MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 15    No. 188  MAYO DEL AÑO 2014    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co

Reflexión del mes
Gabriel García Márquez (1927-2014). Fotografía de Eva Rubinstein, 1981.
Gabriel García Márquez, el poeta
Cuando se quiere dejar constancia del paso de la humanidad por la Tierra, más allá de los avances técnicos y científicos y sociales, de la eterna historia de guerra y paz, lo que más se exalta es el arte y la filosofía, esas búsquedas sin fin del alma humana a través de la estética y la palabra. Por eso los grandes escritores ocupan siempre sitial de honor en la historia, a través de los siglos. Y siempre vuelve uno a encontrarlos, en sus libros.

El pesar por la muerte de Gabriel García Márquez, cuyas obras han sido traducidas a más de 36 idiomas, el pasado 17 de abril fue portada en los grandes periódicos de todo el mundo. Registramos algunos: “El genio de la literatura universal” en El País de España; “Un señor fantástico” en O Globo de Brasil; “Gabo, el reportero escritor del realismo mágico” en Diario de Noticias de Portugal; “Llora Macondo” en El Correo de España; “Un hombre que vivió para contar” en El Correio Braziliense; “Muere el narrador universal” en ABC de España; “Gabo, el patriarca de la soledad” en El Telégrafo de Ecuador; “La mala hora” en Página 12 de Argentina; “Inmortal” en la edición extra de El Espectador, su casa periodística; “Adiós, Gabo”, en El Universal de Méjico.
Desde EL PULSO invitamos a releer sus obras, y consignamos apartes de su discurso de aceptación del Premio Nobel en 1982, titulado “La soledad de América Latina”.
- “Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte.
… Un día como el de hoy, mi maestro William Faullkner dijo en este lugar: 'Me niego a admitir el fin del hombre'. No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.
… Quiero creer, amigos, que éste es, una vez más, un homenaje que se rinde a la poesía. A la poesía por cuya virtud el inventario abrumador de las naves que numeró en su Iliada el viejo Homero está visitado por un viento que las empuja a navegar con su presteza intemporal y alucinada. La poesía que sostiene, en el delgado andamiaje de los tercetos del Dante, toda la fábrica densa y colosal de la Edad Media. La poesía que con tan milagrosa totalidad rescata a nuestra América en las Alturas de Machu Pichu de Pablo Neruda el grande, el más grande, y donde destilan su tristeza milenaria nuestros mejores sueños sin salida. La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos.
… En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte. El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía. Muchas gracias”.

¿Qué queda de la Cumbre
Nacional por la Salud?

