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Comentarios
sobre el Informe de
Macroeconomía y Salud
Cristian Felipe Castaño y Edwin Alderid Gutiérrez
Grupo de Economía de la Salud. Centro de Investigaciones
Económicas ~ Universidad de Antioquia, Medellín
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La salud hace parte del desarrollo económico de un
país. Con este punto de partida y esperando también
que se puedan salvar las vidas de millones de personas
cada año e impulsar el desarrollo económico
en los países más pobres del mundo, en
diciembre de 2001 fue presentado el Informe de la Comisión
de Macroeconomía y Salud, encargado por la Organización
Mundial de la Salud, intitulado Macroeconomía y salud:
Invertir en salud en pro del desarrollo económico.
Elementos de diagnóstico
Algunos de los elementos del Informe apuntan a considerar
la relación entre la pobreza y la carga de morbilidad
en los países menos adelantados, caracterizando las
condiciones inadecuadas en que vive esta población,
las cuales se reflejan en la falta de acceso a los servicios
básicos sanitarios, la no claridad de información
sobre conductas preventivas, y la insuficiente alimentación;
además, las limitaciones físicas a las que se
enfrentan los pobres, en términos de la no cercanía
geográfica entre sus hogares y los centros de salud.
Asimismo, cuando se presenta una enfermedad, las familias
pobres enfrentan un nivel elevado de gasto, muchas veces superior
a sus ingresos, lo cual se convierte en una carga generacional
que persiste como una trampa de pobreza.
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La globalización
brinda enormes beneficios en la salud mundial, en tanto posibilita
un mayor acervo de conocimientos entre países, transmisión
de tecnología, acercamiento de ideas y de culturas. Sin
embargo, ¿cómo hacer para que estos beneficios
potenciales lleguen a todos los países, en especial a
los más necesitados? Estos países se ven ahogados
en enormes problemas sociales, lo que se refleja en conflictos
civiles internos, deterioro ambiental, reducción de la
calidad de vida y aumento de la problemática de salud,
hecho que se demuestra en la propagación del sida en
una sola generación.
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La
salud y el desarrollo
La salud se encuentra entre las capacidades básicas que
confieren valor a la vida humana, por lo cual el hecho de contar
con buena salud genera riquezas individuales y colectivas, debido
a que ella garantiza la productividad laboral y desarrolla capacidades
intelectuales, físicas y emocionales, lo que se conoce
como capital humano. De manera específica, se considera
que las enfermedades evitables producen costos económicos
muy elevados, en la medida en que cuando se presentan, disminuyen
el número de años de esperanza de vida sana, los
ingresos de la sociedad y las perspectivas de crecimiento económico,
con pérdidas porcentuales del Producto Interno Bruto
(PIB). En el Informe se hace constar cómo las enfermedades
transmisibles, la mortalidad materna y la nutrición deficiente
aquejan mucho más a los pobres que a los ricos, pese
a que todos los distintos renglones de ingresos se ven afectados,
dada la propagación de las infecciones.
El problema de las enfermedades evitables
En los países menos avanzados existe un problema con
las enfermedades que pueden ser evitadas, puesto que ellas aumentan
la carga de la morbilidad. En las familias pobres el problema
se ve latente, por ejemplo: cuando un adulto enferma puede deteriorar
la salud de sus hijos, ya sea porque no se tienen los cuidados
necesarios o por la reducción de los ingresos familiares;
la situación familiar empeora cuando alguno de los niños
se ve obligado a abandonar su estudio para trabajar y aportar
en su casa. Por si fuera poco, las familias pobres conciben
un gran número de hijos con el fin de compensar las defunciones
y buscando que alguno de ellos les ayude en su situación
económica, lo que conlleva a una pésima inversión
en salud y educación por parte de los padres.
Los costos sociales que imponen las enfermedades son muy altos
para los países de ingresos bajos. Una elevada carga
de morbilidad trae consigo una rotación de la fuerza
laboral, a la vez que disminuye rendimientos de las empresas.
Muchas de éstas redujeron su participación en
África, dada la prevalencia del sida: Se estima que en
apenas dos décadas, ha producido 22 millones de defunciones
e infectado a 58 millones de personas. La alta carga de morbilidad
altera el presupuesto nacional, al igual que el familiar.
En medio de estas consideraciones, la Comisión invita
a tener como objetivo mundial las siguientes enfermedades: el
VIH/sida, el paludismo, la tuberculosis, las afecciones maternas
y perinatales, las causas comunes de mortalidad infantil -como
sarampión, tétanos, difteria, infecciones respiratorias
agudas y enfermedades diarreicas-, la malnutrición que
exacerba estas enfermedades, otras enfermedades prevenibles
mediante vacunación y las enfermedades relacionadas con
el consumo de tabaco.
