MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 10    No. 132  SEPTIEMBRE DEL AÑO 2009    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 


Cada año resultan unos
27.000 donantes de sangre infectados y no son informados

Sandra Patricia Parra García - Periodista - elpulso@elhospital.org.co
No hay pretexto económico, ético o moral para no cumplir con la
gestión social de notificar a los donantes de sangre infectados.
En Colombia, aproximadamente el 5% de las personas que donan sangre resultan positivas para infecciones en pruebas presuntivas: en el país se practican cada año cerca de 600.000 donaciones de sangre, lo que arroja que cerca de 27.000 donantes muestran resultados positivos en las pruebas de tamizaje realizadas por los bancos de sangre. Dichas muestras son enviadas a la respectiva oficina de vigilancia epidemiológica de las Secretarías de Salud (laboratorio de salud pública territorial), entidad oficial
que debe realizar las pruebas confirmatorias y notificar a las aseguradoras o entes responsables de la seguridad social en salud del donante infectado; sin embargo, se detectó que con excepción de la Secretaría de Salud de Bogotá, las demás autoridades de salud del país al parecer no cumplen regularmente a cabalidad con esta obligación o las veces que notifican al asegurador, algunos de éstos no cumplen su deber de notificar al paciente y menos aún el de ingresarlo al tratamiento que necesita.
Según datos del Instituto Nacional de Salud, la frecuencia con la cual resultan donantes de sangre con resultados positivos a las pruebas que realizan los bancos de sangre y por tanto en riesgo de tener una infección, es variable según el tipo de infección y la calidad de los donantes: para infección por Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH/sida) es 0.8%, para Hepatitis B es 0.4 %, para Hepatitis C es 0.8%, para Enfermedad de Chagas es 0.3%, para infección por el virus asociado a la paraparesia espástica tropical (HTLV) es 0.2% y para sífilis es 2%.
Esta situación se convierte en un grave problema de salud pública, porque la mayoría de estas personas no están siendo notificadas: si esto sucede cada año, ¿por efecto acumulativo cuántas personas en el país están infectadas y no han sido notificadas por las autoridades o entidades de salud responsables?
Adicionalmente, no notificar a alguien de que puede tener una prueba de VIH, Hepatitis B o C, sífilis o HTLV positiva, es también exponer a riesgo a todos sus contactos sexuales, y negarle la oportunidad de recibir un tratamiento paliativo o curativo; igual riesgo existe con los casos de Enfermedad de Chagas. Las complicaciones para personas infectadas con estos males, van desde afecciones cardíacas, cerebrales o hepáticas severas, entre otras, hasta la misma muerte.
Bancos de sangre reportan presuntivos
Con cada donante, los bancos de sangre deben cumplir el requisito del tamizaje o prueba biológica de cada una de las unidades de sangre donadas, tal como lo exige el decreto 1571/93, que obliga a realizar las pruebas de detección de antígenos de superficie para Hepatitis B y determinar anticuerpos para Hepatitis C, VIH, Chagas y sífilis.
Ante este delicado problema de salud
públicaque se está presentando en el país,
EL PULSO trató de contactar a funcionarios
responsables del tema en el Ministerio de
la Protección Social, el Instituto Nacional
de Salud y secretarías de salud departamentales
y locales, pero éstos se negaron a
atender entrevistas y a entregar
información sobre el particular.
Cuando en estas pruebas presuntivas se encuentra una unidad de sangre infectada, dicha unidad es destruida por incineración; la prueba presuntiva reactiva se debe enviar por duplicado a laboratorio clínico, y si 2 de 3 pruebas dan reactivas, se debe enviar al laboratorio de salud pública de referencia en el territorio.
Cadena de incumplimiento.
Lo que al parecer se está evidenciando en la mayor parte del país, es que los laboratorios de salud pública no hacen las pruebas confirmatorias o pueden demorarse hasta 6 meses para hacerlo, generando así un problema social y de salud pública con cada paciente, ya que cada una de estas personas ignora que padece una infección por lo general asintomática y de transmisión sexual, y va por la vida tranquilo, transmitiendo su mal a otras personas con las que tiene contacto, sea cónyuge o compañeros sexuales, y contagiando así a un número indeterminado de personas.
