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En
esta edición... |
Otto
Morales Benítez |
Forjador
del espíritu indoamericano.
Augusto Escobar Mesa Maestría de Literatura Colombiana
Universidad de Antioquia - aescobar@quimbaya.udea.edu.co |
Una larga, auténtica
y dinámica vida ha llevado el Maestro -porque así
hay que llamarlo- Otto Morales Benítez, y no han bastado
sus más de ochenta años en busca de las raíces
culturales de un pueblo que aún sigue en su extravío
por haber sido ajeno a las voces que han clamado por la afirmación
de su identidad. Más de una docena de libros se han
escrito dentro y fuera del país sobre la vasta obra
de Morales Benítez, uno de ellos laureado en el Colegio
de México y otro escrito en Holanda por un profesor
vitalicio de la Universidad de Utrecht. Es casi imposible
decir algo nuevo del insigne Maestro de Riosucio, sin caer
en lo ya tantas veces dicho. No hace muchos años le
hicieron múltiples homenajes y reconocimientos por
los cincuenta años de la publicación de su primer
libro, Estudios críticos (1948) y sus más de
seis décadas de ardua labor crítica. En ese
libro, el Maestro trazó una línea de pensamiento
a la que ha sido fiel sobre la indoamericanidad como carta
de identidad del hombre latinoamericano y sobre la pluralidad
etnocultural como expresión rica de un continen-te
con futuro promisorio, a pesar de lo incierto del presente.
El tema de lo indoamericano lo ha hermanado con Juan Carlos
Mariátegui, Mariano Picón Salas, Leopoldo Zea,
entre otros.

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Foto de Augusto Escobar
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Hiperbólica es la palabra-imagen
que se utiliza para designar casi siempre cualquier manifestación
de desmesura en esta vasta geografía de desesperanza
que es nuestro país, pues es la misma, no en su acepción
ilusa y simulada, sino por su carga de realidad que necesariamente
hay que emplear para referirnos a la obra de Morales Benítez
como la del Maestro de la multietnidad cultural. Sus centenares
de artículos aparecidos en libros, revistas y periódicos
de todo el continente y más allá desde 1940 y
sus más de 60 libros publicados, sin contar con los ya
están configurados como proyecto mental, son su haber
y patrimonio que, a su vez, lo es de la Nación. Todos
ellos, eso sí, gestados, paladeados y amados durante
más de sesenta años de viaje ininterrumpido por
la escritura, esa misma que nos diferencia como especie y permite
a algunos codearse con los dioses del Olimpo, pero también,
que pone al hombre a mirarse en el espejo de su propio abismo
trágico.
A ese haber de Morales Benítez se agrega su no menos
prolífica actividad: abogado, periodista, ensayista,
crítico, profesor universitario, diputado, representante
al Congreso, senador, candidato en varias ocasiones a la Presidencia
de la República, miembro de las Academias de la Lengua
colombiana y española, también de las de historia
y jurisprudencia del país y correspondiente de 25 academias
extranjeras, amén de miembro honorario de instituciones
culturales y científicas y doctor Honoris Causa de varias
universidades del país y del continente. En él
se combinan, además, y armoniosamente otras tres facetas:
el de viajero, el de lector y el de ensayista. Durante décadas
ha sido fiel a la idea de una cultura identitaria que, nutrida
ayer como hoy de los aportes de la cultura universal, es decir,
y como diría Alfonso Reyes, contemporánea
de todos los hombres, conserva unos rasgos propios cuya
cohesión y fuerza le permiten proyectarse en el futuro
e incidir en el desarrollo de la cultura universal por esa misma
singularidad. Como unidad multicultural, Indoamérica
es un continente peculiar, distinto del resto de los demás
continentes y de ahí su vocación de futuro. En
toda su obra, Morales no cesa de hacernos una invitación
sincera a la reconciliación con nosotros mismos, al auto
reconocimiento a través de la lectura, relectura y valoración
de nuestros escritores e intelectuales, quienes han dado y siguen
dando la mejor imagen de los que hemos sido, somos y seremos.
Si en algo la desmesura se asimila a la realidad en el adalid
del mestizaje es en su carcajada pantagruélica, cabal
muestra del sentido óptimo que ha sabido otorgarle a
su vida, pero sobre todo a la amistad, virtud por excelencia
a la que ha sido fiel sin cortapisa de ninguna naturaleza, y
será ésta junto con su obra la que perdurará
en la memoria de muchos, porque es la que mejor honra la condición
de cualquier hombre. Ahora demos paso a unas cuantas opiniones
y reflexiones del Maestro Otto Morales sobre el acontecer de
las gentes y de la vida del país, sobre su manera de
percibir el mundo y sí mismo, sobre la construcción
de una obra que le ha llevado tanto empeño y puesto de
manifiesto esa energía vital singular e insólita
si se compara con lo realizado por la mayoría de sus
congéneres colombianos y latinoamericanos. |
Foto de Augusto Escobar
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Diálogo
AEM. Si tuviera el poder de realizar tres deseos prácticos
para el país, ¿cuáles serían y cómo
los ejecutaría?
