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No
hay pretexto económico, ético o moral para no
cumplir con la
gestión social de notificar a los donantes de sangre
infectados. |
En Colombia,
aproximadamente el 5% de las personas que donan sangre resultan
positivas para infecciones en pruebas presuntivas: en el país
se practican cada año cerca de 600.000 donaciones de
sangre, lo que arroja que cerca de 27.000 donantes muestran
resultados positivos en las pruebas de tamizaje realizadas por
los bancos de sangre. Dichas muestras son enviadas a la respectiva
oficina de vigilancia epidemiológica de las Secretarías
de Salud (laboratorio de salud pública territorial),
entidad oficial |
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que
debe realizar las pruebas confirmatorias y notificar a las aseguradoras
o entes responsables de la seguridad social en salud del donante
infectado; sin embargo, se detectó que con excepción
de la Secretaría de Salud de Bogotá, las demás
autoridades de salud del país al parecer no cumplen regularmente
a cabalidad con esta obligación o las veces que notifican
al asegurador, algunos de éstos no cumplen su deber de
notificar al paciente y menos aún el de ingresarlo al
tratamiento que necesita.
Según datos del Instituto Nacional de Salud, la frecuencia
con la cual resultan donantes de sangre con resultados positivos
a las pruebas que realizan los bancos de sangre y por tanto
en riesgo de tener una infección, es variable según
el tipo de infección y la calidad de los donantes: para
infección por Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH/sida)
es 0.8%, para Hepatitis B es 0.4 %, para Hepatitis C es 0.8%,
para Enfermedad de Chagas es 0.3%, para infección por
el virus asociado a la paraparesia espástica tropical
(HTLV) es 0.2% y para sífilis es 2%.
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Esta
situación se convierte en un grave problema de salud
pública, porque la mayoría de estas personas no
están siendo notificadas: si esto sucede cada año,
¿por efecto acumulativo cuántas personas en el
país están infectadas y no han sido notificadas
por las autoridades o entidades de salud responsables?
Adicionalmente, no notificar a alguien de que puede tener una
prueba de VIH, Hepatitis B o C, sífilis o HTLV positiva,
es también exponer a riesgo a todos sus contactos sexuales,
y negarle la oportunidad de recibir un tratamiento paliativo
o curativo; igual riesgo existe con los casos de Enfermedad
de Chagas. Las complicaciones para personas infectadas con estos
males, van desde afecciones cardíacas, cerebrales o hepáticas
severas, entre otras, hasta la misma muerte.
Bancos de sangre reportan presuntivos
Con cada donante, los bancos de sangre deben cumplir
el requisito del tamizaje o prueba biológica de cada
una de las unidades de sangre donadas, tal como lo exige el
decreto 1571/93, que obliga a realizar las pruebas de detección
de antígenos de superficie para Hepatitis B y determinar
anticuerpos para Hepatitis C, VIH, Chagas y sífilis. |
Ante este delicado problema
de salud
públicaque se está presentando en el país,
EL PULSO trató de contactar a funcionarios
responsables del tema en el Ministerio de
la Protección Social, el Instituto Nacional
de Salud y secretarías de salud departamentales
y locales, pero éstos se negaron a
atender entrevistas y a entregar
información sobre el particular.
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Cuando
en estas pruebas presuntivas se encuentra una unidad de sangre
infectada, dicha unidad es destruida por incineración;
la prueba presuntiva reactiva se debe enviar por duplicado a
laboratorio clínico, y si 2 de 3 pruebas dan reactivas,
se debe enviar al laboratorio de salud pública de referencia
en el territorio.
Cadena de incumplimiento.
Lo que al parecer se está evidenciando en la
mayor parte del país, es que los laboratorios de salud
pública no hacen las pruebas confirmatorias o pueden
demorarse hasta 6 meses para hacerlo, generando así un
problema social y de salud pública con cada paciente,
ya que cada una de estas personas ignora que padece una infección
por lo general asintomática y de transmisión sexual,
y va por la vida tranquilo, transmitiendo su mal a otras personas
con las que tiene contacto, sea cónyuge o compañeros
sexuales, y contagiando así a un número indeterminado
de personas. |
Según los indicios,
los bancos de sangre en general están remitiendo las
muestras, la información demográfica y entidad
de seguridad social de los donantes presuntamente infectados,
a los laboratorios de salud pública, para que éstos
realicen las pruebas confirmatorias, tal como dice la norma.
