MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 4    NO 45   JUNIO DEL AÑO 2002    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co
¡A cumplir la ley señores!

Juan Guillermo Maya Salinas, Md.

El artículo 67 de la Ley 715 de 2001, dice: "...La atención inicial de urgencias debe ser prestada en forma obligatoria por todas las entidades... para el pago de los servicios prestados, no se requiere contrato ni orden previa... y deberá cancelarse máximo en los tres meses siguientes a la radicación de la factura de cobro".
Lamentable, por decir lo menos, la demora irresponsable y el incumplimiento que se está presentando por la dirigencia del sector salud: entes territoriales, EPS y ARS, frente a los prestadores de servicios de salud, que son obligados ellos sí por la ley, a atender las urgencias y a sanciones millonarias por la no prestación oportuna de las atenciones vigentes; y así debe ser, pero no sólo frente a una de las partes sino ante todos los actores del sistema involucrados en el cubrimiento de la salud de los colombianos.
Con unas autoridades de control permisivas frente a la cúpula del sector salud, gracias al poder económico y social de los que han logrado apoderarse del manejo y los condicionamientos del sector, en beneficios no propiamente solidarios como lo propone y lo estipula la Ley 100, sólo nos queda afirmar: "Cumplan la ley señores".
Las decisiones políticas y el manejo subterráneo de la salud y sus dineros, no puede seguir acabando con las instituciones que como el Hospital San Juan de Dios, el Hospital Lorencita Villegas de Santos y el Instituto Neurológico Colombiano, para citar sólo los de Bogotá, han hecho la historia de la salud asistencial en Colombia; o con Direcciones Seccionales de Salud que como en el caso de Antioquia, Quindío y Valle en otra época, fueron modelos en la salud pública latinoamericana.
Hoy a los entes territoriales, departamentos y municipios, les corresponde garantizar los derechos de los ciudadanos a la salud; esto debiera ser vía subsidio a la población pobre identificada, entregando su administración a las Entidades Promotoras de Salud. Pero la ley prefirió el no transparente mecanismo de subsidio a la demanda, pues así se facilitan los males de la politiquería (subsidios a los que tienen recomendación política), y ayuda a quienes evaden el pago de la seguridad social, además de la corrupción con destinación de dineros públicos a lo no estipulado por la ley o a beneficiar intereses económicos de los amigos del dirigente de turno, a través del direccionamiento de contratos u órdenes de atención.
¿Dónde está la Superintendencia Nacional de Salud? ¿Dónde están las Contralorías, la Procuraduría? ¡pues nadie niega el creciente gasto público en salud y el deterioro de las condiciones de salud de los colombianos!
Sombrío panorama tenemos entonces para la salud. Sin duda por lo anterior, es que no se han logrado implementar procesos transparentes, para poder afirmar que en Colombia existe un sistema único de seguridad social.
No solamente es necesario para los colombianos que se les garanticen sus derechos. Se requiere que los dirigentes empiecen por cumplir con sus deberes... ¡A cumplir la ley señores!.

