MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 12    No. 163 ABRIL DEL AÑO 2012    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co


2% para salud pública y 98%
para atender la enfermedad
Jaime Alberto Peláez Quintero Especialista en economía de la salud - elpulso@elhospital.org.co

Pese a la ingente cantidad de recursos para la salud aforados por la vía de la fiscalidad y parafiscalidad en 2012, con una cifra récord inicial de $46.2 billones, tanto del Presupuesto General de la Nación ($25.5 billones) como del Fosyga ($20.7 billones), sólo se destinaron directamente para la salud pública del país $300.000 millones para promoción de la salud y prevención de la enfermedad por vía fiscal (equivalentes al 1.18%), y $517.000 millones (2.5% del Fosyga), para un total de $817.000 millones.
Es decir: para salud pública sólo el 1.77% del total del presupuesto para la salud. O lo que es lo mismo: el 98.23% es para atender la enfermedad (esto teóricamente, pues en la práctica es un porcentaje absolutamente menor).
De ese monto inicial de $817.000 millones, al aplicársele el porcentaje de intermediación del 35.2%, el valor efectivo es de apenas $530.000 millones, lo que se traduce en un valor per cápita nacional de 6 dólares para la vigencia de 2012, según estas dos fuentes de financiamiento. Con ello es muy poco lo que efectivamente se pueda hacer por los entes territoriales en materia de salud pública, y bien pudiera explicar parte de la problemática que actualmente padecen algunas ciudades con la aparición e incidencia de nuevos casos o rebrotes de patologías de salud pública ya erradicadas o de muy baja notificación.
Como efecto directo de este modelo en
salud invertido -donde se asignan más recursos
para la enfermedad que para prevenirla,-
no es raro que reaparezcan enfermedades
supuestamente controladas.
Como efecto directo de este modelo en salud invertido -donde se asignan más recursos para la enfermedad que para prevenir la enfermedad y promocionar la salud, haciéndolo altamente ineficiente y antieconómico, además de insostenible a futuro -, no es raro que reaparezcan enfermedades como tosferina, rubéola, sarampión, tuberculosis y otras, supuestamente controladas y casi erradicadas, que tienen alarmadas a las comunidades.
Los resultados del desempeño en salud pública son el reflejo de las fases por las que transitó tristemente la responsabilidad de quienes ejecutan y operan la política pública de salud en Colombia, primero el sector público antes y al inicio de la Ley 100/93, posteriormente las aseguradoras, y luego fueron retomadas estas funciones con asignación de recursos por las secretarías de salud territoriales.
Hoy estamos pagando los vacíos y tiempos de transición, a más de los pocos recursos disponibles, pues en el caso de los biológicos para la vacunación contra la tosferina, solo es
posible aplicársele a los menores de 5 años, siendo mayor de esa edad la población expuesta y que por múltiples razones no tiene acceso a dichos biológicos.
Cuando ya transcurrieron 18 años del cambio del modelo de salud en el país, es necesario retomar el debate de la cantidad óptima de recursos que deben asignarse para la salud pública, que haga más costo-efectivo el modelo, y que ello se traduzca en un mejoramiento de los indicadores sanitarios respecto de estándares internacionales de IDH (Índice de Desarrollo Humano). Nuestro puesto 79 con un IDH de 0.689 y de Salud de 0.807, demuestra que países con menores fondos públicos y privados, logran mayores impactos en la salud de sus poblaciones.
 
 
 







 



Arriba

[ Editorial | Debate | Opinión | Monitoreo | Generales | Columna Jurídica | Cultural | Breves ]

COPYRIGHT © 2001 Periódico El PULSO
Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita de su titular
. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved