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La inflación
es un aumento continuo y generalizado de los precios que puede
ocurrir por varias causas, como los cambios en la oferta debidos
a un alza en los costos de pro-ducción o a la liberalización
y el aumento de los precios de algunos servicios como los
arrendamientos después de un largo tiempo de fijación
estatal de los mismos. También puede obedecer a razones
de demanda, como las situaciones en las que los distintos
sectores de la economía planean unos gastos que superan
su capacidad de producción, de modo que esta demanda
insatisfecha ocasiona un ascenso de los precios. Por último,
se tienen las causas monetarias, esto es, las variaciones
de la oferta de dinero en la economía, lo que constituye
un factor crucial en la determinación de las variaciones
de la producción y de los precios.
¿Cómo es la
inflación en salud?
La inflación puede ser diferente para varios sectores
de la economía, los cuales presentan un comportamiento
específico en cuanto a precios se refiere, tanto por
su estructura de producción como por su participación
en el gasto de las familias. Para el caso de la salud, se
tienen algunas evidencias de que la inflación es superior
al promedio de la economía, lo cual parece obedecer
al hecho de que

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en este sector predomina una inflación
del lado de la oferta, de manera que ella se origina en gran
parte por el alza de los costos de producción de los
servicios de salud.
Las presiones inflacionarias en
el sector pueden explicarse por varias razones, entre las que
se destacan: los cambios en las técnicas médicas,
lo cual aumenta los costos en la atención a medida que
se incorpora tecnología avanzada; las alianzas estratégicas
o colusión entre profesionales y prestadores, principalmente
los especialistas y clínicas privadas, implicando limitaciones
para el ingreso a la oferta, y la definición de altas
tarifas para los consumidores.
El IPC salud en Colombia
El Índice de Precios al
Consumidor -IPC- es una medida de la inflación en Colombia
que data desde mediados del siglo XX. Sin embargo, tal vez en
reconocimiento al mayor peso que adquirió dentro del
gasto de los hogares, solamente a partir de 1989 se incluye
la salud como uno de los grupos que conforman los bienes y artículos
de la canasta que construye el Departamento Administrativo Nacional
de Estadística -DANE- a partir de las encuestas de ingresos
y gastos de los hogares del país. La metodología
utilizada entre enero de 1989 y diciembre de 1994, conocida
como IPC-60, consideraba que el 3,82% del gasto de los hogares
correspondía a salud, cuyo grupo se dividía en
dos subgrupos con las siguientes ponderaciones: drogas con 1,65%
y servicios profesionales con 2,17%.
Posterior a esta metodología, desde enero de 1999 se
cuenta con el denominado IPC-98 (ver Cuadro 1) que también
tiene en cuenta el grupo de salud, con una ponderación
total de 3,96% y una nueva conformación de tres subgrupos
con las siguientes ponderaciones: servicios profesionales con
1,92%, bienes y artículos para la salud con 1,8% y aseguramiento
privado con 0,24%. Esta nueva metodología comprende productos
que están contemplados en el Plan Obligatorio de Salud
POS, aunque hace falta precisar si el IPC es un buen indicador
del comportamiento de los precios del POS.
La reforma de 1993: ¿contención
de la inflación?
En Colombia se presenta una tendencia
inflacionaria en salud, lo cual se expresa en el hecho de que
las variaciones del IPC salud son superiores a las variaciones
del IPC total, fenómeno que se ha dado para cada uno
de los 16 años de los que se posee información
sobre el grupo de salud (1989-2004). En la Gráfica 1
se ilustra esta afirmación, notándose la reducción
que ha presentado la inflación en la última década,
al pasar de niveles superiores al 20% anual a comienzos de la
década de 1990, y cercanos incluso al 40% en el caso
de salud, hasta niveles inferiores al 10% en la actualidad.