Ahora: si se ponen en marcha programas que traten dichas enfermedades
y reduzcan la mortalidad, ¿pasaremos al problema de aumento
de la población mundial? Para que esto no ocurra y se
recorte o elimine el desequilibrio entre las tasas de mortalidad
infantil y de natalidad, se requiere una buena gestión
pública que encamine los esfuerzos a brindar servicios
de planificación familiar, junto con mayor facilidad
de acceso a métodos anticonceptivos. Esto permitirá
a las familias invertir en salud y educación de sus hijos.
Financiamiento y gasto en salud
Se plantean unas propuestas para incrementar la financiación
del gasto en salud para los países de bajos ingresos,
de forma tal que se financie la prestación y se asegure
el acceso de los pobres en los servicios esenciales. Del lado
del gasto privado, se plantea revertir la tendencia de pagos
directos en lugar de pagos previos (sistemas de seguro), evitando
así pago de productos farmacéuticos de alto costo
y unos inadecuados servicios médicos que en su mayoría
son prestados por personal poco calificado, situación
que deteriora aún más el estado de salud de la
población.
Limitaciones no financieras y acceso
a medicamentos
Frente a la necesidad de más de 1.000 millones de personas
pobres en el mundo de servicios de salud y provisión
de medicamentos esenciales, es necesario eliminar las barreras
estructurales que impiden el fortalecimiento del personal asistencial,
suministro suficiente de fármacos y adecuados sistemas
de transporte. Esto podría lograrse a través de
un sistema de provisión Cercano al Cliente (CAC), con
la participación activa de la comunidad en programas
que exijan a sus gobernantes gestiones estratégicas y
eficaces para el sector salud; con el uso de licencias para
la producción de fármacos genéricos y con
las inversiones o donaciones destinadas a programas de investigación
y desarrollo -I&D-, teniendo por único objeto el
bienestar de la población menos favorecida. El sistema
CAC estaría compuesto por centros de salud o instalaciones
de menor tamaño -puestos de salud-, o servicios periféricos,
contando con una financiación estatal.
De igual forma, como parte del sistema Cercano al Cliente, se
recomienda para cada país un programa general de intervenciones
esenciales. Éstas serán eficientes técnicamente,
le apuntarán a aquellas enfermedades costosas para la
sociedad, individuales o colectivas, y sus costos sociales no
superarán los beneficios y se enfocarán en las
necesidades de los pobres.
El compromiso de la comunidad internacional
Además de las propuestas anteriores, debe considerarse
la participación de fundaciones que realizan donaciones
a los gobiernos de los países menos adelantados, con
el propósito de buscar un remedio a los altos índices
de morbilidad y mortalidad, realizando grandes inversiones en
investigación y desarrollo, situación favorable
tanto a la producción como al acceso de medicamentos
básicos. Se trata de que los países de ingresos
altos, sectores privados y comerciales y organismos internacionales,
movilicen los recursos necesarios para luchar juntos contra
las enfermedades, evitables y tratables, que permita construir
una comunidad mundial en pos de la salud. Ello será posible
con una mayor provisión de bienes públicos mundiales
en la esfera de la salud. Se estima que entre 30 y 40 dólares
se requieren por persona para garantizar las intervenciones
esenciales.
Para solucionar los principales problemas de acceso a la población
menos favorecida, el Informe propone hacer un esfuerzo financiero
de modo que para el año 2007 se incrementen los fondos
destinados a la salud con cargo a los presupuestos nacionales
del 1% del total del PIB y del 2% para el 2015, traduciéndose
en una reducción de la carga de la enfermedad. Además,
ha de considerarse la participación de las entidades
no gubernamentales y el programa de donaciones, las cuales se
proponen en US$38.000 millones al 2015 y deberán centrarse
en programas que den participación a la elaboración
de productos farmacéuticos bajo la protección
de las patentes y aplicación de licencias en producción
de genéricos; también, ha de propenderse la inversión
de investigación y desarrollo y en programas Cercano
al Cliente, constituyendo así la base de la reducción
de la pobreza y el desarrollo económico. |
Síntesis
del Programa de acciones
para invertir en salud en pro del desarrollo económico |
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*El Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial deberán trabajar
con los países receptores para ampliar la cobertura sanitaria
y otros programas de reducción de la pobreza en un marco
macroeconómico viable.
Fuente: Sachs, Jeffrey, 2001, Macroeconomía y Salud:
invertir en salud en pro del desarrollo económico,
Informe de la Comisión de Macroeconomía y Salud,
Ginebra, Organización Mundial de la Salud, http://www.who.int/cmhreport. |
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