Inicia
la crisis
Para los años 1998 y 1999, el hospital comienza
a presentar signos de deterioro en su función de garantizar
las condiciones adecuadas de funcionamiento y prestación
de servicios con calidad y eficiencia.
Con el propósito de flexibilizar costos y realizar un
ajuste institucional, el Ministerio de Salud y el de Hacienda,
los gobiernos departamental y municipal, llevaron a cabo entre
los años 2000 y 2003 procesos de ajuste, reactivación
económica y modernización del Hospital de Caldas,
acogiéndose a la Ley 550 de 1999 de reactivación
económica.
Durante el proceso de reestructuración, se redujo la
planta de personal hasta llegar a 450 empleados, se disminuyeron
los altos costos de operación, y se logró la diversificación
de las formas de contratación. Sin embargo, con referencia
a los pasivos, en un comienzo el hospital cumplió con
el pago de las deudas, pero después no pudo seguir cumpliendo
con lo pactado, debido entre otras cosas, al alto valor de la
cartera por recuperar y al incumplimiento de pago por parte
de las EPS, ARS, aseguradoras y entidades del Estado.
De acuerdo con el Director Territorial de Salud de Caldas, Doctor
Francisco González, la deuda del Hospital de Caldas,
asciende a cerca de $12.000 millones, siendo los mayores acreedores
el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria y el Instituto de Fomento
Industrial de Manizales (Infimanizales).
El 18 de junio de 2004, y por decisión de la Junta Directiva
que presidió el Alcalde de Manizales, Néstor Eugenio
Ramírez, el hospital suspendió la prestación
de servicios asistenciales, funcionando de manera parcial el
área administrativa.
Como todavía el centro asistencial no ha sido liquidado,
desde hace un año los 450 trabajadores del hospital asisten
puntualmente, firman una planilla y se congregan en el área
de urgencias. El costo de la nómina de la planta de personal
asciende a cerca de $625 millones mensuales.
Con el propósito de facilitar los procesos de reorganización,
el Hospital de Caldas presentó una propuesta orientada
a la supresión de cargos asistenciales, teniendo en cuenta
que ya no se requieren debido a la suspensión en la prestación
de los servicios médicos; con esa propuesta, la planta
actual de 450 empleados se reduciría a 24, es decir,
solamente el personal necesario para continuar con los procesos
administrativos.
¿Y la solución?
El Hospital de Caldas cuenta con $10.000 millones para
superar la crisis que afronta, de los cuales $5.000 millones
son aportados por el municipio de Manizales, $3.000 millones
por el Ministerio de Hacienda y $2.000 millones por el departamento
de Caldas como reconocimiento de servicios prestados a la población
pobre no cubierta por el régimen subsidiado.
Para el Gobernador de Caldas, Emilio Echeverri Mejía,
es claro que el municipio, actual propietario del hospital,
debe entregarlo cero kilómetros, porque el departamento
está dispuesto a asumirlo, pero la red pública
y el departamento no pueden asumir los pasivos, esas deudas
corresponden a la administración municipal y deben atenderlas
para habilitar la entrega de las instalaciones al departamento.
De lo contrario no se puede integrar en la red pública
de Caldas.
Y aclara el Gobernador Echeverri Mejía: El Hospital
no se reabre como tal, se llamará el Hospital de Caldas
con una connotación universitaria, para que las universitarios
tengan un espacio de investigación en las ciencias de
la salud, además de sus prácticas. La salud no
es un negocio, pero requiere de un ejército riguroso
de administración que no esté sometido a los vaivenes
de los presupuestos, y tendrá que actuar en los mercados
de servicios de salud para ser competente.
De tal manera, la Dirección Territorial de Salud de Caldas
debe ajustar la red pública de servicios del tercer nivel
de complejidad, lo cual exigirá algún tipo de
transformación institucional de los prestadores actuales.
Entre los ajustes que se efectuarán están la integración
del Hospital de Caldas y Santa Sofía con el fin de conformar
una sola Institución Prestadora de Servicios de Salud
o IPS de tercer nivel con una misma administración, y
con portafolios de servicios claramente definidos.
La posición del Ministro de Protección Social,
Diego Palacio, es contundente cuando se refiere a la responsabilidad
del gobierno nacional, la cual es garantizar la prestación
de servicios de salud a toda la comunidad en condiciones de
oportunidad y calidad por unas instituciones eficientes, modernas
y autosostenibles.
Esto implica, funcionamiento de los hospitales en red, de tal
manera que cada uno atienda lo que le corresponde según
su nivel de complejidad, decisión con la que está
de acuerdo el gobernador Emilio Echeverri Mejía, para
quien la radiografía de la red hospitalaria de Caldas,
arroja el diagnóstico de tres tristes tigres comiendo
en tres tristes platos. |