MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 15    No. 194 NOVIEMBRE DEL AÑO 2014    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co


Resultados del aseguramiento en salud: signos vitales comprometidos
Jaime Alberto Peláez Quintero Especialista en economía, gerencia y fianzas de la salud - elpulso@elhospital.org.co

Gran y profundo deterioro financiero de los signos vitales de las aseguradoras en salud del régimen contributivo y subsidiado, se observó en sus resultados a junio 30 de 2014, publicados en la web de Supersalud. Pese a las billonarias ventas por servicios de salud, los costos de producción crecen en mayor proporción que los ingresos operacionales; y aunque se mantiene un control de los gastos en los porcentajes aprobados del 10% y 8% respectivamente, al final en sus ejercicios presentan pérdidas. Es decir: la suma de costos y gastos supera los ingresos operacionales, generando márgenes negativos, lo cual contrasta con altas tasas de endeudamiento. Asimismo, se evidencia tendencia negativa en el estado de liquidez y pérdida de capital de trabajo, con lo cual se infiere el grave estado del aseguramiento y unos indicadores de permanencia altamente contradictorios.
Ventas billonarias, pero crece más el costo de venta y operación
Las ventas totales a junio 30 de 2014 en las 50 EPS de ambos regímenes alcanzaron los $14.3 billones, con costos de operación de $13.3 billones (93% del ingreso), generándose utilidad bruta de $945.279 millones y margen de 6.62%. O sea: de cada $100 vendidos en salud, les quedó como utilidad bruta para cubrir gastos operacionales y no operacionales, intereses e impuestos, $6.62, cifra insuficiente para cubrir el tren de gastos del sistema de salud y generó resultados negativos finales a las aseguradoras en conjunto.

Los gastos operacionales fueron ejecutados en $1.1 billón, lo que explica un resultado operacional negativo de $132.190 millones y un margen de -0.93%, con otros ingresos por $506.020 millones pero con otros gastos mayores de $591.595 millones, para un desempeño ineficiente de -$217.766 millones y un margen neto de -1.53%. Así, no quedó ningún recurso económico para distribuir entre inversionistas, asumir nuevas obligaciones, inyectar capital de trabajo, planes expansivos o de modernización.
No obstante que los activos se consolidaron en $9.5 billones, los pasivos fueron de $10.7 billones; por tanto, su nivel de endeudamiento es del 113%, algo muy grave, por cuanto la autonomía y gobernabilidad sobre estas empresas en conjunto corresponden a terceros, y su viabilidad empresarial está en entredicho, toda vez que ni realizando todos sus activos tendrían respaldo financiero para cubrir sus mayores exigibilidades. Al ser una constante creciente en el sector salud, las lleva a farragosos procesos de liquidación o intervención.

Pese al incremento en el volumen de
facturación por venta de servicios de salud,
el costo técnico en general lo hace con mayor fuerza.
La pérdida de rentabilidad en el negocio, problemas
de iliquidez y alto nivel de endeudamiento, afectan
los indicadores de permanencia de las
EPS en el sistema de salud.
Estos desempeños negativos se reflejan en indicadores de eficiencia económica o de rentabilidad marginal, porque un mayor incremento en el volumen de activos netos de operación no tuvo rendimiento correlativo en la utilidad operativa, generando un resultado negativo de -$2.3 como rentabilidad del activo. Es decir: de cada $100 invertidos en activos, la utilidad operacional fue negativa en $2.30. Los ingresos por facturación de servicios no compensaron los costos para garantizar una eficiente operación del aseguramiento.
Con una pérdida neta en los valores anotados y un patrimonio negativo de $1 billón 251.112 millones, el resultado es negativo en 17.41%, evidenciándose con ello que desde el punto de vista de racionalidad financiera no es una inversión conveniente, en la medida en que con un patrimonio dispuesto para la operación, el negocio no cubre expectativas financieras de sus inversionistas ni recibe un retorno sobre sus aportes de capital. Por ello pudiera pensarse en un replanteamiento general del negocio o realizar una des-inversión y reenfocarse en otros modelos de negocio, que deriven mejores resultados económicos.
En la proporción entre el patrimonio y los activos se obtiene la solvencia de un negocio, siendo este resultado negativo en 13.20% para el agregado general del aseguramiento, siendo un sector que no genera solvencia financiera a sus organizaciones.
Por lo expuesto se concluye que, pese a un incremento en el volumen de facturación por venta de servicios de salud, el costo técnico en general lo hace con mayor fuerza, lo cual tiene varias lecturas; una es el mayor aumento en autorizaciones y prestación de más servicios, y que la Unidad de Pago por Capitación (UPC) es insuficiente para garantizar un negocio más equilibrado, cuando se analiza desde esta óptica; lo adecuado sería hacerlo desde la separación entre lo POS y lo No-POS, y desde un análisis de suficiencia a partir del perfil epidemiológico y carga de la enfermedad. Todo ello genera pérdida de rentabilidad en el negocio, problemas de iliquidez y alto nivel de endeudamiento, que afecta los indicadores de permanencia en el sistema de salud.
 
 
 







 



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