En la Gráfica 1 se observa también, mediante las
líneas de tendencia de cada una de las dos series, que
la brecha entre las variaciones anuales del IPC salud y el IPC
total es decreciente, lo cual indica que pese a seguir siendo
inflacionaria, la salud reduce su inflación en comparación
con las de otros sectores. Se recuerda entonces que con la adopción
de la Ley 100 de 1993 se trazaron objetivos específicos
en el campo económico, como la contención de costos
por medio de la regulación de precios y la creación
de la Unidad de Pago por Capitación -UPC- que controla
los pagos a los administradores del seguro de salud y, por ende,
la contratación de éstos con los prestadores de
los servicios; cabe entonces la pregunta de si aquella reducción
de la inflación en salud está asociada al sistema
implementado a partir de 1995.
En la Gráfica 2 puede apreciarse el comportamiento diferente
para un período previo a la reforma (1989-1994) y uno
posterior a ella de igual duración (1999-2004). Por una
parte, se nota el descenso de la inflación, tanto a nivel
general como para el caso de salud, y es así como la
variación acumulada de los precios para los seis años
correspondientes al primer período asciende a 419% para
salud y a 298% para el promedio de los bienes y artículos
del IPC total. En cambio, para los seis años del segundo
período, las variaciones son 67% y 46%, respectivamente.
Por otra parte, la Gráfica 2 también permite apreciar
la reducción de la brecha entre el IPC salud y el IPC
total, al notarse que mientras el acumulado del IPC salud ocupaba
el primer lugar en 1994 y guardaba una distancia considerable
con el segundo grupo en importancia que era educación,
para 2004 el IPC pasó a ocupar el tercer lugar, precedido
por los grupos transporte y gastos varios. Para comprender mejor
la magnitud de la reducción de la inflación en
salud, se observa que mientras en 1994 el IPC salud se encontraba
un 30% por encima del IPC total, en 2004 esta relación
bajó al 14%.
Conclusión
La inflación en salud,
en términos comparativos con lo sucedido para el promedio
de los precios de la economía, ha disminuido en la última
década de manera coincidente con la puesta en marcha
de la Ley 100 de 1993. Esto sugiere que la regulación
establecida a partir de dicha ley, en particular la Unidad de
Pago per Cápita UPC, ha tenido efectos esperados al facilitar
un control de tarifas y promover la competencia entre los prestadores
de servicios, quienes contratan con las EPS atendiendo a diversas
modalidades de pago en las que el volumen es un factor importante.
Aunque varios análisis e hipótesis han apuntado
en esta dirección, aún falta esclarecer algunos
aspectos para extraer conclusiones categóricas. Se destaca
el cambio de metodología del IPC en 1999, lo que puede
incidir sobre la medición de la inflación. Además,
es importante tener en cuenta que el conjunto de artículos
contenidos en el grupo de salud no se refiere por completo al
contenido del Plan Obligatorio de Salud POS, y dentro de ellos
existen algunos que no hacen parte del POS, como aseguramiento
privado y ciertos artículos de lujo o medicamentos no
genéricos.
Sin embargo, a manera de hipótesis se plantea que la
menor variación del IPC salud está explicada por
el comportamiento de los precios de los artículos que
de este índice coinciden con servicios del POS. En especial,
se tendrían los servicios ambulatorios como las consultas
y los exámenes diagnósticos, de modo que los principales
efectos habrían recaído sobre los profesionales
de la salud. Falta entonces examinar la relación entre
el comportamiento de los precios y la calidad de los servicios. |
Cuadro
1. Subgrupos y artículos del grupo
de salud de la canasta de hogares del DANE (IPC 98) |
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| Fuente:
Dane . |
| Gráfica
1: Variación anual del IPC Salud y del IPC Total, 1989
- 2004 |
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| Fuente:
DANE |
| Gráfica
2 |
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Las
transiciones metodológicas para la medición del
IPC son cada 10 años, a raíz de los cambios en
las tecnologías y las preferencias de los agentes, y
con base en las encuestas de ingresos y gastos de los hogares.
Se comparan los primeros seis años del IPC-60 (antes
de la reforma) y los primeros seis años del IPC-98 (después
de la reforma), donde se observa que el índice de salud
en el primer período creció más de 5 veces
respecto a casi dos veces en el segundo periodo. En el análisis
de la brecha se ve que en 1994 es más grande que en 2004,
por ello manifiesta que ésta tiende a reducirse. Como
grupo de gasto, salud en el IPC-60 ocupa el primer lugar y en
el IPC-98 el tercero.
Fuente: DANE. |
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