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Semblanza de un
maestro de la fotografía
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Pablo
Guerrero...
...y el campo, crisol de la naturalidad
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Hernando
Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@elhospital.org.co |
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Estas
imágenes quedan como constancia de mi permanencia profunda
y emocionante durante 50 años en esta tierra antioqueña,
de prodigioso caudal de inspiración, dijo el maestro
Pablo Guerrero sobre la exposición El campo, crisol
de naturalidad, que exhibió la Biblioteca Pública
Piloto de Medellín. No fue una muestra más, sino
compendio de su obra fotográfica que abarca más
de 5 décadas, peregrinaje por la imagen que arranca con
los primeros balbuceos infantiles: |
A
los 8 o 9 años tuve la primera cámara; con una
Kodak de cajón o de fuelle fotografié al perro,
al gato, al canario, al loro y a mis hermanitos menores.
Es un artista que tiene la propia luz como pincel, la cámara
como paleta y el papel emulsionado como lienzo.
El campo, crisol de la naturalidad, no es una simple
retrospectiva, es summa fotográfica, sustrato
de una obra artística integral, imágenes congeladas
de la Antioquia campesina de ayer, de hoy y de siempre, 35 fotografías
en 4 ejes temáticos: el trabajo, el subtema de la arriería,
hogar-lúdica-paisaje y retratos, con el común
denominador del hombre rural, protagonista de una realidad y
de una historia. En la fotografía Faena diaria, sentimos
la aspereza de la cabuya, en Cosecheros olemos el aroma de las
frutas y recibimos el quemante sol en la piel. En Labranza,
nos provoca el exhuberante maíz tierno, en El trapiche
la densa humareda huele a miel caliente de caña, El sembrador
es un posible homenaje al cuadro homónimo de Millet,
El Pan nuestro nos ofrece la parva recién horneada. Tratado
de arriería son Arreglando las cargas; Trajín
cotidiano; Destino, el pueblo; y Arriería: allí,
los bultos, la mulera, la cantina de leche, los tablones del
aserrío, la recua en marcha y el arriero, como Deus et
machina. El retrato Juancho de arriería resume en un
rostro toda una situación social. Los otros retratos
son: Carmencita, preciosa imagen captada en Sonsón en
1955; Al calor del fogón, una niña junto a la
típica cocina de tierra con las arepas calientes, Enamorado
y De buena estampa, son otros ejemplos del género, de
gran factura técnica. |
La exposición
'El campo, crisol de naturalidad',
es resultado de un sentimiento, toda la vida me
ha impresionado el ser humano. Y he seguido su
actividad, pues donde hay presencia humana,
hay vida, hay sentimiento, movimiento.
La presencia del campesino es más
abiertamente pura, sin contaminación, silvestre,
una actitud bellísima del ser humano.
Pablo Guerrero.
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MuLas
demás fotografías ilustran la simbiosis del campesino
y su familia con el paisaje rural; ejemplos: A orillas del Tonusco,
Contemplación y Horizontes, tomada ésta última
en La Ceja (Antioquia), síntesis de la exposición,
versión fotográfica del óleo homónimo
de Francisco Antonio Cano. De ella, Pablo Guerrero señala:
Son mundo paralelos; cuando la hice, la obra homónima
del maestro Cano no tenía la difusión ni el relieve
que adquirió luego, después se dijo que todo buen
antioqueño debía conservar una reproducción
de esa pintura. Son unos niños que van por el campo,
a un cielo, a una lejanía, a un horizonte indeterminado;
es el futuro de los niños que no saben qué serán
tal vez, por lo menos, buenos campesinos, buenos ciudadanos. |
La Sus fotos de hogar-familia-paisaje
hablan con la elocuencia de los trigales de Van Gogh, y de sus
Campesinos comiendo patatas. En La casa labriega, los cuadros
en la pared son espejos del entorno, tan reveladores como Dominical,
Bajando de la montaña (recuerda El trapiche de Emilio
Murillo): caminos de herradura, el campesino de ruana terciada
que parece dialogar con la enramada, la casa de bahareque, el
tejar. Camino del pueblo bien puede ser la versión paisa
de Campesinos camino del mercado de Gainsborough; Cerca del
cielo vincula los mundos infantil y adulto. El paraíso
perdido de la lúdica aflora en Fraternidad, Coloquio,
Juegos de niños, Los amigos fieles, y Plática;
las ruedas de la vieja carreta son testigos de una tierna escena
en Infancia, sobre la cual dice Guerrero: Ahí está
la mente del niño, limpia, pura, natural. La foto estuvo
inédita durante 50 años; si se hubiera publicado
en su momento, habría sido todo un escándalo
.
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El
hombre en primer plano
La muestra -dice su autor- es resultado de un
sentimiento, toda la vida me ha impresionado el ser humano.
