MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 5    NO 62   NOVIEMBRE DEL AÑO 2003    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

En esta edición...

Otto Morales Benítez - Forjador del espíritu indoamericano

Otto de Greiff y su colección de autógrafos

El Remolino

Otto Morales Benítez
Forjador del espíritu indoamericano.
Augusto Escobar Mesa Maestría de Literatura Colombiana Universidad de Antioquia - aescobar@quimbaya.udea.edu.co
Una larga, auténtica y dinámica vida ha llevado el Maestro -porque así hay que llamarlo- Otto Morales Benítez, y no han bastado sus más de ochenta años en busca de las raíces culturales de un pueblo que aún sigue en su extravío por haber sido ajeno a las voces que han clamado por la afirmación de su identidad. Más de una docena de libros se han escrito dentro y fuera del país sobre la vasta obra de Morales Benítez, uno de ellos laureado en el Colegio de México y otro escrito en Holanda por un profesor vitalicio de la Universidad de Utrecht. Es casi imposible decir algo nuevo del insigne Maestro de Riosucio, sin caer en lo ya tantas veces dicho. No hace muchos años le hicieron múltiples homenajes y reconocimientos por los cincuenta años de la publicación de su primer libro, Estudios críticos (1948) y sus más de seis décadas de ardua labor crítica. En ese libro, el Maestro trazó una línea de pensamiento a la que ha sido fiel sobre la indoamericanidad como carta de identidad del hombre latinoamericano y sobre la pluralidad etnocultural como expresión rica de un continen-te con futuro promisorio, a pesar de lo incierto del presente. El tema de lo indoamericano lo ha hermanado con Juan Carlos Mariátegui, Mariano Picón Salas, Leopoldo Zea, entre otros.

Foto de Augusto Escobar
Hiperbólica es la palabra-imagen que se utiliza para designar casi siempre cualquier manifestación de desmesura en esta vasta geografía de desesperanza que es nuestro país, pues es la misma, no en su acepción ilusa y simulada, sino por su carga de realidad que necesariamente hay que emplear para referirnos a la obra de Morales Benítez como la del Maestro de la multietnidad cultural. Sus centenares de artículos aparecidos en libros, revistas y periódicos de todo el continente y más allá desde 1940 y sus más de 60 libros publicados, sin contar con los ya están configurados como proyecto mental, son su haber y patrimonio que, a su vez, lo es de la Nación. Todos ellos, eso sí, gestados, paladeados y amados durante más de sesenta años de viaje ininterrumpido por la escritura, esa misma que nos diferencia como especie y permite a algunos codearse con los dioses del Olimpo, pero también, que pone al hombre a mirarse en el espejo de su propio abismo trágico.
A ese haber de Morales Benítez se agrega su no menos prolífica actividad: abogado, periodista, ensayista, crítico, profesor universitario, diputado, representante al Congreso, senador, candidato en varias ocasiones a la Presidencia de la República, miembro de las Academias de la Lengua colombiana y española, también de las de historia y jurisprudencia del país y correspondiente de 25 academias extranjeras, amén de miembro honorario de instituciones culturales y científicas y doctor Honoris Causa de varias universidades del país y del continente. En él se combinan, además, y armoniosamente otras tres facetas: el de viajero, el de lector y el de ensayista. Durante décadas ha sido fiel a la idea de una cultura identitaria que, nutrida ayer como hoy de los aportes de la cultura universal, es decir, y como diría Alfonso Reyes, “contemporánea de todos los hombres”, conserva unos rasgos propios cuya cohesión y fuerza le permiten proyectarse en el futuro e incidir en el desarrollo de la cultura universal por esa misma singularidad. Como unidad multicultural, Indoamérica es un continente peculiar, distinto del resto de los demás continentes y de ahí su vocación de futuro. En toda su obra, Morales no cesa de hacernos una invitación sincera a la reconciliación con nosotros mismos, al auto reconocimiento a través de la lectura, relectura y valoración de nuestros escritores e intelectuales, quienes han dado y siguen dando la mejor imagen de los que hemos sido, somos y seremos.
Si en algo la desmesura se asimila a la realidad en el adalid del mestizaje es en su carcajada pantagruélica, cabal muestra del sentido óptimo que ha sabido otorgarle a su vida, pero sobre todo a la amistad, virtud por excelencia a la que ha sido fiel sin cortapisa de ninguna naturaleza, y será ésta junto con su obra la que perdurará en la memoria de muchos, porque es la que mejor honra la condición de cualquier hombre. Ahora demos paso a unas cuantas opiniones y reflexiones del Maestro Otto Morales sobre el acontecer de las gentes y de la vida del país, sobre su manera de percibir el mundo y sí mismo, sobre la construcción de una obra que le ha llevado tanto empeño y puesto de manifiesto esa energía vital singular e insólita si se compara con lo realizado por la mayoría de sus congéneres colombianos y latinoamericanos.
Foto de Augusto Escobar
Diálogo
AEM. Si tuviera el poder de realizar tres deseos prácticos para el país, ¿cuáles serían y cómo los ejecutaría?
OMB. Creo que concentraría mi acción en una sola vía: eliminar la miseria agresiva de unos grupos y la que esconden otros, con oficios sucedáneos. Es decir, una justicia social que, sin eliminar el estímulo a los productores de riqueza, les advirtiera cómo lo que logran es parte esencial de lo que les facilita en ayudas el país. Buscaría la equidad. Esta conduciría a tres cosas básicas: equilibrio colectivo, mejoramiento de la educación y unidad del mundo comunitario colombiano

