MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 253 OCTUBRE DEL AÑO 2019 ISNN 0124-4388
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El doctor Mauricio Tamayo Palacio, Presidente de San Vicente Fundación desde el pasado mes de agosto, es abogado de la Universidad de Medellín y los giros curiosos de la vida lo han llevado a recorrer espacios que tal vez no tenía dentro de sus planes, pero que si le han dado dado la experiencia y el conocimiento suficiente para estar al frente de una de las instituciones de salud más importantes de Colombia. Pero esta descripción se queda muy corta.
Es fácil encontrarlo en la Fiesta del Libro de Medellín hojeando textos de teatro, o en alguna librería dejándose llevar por un poema o un relato sobre Julio Cesar debido a su acendrada pasión por la historia. Antioqueño, nacido en Medellín, se siente más colombiano que paisa y siempre ha valorado su amor por el país.
“Estudié en el Colegio Ferrini cuando era de los sacerdotes misioneros de Yarumal, y de ahí sale mi entusiasmo por hacer parte de los grupos juveniles con los sacerdotes de la parroquia del Verbo Divino, sin embargo nunca se me pasó por la mente ser cura”. Con esa claridad, desde la época de colegio pensaba estudiar ingeniería forestal, después ingeniería mercante en la marina, pero su poca afición por las matemáticas, lo hizo girar hacia el derecho, pero como el mismo lo dice: “quiero mucho mi carrera pero la vida me cambió esa aversión por las matemáticas y se convirtió en un amor total, y fui evolucionando”.
Su experiencia en el sector data desde el año 2006, cuando por invitación de un amigo comenzó a ser parte de la junta directiva de una institución de salud en proceso de reconfiguración, donde terminó siendo gerente por cuatro años; fue invitado entonces a ocupar la Dirección General de la Clínica Cardiovid, que hace parte de la Fundación Santa María, a la cual el doctor Tamayo, le tiene gran aprecio y admiración.
Después de siete años de estar en la cardio , asumió la Presidencia de San Vicente Fundación el pasado mes de agosto y de la que dice:
“Lo conozco de toda la vida y lo que más me impactaba era su arquitectura, ahora, estando acá uno se enamora; cuando me propusieron conversar con la junta directiva me pregunté mucho que conocía yo del San Vicente, y pensé en sus principios y valores, porque esta institución siempre los ha tenido desde su fundación absolutamente claros y transparentes y han sido los pilares de la institución”.
De servicio para las personas, sin distingos de ninguna clase, con un gran sentido humanista que se tiene que conservar; no concibo una persona manejando una institución hospitalaria que no tenga carácter humanista, y algunos pueden decir que el excesivo humanismo llevó al final de algunas instituciones, pero la verdadera razón fue un tema financiero, que se volvió el eje desde donde se mira la salud, pero creo que se tiene que trascender. Lo fundamental son los principios y valores y las personas a las que atendemos todos los días.
Lo financiero se volvió una obligación del día a día, entre otras razones porque el sistema de salud Colombiano todavía tiene muchos nubarrones, las dificultades persisten, se ha avanzado porque hasta la Ley 100 la población que tenía acceso a la salud era poca, hoy tenemos un sistema con dificultades pero que atiende a las personas y todos quieren más, faltan cosas por hacer. Las dificultades son inmensas, los temas complejos, hoy por ejemplo El Hospital está agradecido que los bancos lo hayan apoyado y dado la mano, pero nosotros no tendríamos que estar dependiendo de la banca; la cartera nos la deberían pagar para evitar que paguemos intereses muy significativos porque a nosotros no nos pagan. Sin embargo todo esto lo veo como un elemento más que hay que manejar en la parte gerencial.
Lo que se ha hecho en estos 106 años de existencia ha sido importante, cada una de las personas que han pasado por acá han aportado, la puesta en funcionamiento del hospital de Rionegro le dio dinamismo a la institución, creo que la ruta está definida, y no se pueden dar bandazos porque sería irresponsable, hoy tenemos que buscar la sostenibilidad, y para eso ya se dieron pasos importantes; también hay que trabajar con el talento humano, tenemos que tener personas comprometidas y con ganas, y eso es lo que he encontrado, valoro el esfuerzo de los sindicatos y directivos para llegar a convenciones que no se habían firmado durante mucho tiempo y eso muestra ganas de trabajar unidos.
Por otro lado no se puede olvidar que este es un Hospital donde el desarrollo científico ha sido muy importante y lo debe seguir siendo; la idea es trabajar en nuevos proyectos y seguir siendo referentes en el desarrollo científico. También debemos ser eficientes, ser responsables con el sistema, si no aportamos lo que nos toca para tener costos razonables, vamos a seguir hablando de cartera, de flujos de caja, pero hay que volver a hablar de medicina y pacientes.
El doctor Mauricio Tamayo, y así como antes de posesionarse se tomó 10 días en Paipa para leer En Busca del Tiempo Perdido, un compromiso que tenía consigo mismo, ahora está comprometido en trabajar con todos para continuar haciendo grande a una institución bajo un sentido humanista.
Tel: (4) 516 74 43
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