Y he seguido su actividad, pues donde hay presencia humana,
hay vida, hay sentimiento, movimiento. La presencia del campesino
es más abiertamente pura, sin contaminación, silvestre,
una actitud bellísima del ser humano, diferente a los
citadinos que somos requete-vestidos, requete-pintados, requete-camuflados,
casi nos volvemos otros.
El fotógrafo rememora su niñez: Tuve unos
compañeritos de estudio, uno de ellos de Villa de Leyva,
me invitaba al campo, que en Boyacá y en Cundinamarca
es precioso, y en esos trajines, desde la niñez, me fascinaba
ir a los mercados, a los caminos, ver a los campesinos con atuendos
distintos de los nuestros, con la caneca o el bulto al hombro.
Y no puedo desconocer que soy amante de los libros, y encontré
personajes universales como un Millet, un Gauguin y un Van Gogh
caracterizados, sublimizados por esa reverencia permanente a
las gentes humildes y del campo, y guardando los términos
comparativos, puedo decir que opté por esa línea,
con paisajes de la región antioqueña: La Ceja,
Sonsón, Granada, Santa fe de Antioquia
municipios
que representan la Antioquia andina; quizás porque el
altiplano cundiboyacense me marcó, respondo a ese aire.
Y como amante de la literatura, me acompañan Carrasquilla,
Efe Gómez, Epifanio, Gregorio Gutiérrez, de todos
he sacado ejemplos de lo que ya también siento. |
Soy amante de los
libros, y encontré
personajes universales como un Millet,
un Gauguin y un Van Gogh caracterizados,
sublimizados por esa reverencia permanente
a las gentes humildes y del campo, y guardando
los términos comparativos, puedo decir que
opté por esa línea, con paisajes de
la región antioqueña.
Pablo Guerrero.
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Guerrero
no improvisa: Si uno prepara la escena, y hace que el
campesino se peine y pose, destruye su esencia; lo que persigo
es detenerme en esos momentos absolutamente propios de ellos.
Tengo el sentido de la pre-visualización, para
no irrumpir a tomar cincuenta mil fotos a ver qué me
sale, sino ver cuáles son los detalles que conforman
lo que quiero representar. Yo obturo mi cámara cuando
se reúne una serie de circunstancias: el ambiente, la
luz, las sombras, para definir cómo conforman el relieve,
cómo dibuja la luz, cómo se forma el sentido tridimensional
del área del campo. Yo voy al campo, camino y camino,
busco y busco, y donde hallo, obturo. Entro a una casa campesina
y si no me echan los perros, me sigo, pregunto si tienen perros,
cómo los tratan, cómo viven
mucho después,
tomo las fotografías. Su sentido natural es producto
de todas esas observaciones, y el fruto de unos 50 años;
hay fotografías como Carmencita, esa niña despeinada
que si hoy viviera tendría mínimo 60 años,
y en esa imagen conserva un rostro límpido, fresco, lindo,
juvenil; desde que llegué a Antioquia en 1953, me enamoraron
sus gentes. También hay fotos recientes como Juancho
de arriería, compañera de Esfuerzo de arriería,
premiadas en 1994, en el Primer Salón Internacional de
Fotografía de la Universidad Pontificia Bolivariana. |
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Guerrero internacional
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De
su larguísimo historial de reconocimientos, premios y
distinciones, Guerrero valora de manera especial el primer gran
triunfo internacional: Medalla de Plata en Color, y de Bronce
en Blanco y Negro en la V Bienal Americana de Fotografía
-FIAP-, Sao Paulo 1970, que lo animó a trabajar con más
ahínco; Medalla de Bronce en la Bienal Deportiva Fotosport
en Reus-Tarragona (Cataluña-España) 1974 por Alegría
de vivir; título de Artista FIAP, 1985, de la Féderation
Internationale de L`Art Fotographic (Bélgica) como homenaje
a sus esfuerzos, a su trabajo, a su técnica y al dominio
del arte fotográfico; múltiples distinciones
del Club Fotográfico Medellín; Premio Ilford Latinoamericano
de Fotografía en Blanco y Negro al Mejor Fotógrafo,1995,
Bogotá; Primer Premio del XXII Salón Iberoamericano
de Arte Fotográfico Universidad Pontificia Bolivariana
60 años Las imágenes de América Latina;
Medalla de Plata por su obra Tizo en la V Convención
Americana de Fotografía, con exposición y publicación
en el catálogo 50 Aniversario FIAP, Barcelona;
ingreso al patrimonio de la Federación en el Musée
de L` Elysée en Lausanne (Suiza); Medalla de Bronce en
VI Bienal Internacional Aqueducte 2000 e incorporación
de sus obras al Museo Internacional de la Fotografía
Club Cerdanyola del Vallés (Cataluña-España),
entre muchas preseas.
Su hijo, el doctor Juan Pablo Guerrero destacó el recorrido
profesional del maestro, desde la fotografía experimental,
la foto-serigrafía, el fotograbado metálico y
el pictorialismo, hasta la fotografía digital, de la
cual dice: Siempre ha incursionado en tendencias renovadoras,
y explorado nuevas técnicas, asumiendo el uso de las
convencionales y creando estilos diferentes con las más
antiguas inventadas por el hombre. Y agrega: He
sido testigo de que se ha dejado seducir por las montañas
de Antioquia, los portones de madera, los patios centrales empedrados,
las cerraduras y aldabas antiguas, las iglesias, la luz y las
sombras y muchas otras cosas, pero lo más importante,
se ha interesado por el ser humano cotidiano. Resalta,
entre otras grandes obras, el foto-mural cerámico Alegría
de vivir, en el área de Pediatría del Hospital
Universitario San Vicente de Paúl de Medellín,
que recrea el mundo infantil y no podía estar en
lugar diferente a El Hospital, que en sus 96 años de
historia ha dado Una vida entera por la vida. |
La
presencia del hombre que,
como producto de la creación de Dios,
da viveza y alegría al campo, es
expresión y es semejanza de
aire libre, de libertad.
Pablo Guerrero.
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La
casa de Pablo Guerrero es galería fotográfica,
pinacoteca y museo, cada detalle ornamental o práctico
revela su fina sensibilidad. Entre muchas obras pictóricas,
están las propias; sobre esta faceta, anota el Maestro:
Todo parte del sentimiento por el arte, que se expresa
en la fotografía básicamente, la actividad que
escogí para vivir; pero aparte de los matices de distracción,
el aliciente de haber sido allegado a los grandes maestros de
la pintura y las artes plásticas en Antioquia: Pedro
Nel Gómez, Jorge Cárdenas, Rafael Sáenz,
Eladio Vélez, Aníbal Gil, Carlos Correa, Francisco
Valderrama, Alberto Elías Vélez
me despertó
la inquietud por garabatear la pintura. Francisco Madrid y yo
fuimos compañeros en una asociación de artes plásticas
de Medellín, lo vi pintando y me fui emocionando. De
todos tomé una inquietud, y sin pretensiones, he ido
haciendo calladamente una serie considerable de obras que permanecen
inéditas y ocultas, óleos, acuarelas, plumillas
y me detengo un poco en el grabado, donde tengo una serie de
bastante consideración, a partir del principio de mi
fotografía que llevo a un cliché para copiarlo
en lámina metálica y seguir el proceso de fotograbado.
Gran retratista, por su lente han pasado unos 200 artistas,
entre ellos, los grandes de la plástica en Antioquia
antes mencionados: Manuel Mejía Vallejo, quien tuvo cierto
contacto con la pintura; Carlos Vieco Ortiz por pura casualidad,
y el músico Rodolfo Pérez González. Guerrero
declara: Me ha gustado mucho el retrato, pero no se trata
de poner un aviso de 'se hacen retratos'; es fotografiar a los
personajes que yo quiero retratar, por ejemplo a Rosana Mejía,
a Débora Arango que al principio no me recibió
porque no sabía quién era yo, después sí
pude sentarme a manteles con ella -eso ya fue una gran conquista-,
y hacerle unos retratos, así como tomarme una copa de
vino italiano con el maestro Pedro Nel Gómez.
Un día fui donde él, sin decir quién era,
quedé prendado de su obra y me dijo: ´venite, ya
te dije que vengás cuando querás´. Volví
muchas veces y un día me reclamó: ´Guerrero:
¿Vos dizque sos fotógrafo? A mí no me vengás
con eso, nunca has traído una cámara´. Pero
yo lo hacía por respeto y porque estaba conociendo al
personaje, sus gestos, su entorno. Sólo cuatro o cinco
años después, Pedro Nel vino a conocer los retratos
que le hice.
El gran fotógrafo dice que ajeno a egoísmos, nunca
ha obrado al impulso de otros artistas, sólo al suyo:
Ello no significa que no reconozca a grandes personajes
de la fotografía en Colombia como Leo Matiz, el más
universal de los fotógrafos colombianos, y a muchos otros
valores. En Bogotá los hay muy valiosos, y en Antioquia
un Jorge Obando, Benjamín de la Calle, Melitón
Rodríguez, grandes precursores y virtuosos de la fotografía.
Y concluye: Este arte no solamente es hacer click y ya,
sino una serie de valoraciones y sentimientos que determinan
el carácter de lo que uno quiere expresar en el arte.
Y recalca su credo estético y filosófico: Dondequiera
que haya un ser humano presente habrá vivacidad, movimiento,
expresión, y un escenario propicio se encuentra en el
campo, crisol de la naturalidad y sencillez de sus pobladores.
Esa fe de Pablo Guerrero en la presencia del hombre que,
como producto de la creación de Dios, da viveza y alegría
al campo, es expresión y es semejanza de aire libre,
de libertad, hace pensar que no estaba tan loco José
Arcadio Buendía, cuando intentó hacer el daguerrotipo
de Dios. |
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