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Mario Benedetti: In Memoriam |
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Un
exiliado
lo será de por vida y de por muerte
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Jesús
y yo salvadas las distancias
somos dos habitantes del exilio
y lo somos por cautos por ilusos
Yo, oscuro y fracturado,
sin mi tierra
Él, pobre desde siempre
sin su cielo. |
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| Hernando
Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@elhospital.org.co
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| El asma crónica,
los fallos multiorgánicos y el postrer trastorno intestinal
marcaron el viaje de Mario Benedetti a su último exilio,
y el comienzo del desexilio en una eternidad tan
eterna como la memoria de su nombre en las letras. Cuando
muere alguien como Mario Benedetti, no se puede hablar de una
gran pérdida, sino simplemente que llega a su fin una
gran trayectoria", dijo Tomás De Matos, escritor
y director de la Biblioteca Nacional de Uruguay. |
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Partió el poeta
de la ausencia siempre presente, el militante de la
vida, el de: Vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
/ con mi mejor y mi peor historia / conozco este camino de
memoria / pero igual me sorprendo / hay tanto siempre que
no llega nunca / tanta osadía tanta paz dispersa /
tanta luz que era sombra y viceversa / y tanta vida trunca.
Nació en 1920 en Paso de los Toros (Uruguay), sus padres,
Brenno y Matilde, lo pusieron Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno
Benedetti Farrugia , para que no quedara duda de su origen
italiano. Cuando entré al colegio ya sabía
leer y escribir, aprendí casi solo. Los primeros libros
que leí fueron de Julio Verne, de Emilio Salgari; Dos
años de vacaciones de Julio Verne que leí
a los 7, me impresionó mucho; así veía
el niño en una bola de cristal su salto de las aventuras
fantásticas a las aventuras reales con bandidos y monstruos
de verdad. Cuando cumplió 80 años, ya había
escrito 80 libros, y recuerda: De chico, iba por la
mañana muy temprano, como a las seis y cuarto, a un
colegio alemán; Zorrilla era un hombre muy religioso,
se dirigía a la dirección de un diario católico.
Éramos los dos únicos habitantes del tranvía
cada mañana
.
Su poema Tranvía de 1929 lo dedicó
a China Zorrilla, nieta del vate Juan Zorrilla de San Martín.
Por pobreza, suspendió los estudios secundarios. De
14 años trabajó en la Will L. Smith, S.A., de
repuestos para automóviles. En 1946 casó con
Luz López Alegre, eterna cómplice y testigo
de dichas e infortunios, un año después de su
iniciación literaria. Tras el Golpe de Estado del 27
de junio de 1973 dejó a Uruguay y vivió un exilio
de 10 años en Buenos Aires, Perú, Cuba, Madrid,
Palma de Mallorca y otros ámbitos; retornó a
Montevideo en 1983 a iniciar su desexilio.
Imperio y neoliberalismo
Apóstol de identidad, decía que a
Estados Unidos lo va a derrotar su propio pueblo, sus propias
carencias. Cambio 16 le preguntó qué
le pediría a Estados Unidos, y contestó:
Que se olvidaran de nosotros, de América Latina,
porque cada vez que se acuerdan del Sur es para invadirlo
o para asfixiarlo económicamente. Dijo que el
neoliberalismo sólo beneficia en nuestros países
a las clases más favorecidas que están en el
poder. En América Latina los ricos son cada vez más
ricos y los pobres cada vez más pobres. Y que
la globalización es "una dictadura indiscriminada,
que cada vez conduce más al suicidio de la humanidad".
Defendió con denuedo a Cuba y su revolución:
Si la Revolución cubana cayera, sería
algo catastrófico, no sólo para el país
sino también para América Latina. Daría
muchas más alas a los Estados Unidos que siempre quisieron
dirigir nuestro continente. Pero, ecuánime, sostenía:
Ni el socialismo ni el capitalismo salvaje van a conducir
al Continente a un futuro más promisorio. Pienso en
una fórmula mixta. Siempre creyó que el
escritor debe mantener cierta actitud crítica hacia
el poder, pues "la conciencia es la única
religión.
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Todos sabemos
que nada ni nadie
habrá de ahorrarnos el final, pero así
y todo hay que vivir como si
fuéramos inmortales".
Benedetti.
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La dictadura uruguaya y su cómplice
argentina siempre quisieron matarle, como a muchos amigos suyos.
A ellos y a los muertos naturales cantó: "Me he
ido quedando sin mis escogidos / los que me dieron vida / aliento
/ paso / de soledad con su llamita tenue / y el olfato para
reconocer / cuánta poesía era de madera / y crecía
en nosotros sin saberlo. / Me he quedado sin Proust y sin Vallejo
/ sin Quiroga ni Onetti ni Pessoa / ni Pavese ni Walsh ni Paco
Urondo / sin Eliseo Diego sin Alberti / sin Felisberto Hernández
sin Neruda / se fueron despacito en fila india".