Jairo Humberto Restrepo Zea Profesor y Coordinador del Grupo de Economía de la Salud- Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Antioquia - elpulso@elhospital.org.co
Durante los días 27 y 28 de febrero del año en curso se reunió en Medellín, convocado por el Ministerio de Salud y por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un grupo amplio y representativo de personas vinculadas al sector salud, en la denominada “Cumbre Nacional por la Salud”. Asistieron: el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, con sus viceministros, asesores y otros funcionarios; el superintendente de Salud, Gustavo Morales, también con varios de sus funcionarios; representantes de entidades del orden nacional, como el Instituto Nacional de Salud y el Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud (IETS); secretarios de salud; y representantes de EPS, IPS, industria farmacéutica, de asociaciones de pacientes, la academia y la rama jurisdiccional, entre otros.
Hacía tiempo no se contaba con un espacio como éstos, en donde confluyeran actores tan diversos, plurales y hasta contrapuestos, y en el que se hubiera dado la oportunidad de escuchar los planteamientos de unos y otros acerca del futuro del sistema de salud.
Los temas centrales de esta cumbre, contextualizados por la situación colombiana en el marco internacional, fueron: las tensiones entre la salud como derecho y las limitaciones de recursos, el aseguramiento y los modelos de atención. En cada caso se contó con sesiones de discusión, en donde cada participante pudo exponer su visión sobre el tema y controvertir a los demás. Algo bien positivo, que pareció un acuerdo tácito de los participantes, fue la poca referencia al texto de reforma en discusión en el Congreso, como si existiera la convicción de la necesidad de un proyecto nuevo, sólido, y que sea el resultado de discusiones y propuestas como las que se dieron en la Cumbre.
Precisamente una de las impresiones del encuentro es que el ministro Gaviria puede estar terminando su gestión por donde debió iniciarla hace más de un año, reuniendo a los principales representantes
y pensadores del sector para construir una hoja de ruta bien pensada y respaldada, de cara a una posible reforma, y sobre todo a recuperar la gobernanza tan debilitada, producto en parte de acciones del propio gobierno que limitaron los espacios formales para la deliberación e incluso para la interacción técnica.
Producir la “Declaración de Medellín”
y conformar una comisión asesora del Ministerio de
Salud, representativa del sistema y en interlocución
directa con el Ministerio y el alto gobierno, serían
dos resultados valiosos de la “Cumbre Nacional
por la Salud” para trascender en el proceso de
desarrollo del sistema de salud.
Reconociendo el buen ambiente, el diálogo sincero y constructivo, y el clima de confianza percibido en la cumbre, planteo dos propuestas concretas para que no pase simplemente a engrosar la lista de reuniones, que pueda dejar huellas y trascienda en el proceso de desarrollo del sistema de salud. A fin de cuentas, una "cumbre" es entendida como una reunión de alto nivel, reservada en la acepción de la Real Academia para la "reunión de máximos dignatarios nacionales o internacionales para tratar temas de suma importancia".
1) Producir una declaración, la “Declaración de la Cumbre de Medellín”. A partir de una comisión de los asistentes, resulta conveniente presentar las principales conclusiones, los puntos de mayor acuerdo y los temas sobre los que debería ahondarse para madurar una propuesta de reforma y fortalecer el sistema de salud. Además de dejar registro histórico, en el documento se harían explícitos los puntos en los que los líderes del sector están de acuerdo para avanzar en la discusión de la reforma y mejorar el desempeño del sistema, dándolo a conocer a la opinión pública, a la clase política, al alto gobierno. Más importante aún: que dicho documento sirva para que los distintos estamentos y gremios que son parte del sistema puedan verse reflejados allí y se animen a alimentar la discusión.
2) Conformar una comisión de diálogo o asesora del Ministerio, que sea representativa del sistema y que mantenga interlocución directa con el Ministerio de Salud y Protección Social y con el alto gobierno. Sería una manera de recuperar legitimidad y mejorar la confianza, evitando así que la desaparición del Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud (CNSSS) y de la Comisión de Regulación en Salud (CRES), no se vea reemplazada por la concentración de súper-poderes en el Ministerio de Salud.
Sería un espacio permanente, de encuentro y de discusión, que pudiera sustituir la serie de reuniones que con razón agobian al Ministro, pues es una suma de parcelas que no tienen hoy un campo común para encontrarse. Esta comisión podría ocuparse inicialmente de definir o validar la visión, y de otros asuntos estratégicos del sistema, y luego podría formalizarse como órgano permanente de una institucionalidad reinventada.
Podrían dejarse así unas bases para tener un sistema más legítimo, más bien estructurado y en donde se cuente con espacios formales para la solución de conflictos. De lo contrario, se estaría dejando un sistema macro-cefálico y lleno de vacíos que futuros gobernantes podrían llenar con mala gestión y con politiquería.
 
