MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 6    NO 75    DICIEMBRE DEL AÑO 2004    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

Diciembre es un mes muy importante en nuestro país. Como profesionales del área de la salud, siempre nos preguntamos si nuestro gremio podría estar en mejores condiciones. ¿Podemos hacer algo para cambiar las cosas? Este mes nos permite reflexionar, no solo en el campo profesional, sino también en el personal. Por esto, hoy les escribo un artículo en el cual dejaré atrás el análisis, para mostrar como una experiencia personal puede enriquecer a varios de nosotros.
A través de los años, hemos tenido la oportunidad de experimentar en carne propia el significado de un final de ciclo en nuestras vidas académicas, profesionales o personales. Hoy, muchos médicos se gradúan con la intención de aplicar su conocimiento y de asumir un rol significante en nuestra sociedad. En estos días, varios buscan su vinculación en instituciones académicas o comunitarias, con propósitos claros de continuar su crecimiento. Otros se sienten satisfechos de haber podido compartir un éxito con sus compañeros, que va más allá de lo económico. La oportunidad de enseñar y de aprender el uno del otro hace de la práctica médica una fuente incalculable de experiencias, que nos pueden llevar a tener una estabilidad dentro de este modelo considerado negocio.
No hay duda de que tenemos que subsistir, y por esto esa carga debe ser combatida con recursos que den satisfacción al espíritu y no solamente al bolsillo. La productividad es el método de análisis de nuestra profesión, y esto muchas veces nos hace caer en el peligro de la monotonía. Rompamos con ella haciendo resaltar el valor real de nuestra profesión.
Por esto, retomo aquí 10 lecciones que un colega tuvo la generosidad de compartir conmigo. En ellas, vemos como nuestros días de estudiantes y de residentes quedan atrás, para dar paso al médico que quiere pero muchas veces no puede. Estas 10 lecciones nos ofrecen un optimismo necesario en nuestra profesión, y nos invitan a la reflexión.
1. Encuentre un mentor. Aunque uno se gradúa, el aprendizaje apenas comienza. Quien se crea aprendido, está en riesgo de convertirse en un comodín más del negocio y en un ignorante del conocimiento.
2. La mejor manera de aprender es enseñando. Por lo tanto, seamos conscientes de ello y pongámoslo en práctica.
3. Haga algo que disfrute. Cualquiera que sea el camino en la medicina que se escoja, hágalo con la convicción de que es lo suyo.
4. No se olvide de sus pacientes. Trabajando como profesional, esté siempre con la mejor disposición para sus pacientes. A los pacientes no les importa qué tanto Usted sabe, hasta que se den cuenta qué tanto tiempo y esfuerzo Usted les dedica.
5. De vez en cuanto disminuya el ritmo. Nosotros necesitamos tiempo para pensar, aprender, conocer de los demás. En la vida moderna estamos perdiendo estas increíbles capacidades humanas.
6. No confunda disciplina con rigidez. Debe darse el tiempo para desarrollar otras actividades en la vida. Compartir con la familia, los amigos, y sobre todo, saber reír, son una parte esencial de ese espacio fuera de la rutina de trabajo.
7. Descubra su pasión y cuando la vida le hable, escuche. Si se le da la oportunidad de desarrollar su carrera en un área que usted siempre ha buscado, tómela.
8. Desarrolle el arte de la comunicación. El médico debe saber escuchar y hablar lo necesario. Con esto descubrirá como las respuestas irán llegando a su debido tiempo. La comunicación es un arte que con tiempo y pausa nos ayuda a descubrir nuevos horizontes.
9. El cielo es el límite o tírele a la luna. Puede que usted no llegue donde quiere, pero al menos llega a alguna parte. La salud es un derecho, no un privilegio, y así en nuestro ejercicio médico encontraremos un balance entre las múltiples adversidades que nos presenta nuestro trabajo.
10. Quiera a su país y a su comunidad. Con los privilegios vienen las responsabilidades. Mucho se espera del que mucho recibe. El servicio es la renta que se debe pagar por vivir.
Estas 10 lecciones de un médico colombiano viviendo en Estados Unidos, también se aplican a nuestra realidad latinoamericana. Continuemos la lucha por nuestra profesión.
Hasta el próximo año.
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