 |
|
|
 |
|
 |
|
|
En el nuevo Diccionario de
Americanismos 2010, al menos 400 millones de seres humanos
reconocen su propia voz y leen su historia real, la que
cuenta cada palabra, así como en una canción
se anuncia un diccionario con las palabras del amor
/ en el idioma de los dioses / para cantarle al corazón.
Ya en 1911, el escritor Ambrose Bierce en su Diccionario
del Diablo, reclamaba diccionarios cotidianos al definir
'Diccionario' como perverso artificio literario que
paraliza el crecimiento de una lengua además de quitarle
soltura y elasticidad. Y Don Marco Fidel Suárez,
gran lingüista, dijo: Si la diferencia exterior
del hombre no es la risa ni las lágrimas, sino la
palabra; si los pueblos no acaban sino cuando su lengua
acaba, podemos decir que el pensamiento es el alma, la palabra
es el hombre y la lengua es la patria.
Tras once años de trabajo, la Asociación de
Academias de la Lengua Española y Editorial Santillana
culminaron las 2.500 páginas, con más de 60.000
entradas y unas 200.000 acepciones, que representan 10%
del Idioma. Esto supera diez veces el volumen de cualquier
otro Diccionario en la historia del Castellano en América,
dijo el secretario general de la Asociación y editor
de la obra, Humberto López Morales. Contiene índice
sinonímico, apéndice con las etnias indígenas
vivas de Hispanoamérica, gentilicios y diminutivos,
y reúne 150 diccionarios de americanismos publicados
entre 1975 y 2005, más algunos inéditos.
|
En la Introducción
se explica que cada letra que completaba el equipo de redacción
de Madrid, o parte importante de ella, se enviaba a las 22
academias para revisión y validación. La extensísima
C se envió en seis secciones. Este "diccionario
contrastivo", gestado en Montevideo en 1996 con base
en 102 millones de registros de 128 diccionarios aportados
por todos los países, se presentó en el V Congreso
Internacional de la Lengua Española, en Valparaíso
(Chile, marzo/2010), y fue una aportación al Bicentenario
de la Independencia de las Repúblicas Iberoamericanas
y a sus nuevos diccionarios nacionales.
|
 |
Un
diccionario de palabrotas
No hay diccionario que no tenga palabrotas,
como se dice. La palabra 'ramera', tan antigua como esta profesión,
nos lleva a la Edad Media, cuando esas damas ponían
ramos de flores en las ventanas para atraer a sus clientes.
El criterio para incluir las palabras fue estar vigentes y
respaldadas por documentación escrita, la fuente documental
fue la novela hispanoamericana de los últimos 25 años.
No se escatimaron las más soeces, no es un diccionario
moral" ni para abadías o conventos, sino
para quien está en la calle constantemente", dijo
el editor, Humberto López Morales, a una académica
que protestó porque el Diccionario estaba lleno
de malas palabras, y le anotó que era un diccionario
de usos y los únicos requisitos para incluir una palabra
era que se usara y apareciera en documentación escrita;
además, hay sinónimos para cada "mala palabra".
Y muy malas palabras pululan en muy buenas obras,
como La mala hora de Gabriel García Márquez,
ganadora del Premio Esso de Novela, con el procaz título
inicial de Este pueblo de mierda y casualmente
auspiciada por la Academia Colombiana de la Lengua, la más
antigua después de la española, y presidida
por el padre Félix Restrepo. Él pidió
a Gabo por conducto del embajador de Colombia en Méjico,
Carlos Arango Vélez, cambiar o suprimir dos palabras
'intolerables': preservativo y masturbarse,
tan castizas, sin ser vulgarismos ni americanismos.
|
Un diccionario como éste
es nueva ocasión
para hablarnos los americanos con nuestras
propias palabras, para nombrar, como en
Macondo, cada cosa que descubrimos, así como
Dios -según dicen- llama a cada estrella
por su nombre.
|
El autor
aceptó cambiar una de ellas y dijo: Elija usted,
Embajador. Para colmo de males, la Esso mandó a
imprimir la obra en España y los correctores de la Imprenta
Luis Pérez cambiaron los americanismos por voces madrileñas
y desfiguraron a más no poder el texto. En carta a El
Espectador y en la segunda edición, Gabo protestó:
La primera vez que se publicó 'La Mala Hora', en
1962, un corrector de pruebas se permitió cambiar ciertos
términos y almidonar el estilo, en nombre de la pureza
del lenguaje. En esta ocasión, a su vez, el autor se
ha permitido restituir las incorrecciones idiomáticas
y las barbaridades estilísticas, en nombre de su soberana
y arbitraria voluntad.