OMB. Creo que concentraría mi acción en una sola
vía: eliminar la miseria agresiva de unos grupos y la
que esconden otros, con oficios sucedáneos. Es decir,
una justicia social que, sin eliminar el estímulo a los
productores de riqueza, les advirtiera cómo lo que logran
es parte esencial de lo que les facilita en ayudas el país.
Buscaría la equidad. Esta conduciría a tres cosas
básicas: equilibrio colectivo, mejoramiento de la educación
y unidad del mundo comunitario colombiano
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AEM. ¿Por
qué nunca fue Presidente habiendo sido candidatizado
varias veces por personajes reconocidos del país y por
algunos ex presidentes?
OMB. Nunca fui Presidente porque no transé con esa clase
política que ha roto el orden moral del país.
Tenía la opinión pública en las calles
que me rodeaba con vibrante entusiasmo. Además, me acompañaban
espontáneamente liberales y conservadores. A ese altísimo
cargo se llega con plena dignidad o es mejor no hacerlo para
no ayudar a una mayor perversión de las costumbres políticas.
Uno sueña con llevar al gobierno unas tesis. Si éstas
hay que doblegarlas para admitir la concupiscencia electoral,
no vale la pena truncar de esa manera los sueños democráticos.
AEM. ¿Qué le han representado los libros y la
lectura?
OMB. La prolongación del mundo en conocimientos, en aventuras,
en sueños y en acciones. Los libros, la lectura, me han
dado herramientas para luchar por Colombia y entregarle solidaridad
a mis compatriotas. Personalmente me han ensanchado mi mundo
de escritor. |
AEM. ¿Cómo
hace para escribir tanto y a la vez informarse cuando cada texto
suyo remite a una amplia bibliografía?
OMB. Por vocación y por disciplina. He pasado mi vida
estudiando, leyendo, conversando. Los periódicos me han
dado muchas fuentes de información sobre múltiples
materias. Es inapreciable el amplísimo espacio de perspectivas
que nos ofrecen los diarios. Declaro la deuda que tengo con
ellos. Desde luego, es inútil hablar del efecto multiplicador
de los libros. Quiero enfatizar en otra fuente admirable de
información, como es la conversación. A ésta
le dedico muchas e intensas horas. He tenido diversas actividades,
cuatro como ejes esenciales: mi profesión, la cátedra,
la escritura y la política. Además, he viajado
mucho por el país y el exterior, he conocido gentes a
granel.
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Foto de Augusto Escobar
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De las más varias condiciones:
desde empinados gobernantes hasta humildísimos acarreadores
de maletas. Con ellos he conversado, sin discriminación.
De cada uno aprendo algo. Es que el mundo tiene una belleza
y riqueza deslumbrantes. En la palabra del más culto
o del más ignorante, éstas se revelan. Es cuestión
de poseer interés. De tener capacidad para escuchar con
solidaridad y con mentalidad abierta. Entonces, dialogamos,
descubrimos y aprendemos demasiado. La conversación es
uno de los grandes estímulos de la inteligencia y ésta
es expresiva en el júbilo de las palabras de cada hombre.
Ella me ha ennoblecido la existencia.
AEM. Dicen que usted es el más leal de los amigos y el
que más tiene en el país. ¿Cómo
hace para tener tantos fieles y responderles de igual manera
a todos?
OMB. Es cierto. Y es un ademán natural de mi corazón.
Mis amigos son incontables en el país y en el exterior.
Son muchedumbres. Vienen de los oficios, vocaciones, afanes,
más disímiles y lejanos. Mi padre, don J. Olimpo
Morales y doña Luisa Benítez, mi madre, me educaron
para ejercer el respeto humano. En mi casa se trataba a las
gentes de más jerarquía social, económica
y política con la misma atención que al más
desprovisto de dones. Ello me formó. La amistad es un
privilegio de la existencia. No se la puede herir con un gesto,
una palabra esquinada, un descuido por ligero que sea. Ella
nos ennoblece. El amigo prolonga en su vida la limpieza del
alma nuestra cuando la entregamos. Varios de ellos han sido
mis guías y maestros en muchos afanes culturales. Les
debo agradecimientos.
AEM. De las virtudes que usted hace gala: reír, escribir,
conversar, ¿por cuál se decidiría si el
destino le exigiera quedarse con una sola?
OMB. La de conversar. Igual al misterio de relacionarse con
la gente, no hay nada tan sugerente. Con la palabra usted maneja
el amor, los negocios, la política. ¿Qué
más puede esperar?
