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Por tradición
en Colombia y en casi todos los lugares del mundo, el personal
del sector salud se ha caracterizado por ser femenino, especialmente
en el área asistencial como la enfermería,
la bacteriología, la odontología y algunas
especialidades médicas como dermatología y
ginecología.
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Si bien hablar de género no equivale
hablar de lo femenino, la investigación en esta perspectiva
ha permitido abordar diversos aspectos, en los que hacen
su aparición las diferencias históricas en
la concepción y relación con el mundo por
parte de hombres y mujeres.
En este sentido, abordar la discriminación de género
en el sector de la salud, implica intentar articular distintos
significados que emergen en las investigaciones y en quienes
hacen parte de este gremio.
Existen pues dos formas de mirar el asunto: una desde el
punto de vista profesional y otro desde la atención
y la investigación en patologías que afectan
a la mujer. Al respecto, la investigadora social y docente
de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de
Antioquia, Sara Janeth Fernández, enfatiza que para
empezar, hay que tener claro que la perspectiva de género
como tal es de tipo relacional, lo que incluye a hombres
y a mujeres.
"Culturalmente se tiende a confundir género
-mujer- feministas. Esto se ha prestado para algunas dificultades
porque esta asociación no es cierta. Es claro que
la mayoría de feministas han sido quienes han desarrollado
los estudios de género y que en un porcentaje elevado
éstos hayan sido orientados sobre mujeres, pero también
son ellas las que han liderado estudios sobre masculinidad",
afirma Sara Janeth Fernández.
Discriminación de género
Algunas de las inquietudes ya cuestionadas por los investigadores
del Centro de Estudios de Género de la Universidad
de Antioquia y otras organizaciones dedicadas al trabajo
en esta materia en Medellín, coinciden con los conceptos
presentados por María Teresa Ruiz Cantero, directora
del doctorado en Salud Pública de la Universidad
de Alicante de España, y directora y coordinadora
del Grupo de Estudios de Género en Salud en ese país,
quien estuvo en Colombia a mediados de enero pasado.
Dentro de la investigación realizada por la experta
sobre perspectiva de género en España, llama
la atención el sesgo de tipo sexista que predomina
en el sector salud, tanto en hombres como en mujeres, y
que parte desde la misma formación del recurso humano
hasta la prestación de servicios a nivel profesional,
problemática que también es muy evidente en
Colombia.
Según los investigadores de ambos países,
existe discriminación de género en la formación
del recurso humano en salud. En algunas especialidades incluso,
está implícito que unas deben ser ejercidas
por hombres y otras por mujeres.
Concretamente en los estudios comparativos del caso de España,
este concepto se acentúa en el proceso de formación
de los profesionales, pues durante los primeros semestres
de la carrera de medicina se les pregunta a los estudiantes
si ellos o ellas consideran que hombres y mujeres tienen
iguales habilidades para desarrollar las especialidades
médicas y clínicas, a lo que todos responden
que sí. Pero en los últimos semestres al formular
la misma pregunta, se percibe un cambio de opinión.
Mientras los hombres se mantienen en su posición,
son las mujeres quienes ya no están convencidas de
esta igualdad.
"Definitivamente esto es cultural, porque no existe
un elemento que indique que las mujeres sean menos aptas
para asumir ciertas especialidades médicas y viceversa.
Sucede que en esta etapa educativa se refuerzan los estereotipos
culturales y sociales, o sea, el sexismo", comenta
Sara Janeth Fernández.
Las cifras lo comprueban
Pero esto no es un caso exclusivo de Colombia y España.
Igual sucede en otros países como Argentina, donde
los indicadores han demostrado la feminización del
sector salud. Según la Universidad Autónoma
de España, en los últimos años el número
de médicas conforman el 46% de los médicos
y un tercio de los odontólogos. En Argentina, la
cifra total asciende al 70%, de las que el 55% corresponden
al gremio de enfermeras, de acuerdo con un estudio realizado
por la Universidad Santiago de Estera.
En nuestro país, este aspecto se ve reflejado en
el estudio contratado en el año 2000 por el Ministerio
de Salud con la Facultad Nacional de Salud Pública
de la Universidad de Antioquia, para el programa de apoyo
a la reforma de salud y el programa de apoyo a la reforma
modelo de oferta y demanda en el recurso humano en salud
(Ver cuadro)
En el documento, se visualiza el predominio de personal
femenino en el sector salud. Sin embargo, no se conocen
cifras exactas acerca de cuántas de esas mujeres
se encuentran en cargos asistenciales y cuántas en
directivos, aspecto en el que llama la atención la
directora del Centro de Estudios de Género de la
Universidad de Antioquia, Margarita Peláez. "Solamente
con mirar la Dirección Seccional de Salud de Antioquia
se puede comprobar que durante años los encargados
han sido hombres. Igual sucede si mira las facultades de
medicina del país, ¿cuántas decanas
hay?", afirma.
