MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 5    NO 50   NOVIEMBRE DEL AÑO 2002    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

Nobel de Medicina a estudio
sobre “suicidio celular”


John E. Sulston

Sydney Brenner

Robert Horvitz

Los estudios con un gusano de sólo un milímetro, ni uno más, permitió a dos británicos y un norteamericano ganar el Premio Nobel de Medicina 2002. Se trata del parásito Caernorhabditis elegans, del que los científicos elaboraron el mapa genético y conocieron el comportamiento de sus células infectadas en una enfermedad degenerativa, proceso del cual concluyeron, es similar en el cuerpo humano. Estos descubrimientos serán trascendentales para la elaboración de medicamentos y tratamientos para enfermedades como el sida, el cáncer y otros males degenerativos.
El gusano Caenorhabditis elegans, modelo para la investigación de los merecedores al Premio Nobel, además de su mínima longitud tiene la ventaja de ser transparente, lo que permitió que fuera más indicado que otras especies para el estudio en el microscopio.
Los laureados
El primero en investigar el gusano fue el científico John E. Sulston, de nacionalidad británica y 60 años de edad, quien en 1990 publicó el mapa genético del animal.
A las investigaciones de este hombre discreto, de barba y sandalias, se unieron el también británico Sydney Brenner, de 75 años de edad y el norteamericano Robert Horvitz, de 55 años de edad.
Sydney Brenner convirtió el gusano en un "nuevo organismo modelo" para la comprensión de los procesos de muerte celular, como los que se presentan en el cáncer, lo cual permitió demostrar que diferentes mutaciones pueden ser vinculadas a genes específicos y a efectos peculiares en el desarrollo de órganos. Y Robert Horvitz, descubrió el comportamiento de los genes frente a las enfermedades degenerativas y cuáles de ellos controlan la muerte celular; además, demostró la existencia de genes parecidos en el hombre.
El Premio Nobel de Medicina 2002 fue atribuido al trabajo en equipo de estos tres hombres y a sus descubrimientos particulares sobre los genes, a partir del estudio de la vida y la muerte de las células del gusano, que les permitieron comprender mejor los orígenes de las enfermedades ligadas a la degeneración de las células en los humanos, como son el cáncer, las afecciones neurodegenerativas y los ataques de apoplejía.
El trabajo
Los científicos descubrieron la forma en que los genes regulan el desarrollo de órganos y el proceso del "suicidio" de las células e identificaron los genes que intervienen en la regulación de la "muerte programada" de las células, es decir, el proceso que permite mantener un número apropiado de células en los tejidos, para lo cual algunas de ellas reciben la orden de morir en vez de continuar multiplicándose.
Según los científicos laureados, el cuerpo humano está formado por cientos de tipos de células diferentes, que proceden todas del embrión que, al irse dividiendo, va generando continuamente nuevas formaciones celulares que maduran y se especializan para ir constituyendo los diversos órganos y tejidos del cuerpo. En los seres humanos hay cientos de tipos celulares que se especializan y se transforman en varios tejidos y órganos, como la sangre, los músculos y el sistema nervioso.
Afirman que en el cuerpo adulto, también surgen diariamente un alto número de células nuevas y simultáneamente a esa multiplicación se da, tanto en el embrión como en las personas adultas, un proceso natural de muerte de otras células para equilibrar el número de las mismas en los tejidos y órganos. Ellos lograron seguir minuciosamente la multiplicación y especialización celular desde el embrión hasta el individuo adulto
Sulston dijo que los primeros trabajos con el nemátodo (gusano) sobre el trazado del genoma humano, facilitarán progresos médicos y avances en la lucha contra varias enfermedades y así realizar grandes progresos en el campo de la biología.
Los tres laureados compartirán la suma de diez millones de coronas suecas (un poco más de un millón de dólares) y recibirán las insignias del premio en Estocolmo el próximo 10 de diciembre, de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia.

 



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