Pero al parecer, la mayoría de Secretarías de
Salud del país no autorizan ni facilitan a sus laboratorios
la realización de las pruebas confirmatorias, por carecer
de los insumos necesarios y de la tecnología apropiada;
algunos de éstos incluso, usan tecnologías inferiores
a las de los bancos y métodos no confirmatorios sino
presuntivos, con características similares a las de los
bancos de sangre; además, no tienen personal responsable
u operarios expertos. |
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En Antioquia
por ejemplo, el Laboratorio Departamental de Salud Pública
registra grandes dificultades para el montaje de pruebas, por
problemas de presupuesto de funcionamiento, e incluso reporta
a los bancos de sangre que congelará los sueros de las
muestras, por carecer de recursos para comprar los reactivos,
lo que retrasa el análisis y la notificación al
paciente en casos confirmados. También ha argumentado
limitación de recurso humano y falta de disponibilidad
de recursos en Epidemiología Hospitalaria para hacer
la localización telefónica de los pacientes.
Este problema refleja además que algunas entidades aseguradoras
no hacen la búsqueda de posibles afiliados infectados
o carecen de un programa para captar, evaluar y tratar a este
tipo de pacientes; entonces, por ello muchas veces se enteran
de la infección de un paciente cuando la enfermedad está
avanzada.
Falsos positivos
Los bancos de sangre hacen pruebas de diagnóstico
con resultados presuntivos para pesquisa o tamizaje; dichas
pruebas son muy sensibles, pero no tan especificas y pueden
dar resultados falsos positivos, es decir, descartar
donantes que realmente no están infectados. Las razones
para no hacer pruebas confirmatorias o notificar pacientes son:
1. Porque requieren insumos y tecnologías que son centralizados
por su manejo técnico y con personal bien entrenado.
Las pruebas de los bancos de sangre no son 100% sensibles, o
sea que no son capaces de identificar a las personas recientemente
infectadas (ventana serológica), y éstas
podrían infectar a quien reciba su sangre, a pesar de
haber realizado las pruebas a la sangre donada.
2. Notificar directamente a los donantes puede atraer al banco
de sangre a personas de alto riesgo que no deben donar, pero
que lo hacen para tener la posibilidad de verificar su estado
de salud de manera gratuita y sin señalamientos sociales.
Es importante aclarar que los bancos de sangre no pueden ni
deben notificar al donante de su infección con solo pruebas
presuntivas, porque buena parte de ellas podrían ser
alertas innecesarias por ser falsos positivos los
resultados (no se puede decir a alguien que puede tener sida,
sin tener la prueba confirmatoria, y esa prueba confirmatoria
sólo puede hacerla el laboratorio de salud pública
respectivo); por ello son los laboratorios los que deben informar
al asegurador del donante cuando se ha confirmado la infección,
para que éste notifique al donante. Pero como se mencionó,
con excepción de la Secretaría de Salud de Bogotá,
al parecer no hay garantía de que los demás entes
oficiales responsables del tema, estén notificando a
los donantes y menos aún que los orienten apropiadamente
y los remitan a la entidad de seguridad social.
Algunos bancos de sangre optan por hacer alianzas con fabricantes
farmacéuticos que promueven los medicamentos para el
tratamiento de infecciones como la Hepatitis B y C, para que
estos les realicen las pruebas confirmatorias y así poder
identificar los posibles clientes de sus productos; aunque en
general esta estrategia se realiza con consentimiento de los
donantes infectados, no debe ser una práctica aceptada,
ni puede reemplazar la responsabilidad del Estado en este proceso
confirmatorio de infecciones.
Y hay algo más grave: ante este delicado problema de
salud pública que se está presentando en el país,
EL PULSO trató de contactar a funcionarios responsables
del tema en el Ministerio de la Protección Social, el
Instituto Nacional de Salud y secretarías de salud departamentales,
pero éstos se negaron a atender entrevistas y a entregar
información sobre el particular . |
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