Narcopalabras e indecencias
En el Diccionario de Americanismos
abundan palabras de la llamada narco-cultura: levantón,
en Méjico, un secuestro no extorsivo; plomear: disparar
con arma de fuego; ejecutar: matar o asesinar. El verbo dar
tiene 14 páginas y por lo menos 300 locuciones propias
de América. Dar cráneo, en Puerto Rico y Panamá
es "utilizar la inteligencia"; dar chumbimba, en Colombia:
tirotear. Dar dentera en Venezuela: "desear vehementemente
a una persona al verla", dar diarrea en Chile: ponerse
nervioso o excitado, dar el platanazo en Nicaragua: morir, dar
candela en Colombia: tirotear; dar de arroz y de masa en Puerto
Rico: humillar; darse la papa es drogarse en Argentina; para
un chileno, darse un falopazo es inhalar cocaína; y darle
sopa de muñeca es propinar una golpiza, en Nicaragua
y Costa Rica. |
|
En Cuba, discotemba
es la discoteca para mayores de 40 años, y bacán,
homosexual u hombre mantenido por una mujer, mientras en Nicaragua,
es fiesta bulliciosa. Bacano/a, alguien agradable y simpático
para cubanos, dominicanos, colombianos y peruanos; en Argentina
y Uruguay, persona adinerada. Estar maluco es estar enfermo
o indispuesto en Méjico, Guatemala, Nicaragua, Costa
Rica, Panamá, Cuba, República Dominicana, Colombia,
Venezuela y Perú, y lo desagradable para el olfato, la
vista o el gusto estético. El abogado ilegal o descuidado
es cagatinta para bolivianos, hondureños, nicaragüenses,
argentinos, uruguayos y colombianos. Catarro para nosotros es
una tos severa, en Salvador, dinero o ganancia ilícitos.
|
Quien
no quiera decir testículo, puede decir aceitunas,
aguacates, alforja, alverja, amigo, berocos, blanquillos, bojote,
boliviana, bolsa, coco, compadrón, porongo, timbales,
triquitracas y maracas. Entre las más de 250 formas de
decir pene en Hispanoamérica están:
camote, cara de caballo, catorce pulgadas, chuto, la cuello
de tortuga, manguera, palo de tombo, virote y pico. Cortico
es hombre de pene pequeño en Cuba, aventajado es lo contrario
en Perú, como cargado en Colombia, chiludo y macanudo
en El Salvador, o miembrudo en Puerto Rico. Coger,
en Ecuador significa embriagarse rápidamente; en República
Dominicana, incurrir en falta o delito; en Honduras, suspender
a un alumno; en Méjico, invitación directa a tener
sexo. Sinónimos de tener relaciones sexuales son: echar
a pelear los meones, echarle maíz a la pava, echar un
canelo o echar un guarapo. |
Para la intoxicación
etílica sobran palabras: borrachera, amanecida, barbasco,
bebezona, chupadera, en pedo, embolada, esbornia, huasca, mamada,
marimonda. Ni que Don Tomás Carrasquilla hubiese leído
este Diccionario, cuando dijo en La Marquesa de Yolombó:
Sabido es que Dios hizo la lengua castellana para decir
indecencias y que los chapetones, de esa época, eran
más crudos de boca que de letra las Santas Escrituras.
Un gavetazo, en Guatemala y Honduras, es robo a escondidas.
En varios países de Centro y Suramérica, entre
ellos Colombia y Bolivia, Gringolandia es Estados Unidos. |
 |
El duplicado
ilegal de algo es gemeleo en Costa Rica y algo en Colombia.
Agarradera, agarrón, berrinche, bochinche, bonche, bululú,
burileo, buya, chamusca y cachimbeo, son diez de los 80 sinónimos
de pelea.
Nuestras colombianadas
Entre otros colombianismos, veamos éstos con
algunas de sus acepciones: Achilado: algo que ha perdido su
vigor y lozanía o persona desanimada. Berraquera: 1)
Excitación sexual. 2) Ira, mal genio. 3) Energía
y entusiasmo para realizar una acción. 4) Persona o cosa
excelente, admirable, muy buena. Botarate: quien malgasta los
bienes de fortuna; igual en Méjico, Guatemala, Honduras,
El Salvador, Nicaragua, Panamá, Cuba, y Venezuela, entre
otros. Chochera: Cariño profundo o inclinación
especial por alguien, especialmente de los abuelos por los nietos.