AEM. ¿Por qué nunca fue Presidente habiendo sido candidatizado varias veces por personajes reconocidos del país y por algunos ex presidentes?
OMB. Nunca fui Presidente porque no transé con esa clase política que ha roto el orden moral del país. Tenía la opinión pública en las calles que me rodeaba con vibrante entusiasmo. Además, me acompañaban espontáneamente liberales y conservadores. A ese altísimo cargo se llega con plena dignidad o es mejor no hacerlo para no ayudar a una mayor perversión de las costumbres políticas. Uno sueña con llevar al gobierno unas tesis. Si éstas hay que doblegarlas para admitir la concupiscencia electoral, no vale la pena truncar de esa manera los sueños democráticos.
AEM. ¿Qué le han representado los libros y la lectura?
OMB. La prolongación del mundo en conocimientos, en aventuras, en sueños y en acciones. Los libros, la lectura, me han dado herramientas para luchar por Colombia y entregarle solidaridad a mis compatriotas. Personalmente me han ensanchado mi mundo de escritor.
AEM. ¿Cómo hace para escribir tanto y a la vez informarse cuando cada texto suyo remite a una amplia bibliografía?
OMB. Por vocación y por disciplina. He pasado mi vida estudiando, leyendo, conversando. Los periódicos me han dado muchas fuentes de información sobre múltiples materias. Es inapreciable el amplísimo espacio de perspectivas que nos ofrecen los diarios. Declaro la deuda que tengo con ellos. Desde luego, es inútil hablar del efecto multiplicador de los libros. Quiero enfatizar en otra fuente admirable de información, como es la conversación. A ésta le dedico muchas e intensas horas. He tenido diversas actividades, cuatro como ejes esenciales: mi profesión, la cátedra, la escritura y la política. Además, he viajado mucho por el país y el exterior, he conocido gentes a granel.
Foto de Augusto Escobar
De las más varias condiciones: desde empinados gobernantes hasta humildísimos acarreadores de maletas. Con ellos he conversado, sin discriminación. De cada uno aprendo algo. Es que el mundo tiene una belleza y riqueza deslumbrantes. En la palabra del más culto o del más ignorante, éstas se revelan. Es cuestión de poseer interés. De tener capacidad para escuchar con solidaridad y con mentalidad abierta. Entonces, dialogamos, descubrimos y aprendemos demasiado. La conversación es uno de los grandes estímulos de la inteligencia y ésta es expresiva en el júbilo de las palabras de cada hombre. Ella me ha ennoblecido la existencia.
AEM. Dicen que usted es el más leal de los amigos y el que más tiene en el país. ¿Cómo hace para tener tantos fieles y responderles de igual manera a todos?
OMB. Es cierto. Y es un ademán natural de mi corazón. Mis amigos son incontables en el país y en el exterior. Son muchedumbres. Vienen de los oficios, vocaciones, afanes, más disímiles y lejanos. Mi padre, don J. Olimpo Morales y doña Luisa Benítez, mi madre, me educaron para ejercer el respeto humano. En mi casa se trataba a las gentes de más jerarquía social, económica y política con la misma atención que al más desprovisto de dones. Ello me formó. La amistad es un privilegio de la existencia. No se la puede herir con un gesto, una palabra esquinada, un descuido por ligero que sea. Ella nos ennoblece. El amigo prolonga en su vida la limpieza del alma nuestra cuando la entregamos. Varios de ellos han sido mis guías y maestros en muchos afanes culturales. Les debo agradecimientos.
AEM. De las virtudes que usted hace gala: reír, escribir, conversar, ¿por cuál se decidiría si el destino le exigiera quedarse con una sola?
OMB. La de conversar. Igual al misterio de relacionarse con la gente, no hay nada tan sugerente. Con la palabra usted maneja el amor, los negocios, la política. ¿Qué más puede esperar?
AEM. ¿Cómo le gustaría que lo recordaran?
OMB. Como he sido y como soy: un hombre con las banderas de la verdad y la libertad desplegadas.
Ocioso lector
Otto de Greiff y su
colección de autógrafos
Recogidos con pasión de coleccionista, aparecen los autógrafos de Baudelaire, Tolstoi, Stravinsky, Picasso y muchos otros personajes que hacen brillar esta curiosa y vasta colección de más de 3000 autógrafos pertenecientes a Otto De Greiff, recopilación variadísima que se expone en la antigua Sala de Referencia de la Biblioteca Luis Angel Arango del Banco de la República. Ya en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín se exhibieron sus autógrafos de actores y actrices del viejo Hollywood. Ahora, con motivo de la celebración de los 100 años del maestro De Greiff, se podrá observar, según informan los organizadores de la exhibición, “una muestra representativa del que fuera el 'hobby' por excelencia del más reconocido crítico musical del siglo XX en Colombia, profesor de matemáticas de la Universidad Nacional, ingeniero civil, escritor, poeta, traductor de poemas de varias lenguas, productor radial, autor de notas para programas de conciertos y comentarista musical por más de setenta años. Además de los autógrafos se presentarán los libros de su autoría, algunas de sus traducciones poéticas y algunos de sus ensayos sobre temas musicales.

El maestro De Greiff cultivó durante toda su vida la afición de coleccionar autógrafos, muchos de ellos le llegaron en cartas o en fotos, y en varias ocasiones se “regaló” de cumpleaños firmas de compositores, intérpretes, escritores o personalidades destacadas como Wagner, Caruso, Verdi, o Schumann (su regalo de los cincuenta años)... Algunas tienen entre 200 y 300 años de antigüedad.
En la muestra, compuesta por 147 autógrafos, se encuentran firmas de Mendelssohn, Schumann, Liszt, Wagner, Brahms, Dvorak, Mahler, Debussy, Ravel y Stransvisky; de directores como Von Karajan y Toscanini; de pianistas como Rubinstein; de violinistas como Menuhin y Heifetz; de los guitarristas Segovia, Yepes y Paco de Lucía; de los premios Nobel Einstein, Pirandello y García Márquez; de escritores como Baudelaire, Dumas, Tolstoi, Verne y Graham Green. También están las firmas de Simón Bolívar, Santander, Mao Tse Tung y Picasso, entre otros.

José Saramago, el escritor portugués, Premio Nobel de literatura, dedicará su próxima novela a la memoria de su amigo, el escritor español Manuel Vásquez Montalbán, fallecido de un ataque cardíaco el pasado mes de octubre en el aeropuerto internacional de Bangkok. El creador catalán del ya famoso personaje llamado Carvalho, recibió un multitudinario homenaje en la Universidad de Barcelona, al que asistieron, no sólo sus centenares de lectores, sino amigos como Serrat y la Escritora Rosa Regás.?

En su llamada “Sala del fondo antiguo”, la Biblioteca Nacional de Colombia en Bogotá, cuenta con unas 30 mil obras publicadas entre los siglos XV y XIII, así como con 28 fondos especiales conformados por las bibliotecas particulares de escritores, científicos y personajes de la vida nacional. Merece también reconocimiento la Hemeroteca Nacional Manuel del Socorro Rodríguez, que reúne periódicos y otras publicaciones seriadas, nacionales y extranjeras, aparecidas desde 1785.

100 años se cumplen del nacimiento de Salvador Dalí, el autoproclamado genio que no tuvo reparos en calificar su obra de gloriosa y en declarar sin pudores: “El Surrealismo soy yo”. “Cuando tenía seis años quería ser cocinero y a los siete, Napoleón. Desde entonces mi ambición ha ido aumentando sin parar”, decía el creador de un mundo onírico fascinante, calificado de temible fanático por Freud y conocido también como “Avida Dollars”… tal era su desmedido afán de crecer su millonaria fortuna.

Los olvidados”, película del español Luis Buñuel, y “Metrópolis”, película del alemán Fritz Lang, fueron incorporadas por la Unesco a su colección “Memoria del Mundo”, creada en 1993 y conformada por importantes manuscritos, códices, así como por material audiovisual, sonoro, digital y fotográfico.

Este mes se otorga el premio Luis Caballero organizado por la Galería Santa Fe del Planetario Distrital de Bogotá: 40 millones de pesos recibirá uno de los 8 artistas participantes, cuyas instalaciones y obras de gran magnitud se han exhibido desde marzo del presente año. Entre los artistas están Elías Heim, Ana Patricia Palacios y Carlos Uribe.



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