Desde el punto de vista de bajar los costos
a como dé lugar, el intento está bien pensado y por
ahí derecho se borran los comités médico científicos,
los comités de farmacia y terapéutica y cualquier
otra instancia que pueda recomendar, aceptar o estar a favor del
uso de un medicamento diferente a los contenidos en el Plan Obligatorio
de Salud, porque ¿en esas condiciones para qué esos
entes? Hay que tener en cuenta que si se acepta el medicamento es
para aplicarlo, luego no habrá discusión en cuanto
a la pertinencia o una mejor recomendación médica.
No puede perderse de vista que con la aceptación de esa propuesta
se entrega el control que las clínicas y hospitales puedan
hacer sobre la calidad de todos sus servicios en forma integral,
puesto que ella se rompe y los médicos entregan las decisiones
a que están obligados con su paciente y no por ello quedan
eximidos de responsabilidad en lo civil y lo penal. Es claro que
sigue en cabeza de todos la responsabilidad que se asume con el
paciente.
La
idea, nada juiciosa por demás,es de puras intenciones económicas
y va cargada de implicaciones frente a la ley, a la ética,
al nombre, a la credibilidad y al prestigio. Pero ojo con esto:
ella conlleva para el médico entregar de lo que le resta:
su criterio profesional.
Si
los médicos y los centros asistenciales aceptan o no medicamentos
e insumos suministrados por terceros, no puede ser el resultado
del tira y afloje que se produce por una relación exclusivamente
monetaria, en la que termina imponiéndose quien tenga el
dinero en la mano.
En
un ambiente como el que tenemos, en el que aún nos falta
mucho por lograr frente a las condiciones de elaboración
de los productos farmacéuticos y de garantizar su calidad
-no de todos por fortuna resulta peligroso entregar el control de
la adquisición y seguir respondiendo totalmente por el paciente.
Para
no caer en la tentación de recibirle productos de uso hospitalarios
a las EPS, porque habrá quien que con ingenuidad la haga,
la negativa debe ser una disposición del Ministerio de Salud
dentro de su obligación de velar por la salud de los colombianos.
Entre tanto, tiene que haber una definida y contundente política
de todas y cada una de las clínicas y hospitales y una decisión
de todos los médicos del país.
Suministrar
medicamentos a una persona no es tan simple como desentenderse después
de decir: tomar una cada seis horas.
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