Saludcoop, liquidación o defraudación
Sandra Morelli Rico - Contralora General de la República - elpulso@elhospital.org.co
Reproducimos en EL PULSO esta columna publicada en el periódico EL TIEMPO el pasado 15 de abril.
Los colombianos deben saber que el señor interventor de Saludcoop nombrado por el Superintendente de Salud, y que cuenta con el apoyo del Ministro de Salud, demandó la nulidad del fallo de la Contraloría en el que quedaron evidenciados de manera indiscutible el desvío y apropiación indebida de recursos de la salud.
Esos recursos se los entregó el gobierno a esa EPS para que evite que usted, afiliado a Saludcoop, a Cafesalud o a Cruz Blanca, se enferme o, si está enfermo, hagan lo que toque: una vacuna, una inyección, lo operen, le den un remedio, le hagan una terapia o lo que toque, hasta que usted, su hijo o su mamá se mejore.
Resulta que la Contraloría General comprobó que casi un billón y medio de pesos, es decir, una cifra que se escribe con 12 ceros, no sirvieron ni para comprar la jeringa, la vacuna, ni pagarle al médico. Esa plata se utilizó para comprar empresas o giros a Chile, México, Ecuador, y hasta la China.
En Colombia esa plata también sirvió para comprar o construir colegios, clínicas, centros deportivos, viajes y para pagar abogados que permitieran mostrar que era normal y lógico que los recursos del sistema de salud, que tiene origen en lo que pagamos por impuestos y por aportes a la salud, podían tranquilamente, mes a mes, destinarse a volver rica a una cooperativa privada y a crear empresas de todo tipo y tamaño, con socios que casualmente eran o directivos o cooperados o asesores jurídicos de SaludCoop.
Claro, también se destinó, y se sigue destinando, que es lo peor, a pagar leasing de clínicas que incluso ni siquiera aparecen algunas a nombre de SaludCoop, sino de una serie de entidades y beneficiarios producto de la magia financiera y societaria. Esta situación fue, entre otras, posible gracias a que hizo carrera que todo sucedió porque hay lagunas y zonas grises. Es la primera vez que a los abogados y a los responsables de la función pública nos toca oír que no hay solución jurídica. En el ordenamiento jurídico no hay zonas grises ni lagunas. Siempre hay prevista una solución.
“La liquidación no debe, si hay
buena administración, afectar en ningún momento
la continuidad del servicio. Todo lo que hoy sirve para
ese fin sigue tal cual como hoy usted lo conoce,
o mucho mejor, porque la plata no se
desvía para otras cosas”.
Dra. Sandra Morelli
Lo que se espera de un funcionario público es que, ante un fallo como el que produjo la Contraloría General de la República, en primer lugar, se sienta contento, pues es una decisión en beneficio del sistema de salud y por tanto de todos los colombianos defraudados. Pero aquí prefirieron, y no sabemos si por ignorancia, mala fe o cualquier otro motivo, volverse los protectores de los intereses de la cooperativa, sus cooperados y de quienes hoy se lucran de esa maraña descrita. Es como si en una crisis financiera se salva a los bancos y a sus dueños, y no a los ahorradores. Esta realidad se quiere ocultar desinformando y haciéndole creer al país que 7 millones de colombianos se van a quedar desprotegidos y sin salud, y que cuando la Contraloría les cuenta lo que la ley les manda hacer, se dan el lujo de presentar esa solución como un capricho inviable e ilegal imposible de realizar.
Quieren hacerle creer a la gente que no es posible que las oficinas, computadores, enfermeras, personal que trabaja para ese grupo empresarial puedan seguir funcionando, no como funcionan hoy, sino mucho mejor. Porque mensualmente el Estado les gira casi medio billón de pesos, precisamente para el remedio, la jeringa, la anestesia, etc. Todo lo que hoy escasea por las razones referidas, así se cambie el nombre. La liquidación no debe, si hay buena administración, afectar en ningún momento la continuidad del servicio. Todo lo que hoy sirve para ese fin sigue tal cual como hoy usted lo conoce, o mucho mejor, porque la plata no se desvía para otras cosas.
 
