MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 281 FEBRERO DEL AÑO 2022 ISNN 0124-4388
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Se acaban de presentar los resultados del documento técnico consolidado por la Asociación Nacional de Instituciones Financieras ANIF, en el cual se plantean lineamientos de políticas públicas respecto de la sostenibilidad del sector salud, según las eficiencias en el modelo, utilizando análisis proyectivos de fuentes y de usos de los recursos disponibles y exigibles, así como recomendaciones que serán objeto de discusiones que permitirán ampliar la base de posibilidades para la resolución de las problemáticas del estado situacional con intervenciones en el corto, mediano y largo plazo.
Colombia en financiamiento se encuentra frente al concierto internacional con una doble lectura. De un lado hay la sensación de que existe un amplio espacio para aumentar el gasto en salud, toda vez que países con economías similares ostentan mayores niveles de gasto. De otro lado, cuando se compara el gasto en salud como proporción del Producto Interno Bruto, Colombia presenta un resultado sobresaliente, pese a que el promedio de los países de la organización para la Cooperación de Desarrollo Económico -OCDE- es de 8.8 %, el promedio del país es de 7.4 % cita el estudio.
Colombia tuvo un gasto per cápita de USD$960, que resulta ser menor que en países como Estados Unidos (USD $10.586), Noruega (USD $6.187), Islandia (USD $4.349), además de que el promedio de los países de la OCDE es de USD $3.992.
Como parte del diagnóstico se enuncian los siguientes factores como los que más presionan el aumento del gasto en salud a nivel global: la innovación tecnológica, el crecimiento y envejecimiento de la población. Solo para Colombia se calcula que de manera individual el cambio tecnológico absorberá en los próximas cuatro años el equivalente al 6.2 % del PIB. Igualmente, se encontró que el 44 % del incremento será en esta misma materia. El 38 % atribuible al crecimiento de la población, el 12 % por cambios en la estructura demográfica y en menor cuantía, pero no menos importante por aumentos en la atención de enfermedades crónicas no transmisibles -ECNT.
El modelo australiano de aseguramiento, que es predominantemente público, administrado, financiado a través de ingresos fiscales generales y de impuestos, se destaca en la composición para el financiamiento de la salud, el esfuerzo gubernamental es del 68.8 %, seguido de otros ingresos domésticos con el 20.3 %, con un gasto corriente en salud de USD per cápita de 5.184,4 y de bolsillo de USD per cápita de 845.2. Este programa universal público propicia una expectativa de vida de 82.6 años.
El modelo de aseguramiento de Alemania es obligatorio y presentan una cobertura universal (100 %), donde el 86 % de la población está inscrita en el Seguro Médico Obligatorios (SMO) que provee cobertura para pacientes internos y externos, salud mental y prescripción de medicamentos. Aquí la composición es diferente en su financiación, toda vez que las contribuciones a la seguridad social participan con el 63.8 % y en igual porcentaje (13 %) lo comportan los ingresos del gobierno y de los otros ingresos domésticos, es decir que estos tres conceptos aportan el 91.6 % del total de los recursos. El gasto corriente en salud es de USD per cápita 6.645.8, con un gasto per cápita de bolsillo de USD 738. Este esquema de financiamiento provee recursos que garantizan una expectativa de vida de 81.1 años.
El sistema de salud en Estados Unidos, cuyas características son combinación público y privada, donde el gobierno federal provee el financiamiento del programa Medicare para adultos mayores de 65 años o más, y algunas personas con discapacidad. Igualmente, de programas para veteranos y personas con bajos ingresos. Esta combinación público y privada es visible en la composición del financiamiento, como quiera que las distribuciones son muy similares, el gobierno aporta el 38.5 % y los pagos obligatorios diferentes a la seguridad social son del 34.3 %, seguido de otros ingresos domésticos con 15.3 %. Siendo la expectativa de vida de 78.6 años.