Alba Lucía: ¡estás libre! Sonia Gómez Gómez
Me parece mentira Alba Lucía poder titular así: ¡Estás libre! ¡Estamos de fiesta! Dicen que te has convertido en un símbolo de la lucha de las mujeres contra la discriminación. Y así es.
Hace 6 años saliste de tu casa rumbo a una celda, acusada injustamente de asesinar a tu hija recién nacida, que fue el fruto de una violación; en otras palabras, víctima de una serie de situaciones que tienen que ver con la negación de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, no solo en Colombia sino también en Afganistán, en América, en el Africa y prácticamente en todas las culturas. Regresa hoy a tu hogar con la frente en alto, porque tu sufrimiento no fue en vano: tu encierro abrió muchas conciencias y cuando eso ocurre, cuando un ser humano suelta amarras y se da cuenta que nada ni nadie tiene derecho a prejuzgarlo, a pisotearlo, a decidir por él, en ese momento empieza su libertad.
Eres el símbolo de un camino que tiene que recorrer la mujer, apoyada en sus propias fortalezas.. En tu caso, fueron las organizaciones de mujeres las que se pusieron firmes a tu lado, encabezadas por la Red Colombiana de Mujeres por los Derechos Sexuales y Reproductivos. Creo Alba Lucía que la mujer no tiene que seguir esperando que la legislación o los hechos cambien a su favor. Es ella la que puede lograr que cese la discriminación y que, paritariamente con el hombre, asuma el control de este mundo que se salió de las manos de quienes lo han conducido. Y digo paritariamente porque creo en la sinergia que se crea cuando se unen las fortalezas femeninas y las masculinas en torno de un objetivo.
Ahora, Alba Lucía, sentada frente al televisor de tu casa, verás que en un país llamado Afganistán a la mujer le fueron quitados todos sus derechos durante el régimen fanático de los Talibanes. Ella era obligada a taparse la cara con la burka. Ahora, cuando ese gobierno fue derrocado y las mujeres no deberían ocultar su rostro, muchas de ellas lo siguen haciendo. Parecen huirle a su libertad. Y yo me pregunto:¿De qué tenemos miedo las mujeres? No sólo las de Afganistán, por supuesto. Dicen algunos autores que nos da terror del triunfo; quizás tienen la razón. La mente de la mujer no ha roto los lazos invisibles que la unen sumisamente a una costilla. ¿Por qué, por ejemplo, seguimos perdiendo oportunidades de gobernar este país por mostrarnos débiles e inseguras? ¿Cuándo hemos visto a un hombre ensayar sonrisas postizas, destapar las piernas o levantar el trasero para ganarse el puesto que se merece? ¿Por qué no alzamos la voz para defender nuestros derechos sexuales y permitimos que a muchas jóvenes como Alba Lucía la sociedad (hombres y mujeres incluidos) les tiren piedra y hasta las encarcelen cuando los hombres las hacen madres a la fuerza, para luego tildarlas de prostitutas? ¿Por qué la fuerza profesional femenina no se ha comprometido con decisiones empresariales que mejoren las condiciones laborales de la mujer, elogiada por ser madre, pero a su vez discriminada por serlo? Creo tener la respuesta: Porque somos portadoras de burkas invisibles. Sólo nosotras podemos despojarnos de ellas.
Pero, tranquila Alba Lucía que tu caso, como te decía ahora, abrió muchas conciencias. Los hombres, médicos, abogados, jueces... comprendieron cuán equivocados están si quieren seguir relacionándose con la mujer bajo los viejos estereotipos machistas y quienes así actuaron debieran ser juzgados con rigor por la misma ley que te acusó; la sociedad toda comprendió que tenemos que repensarnos como hombres y como mujeres y que eso de la igualdad no es ya un derecho sino un deber que debemos asumir juntos, porque nos conviene a todos. Como periodista que defendí al lado de algunos colegas tu causa, quiero alabar la sabiduría de la Corte Suprema de Justicia; tenía fe en ella y tengo fe en el país. ¡Salud, Alba Lucía, tu tarea apenas empieza!.


