MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 273 JUNIO DEL AÑO 2021 ISNN 0124-4388
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Desde mediados de 2020 la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia viene adelantando una investigación sobre las “Experiencias del personal que labora en instituciones prestadoras de servicios de salud durante el estado de emergencia social y sanitaria por COVID-19 en Antioquia”. Los resultados más significativos, obtenidos durante la segunda fase de recolección de información cuantitativa a través de una encuesta virtual que fue habilitada durante los meses de marzo y abril de 2021, y en la que participaron 254 trabajadores de la salud de IPS del departamento, muestran algunos elementos preocupantes sobre las condiciones tanto laborales como profesionales y personales de quienes son la primera línea de atención de la pandemia.
El equipo de investigación estuvo coordinado por el doctor Gabriel Jaime Otálvaro Castro, e hicieron parte integral Martha Beatriz Gaviria Londoño, Lizeth Yessenia Correa Rangel, Erika Alexandra Arenas Martínez, Juan Esteban Martínez López y Lised Gómez Aristizábal.
El trabajo tiene un especial interés si se considera que Colombia se encuentra lejos de superar la pandemia y los resultados muestran aspectos que hasta ahora han sido deficitarios sobre los que se deberían aplicar correctivos. Y es que, como lo señala el equipo investigador, la pandemia de COVID-19 es una emergencia de salud pública y por lo tanto es importante identificar los riesgos a los que se encuentra expuesto el talento humano encargado de su atención, para así introducir medidas adecuadas de protección.
La primera fase del estudio se adelantó entre los meses de julio y agosto de 2020, por lo que al compararse con la segunda fase (marzo-abril 2021) permite observar los cambios en las condiciones del talento humano en salud en el departamento de Antioquia.
En relación con las condiciones de bioseguridad, el 2 % de los trabajadores afirman que las IPS donde laboran no han implementado protocolos para atender pacientes con COVID-19, lo que representa una disminución frente al 5 % de la fase 1, y que definitivamente se puede calificar como una mejoría, al igual que el paso de un 19 % que manifestaba no haber recibido entrenamiento donde se han instaurado protocolos, a un 7 % actual. Igual puede decirse de la disminución en la cantidad del THS que no ha recibido inducciones o reinducciones en temas de bioseguridad pese a la presencia de movilidad laboral y en los puestos de trabajo, aunque el porcentaje continua siendo preocupante, pasó del 18 al 16 %.
Asimismo en la segunda fase de la investigación un 9 % afirma que no reciben, o que lo hacen de forma ocasional, los Elementos de Protección Personal –EPP- requeridos para el desarrollo de sus funciones en la IPS, siendo mayor en las IPS del valle de aburra (10 %), primer nivel (13 %), y públicas (12 %). El 13% refieren que los elementos brindados no son adecuados, en IPS de primer nivel de complejidad (18%) y en públicas (17%). En los meses de julio-agosto de 2020, el 21 % no recibía o lo hacía de forma ocasional los EPP, y era mayor en las IPS de fuera del Valle de Aburrá (27 %) lo que muestra un cambio en el comportamiento, en el primer nivel era el 29 %, y las públicas el 24 %. El 23% indicaban en ese momento que los elementos brindados no eran adecuados (primer nivel de complejidad 28 % y en privadas 25 %). A pesar del tiempo transcurrido, un 2 % afirma no recibir mascarilla quirúrgica ni respirador N95, elementos fundamentales para desempeñar sus funciones.
La sobre carga laboral fue mayor en los hombres (78 %) y el personal vinculado a IPS de nivel de complejidad superior (73 %). por su parte el sentimiento de discriminación es 34 % en el personal del área asistencial comparado con el 27 % de área administrativa y las agresiones en forma verbal se han presentado en el 35% del personal asistencial.
Durante el tiempo de pandemia 7 de cada 10 de los encuestados ha reflexionado sobre la situación de salud global, colectiva e individual y 5 de cada 10 lo han hecho sobre el papel de los servicios de salud, y 9 de cada 10 se preocupa que alguien de su familia se contagie y en la misma proporción que un familiar o él tenga una emergencia médica y que esta no sea atendida oportunamente. Aún más preocupante resulta que 8 de cada 10 encuestados presentaron algún síntoma de depresión o ansiedad en los últimos 21 días, y 6 se sintieron cansados sin motivo o sintieron rabia o ira; 8 se sintieron desesperanzados, todo le costaba mucho esfuerzo, y 6 tristes e inútiles.
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