 |
|
|
 |
Después
de un viaje reciente al África Ecuatorial, no pude pasar
por alto las similitudes que existen entre esa región
y América Latina, y más específicamente
con nuestro país. A pesar de las grandes diferencias
culturales, su población, problemática social
y geopolítica, se asemejan a nuestra realidad. |
Una pregunta que persiste
al observar una región que se enfrenta a múltiples
dificultades, es la de cómo lograr un desarrollo sostenible
para que la población más vulnerable tenga acceso
a servicios básicos, tales como: adecuada nutrición,
agua potable, saneamiento y salud. Una estrategia para lograr
esta meta, reside en que esta población tenga acceso
a una ayuda específica para que las necesidades básicas
sean cubiertas y por consiguiente se logre salir de ese círculo
bien conocido por muchos pero no por todos: la pobreza. Según
Jeffrey Sachs y sus colegas del Earth Institute en Columbia
University, la suma necesaria para garantizar la cobertura básica
en salud en la población que enfrenta pobreza en el mundo,
sería de 0.1% del Producto Interno Bruto (PIB) de países
de alto nivel de ingreso.
|
 |
Un ejemplo
de este tipo de ayuda específica es la distribución
gratuita de mosquiteros impregnados con insecticida en la población
con altos índices de pobreza, en zonas donde el paludismo
está presente. Aproximadamente 40% de la población
mundial está expuesta al paludismo o malaria, específicamente
personas que viven en los países más pobres. De
esos, 2.500 millones de personas están en riesgo, más
de 500 millones se enferman gravemente cada año y más
de 1 millón muere a causa de esta enfermedad.
El paludismo es la causa de 1 de cada 5 muertes infantiles (20%)
en África; se calcula que un niño africano tiene
en promedio de 1,6 a 5,4 episodios de fiebre palúdica
por año. En África, cada 30 segundos muere un
niño de paludismo. En Colombia es una enfermedad endémica
en gran parte del país; se estima que más de 25
millones de personas habitan en zonas favorables para la generación
y transmisión de la enfermedad. En nuestro país
más de 160.000 casos se reportaron en 2003, según
datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El costo por cada mosquitero impregnado con insecticida es de
US$10, incluyendo la producción, el transporte y la distribución
en hogares ubicados en zonas rurales. Estos mosquiteros son
eficaces por 5 años y asumiendo que 2 niños duerman
con el mosquitero, el costo por cada uno seria de U$0.50. No
obstante, hay críticos que reclaman que los mosquiteros
gratuitos se pierden, porque las familias no hacen uso de ellos
o porque en la cadena de distribución no se valoran lo
suficiente. Los críticos a este acceso gratuito prefieren
un modelo comercial donde el mosquitero tenga un costo, asumiendo
que esto implicaría un uso más eficiente. A pesar
de esta oposición, se ha demostrado que los casos de
paludismo están disminuyendo en lugares en donde la distribución
masiva y gratuita de los mosquiteros se ha llevado a cabo.
Unicef y el Comité Internacional de la Cruz Roja distribuyeron
masiva y gratuitamente los mosquiteros, haciendo seguimiento
de esta medida. Meses después se demostró contundentemente
que los mosquiteros distribuidos estaban siendo utilizados en
los hogares de las zonas donde la población tuvo acceso
a este método de protección. Y como lo que tiene
sentido en salud pública se extiende, la OMS adoptó
como medida básica esta estrategia en 2007: 170 millones
de mosquiteros fueron distribuidos gratuitamente en África
en 2008, y la meta es distribuir 300 millones en zonas de alto
riesgo para la transmisión de paludismo al final de 2010.
Detrás de toda esta acción y coordinación
en contra de la malaria, esta la Organización Roll Back
Malaria, definida como una red global liderada por la OMS, en
donde participan 500 organizaciones del sector público
y privado, instituciones académicas y de investigación,
ONGs y comunidades, entre otros.
Los casos de paludismo han bajado un 32% en América Latina
y el Caribe desde el año 2000. También se redujeron
las muertes resultantes de la enfermedad en el mismo período,
hasta en un 40%. No obstante, más de 140 millones de
personas en la región (un 16% del total), permanecen
en riesgo de contraer la enfermedad. En América Latina
y el Caribe, el 75% de las infecciones de paludismo son causadas
por Plasmodium vivax, que raramente conduce a la muerte, mientras
que el 25% restante se debe al mucho más letal Plasmodium
falciparum, el parásito predominante en África.
De un total de 775.500 casos de paludismo en América
Latina y el Caribe, en 2007 se registraron 212 muertes.
En el pasado, los esfuerzos para eliminar el paludismo en la
región arrojaron resultados mixtos. Los esfuerzos por
el control de los mosquitos a mediados del siglo XX lograron
erradicar la enfermedad de América del Norte y la mayoría
del Caribe, y reduciéndola dramáticamente en América
Central y América del Sur. Sin embargo, reducciones en
la financiación de la salud pública, mayormente
como resultado de la reducción en los casos, provocó
un gran resurgimiento del paludismo en varios países.
Esfuerzos posteriores de control de la enfermedad lograron frenar
su expansión, pero no su eliminación. Esta realidad
amerita financiación continuada para poder sostener los
esfuerzos de control y tratamiento en Colombia y otros países
de América Latina.
El acceso a la prevención y al tratamiento del paludismo
deben considerarse no sólo componentes del control de
la enfermedad, sino un derecho fundamental de toda población
en riesgo. El ejemplo de desarrollo sostenible en África
es una fuente de inspiración para aquellos que todavía
creen que la salud es un negocio. Pues en este caso, el ser
humano está por encima del dios dinero . |
|
|
|
|
|
|