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El 11 de marzo de 1980 se realizó en el Hospital Infantil San Vicente Fundación el primer trasplante renal pediátrico exitoso en Colombia; este procedimiento con donante vivo fue realizado en una niña de 12 años, logrando no solo mejorar la calidad de vida de la menor sino también alcanzando una sobrevida de 24 años.
El Hospital Infantil marcó un precedente en la medicina colombiana, siendo pionero en el cuidado de la enfermedad renal infantil. Fue en 1967 que el Hospital fundó el primer programa de nefrología pediátrica en el país con el fin de tener activos los servicios de atención para los pacientes y promover espacios sobre la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad.
La importancia del cuidado, el diagnóstico y el tratamiento oportuno de la enfermedad renal en pacientes pediátricos, ha tomado mayor relevancia con el paso de los años; actualmente en Colombia, cerca de 650 menores de edad esperan por un trasplante de riñón, y más de 1 300 niños fueron diagnosticados con enfermedades renales en el país durante el 2021, calculando que aproximadamente el 23 % de ellos podrían necesitar un trasplante renal, según el último reporte de la Cuenta de Alto Costo.
ación a la población atendida por nefrología pediátrica, en 2022 el Hospital Infantil San Vicente Fundación realizó 3 063 consultas, con alcance a poblaciones vulnerables y de múltiples regiones del país. De estas consultas, diecisiete pacientes fueron candidatos para trasplante renal, realizando catorce procedimientos, once de ellos con donantes cadavéricos y tres más con donante vivo relacionado, alcanzando el registro más alto en trasplantes de los últimos diecisiete años.
43 años después del primer trasplante pediátrico exitoso en el país, uno de los avances que más se pueden resaltar de toda la trayectoria es el desarrollo farmacológico para la inmunosupresión, pues gracias a esto se ha logrado disminuir la probabilidad de rechazo del injerto renal.
Según precisó Sandra Milena Brand Salazar, líder del grupo de trasplantes renal pediátrico y de nefrología en el Hospital Infantil, “la técnica quirúrgica puede que no haya cambiado mucho, porque realmente se mantiene como tal el manejo, pero lo que ha cambiado trascendentalmente con la duración de función de trasplante es el desarrollo de los medicamentos inmunosupresores, que hacen que logre tolerar el órgano de otra persona”.
Brand, nefróloga pediatra del Hospital Infantil, agregó: “En el mundo, se están tratando de desarrollar riñones y corazones artificiales, para que no haya tanta respuesta inmune, que es lo que más tenemos que controlar en los pacientes trasplantados”.
Para solucionar dicha problemática, el Hospital Infantil ofrece a sus pacientes trasplantados múltiples disciplinas que les permite una integralidad en su tratamiento; buscando así que sea lo más completo posible. Vale destacar que durante el procedimiento del menor se incorporan los servicios de recuperación, fisioterapia, y gastroenterología (en caso de que exista intolerancia a los medicamentos). A su vez, se cuenta con el apoyo de psiquiatría infantil y terapeutas de familia, para garantizar que el ambiente en que el menor de edad está llevando su tratamiento sea lo más tranquilo posible.
Frente a ello, la doctora Brand enfatizó: “Las intervenciones de alta complejidad implican el manejo de muchas otras disciplinas para que todo sea exitoso, no es solamente poner un riñón sino también entender que el paciente es un niño, y se debe atender como a un niño, para que todo su entorno funcione, y así hacer que el trasplante sea algo más que le permita desarrollar una calidad de vida excelente”.
Actualmente, uno de los retos que se han generado después de la pandemia es la cantidad de actividad trasplantadora, pues esta disminuyó durante los años de confinamiento; sin embargo, las cifras han comenzado a regularse, evidenciándose así un incremento en los donantes. De 188 que se detectaron en 2021, Colombia pasó a 253 en el 2022, esto equivale a un aumento en el 35 % de los donantes reales de órganos; a su vez, la disminución en los procedimientos provocó que los tiempos en la lista de espera para poder acceder al trasplante aumentaran.
“La lista de espera es algo que nos diferencia mucho de otras instituciones, donde el tiempo para acceder al tratamiento es demasiado amplio; hay pacientes que pasan años esperando un trasplante, incluso algunos mueren en espera por todas las comorbilidades que tiene la enfermedad renal”, precisó Brand.
Es de señalar que en el Hospital Infantil, después de la pandemia, se maneja un tiempo de espera promedio entre seis y doce meses. “Este tiempo también depende de las características inmunológicas de cada paciente, donde no es lo mismo el que está esperando su primer trasplante, al que tiene ya un segundo, y tiene cambios en su sistema inmune, que hacen más difícil encontrar un donante”, aclaró Brand, nefróloga pediatra.
En lo que va del 2023, el Hospital Infantil ya realizó su primer trasplante renal pediátrico, el cual se llevó a cabo el 1 de marzo. Para la doctora Brand, “si se tuviera opción de decidir qué es lo mejor para un niño, sería donación con trasplante vivo. Ojalá todos los niños tuvieran un donante vivo relacionado a considerar”. Puesto que con esto, reduciría la tasa de rechazo y disminuiría el tiempo de espera.
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