El sistema de salud chileno es una composición mixta, conformado por el Fondo Nacional de Salud -FONASA (seguro privado) y un seguro privado de instituciones de salud Previsional (ISAPRE). Sin embargo, la gran representación en la estructura de financiamiento la constituyen los ingresos corrientes del gobierno 35.8 % y otros ingresos domésticos con 33.4 %, con un bajo peso porcentual en pagos obligatorios (9.5 %) y pagos voluntarios (6.2 %). Este sistema ostenta una cobertura del 95.6 %, con gasto corriente en salud per cápita de USD$ 2.159.4 y de bolsillo per cápita de USD$ 731.2. La expectativa de vida se ubica en 80.6 años.
El sistema de salud mexicano se caracteriza porque tres componentes funcionan paralelamente: aseguramiento social basado en el empleo, servicios de asistencia pública para no asegurados mediante un plan de protección financiero, lo mismo que de un sector privado de proveedores de servicios, aseguradoras, fabricantes y distribuidores de tecnologías en salud. La cobertura presenta muchos retos significativos, como quiera que se ubica en 88.3 %, con gastos en salud per cápita de 1.153.6 USD y de bolsillo de 474.3 USD. La expectativa de vida es aún menor que los anteriores sistemas con 75 años.
Colombia en particular presenta un modelo de previsión mixta con participación de los ingresos internos del gobierno con 35.2 %, lo mismo que de contribuciones a la seguridad social 36.4 % y de otros ingresos domésticos de 15.1 %, para un consolidado de 86.7 %. Este esquema de financiamiento garantiza una cobertura de aseguramiento del 95.1 %, para un gasto en salud de 1.212,6 USD per cápita y de Bolsillo de 181.7 USD. Las asignaciones presupuestarias han permitido una expectativa de vida de 77.1 años.
Las proyecciones consideradoras por ANIF del gasto del aseguramiento en salud como proporción del PIB, concluyen con un escenario realista de 9.9 % al año 2035 frente al escenario base de 7.7 %, donde al final de las modelaciones proyectivas presentan un desbalance acumulado por recobros del sistema por $7.4 billones.
Para los mecanismos de contratación, se espera lograr mayores eficiencias mediante la disminución en un punto porcentual de la contratación del pago por evento, lo cual generaría ahorros potenciales por $125.6 mil millones.
En este mismo sentido se espera ganancia en eficiencia del gasto hospitalario con ahorros anuales potenciales de $525 mil millones. La literatura incorporada en el análisis del documento concluye que “…en promedio, las IPS presentaron un nivel de eficiencia del 81 % para el periodo 2017-2019...”. Las cifras expuestas dan cuenta que las IPS públicas en promedio, tienen una eficiencia del 51 %. Por nivel de complejidad, se tienen que el nivel 1 presenta una eficiencia del 52 %, nivel 2 de 77 % y el nivel 3 de 88 %. Las IPS privadas arrojaron un nivel de eficiencia del 73% (ponderado del 76%).
El impacto presupuestal, en términos de ahorro potencial se estima anualmente en $525 mil millones, que se verían ampliamente materializados si se cubre el potencial de mejora en los hospitales públicos de niveles 1 y 2 (con impactos directos en generación de empleo y medio ambiente, dado el aprovechamiento de recursos).
Cuantificando los impactos presupuestales se tendría que en autocuidado y uso inteligente de los recursos se podrían generar ahorros por $366 mil millones por incapacidades, $355 mil millones por visitas consulta externa y $525 mil millones por visitas a urgencias, para un consolidado de $1.25 billones.
En lo que respecta al futuro del plan de beneficios, desde su contenido, actualización y tecnologías no financiadas con la UPC, se hace fundamental un ajuste permanente de riesgos, de modo que se permita una distribución equitativa de fondos entre entidades que asumen tales riesgos, haciendo que converjan necesidades de recursos con los reembolsos.
En Colombia existen 2.5 millones de personas con planes voluntarios en salud, con un costo promedio de $44.000 mes (sin incluir gasto ambulancia prepagada). Según cálculos ACEMI-PROESA (2011) un afiliado con PVS consume entre 8 y 9 servicios menos en salud; la elasticidad precio de la demanda de los PVS se ubica entre -2.32 y -4.67. Según estos cálculos y con una disminución propuesta del 5 % en precios de PVS el incremento de demanda seria entre $267 mil y $538 de nuevos usuarios, por lo que los ahorros serían de $213.9 mil millones.
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