Otro concepto de selección adversa

El gerente de Salud de la EPS Susalud, doctor Mauricio Vélez Cadavid, controvirtió el concepto de selección adversa presentado por el abogado Andrés Eduardo Dewdney Montero en El Pulso del mes de mayo. Publicamos su réplica y el texto académico en el cual apoya su argumentación, con el ánimo de presentar los diferentes enfoques asumidos por los actores del sector salud frente a temas fundamentales del sistema.
......
Medellín, 14 de mayo de 2002
Doctor
Andrés Eduardo Dewdney Montero
Abogado
Con respecto al artículo que Usted escribió y fue publicado en la edición número 44 del periódico El Pulso, "¿Es inconstitucional la selección adversa?", quiero comentarle que dicho escrito trata inadecuadamente el término selección adversa y le da un sentido que no obedece para nada a su significado.
La selección adversa, por definición, es una práctica que compete al asegurado (léase afiliado) y no al asegurador (léase EPS) y es debida básicamente a la asimetría de información. De pronto el concepto de selección de riesgo que Usted quiere dar a entender corresponde a lo que se conoce como descreme (conocido como skimming, creaming off o picking cherries), lo cual es muy distinto a la selección adversa.
Le envío anexo copia aparte del libro "Economics of Health Care Financing. The Visible Hand", de los autores Cam Donaldson y Karen Gerard, donde está la definición correcta de selección adversa. En caso de que quiera más bibliografía o información al respecto, no dude en contactarme.
Atentamente,
Mauricio Vélez Cadavid
Gerente Salud - Susalud
.....
Anexo
Selección adversa
La selección adversa resulta de la asimetría de información en el mercado del aseguramiento: esto es, compradores de seguros tienden a tener mas que una idea de su estado de riesgo que los vendedores de seguros de salud. Inicialmente, en un mercado competitivo, si las compañías de seguros no tienen idea del estado de riesgo individual, una prima podría ser establecida reflejando el riesgo general de salud de la población asegurada. Esto significa que la prima pagada por todos los que toman un seguro sería la misma, reflejando el nivel de riesgo "promedio" de la población asegurada. Esto es lo que es llamado "tasa de la comunidad".
Para algunos miembros de la población asegurada que percibe su propio nivel de riesgo como más bajo que el promedio, ésta prima de tasación de la comunidad, sería muy alta. Estos elegirían entonces, no tomar un seguro de salud y no estarían cubiertos en el evento de que suceda lo inesperado. El efecto de ésta decisión, sin embargo, significa que el nivel de riesgo promedio de aquellos que permanecen asegurados, se incrementaría, porque las personas con un riesgo más bajo que el promedio decidieron no asegurarse. De esta manera, para cubrir los costos proyectados del cuidado de salud de esta población, las primas deben subir. Otra vez, el resultado de esto es, que aquellos que perciben su estado de riesgo como más bajo que el promedio comparado con aquellos que permanecen asegurados, cancelarían sus seguros, y el proceso seguiría. Este proceso, por el cual los mejores riesgos son seleccionados del grupo asegurado, es llamado "Selección Adversa".
En un sistema competitivo otro fenómeno esperado sería que siga a la selección adversa. La presencia de un bajo riesgo, el grupo de personas no aseguradas, representa el potencial para que las compañías aseguradoras adapten primas a nivel individual, en vez de al riesgo de la población. Esto es "tasa de experiencia". Si sutiles distinciones pueden ser hechas, una prima reflejaría el nivel de riesgo futuro asumido, con base por ejemplo en alguna idea de la historia de salud pasada de las personas y la familia, como una predicción para el futuro. Como resultado de este proceso, grupos de alto riesgo (típicamente los que pagan menos, gente anciana y los enfermos crónicos), requerirían pagar primas más altas, que están tasadas con base en la experiencia para mantener el cubrimiento, primas que ellos podrían no estar ahora, en capacidad de pagar. El proceso por el cual los bajos riesgos individuales son traducidos en planes de baja prima, son frecuentemente referidos como "descreme".
Entonces, ¿cómo la selección adversa constituye una falla del mercado? Dos grupos de personas podrían ser dejadas sin asegurar, como resultado de la selección adversa: aquellos de bajo riesgo que empezaron el circulo vicioso de seguro con tasas de la comunidad; y aquellos grupos de alto riesgo que no pueden pagar primas tasadas con la experiencia. Selección adversa constituye una falla del mercado para el primer grupo, pero (tal vez sorprendentemente) no en sí mismo, para los últimos. Para el primer grupo el mercado falla porque ambos, el asegurado y el cliente, estarían dispuestos a entrar en un contrato, pero la información necesaria que requiere ser introducida para este tipo de transacción, no es transmitida de una parte a la otra, vía el mercado. La transacción no se da por asimetría de información acerca del estado de riesgo. Bajas primas en las pólizas de seguros, podrían ser ofrecidas, pero por causa de la asimetría, las compañías de seguros, no tendrían la información a priori de potenciales clientes, lo cual no les permitiría prevenir que algunas personas de alto riesgo tomaran este tipo de pólizas. Por lo tanto, este tipo de pólizas no serían ofrecidas. A pesar de esta falla del mercado, la sociedad podría no desear responder, porque la falla afecta principalmente a un pequeño y privilegiado grupo.