Expresidente Uribe lanzó
propuesta de reforma a la salud

Ramón Córdoba Palacio, MD
“Nosotros hemos venido estudiando la reforma a la salud sobre Salud-Mía, entonces voy a entregar una alternativa, una propuesta nuestra del Centro Democrático, Salud-Mía que es un nuevo monstruo burocrático; entonces el primer punto que proponemos es el pago a los hospitales que debe ser un giro directo bien sea de la Tesorería Nacional o las cuentas de EPS o Fosyga, en éstas últimas se debe exigir que esos pagos a hospitales tengan prelación sobre otras obligaciones. Esa es nuestra alternativa”. Así se pronunció el expresidente y senador electo, Álvaro Uribe, en la Misa del Santo Ecce Homo, patrono de Valledupar, el pasado 14 de abril (Lunes Santo).
Explicó que Salud Mía en lugar de resolver problemas de la salud, se constituiría en monstruo burocrático con todos los riesgos clientelistas que después nadie desmontaría: “Concentraría a afiliados, cotizaciones, recursos, auditoría, reconocimiento, pago y sistema de información, es una versión del viejo Seguro Social. Y si no pudo el viejo Seguro Social ser eficiente, menos Salud-Mía, el Seguro Social tenía 3 millones y medio de afiliados, Salud Mía tendrá que responder por 47 millones y tramitar alrededor de 50 millones de transacciones al mes. Es la creación de un monstruo burocrático ineficiente”.
Señaló que las EPS que no funcionen se cerrarán por malas y propuso que las estatales como Caprecom o las intervenidas como Saludcoop, sean administradas por facultades de medicina de universidades con prestigio o por organismos sociales como las cajas de compensación, algo que resultaría mucho mejor que el aseguramiento en Salud-Mía: “Apoyamos la propuesta de salud de Óscar Iván Zuluaga, que comienza con el reconocimiento del paciente y los derechos de los médicos. En síntesis: es una propuesta alternativa a Salud-Mía por el peligro que representa crear ese monstruo burocrático”.
 
  Bioética
Veinte años de la Ley 100,
una ley no éticamente aceptable

Ramón Córdoba Palacio, MD
Algunos medios de comunicación nos recuerdan que se cumplieron veinte años de la abominable, por decir lo menos, Ley que introdujo como legal, como digna de encomio, la venta y compra de vidas humanas, la ley que creó los instrumentos para que unos pocos gerentes, con conocimientos médicos o no, dispusieran a sus anchas e impunemente de la salud y de la vida de los colombianos: EPS, IPS, etc.

Los medios de comunicación de todos los colores y afectos a todas las tendencias políticas, claman a diario por las faltas inhumanas en el sistema de atención médica creado por la citada Ley, pero nuestros legisladores son sordos o se preocupan más por las enormes sumas de dinero que manejan estas instituciones que por la dignidad intrínseca de los colombianos, cualquiera sea su edad de desarrollo, sus creencias religiosas, su ideología política, etc. Más aún, confunden el sistema de atención médica con lo que verdaderamente se conoce como salud.
¿Cuántas quejas, cuántas muertes, cuántas pérdidas definitivas de buena salud comentan a diario los medios de comunicación, noticias bien documentadas y sin que nadie se atreva a desmentirlas, porque son verdades incontrovertibles? Sin embargo, nuestros legisladores son ciegos y sordos a esta realidad, y se preocupan más por el aspecto económico que por el sistema creado por la Ley 100 de 1993. ¡Comercio de seres humanos tan ignominioso o más que el de los mercaderes de esclavos!
Algunos de los defensores de esta abominable Ley sostienen que la idea de su promulgación fue dar igualdad en la atención de salud a todos los colombianos. Una ley que comercializa la atención del ser humano, que desconoce la dignidad intrínseca de dicho ser, que convierte en “objeto de comercio” en primer lugar al paciente, en segundo lugar a la profesión médica y al médico como persona, no puede ser éticamente aceptable porque la ley humana no puede convertir en bien lo que es intrínsecamente malo, lo que es perverso por naturaleza.
Con sobrada razón “Checho. El des-hecho”, caricaturista del diario ADN, el lunes 31 de marzo de 2014, exclamó: « ¡El sistema de salud ya no tiene pacientes sino víctimas!» Sí, nuestros legisladores no escuchan el clamor de las víctimas, sino el tintineo de las cajas registradoras.

NOTA: Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética -Cecolbe-.
 

Maestro, ¿qué es eterno?

La cartera morosa de los hospitales colombianos. Las EPS les deben esta vida y la otra, mandan y mandan pacientes, friegan y friegan por los servicios y después no pagan sino cuando les da la gana (y casi nunca les da), tienen a los pobres hospitales y clínicas al borde de la muerte y nadie les pone el ´tatequieto´. Varios billones de pesos ya no son una cartera sino un costal sin fondo. ¿Qué hacemos, pequeño saltamontes, con las benditas EPS, Empresas de Perjuicios para la Salud?

 
 











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