Según los indicios, los bancos de sangre en general están remitiendo las muestras, la información demográfica y entidad de seguridad social de los donantes presuntamente infectados, a los laboratorios de salud pública, para que éstos realicen las pruebas confirmatorias, tal como dice la norma. Pero al parecer, la mayoría de Secretarías de Salud del país no autorizan ni facilitan a sus laboratorios la realización de las pruebas confirmatorias, por carecer de los insumos necesarios y de la tecnología apropiada; algunos de éstos incluso, usan tecnologías inferiores a las de los bancos y métodos no confirmatorios sino presuntivos, con características similares a las de los bancos de sangre; además, no tienen personal responsable u operarios expertos.
En Antioquia por ejemplo, el Laboratorio Departamental de Salud Pública registra grandes dificultades para el montaje de pruebas, por problemas de presupuesto de funcionamiento, e incluso reporta a los bancos de sangre que congelará los sueros de las muestras, por carecer de recursos para comprar los reactivos, lo que retrasa el análisis y la notificación al paciente en casos confirmados. También ha argumentado limitación de recurso humano y falta de disponibilidad de recursos en Epidemiología Hospitalaria para hacer la localización telefónica de los pacientes.
Este problema refleja además que algunas entidades aseguradoras no hacen la búsqueda de posibles afiliados infectados o carecen de un programa para captar, evaluar y tratar a este tipo de pacientes; entonces, por ello muchas veces se enteran de la infección de un paciente cuando la enfermedad está avanzada.
“Falsos positivos”
Los bancos de sangre hacen pruebas de diagnóstico con resultados presuntivos para pesquisa o tamizaje; dichas pruebas son muy sensibles, pero no tan especificas y pueden dar resultados “falsos positivos”, es decir, descartar donantes que realmente no están infectados. Las razones para no hacer pruebas confirmatorias o notificar pacientes son:
1. Porque requieren insumos y tecnologías que son centralizados por su manejo técnico y con personal bien entrenado. Las pruebas de los bancos de sangre no son 100% sensibles, o sea que no son capaces de identificar a las personas recientemente infectadas (“ventana serológica”), y éstas podrían infectar a quien reciba su sangre, a pesar de haber realizado las pruebas a la sangre donada.
2. Notificar directamente a los donantes puede atraer al banco de sangre a personas de alto riesgo que no deben donar, pero que lo hacen para tener la posibilidad de verificar su estado de salud de manera gratuita y sin señalamientos sociales.
Es importante aclarar que los bancos de sangre no pueden ni deben notificar al donante de su infección con solo pruebas presuntivas, porque buena parte de ellas podrían ser alertas innecesarias por ser “falsos positivos” los resultados (no se puede decir a alguien que puede tener sida, sin tener la prueba confirmatoria, y esa prueba confirmatoria sólo puede hacerla el laboratorio de salud pública respectivo); por ello son los laboratorios los que deben informar al asegurador del donante cuando se ha confirmado la infección, para que éste notifique al donante. Pero como se mencionó, con excepción de la Secretaría de Salud de Bogotá, al parecer no hay garantía de que los demás entes oficiales responsables del tema, estén notificando a los donantes y menos aún que los orienten apropiadamente y los remitan a la entidad de seguridad social.
Algunos bancos de sangre optan por hacer alianzas con fabricantes farmacéuticos que promueven los medicamentos para el tratamiento de infecciones como la Hepatitis B y C, para que estos les realicen las pruebas confirmatorias y así poder identificar los posibles clientes de sus productos; aunque en general esta estrategia se realiza con consentimiento de los donantes infectados, no debe ser una práctica aceptada, ni puede reemplazar la responsabilidad del Estado en este proceso confirmatorio de infecciones.
Y hay algo más grave: ante este delicado problema de salud pública que se está presentando en el país, EL PULSO trató de contactar a funcionarios responsables del tema en el Ministerio de la Protección Social, el Instituto Nacional de Salud y secretarías de salud departamentales, pero éstos se negaron a atender entrevistas y a entregar información sobre el particular .
 
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