Descalabrar (se): 1) Estar en bancarrota. 2) Sufrir una caída
aparatosa. Guayabo: 1) Tristeza por la ausencia de alguien o
de algo. 2) Malestar que padece al despertar quien bebió
alcohol en exceso; en Ecuador es farragitis. |
En 2.500 páginas,
el Diccionario incluye
más de 60.000 entradas y 200.000 acepciones,
que representan 10% del Idioma.
Contiene índice sinonímico, apéndice
con etnias indígenas vivas de Hispanoamérica,
gentilicios y diminutivos, y reúne 150
diccionarios de americanismos publicados
entre 1975 y 2005, más otros inéditos.
|
¡Juemíchica!
es asombro, sorpresa (muy bogotano). Marimbero: 1) Músico
que toca la marimba. 2) Alguien que trafica con marimba o marihuana.
Marinovio: Novio que convive con su pareja. Mariposo: Hombre
afeminado u homosexual. Papayita: Oportunamente, en el momento
justo. Perrear: 1) Bailar un hombre y una mujer juntando mucho
sus cuerpos y agitando ambos a la vez las caderas. 2) Andar
un hombre en amoríos con varias mujeres. Rumbear: Conquistar,
seducir a alguien. Tumbis: Engaño con el que se pretende
robar dinero a alguien. Hablamierda: Mentiroso. Sancochar: 1)
Cocer, especialmente verduras y carnes, con sal en agua hirviendo.
2) Sofreír un alimento. 3) Cocinar mal. 4) Tostar el
sol algo o alguien. Tusa: Tristeza o despecho por un fracaso
o desengaño amoroso.
Un diccionario como éste es nueva ocasión para
hablarnos los americanos con nuestras propias palabras, para
nombrar, como en Macondo, cada cosa que descubrimos, así
como Dios -según dicen- llama a cada estrella por su
nombre. Es la fascinación del significado de las palabras
que le contagió a García Márquez su abuelo,
o la interminable aventura de los Buendía, descifrando
el diccionario secreto de los manuscritos del sabio Melquíades. |
|
¿Kómo
ce dise?
|
Dice
el diario ABC de Madrid, que la escritora española
Lucía Echevarría, ganadora del Premio Planeta,
dijo en una entrevista, que murciélago era la única
palabra del Castellano que contenía las 5 vocales.
El lector José Fernando Blanco Sánchez, envió
una carta al director de ese periódico, para refutar
tal afirmación. Publicamos apartes:
Mi estimada señora, piense un poco y controle
su euforia. Un arquitecto escuálido, llamado Aurelio
o Eulalio, dice que lo más auténtico es tener
un abuelito que lleve un traje reticulado y siga el arquetipo
de aquel viejo reumático y repudiado, que consiguiera
en su tiempo, ser esquilado por un comunicante, que cometió
adulterio con una encubridora cerca del estanquillo, sin usar
estimulador. No se atragante con esta perturbación,
que no va con su milonguera y meticulosa educación.
|
|
Ocioso
lector |
¿Cómo
era el invierno hace 500 años? |
 |
No hay registro de los mitos de los Zenúes,
pero se sabe que contaban la historia de "hydju qun",
gran diluvio que inundó todo. Desde ese diluvio, los
Zenúes aprovechaban el tiempo seco para cavar canales
que drenaran el agua, pues además de las frecuentes lluvias,
la tierra de los Zenúes era regada por caudalosos ríos:
el río Sinú y su cuenca, así como el Cauca
y sus tributarios.
Se sabe que los zenúes construyeron una red secundaria
de caminos que bordeaban las montañas y las zonas altas
de las planicies, para mantener conectadas las ciudades y el
campo durante las sequías y las inundaciones. La cultura
Senú se destacaba por su excelente manejo de la ingeniería
hidráulica, como lo evidencia la construcción
de un sistema eficiente de canales que por casi dos mil años,
llegó a cubrir 600.000 hectáreas. |
Su extensa red de canales
artificiales entre los ríos San Jorge, Sinú,
Cauca y Magdalena, permitieron controlar el régimen
de inundaciones entre los ríos, conduciendo el excedente
de sus aguas a sus salidas naturales, aprovechando el sedimento
y tejiendo una gran red de comunicaciones fluviales. Estos
grandes canales fueron en su mayoría enterrados por
los españoles al colonizar Córdoba a mediados
del siglo XVII. Cuando alguien moría era llevado en
una chalupa por los canales hasta Finzenú, donde todos
los Zenúes eran enterrados. Si era un importante dignatario,
la misma cacica de Finzenú presidía en su chalupa.
Todos los muertos eran enterrados mirando hacia oriente, para
que todos los días vieran la salida del sol.
(Tomado de: Fundación para la Investigación
y la Cultura, Cultura Zenú/Sinú,
extractos).
|
|
 |
|
|
 |
|
|