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Habilidades
para la vida
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Cambio
consciente:
metamorfosis planetaria
Diana
Restrepo Bernal, MD. - Psiquiatra de Enlace elpulso@elhospital.org.co |
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En nuestro tiempo las cosas
suceden de forma atípica, inesperada, aleatoria, compleja,
global. Nuestras mentes -más lentas que el mundo en
su evolución- buscan secuencias de orden, de regularidad
y linealidad que den cierto grado de certeza y de conocimiento.
No obstante esta bella aspiración renacentista, este
tipo de pensamiento resulta insuficiente para comprender y
transformar la realidad que vivimos.
El anuncio es claro: Debemos salvar la humanidad.
Salvarla de nosotros mismos, incapaces de resolver nuestros
problemas vitales.
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La humanidad como sistema
abierto, complejo, sufre una creciente degradación
y desintegración: el peligro nuclear; la agonía
de la biosfera; la economía sin regulación;
pueblos muriendo de hambre; los conflictos étnico-político-religiosos;
y la tendencia a la auto-destrucción, por nombrar sólo
algunos problemas, dejan ver que como sistema, somos capaces
de resolver la crisis y sólo nos queda la opción
de desintegrarnos o generar un nuevo meta-sistema, capaz de
impulsar el cambio y alcanzar un nuevo nivel. Esta idea con
tintes utópicos, la bautizó Edgar Morin como
metamorfosis planetaria.
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Uno de los desafíos más grande que tiene cualquier
persona, es modificar su pensamiento. Este cambio difícil
pero necesario, podría permitir abordar la complejidad
creciente, la rapidez de los cambios y lo imprevisible. Estos
son los rasgos de una mente moderna y activa que puede hacerle
el jaque a antiguas costumbres, a modos de imaginar y de pensar.
El Tao, concepto milenario del taoísmo, significa camino
y representa el flujo continuo, lento, poderoso, que logra
mantener el orden y el equilibrio del universo. El Tao proclama
que la única constante en el universo es el cambio
y que debemos aceptar este hecho y estar en armonía
con ello.
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Pasos para una metamorfosis social
En la Vía para el futuro de la humanidad,
el sociólogo y antropólogo francés, Edgar
Morin, se propone trazar vías reformadoras que podrían
adoptarse para conducirnos a una metamorfosis social. Él
sugiere cambios fundamentales en 4 dimensiones: 1) Política;
2) Pensamiento y educación; 3) Sociedad; 4) Vida. La
educación adquiere un papel central en la transformación
personal y social, pues permitirá transformar el pensamiento;
este cambio a su vez engendrará políticas verdaderamente
democráticas, para hacer de los ciudadanos co-responsables
del cambio de rumbo planetario, capaces de gestionar solidariamente
los recursos existentes en un contexto de escasez y explotación.
Es necesario asumir el cambio climático, reducir las
intolerables desigualdades sociales, la pobreza, proteger la
biodiversidad, las diferentes culturas. Las ciudades deberán
ser incluyentes, propiciar espacios humanizados, integrados
al paisaje y al ambiente y a las fuentes de vida de las que
obtienen alimento. La transformación buscará generar
hábitos alimentarios nuevos, basados en el consumo de
cereales, verduras y hortalizas, y menos consumo de carne, todo
esto producido en comunidades rurales revitalizadas.
Se necesita reducir, según Morin, la agricultura industrializada,
que produce y distribuye globalmente, y potenciar la agricultura
y la ganadería local, en explotaciones sostenibles. Es
necesario recuperar la cultura del buen comer, de la reunión
familiar o con amigos, desterrar la comida rápida. Necesitamos
adquirir hábitos saludables, tener una visión
preventiva y holística de lo físico y lo mental.
Se necesita reformar la vida, desterrar el consumismo y el individualismo,
la prisa, la competitividad. Transformarnos interiormente y
transformar las relaciones sociales. Es necesaria una reforma
ética y estética. Necesitamos ser más empáticos,
más comprensivos y cuidar unos de otros. Se necesita
integración inter-generacional, aceptar nuestros límites
y los de la vida; vivir bajo parámetros más espirituales
y menos materiales. Es necesario repensar las relaciones interpersonales
con la familia, los vecinos, los amigos, la comunidad en general.
No permitir que se construyan tantas cosas desechables, ni considerar
a los seres humanos como cosas desechables que pierden su valor
si deja de producir o de consumir.
El hombre del siglo XXI debe ser consciente de la responsabilidad
que tiene. La humanidad lo necesita, la metamorfosis planetaria
debe comenzar ya, la exigencia es extraordinaria y elemental:
asumir el cambio como elemento vital de la metamorfosis, y tomar
la propia vida y el propio pensamiento como los dos elementos
a ser cambiados. Si usted comienza con esta metamorfosis, el
mundo sin duda cambiará y será mejor. Para Charles
Darwin: No sobreviven las especies más fuertes,
ni las más inteligentes, sino las que más se adaptan
y responden al cambio . |
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