Exilio y desexilio
Yo tuve que exiliarme con 55 años y a esa
edad es muy difícil empezar de nuevo. Se crea una especie
de cóctel de nostalgias, decía a Cambio
16, y anotaba: En el caso de mi país, la dictadura
nos dejó un legado de mezquindad y miedo. Además
de muchas heridas abiertas. Los criminales deben pagar por lo
que hicieron, porque si un país no salda cuentas con
su pasado, va a tener dificultades para incorporarse a un futuro
mejor. Dijo José Emilio Pacheco: Benedetti
ha hecho lo imposible: tender puentes sobre los mares que nos
separan, en vez de arar en ellos o escribir sobre el agua,
y que el exilio le permitió colonizar todos los
territorios arrancados por él a lo no dicho y a lo indecible.
Ninguna violencia pudo arrebatarle la ciudad construida por
sus palabras: Jesús y yo salvadas las distancias
/ somos dos habitantes del exilio / y lo somos por cautos por
ilusos /
/ compartimos los panes y desiertos / y las complicidades
y los Judas / y el camello y el ojo de la aguja / y los santotomases
y la espada / y hasta los mercaderes y la furia.
En su cuento El diecinueve, un antiguo preso se
aparece a su verdugo, el Capitán Farías y le pregunta:
¿Estoy oficialmente muerto?... Pensé: de
pronto le quito un peso de la conciencia. Un muerto menos, ¿qué
le parece? Aunque deben quedarle algunos otros que aún
no contrajeron el vicio de resucitar. No le cuenta cómo
sobrevivió: Parece imposible ¿verdad? Ustedes
trabajaban a conciencia y con todas las garantías. Pero
un vuelo es un vuelo y el mar es el mar. En el mundo hay varios
mares, pero en el mar hay varios mundos. Llorando, Farías
exclama: ¡Sos un fantasma! ¡Un fantasma! ¡Eso
es lo que sos!. En el cuento Con los delfines,
alguien escribe a su supuesta madre, lamentando la muerte de
su esposo: ... me da un poco de pena saber que has quedo
irremediablemente sola. Pero mucha más pena me dan mis
padres verdaderos. Sé de buena fuente, como vos, que
desde un avión los arrojaron al mar y que los arrojaron
vivos. Algo similar a: País lejos de mí
/ que está a mi lado / país no mío que
ahora es mi contorno / que simula ignorarme y me vigila / y
nada solicita pero exige /
/ que cuando es noche esconde
la menguante / y cuando hay sol me expulsa de mi sombra.
Para Pacheco, Benedetti penetra en la mente del torturador,
trata de comprender, no de justificar, de darnos conciencia
de que lo peor y lo mejor de todos los seres humanos está
latente en nuestro interior.
Mario evoca su relación con Onetti: En Madrid vivíamos
bastante cerca uno del otro, pero él no salía
jamás. Me decía, vení vos aquí y
yo iba a verlo. Tuve mejor relación con él en
el exilio, que cuando los dos estábamos en el Uruguay.
Califica a Geografías, como pavadas
que uno inventa en el exilio para de algún modo convencerse
de que no se está quedando sin paisaje, sin gente, sin
cielo, sin país. Y jugaba así con los compañeros
de infortunio: Uno de los dos pregunta sobre un detalle
(no privado, sino público) de la lejanísima Montevideo:
un edificio, un teatro, un árbol, un pájaro, una
actriz, un café, un político proscrito, un general
retirado, una panadería, cualquier cosa. Y el otro tiene
que describir ese detalle, tiene que exprimir al máximo
su memoria para extraer de ella su postalita de hace diez años,
o darse por vencido
; con una respuesta fallida,
cada jugador perdía un punto. Mario inquiría,
por ejemplo: Qué café está (o estaba)
en la crucial esquina de Rivera y Comercio, o cuántas
puertas de entrada tiene (o tenía) la tribuna Colombes
en el estadio Centenario, o dónde está (o estaba)
la parada final de la línea de ómnibus 173.
Su Parábola del exilio es Un Padrenuestro
Latinoamericano:
Padre nuestro que estás
en el exilio / casi nunca te acuerdas de los míos / de
todos modos dondequiera que estés / santificado sea tu
nombre / no quienes santifican en tu nombre / cerrando un ojo
para no ver las uñas / sucias de la miseria
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El realismo crítico
de Mario Benedetti , expresa J.M. Caballero Bonald, no es reducción
sino expansión de posibilidades, por el subjetivo
inventario de sorpresas que subyacen en la realidad y
su amor entraña una experiencia relativa y una
metáfora absoluta; desborda la intimidad y se instala
alegóricamente en lo comunitario, porque el
desamor corrompe la justicia, invalida la capacidad de ser libre:
En mi amor hay otras cosas / por ejemplo los sueños
con que muevo la tierra / la pobre lucha que libré y
libramos
. O: Tus manos son mi caricia / mis
acordes cotidianos / te quiero porque tus manos / trabajan por
la justicia / si te quiero es porque sos / mi amor mi cómplice
y todo / y en la calle codo a codo / somos mucho más
que dos.