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Número y proporción
de los trabajadores del sector salud por sexo y región,
Colombia, 2000:
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| Región
|
Masculino |
Femenino |
Total |
| Antioquia
Chocó |
11216 |
30005 |
41221 |
| %27.21 |
%7279 |
100.00 |
| Cauca
Nariño |
3820 |
7585 |
11405 |
| %33.49 |
%66.51 |
100.00 |
| Costa
Atlántica |
19969 |
41536 |
61505 |
| %32.47 |
%67.53 |
100.00 |
| Cundinamarca |
5570 |
16519 |
22089 |
| %25.22 |
%74.76 |
100.00 |
| Distrito
Capital |
9175 |
24846 |
34021 |
| %26.97 |
%73.03 |
100.00 |
| Eje
cafetero y Valle |
16635 |
32741 |
49376 |
| %33.69 |
%66.31 |
100.00 |
| Huila
Tolima |
4110 |
16334 |
20444 |
| %20.10 |
%79.90 |
100.00 |
| Los
Llanos |
1756 |
4060 |
5816 |
| %30.19 |
%69.81 |
100.00 |
| Orinoquía
Amazonía |
2436 |
4286 |
6722 |
| %36.24 |
%63.76 |
100.00 |
| Santanderes |
5495 |
14256 |
19751 |
| %27.82 |
%72.18 |
100.00 |
| Total |
80182 |
192168 |
272350 |
| %29.44 |
%70.56 |
100.00 |
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Mujeres reproductoras
En cuanto a la investigación en salud para las mujeres,
los expertos en género coinciden en afirmar que éstas
se realizan básicamente en el cuerpo masculino, tanto
a nivel farmacológico como fisiológico, sin
tener en cuenta los efectos secundarios diferenciales que
los medicamentos puedan tener.
De otro lado, Margarita Peláez, del Centro de Estudios
de Género de la Universidad de Antioquia, asegura que
de acuerdo con los estudios adelantados a nivel nacional e
internacional, se ha comprobado que muchas de las pruebas
farmacológicas son aplicadas en el tercer mundo, para
luego ser comercializadas en el primer mundo.
Por su parte, Sara Janeth Fernández afirma que es patético
que en Medicina sucedan este tipo de situaciones, pues en
salud, el trabajo que se hace frente al cuerpo es muy peligroso.
La responsabilidad que tiene la Medicina en términos
del sesgo y de la corrección de lo que es normal o
lo que es patológico en hombres y mujeres, es elevada.
"Los estudios documentan eso, la forma en que las mujeres
hemos sido vistas como cuerpos reproductores. La salud femenina
es mucho más que la salud de la mujer embarazada o
la madre; en ese punto somos consideradas mujeres - vasijas
y es criticable en términos de mortalidad femenina,
que comúnmente es crónica degenerativa. ¿Por
qué, si esas enfermedades son prevenibles y tratables?
La artritis, cánceres, tumores, diabetes, hipertensiones
podrían ser tratadas a tiempo", dice.
Según Fernández, también es cierto que
en el área reproductiva las mujeres excluyen a los
hombres y no permiten su participación en el embarazo
y el parto.
"Ellas le cierran los espacios a los adolescentes hombres
en los programas de salud reproductiva, excluyen a los hombres
y aducen que por ser del sexo masculino, tienen que saber
sobre métodos de anticoncepción y enfermedades
de transmisión sexual. ¿De dónde tienen
que conocer esto? También necesitan ser educados en
la materia", puntualiza Sara Janeth Fernández.
Como una forma de contrarrestar los aspectos mencionados por
los investigadores, desde el año pasado fueron incluidos
en la reforma curricular de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Antioquia, tres cursos sobre perspectiva de
género que se dictan en el tercer, sexto y noveno semestre
de la carrera.
Quizá de esta manera haya mayor formación académica,
y lentamente los estereotipos que marginan a unos y a otros,
a largo plazo, contribuyan con el cambio de mentalidad y se
propicie un equili-brio en todos y todas, de manera que cuenten
con los mismos derechos y deberes.
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