdoba Palacio. M. D.
La axiología, la parte de la filosofía que se ocupa del estudio de los valores, se divide en tres grandes capítulos, a saber: 1º. La teoría de los valores o axiología general. 2º. La estética o teoría de los valores de lo bello y de lo feo, la filosofía del arte. 3º. La ética o moral, la filosofía práctica, una de cuyas funciones esenciales es evaluar los actos humanos, es decir, los que consciente y voluntariamente llevamos a cabo.
La antropología y la simple vivencia de nuestro existir nos revelan que, como lo expresa Bochenski, «La verdad es que el hombre no se enfrenta sólo contemplativamente con la realidad. No sólo la ve, sino que la valora o estima. [...] De modo general, nuestra vida está determinada por la valoración y los valores». Y Diego Gracia afirma más categóricamente: «La estimación es absolutamente necesaria en nuestra vida. Nadie puede vivir sin estimar». Y, ¿qué es lo que estimamos? Los valores expresados en cosas, realidades o "bienes" y que hacen de estos "bienes" algo bueno o mejor, malo o peor, bello o feo, "santo" o profano, agradable o desagradable, etc. Obviamente que si evaluamos, si valoramos, es porque aceptamos una escala de valores -valga la redundancia-, valores que no creamos sino que descubrimos: el bien, la belleza, la justicia, el mal, lo feo, lo injusto, etc.
Y, ¿qué son estos valores? Con García Morente respondemos: «Los valores no son sino que valen. [...] Cuando decimos de algo que vale, no decimos nada de su ser, sino decimos que no es indiferente». Y, con el mismo autor, podemos afirmar que: «El valer es no ser indiferente», que «la no indiferencia constituye la esencia del valer». Al respecto Gevaert, no obstante aceptar que «el valor es una categoría original» que no es posible definirlo en sentido estricto» -afirma- «que valor es todo lo que permite dar un significado a la existencia humana, todo lo que permite ser verdaderamente hombre».
Esta definición que es correcta para todos los valores, lo es especialmente para los éticos o morales, pues éstos se expresan, se manifiestan, se realizan, en las obras humanas que necesariamente se inclinan hacia el "bien", o hacia el "mal" sea por acción o por omisión.
Al manifestarse en cada acto humano, los valores éticos, o al menos la opción fundamental elegida libremente por cada persona, se constituye en la más personalizante, en la "opción" o en el valor «que condiciona al hombre en su realización», enseña Vidal.
Así, los valores éticos o morales se convierten en el "valor supremo" que da sentido a la existencia de cada persona, por lo que se "justifica a sí mismo", se impone como meta libremente elegida y buscada, no obstante la relatividad histórica del hombre y la inconstancia de su quehacer.
Nota: Esta columna es un aporte del Centro Colombiano de Bioética -CECOLBE-.
Del Plan Estratégico
El ex director de aseguramiento del Ministerio de Salud, doctor Carlos Mario Ramírez, también presentó su concepto sobre el Plan Estratégico de Salud 2002-2006.
"En general, se trata de un Plan exhaustivo e integral y merece la confianza del país, al menos para los 6 meses iniciales de gobierno, para luego evaluar su ejecución.
Si fuera a establecer un orden de ejecución del mismo, considero que las prioridades estarían en el siguiente orden:
a) Consolidar las bases de datos que concreten el Sistema de Información de Afiliación y el comprobador de derechos, entregándolo a todos los actores del sistema, para evitar subsidios cruzados a no pobres y estimular el aseguramiento. A la par, iniciar la creación de la Central Única de Registro y Afiliación.
b) El impulso decidido a pagar la deuda en P. y P., y concretar el giro directo a las ARS desde el nivel nacional, tanto del Sistema General de Participaciones como del Fosyga; ello además de ser parte del Plan, daría cumplimiento a la Ley 715, que ordena el giro directo, cuando la Contraloría General de la República establezca la falta de diligencia de las entidades territoriales. Yo apostaría que hoy el 95% de los municipios no separaron los recursos de salud, como lo mandaba dicha ley, y ello los hace merecedores de ver pasar la plata del régimen subsidiado directo para las ARS. y de los vinculados directo para las IPS. Quedaría faltando el giro directo hasta las IPS, que según el ultimo fallo de la Corte Constitucional, debe reglamentarse o justificarse.
c) Saneamiento de la cartera del régimen subsidiado y la racionalización jurídica para el mismo.
d) Estudio permanente del equilibrio financiero de la Unidad de Pago por Capitación y el Plan Obligatorio de Salud (UPC-POS).
Por calificar el Plan Estratégico como exhaustivo, considero que no presenta vacíos, sin embargo, en la versión inicial aún no se pronunciaba sobre la participación de los hospitales en el aseguramiento, uno de los pilares del Programa Presidencial actual.
Reflexión y
observaciones
Un Plan Estratégico elaborado al mes de iniciarse el gobierno, merece un parte de optimismo y respaldo. Le apuesto a que el incremento en afiliación contributiva con la aplicación de medidas de evasión y elusión, es factible en el régimen contributivo. La estrategia de subsidios parciales y totales permitirá incrementos significativos en el régimen subsidiado del año 2004 en adelante, dado que el criterio fiscalista, efecto del agudo déficit fiscal, no deja en el presupuesto aprobado para el año 2003, cifras significativas claras para incremento. Por ello, el año 2003 será muy seguramente dedicado a ganar en eficiencia.
Por haber estado en el Ministerio de Salud en el período final del anterior gobierno, soy de los pocos colombianos que deben inhibirse para criticarlo y por dos razones de simple lógica: si nuestra gestión hubiera sido satisfactoria, la tranquilidad que genera dicha satisfacción me daría el derecho de no juzgarlo. Si por el contrario resulta que pudimos hacer más y con mayor oportunidad, ¿con que derecho puedo criticar? Cabe advertir, que la reflexión anterior no debe considerarse como un "mea culpa" ni como lo contrario".

 











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