Un tragaluz para la utopía
Para Benedetti, la poesía fue siempre género
prioritario, y un tragaluz para la utopía.
Acreedor literario de toda una generación y deudor en
poesía de Vallejo y de Neruda, llamó a éstos:
dos mundos que hay, en América Latina, de la poesía.
Yo modestamente me inscribo en el de Vallejo, sin perjuicio
de reconocer que Neruda es un gran poeta, pero vio en
Machado y en Chejov a otros ángeles tutelares. Nunca
me gustaron -dice- los poetas muy misteriosos o muy complicados.
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En la razón
sólo entrarán las dudas
que tengan llaves.
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En poesía es
donde se aloja con mayor dinamismo esa íntima correlación
entre literatura e historia, aseveró Caballero
Bonald; así, El cumpleaños de Juan Ángel,
novela en verso (con más de 35 ediciones) que Mario ubicó
como un bicho raro dentro de la literatura, derriba
la antinomia entre prosa y poesía, pone a su autor como
inclasificable, y paradigma de la unidad en la diversidad, por
enriquecer cada género con la experiencia obtenida en
los demás, observó Pacheco.
No menos singular es su relato Más o menos hipócritas,
primer capítulo de una novela colectiva escrita con otros
9 autores. Con el haiku logró encerrar en 17 sílabas...
una sensación, una duda, una opinión, un sentimiento,
un paisaje y hasta una breve anécdota.... Ejemplos:
Patrias de náilon / no me gustan los himnos / ni
las banderas . O: En la razón / sólo
entrarán las dudas / que tengan llaves. Me
siento cuentista -dijo a Reina Roffé- y mencionó
a Quiroga, Felisberto Hernández y Onetti: Esos
sí que son grandes. Digamos que yo también escribo
cuentos. Su narrativa acude a todas las formas de relato:
primera y tercera persona, monólogo interior, diálogos.
Para Saramago, el léxico de Benedetti ha ignorado
deliberadamente la supuesta existencia de palabras 'poéticas'
y de otras que no lo son, y su obra es la búsqueda
persistente y lograda de un sentido, el del ser humano en el
planeta, en el país, en la ciudad o en la aldea, en su
casa simplemente o en la acción colectiva. |
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Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza. |
| Para Benedetti, el éxito
siempre resulta un misterio y no es ninguna garantía
de gran calidad. Por eso, nunca persiguió premios
ni distinciones. Del Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana,
dijo: Me dejó contento, sobre todo, porque es mi
poesía.... Pero sobre un posible Nobel, expresó:
No, para qué pensar en cosas imposibles.
El modesto ser que en la Feria del Libro de Madrid anotaba con
palotes los libros que firmaba y andaba con una raída
maleta llena de poemas, cuentos, cartas... ganó tantísimos |
premios, como el Reina Sofía
(1999), Iberoamericano José Martí (2001), Internacional
Menéndez Pelayo en 2005 y muchos otros, dos Doctorados
Honoris Causa en Literatura y uno en Ciencias Filológicas,
y es padre de más de 80 obras, algunas traducidas a 20
idiomas: 36 libros de poesía (La víspera indecible,
Poemas del hoyporhoy, Quemar las naves, Rincón de haikus
),
9 novelas entre ellas Gracias por el fuego, La tregua, Primavera
con una esquina rota, etc., 18 libros de cuentos (Montevideanos,
La muerte y otras sorpresas, Con y sin nostalgia
), 4 dramas
y al menos 16 ensayos.
Muchos poemas suyos fueron musicalizados por Serrat, Daniel
Viglietti, Nacha Guevara, Soledad Bravo y Tania Libertad, entre
otros cantores. Serrat, compositor de El sur también
existe, dijo: Sus versos eran contagiosos, alabó
su forma de rehacerlos como letras de canciones, y su
curiosidad, su forma de incorporar, mezclar y bajar la poesía
a la calle, subirla a un escenario, acercarla a la gente, por
eso es un poeta muy transversal".
En su Montevideo, capital de su país de la cola
de paja, la única oficina del mundo que ha
alcanzado categoría de república, en el
Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo,
los testigos del velatorio verificaron que Después
de todo / la muerte es sólo un síntoma / de que
hubo vida . |
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