MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 253 OCTUBRE DEL AÑO 2019 ISNN 0124-4388
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Serían las 6:30 de la tarde. La ciudad se tornaba caótica y necesitaba con urgencia tomar un taxi. Al final, luego de intentarlo muchas veces paró el anhelado vehículo. Le dije al conductor que necesitaba ir con prontitud a cierto sitio, le pedí que tomara la ruta que estimara más conveniente y me respondió: ¿cuál es su GPS?
Me sorprendió su pregunta pues debido a los avances tecnológicos ya existen pocos dispositivos con esa función específica y la suplen diversas aplicaciones de nuestros teléfonos móviles. En efecto, abrí un programa en mi celular, señalé el lugar de mi destino y luego de indicar la ruta el enigmático taxista repitió su pregunta: ¿cuál es su GPS?
En medio de la agitación de la tarde y asociada a un profundo cansancio y desgano, le dije que no entendía la cuestión. Pocos minutos después el taxista me explicó que el GPS era la versión más reciente de la brújula existencial y que era aquello que le ayudaba a volver a casa cada día sin distraerse.
Empecé a comprender el sentido de su pregunta y llegué a la misma conclusión que aquel conductor – filósofo: aquello que me ayuda a volver sobre mis pasos, a no tomar rumbos equivocados, a no extraviarme en mis propósitos es mi GPS que representa el conjunto de referentes que tiene mi vida: Dios, mi familia, mis hijos y por supuesto, el género humano.
Cuántos momentos transitamos por esta vida con espejismos parecidos a GPS: el dinero, la fama, el afán de reconocimiento, el trabajo mismo. ¡Nos sumergimos de lleno en estas cosas y nos sentimos tan vacíos y perdidos! Pero al final volvemos, cuestionamos y en ocasiones por vías extrañas alguien nos hace la gran pregunta: ¿qué guía tu existencia? ¿Qué emociones jalonan el sentido de lo que haces todos los días?
La respuesta parece sencilla. Sin embargo, muchos seres humanos no encuentran su rumbo porque no tienen un marco de referencia. Quisiéramos pensar que son determinados autores, ciertas teorías, incluso algunos principios pero la realidad es que ese montón de ideas están presentes en los seres de carne y hueso que amamos. Todo lo bueno que tiene la vida reside debajo de la superficie del género humano.
Al finalizar mi recorrido en el taxi llegué a la conclusión que la ruta que había escogido para llegar a través de la aplicación era lo de menos. Lo importante era que sabía siempre volver a mi hogar porque su calor me llamaba y me siento un privilegiado por saber que el amor que allí experimento me trae de nuevo a casa.
¿Y cuál es tu GPS?
Tel: (4) 516 74 43
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