AEM. ¿Cómo le gustaría que lo recordaran?
OMB. Como he sido y como soy: un hombre con las banderas de
la verdad y la libertad desplegadas. |
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Ocioso
lector |
Otto de Greiff y
su
colección de autógrafos |
Recogidos con pasión
de coleccionista, aparecen los autógrafos de Baudelaire,
Tolstoi, Stravinsky, Picasso y muchos otros personajes que
hacen brillar esta curiosa y vasta colección de más
de 3000 autógrafos pertenecientes a Otto De Greiff,
recopilación variadísima que se expone en la
antigua Sala de Referencia de la Biblioteca Luis Angel Arango
del Banco de la República. Ya en la Biblioteca Pública
Piloto de Medellín se exhibieron sus autógrafos
de actores y actrices del viejo Hollywood. Ahora, con motivo
de la celebración de los 100 años del maestro
De Greiff, se podrá observar, según informan
los organizadores de la exhibición, una muestra
representativa del que fuera el 'hobby' por excelencia del
más reconocido crítico musical del siglo XX
en Colombia, profesor de matemáticas de la Universidad
Nacional, ingeniero civil, escritor, poeta, traductor de poemas
de varias lenguas, productor radial, autor de notas para programas
de conciertos y comentarista musical por más de setenta
años. Además de los autógrafos se presentarán
los libros de su autoría, algunas de sus traducciones
poéticas y algunos de sus ensayos sobre temas musicales.
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El maestro De Greiff cultivó
durante toda su vida la afición de coleccionar autógrafos,
muchos de ellos le llegaron en cartas o en fotos, y en varias
ocasiones se regaló de cumpleaños
firmas de compositores, intérpretes, escritores o
personalidades destacadas como Wagner, Caruso, Verdi, o
Schumann (su regalo de los cincuenta años)... Algunas
tienen entre 200 y 300 años de antigüedad.
En la muestra, compuesta por
147 autógrafos, se encuentran firmas de Mendelssohn,
Schumann, Liszt, Wagner, Brahms, Dvorak, Mahler, Debussy,
Ravel y Stransvisky; de directores como Von Karajan y Toscanini;
de pianistas como Rubinstein; de violinistas como Menuhin
y Heifetz; de los guitarristas Segovia, Yepes y Paco de
Lucía; de los premios Nobel Einstein, Pirandello
y García Márquez; de escritores como Baudelaire,
Dumas, Tolstoi, Verne y Graham Green. También están
las firmas de Simón Bolívar, Santander, Mao
Tse Tung y Picasso, entre otros.
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José Saramago, el escritor
portugués, Premio Nobel de literatura, dedicará
su próxima novela a la memoria de su amigo, el escritor
español Manuel Vásquez Montalbán, fallecido
de un ataque cardíaco el pasado mes de octubre en el
aeropuerto internacional de Bangkok. El creador catalán
del ya famoso personaje llamado Carvalho, recibió un
multitudinario homenaje en la Universidad de Barcelona, al
que asistieron, no sólo sus centenares de lectores,
sino amigos como Serrat y la Escritora Rosa Regás.?

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En
su llamada Sala del fondo antiguo, la Biblioteca
Nacional de Colombia en Bogotá, cuenta con unas 30 mil
obras publicadas entre los siglos XV y XIII, así como
con 28 fondos especiales conformados por las bibliotecas particulares
de escritores, científicos y personajes de la vida nacional.
Merece también reconocimiento la Hemeroteca Nacional
Manuel del Socorro Rodríguez, que reúne periódicos
y otras publicaciones seriadas, nacionales y extranjeras, aparecidas
desde 1785. |
100 años
se cumplen del nacimiento de Salvador Dalí, el autoproclamado
genio que no tuvo reparos en calificar su obra de gloriosa
y en declarar sin pudores: El Surrealismo soy yo.
Cuando tenía seis años quería
ser cocinero y a los siete, Napoleón. Desde entonces
mi ambición ha ido aumentando sin parar, decía
el creador de un mundo onírico fascinante, calificado
de temible fanático por Freud y conocido también
como Avida Dollars
tal era su desmedido
afán de crecer su millonaria fortuna.
Los olvidados,
película del español Luis Buñuel, y
Metrópolis, película del alemán
Fritz Lang, fueron incorporadas por la Unesco a su colección
Memoria del Mundo, creada en 1993 y conformada
por importantes manuscritos, códices, así
como por material audiovisual, sonoro, digital y fotográfico.
Este mes
se otorga el premio Luis Caballero organizado por la Galería
Santa Fe del Planetario Distrital de Bogotá: 40 millones
de pesos recibirá uno de los 8 artistas participantes,
cuyas instalaciones y obras de gran magnitud se han exhibido
desde marzo del presente año. Entre los artistas
están Elías Heim, Ana Patricia Palacios y
Carlos Uribe.
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