Para el grupo de alto riesgo, el mercado no falla. Muy simple, sus recursos financieros no pueden cubrir el costo de un seguro. Así como resaltó Evans (1984), esta gente "no tiene tampoco la capacidad de comprar un Mercedes Benz, pero ésta no es una falla del mercado de automóviles". Aparte de esto, este es el aspecto de selección adversa que presenta el más serio problema social.
Hasta ahora, la mayoría de las personas no aseguradas o sub-aseguradas procederían de este grupo. En los E.U. ha sido estimado que, en 1977, cincuenta millones de personas estaban inadecuadamente cubiertas contra el evento de una enfermedad catastrófica (Farley, 1985) y, más recientemente, que 37 millones de personas (17% de la población) no tenían ningún cubrimiento, (Wilensky 1988). Estas familias con experiencias de lidiar con gastos de enfermedades catastróficas (por encima del 5% del ingreso de la familia), tienen mas posibilidad de estar inadecuadamente cubiertas que la familia promedio, mayormente a causa de la interacción de los bajos ingresos, pobre seguro y pobre salud (Wyszewianski, 1986; Kuam 1989). Hayward et al. (1988) halló que, entre aquellos con problemas médicos, los sin seguro tienen 1.9 mas posibilidad de necesitar soporte de cuidado médico, medicinas u otros suministros, pero no lo han obtenido, y tuvieron 2.3 veces más posibilidad, comparado con la gente asegurada, de que su enfermedad resulte en un problema financiero grave. Newacheck (1988) halló que los niños sin seguro, asisten un 50% menos a las visitas ambulatorias al médico y que menos del 50% de los ciudadanos americanos con ingresos por debajo de la línea oficial de pobreza, alcanzaron el criterio de elegibilidad para el Medicaid, no obstante que la ayuda de Medicaid es proveer cubrimiento público para los miembros pobres de la sociedad de E.U. Preocupaciones acerca de los no asegurados y los sub-asegurados en la sociedad de E.U. fue resaltada por la reciente serie de artículos acerca de este tema, en la Revista de la Asociación Médica Americana (Moore, 1991; Friedman, 1991).
En Australia, se estimó que cerca del 15% de la población no tenía cubrimiento por seguro publico o privado, antes de la introducción del primer esquema de seguro publico obligatorio, al comienzo de la década de los setenta (Deeble, 1982). Esto, a pesar del hecho de que uno de los grupos vulnerables, la población de mayor edad, recibía cubrimiento automático como grupo designado prioritario. El grupo sin asegurar estaba compuesto mayormente por inmigrantes del Sur de Europa y por aquellos grupos de bajos ingresos. Lo mismo ocurrió también antes de la introducción del segundo esquema Australiano de seguro público en 1984 (Palmer y Short, 1989).
Las experiencias de Australia y E.U. indican, que aún en los sistema de salud basados en seguros privados de salud, pero en los cuales algún intento es hecho para dar cubrimiento a aquellos clasificados en los grupos especiales (tales como la población de mayor edad en Australia y la gente de bajos ingresos en los E.U., con los esquemas de Medicaid), un grado sustancial de selección adversa existe todavía. Tal como lo dijimos anteriormente, sin embargo, esto no representa por sí solo, una falla del mercado para este grupo. El mercado no ha fallado en su transmisión de información entre oferentes y demandantes de seguros de salud. El que este problema social sea definido como una falla del mercado, depende de externalidades: esto es, cuantos miembros de la sociedad se preocupan acerca de la exclusión de otros al acceso a la atención en salud necesaria. Para continuar con la analogía de Evans, ¡hay menos posibilidad de que los miembros de la sociedad se preocupen acerca del acceso de los menos adinerados a los carros Mercedes Benz, que acerca del acceso de esta gente a la atención en salud necesitada!. Esto es selección adversa y externalidades actuando en conjunción, las cuales determinan la respuesta de la sociedad a este problema.
(Traducción: María Elena Duque Economista)

 











Arriba

[ Editorial | Debate | Opinión | Monitoreo | Generales | Columna Jurídica | Cultural | Breves ]

COPYRIGHT © 2001 Periódico El PULSO
Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita de su titular
. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved