 |
|
|
 |
| INFORME
PARA EL SECTOR SALUD |
|
|
 |
Saliendo
de mi tradicional informe mensual, este mes tocaré brevemente
un tema que aunque no hace parte integral y técnica de
los asuntos de salud, tiene que ver con cómo se informa
y se tratan los debates en este sector tan sensible de la vida
nacional. Me referiré a lo que se conoce como Lógica
Informal, la cual se fundamenta en el arte de argumentar.
 |
Desde
tiempos de Aristóteles, con sus tratados acerca de la
Retórica, hasta hoy, se han desarrollado estudios y libros
de muy diferentes autores, con el fin de mostrarnos que mediante
la palabra puede mostrarse u ocultarse hasta el mismo sol, aún
esté enfrente de nuestros bien abiertos ojos.
Algún perspicaz lector estará intuyendo ya, que
en el sector salud desde hace mucho, el uso del lenguaje es
complejo, que se ofrecen estrambóticas exposiciones,
y que cada cuál defiende su propia verdad haciendo acopio
de cifras, gráficos, argumentos y teorías. En
temas de salud, curiosamente todos defienden (defendemos) la
verdad, y sin embargo es probable, que algunos estén
(estemos) más o menos lejos de ella. Y lo que es peor
en algunos casos, que lo sepan.
Tal vez en algún artículo pasado, conté
que luego de intentar explicar a un grupo de estudios económicos
que poco o nada conocían de salud, cómo funcionaba
el sistema de salud colombiano y cómo se obtenía
la información necesaria para la toma de decisiones,
lo primero que dijeron era que los impresionaba la poca transparencia
que proyectaba el Sistema, y lo fácil que era perderse
en un mar de datos confusos y ambigüedades. Afortunadamente,
no sabían que no tenemos un Sistema Integral de Información. |
|
En el sector salud desde
hace mucho, el uso del lenguaje es complejo. Se ofrecen estrambóticas
exposiciones, y cada cuál defiende su propia verdad
haciendo acopio de cifras, gráficos, argumentos y teorías.
|
Las
falacias, son errores, errores en los argumentos. Muchas de
ellas son tan tentadoras, y por lo tanto tan comunes, que incluso
tienen sus propios nombres (1). Parece que buena parte
de los debates que se surten en nuestro país, están
plagados de hábiles falacias, que no nos permiten vislumbrar
la verdad que detrás de ellas se esconde. Ellas se nutren
básicamente de la falta de información y de la
falta de método analítico de quien escucha a su
hábil interlocutor, que cual encantador de serpientes,
lo obnubila con sus disertaciones.
Falacias comunes en debates del sector
salud
No es mi interés señalar a personas o
a situaciones de la vida del sector salud que incurran en falacias,
pues creo que eso aporta poco. Más bien creo que es conveniente
que estemos de acuerdo en que este tema es importante y que
cada vez que nos encontremos frente a un debate de salud, es
bueno analizar el núcleo de los argumentos y preguntarnos
que tan ajustados a la verdad pudieran estar. Recordemos que
en la actualidad se desarrollan debates tan importantes como
el ajuste a la ley 100 de 1993, los debates sobre Propiedad
Intelectual y patentes en el marco del TLC, las discusiones
sobre un Manual de Tarifas Mínimas, el inicio de la discusión
sobre la Salud Pública y la ley novena, etc. Presentaré
cinco importantes formas de transfigurar un argumento, todas
ellas bien comunes:
- La primera gran falacia es la que se deriva de extraer conclusiones
de una muestra demasiado pequeña; es la falacia de la
generalización a partir de una información incompleta.
En esos casos, la conclusión podría ser sorpresiva.
Por ejemplo, suponer que cuando se pierde un barco en el Triángulo
de las Bermudas, entonces está embrujada esa zona del
mar. En este caso, se sabe hoy que emanaciones masivas de metano
del fondo del mar, comunes en el Triángulo de las Bermudas,
crean vacíos gigantes en sus aguas y en la atmósfera,
y son éstos los que succionan todo tipo de naves hacia
el fondo. Cuando no se considera la posibilidad de variables
que no nos son conocidas, el error en las conclusiones puede
ser fatal: sino que lo digan las miles de brujas quemadas en
la Edad Media, y los que han padecido por causa de prejuicios
raciales, de género, nacionalismos, etc. |
|
Parece que buena parte
de los debates que se surten en nuestro país, están
plagados de hábiles falacias, que no permiten vislumbrar
la verdad que detrás de ellas se esconde.
|
- Otra
gran falacia es el olvido deliberado de alternativas. En esos
casos, se proponen solo unas pocas posibilidades de análisis,
encasillando o limitando al interlocutor; algo así como,
era que no se podía hacer otra cosa que....
Se circunscribe así el análisis a unas pocas variables
que interesan a quien las propone.
- La falacia Ad hominen, es para mí una de las más
perversas, pues en ella se ataca a la persona y no a la idea
que ella expresa; creo que estamos todos de acuerdo en que además
es de las más comunes. Así que si usted se arriesga
a sostener una idea, cuente con que alguien lo atacará
por ser alto, bajo o inepto, rubio, desconocedor o feo, y encauzará
el debate hacia esa cualidad que le endilgan, lejos
del sitio más lejano de la idea en cuestión, y
que debiera ser el motivo de la discusión.
- Otra falacia bien corriente es la denominada Falso Dilema.
En estos casos se lleva la discusión a una oposición
de dos únicas posiciones. Por ejemplo: está conmigo
o contra mí. En estos días de enfrentamientos
entre tantos actores del sistema de salud, es una falacia muy
socorrida.
- Causa falsa, es aquella premisa que relaciona incorrectamente
una causa y un efecto; en nuestro argot popular, lo conocemos
como mezclar peras con manzanas. Por ejemplo: cuando se llevaba
a cabo el debate del referendo en nuestro país, algunos
plantearon que aprobarlo en parte o en su totalidad era atentar
contra el orden constitucional. Lo hicieron tan bien, que ningún
artículo se salvó y lograron echar por tierra
cosas tan lógicas como la muerte política a quien
se le demostrara legalmente su participación en hechos
de corrupción. En río revuelto, ganancia de pescadores.
Por ética y desarrollo del sector:
no más falacias
En fin, existen por lo menos veinte tipos más
de falacias, y por supuesto no me queda otra alternativa que
sugerirles el estudio y la investigación sobre el arte
de la argumentación, la disertación y la retórica,
recordando que en cada discusión o debate se presentan
infinidad de argucias, que sólo buscan distraer la atención.
No quiero decir con ello que nadie se esfuerce por dilucidar
cuestiones correctamente, no. Sólo planteo que es usual
que se utilicen consciente o inconscientemente este tipo de
herramientas argumentativas, que definitivamente van en contravía
de la ética. Sólo en la medida en que los debates
del sector se realicen cada vez más sobre medidas y datos
razonablemente ciertos, podremos participar de mejor manera
en la obtención de una mejor salud para los colombianos.
1.Las Claves de la Argumentación. Weston, Anthony. Editorial
Ariel. Barcelona, España. 2003. |

|
| |
|
|
|
|
|