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Diez años salvando vidas

Unidad de Quemados Hospital San Vicente Fundación Medellín

Por: Diana Patricia Ortiz Flórez
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La piel, el órgano sensorial más grande y visible del cuerpo humano, es la primera línea defensiva del organismo. Además de servir como protector contra el calor, la luz, las lesiones y las infecciones, representa una gran parte de nuestra identidad. Sin embargo, esta puede verse afectada; el calor, la radiación, la electricidad, la fricción o el contacto con productos químicos pueden debilitarla y alterar su correcto funcionamiento.

Los elementos más comunes que pueden generar quemadura son los líquidos calientes, las llamas, la electricidad y la pólvora. Según la OMS, “junto con las mujeres adultas, los niños son especialmente vulnerables a las quemaduras, siendo está la quinta causa más común de lesiones no fatales durante la infancia”.

Según el libro “Cien años, una vida entera por la vida”, en 1985 el Hospital creó la Unidad de Quemados ante la necesidad de ofrecer un lugar especial para el tratamiento de pacientes que sufrían quemaduras, brindando servicios de atención a niños y adultos. Más de dos décadas después, en diciembre del 2012, a raíz de la gran demanda en atención especializada para el paciente quemado pediátrico, se abrió la Unidad de Quemados Infantil con 15 camas y personal sanitario con experiencia en la Unidad de Quemados general, convirtiéndose así, en el primer y único centro especializado para quemaduras severas en niños en el departamento de Antioquia.

Actualmente, el Hospital San Vicente Fundación Medellín cuenta con dos unidades dedicadas al manejo de pacientes quemados; una destinada a la población adulta con 17 camas y otra a la población infantil con 15 camas. La unidad de Quemados Infantil, que cumple 10 años desde su fundación está integrada por un equipo multidisciplinario de pediatría, cirugía plástica, enfermería, psicología, psiquiatría, nutrición, trabajo social, fisiatría, fisioterapia, oftalmología, ortopedia y otras especialidades, con una experiencia de más de 30 años en el manejo de quemaduras. Además, gracias al trabajo conjunto de la Unidad de Quemados Infantil con la Clínica de Heridas y el Banco de Tejidos, se ha logrado brindar una atención integral y especializada al paciente pediátrico.

En su portafolio de servicios, la Unidad brinda acompañamiento médico y fisioterapéutico que incluye hospitalización, curación, y las cirugías que se requieran como desbridamiento quirúrgico, cobertura con autoinjertos o aloinjertos y colgajos; rehabilitación y seguimiento constante de los pacientes menores de 15 años.

Las altas cifras de hospitalizados por quemaduras no son exclusivas de las épocas decembrinas, razón por la cual la tasa de ocupación de las unidades tanto de adultos como de infantil durante todo el año oscila entre 90 y 100 %; esta última cifra siempre impulsa a activar la expansión dinámica que se ha implementado dentro del Hospital y que permite aumentar la capacidad al doble de lo que ya establecido, con el fin de atender al 100 % de los pacientes con lesiones por quemaduras que lo requieran. Esta expansión se da gracias a que cuentan con salas dotadas con recurso humano entrenado para brindar esto cuidados especiales. “Nosotros podemos duplicar y a veces triplicar si es necesario la capacidad”, aseguró el doctor Meisser Alberto López Córdoba, Ortopedista y Cirujano de Mano y Miembro Superior, quien se desempeña como Director de la Unidad Funcional de Cirugía y Trauma del Hospital San Vicente Fundación Medellín.

De igual modo, el contar con una Unidad especial para la atención del paciente pediátrico quemado compone un alto nivel de calidad en el servicio. La piel es la principal barrera que tiene el organismo, cuando esta es violentada con una quemadura, ya sea por líquidos calientes, llama, electricidad u otros, el tejido que está debajo queda expuesto y se presenta un alto riesgo de infección, la cual es una de las mayores complicaciones en una quemadura. La Unidad de Quemados Infantil permite el aislamiento de pacientes minimizando los riesgos al evitar el contacto con personas que sufren otros tipos de padecimientos.

Datos y cifras

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, las quemaduras ocasionan aproximadamente 180.000 muertes al año, las cuales en su gran mayoría suceden en los países de medianos y bajos ingresos. En países como Colombia, Bangladesh, Egipto y Pakistán, el 17 % de los niños con quemaduras sufre una discapacidad temporal y el 18 %, una discapacidad permanente, según datos de 2018.

A pesar de las muchas campañas hechas por las autoridades sanitarias para prevenir el uso de la pólvora, según las cifras del Instituto Nacional de Salud, a corte del 10 de enero de 2022, Antioquia sumó 105 personas quemadas por pólvora, ocupando el segundo lugar entre los departamentos con más lesionados a nivel nacional, después de Nariño con 141 casos. Sin embargo, a pesar que la pólvora es una problemática que no se ha logrado erradicar, los datos indican que la mayoría de quemaduras en niños se dan por líquidos calientes.

Cuidado

Las cifras indican que los más afectados son los niños entre 0 y 5 años, según los datos del Hospital San Vicente Fundación Medellín. para el año 2021, del total de lesionados por líquidos calientes que fueron 320 entre los 0 y los 14 años, 142 casos fueron de niños entre 0 y 1 año y 102 casos de quemaduras se dieron en menores de 2 a 5 años.

La prevención es crucial para impactar las altas cifras de quemados en niños. Es por ello, que teniendo en cuenta que la mayoría de quemaduras se producen en el ámbito doméstico y laboral es importante saber que: los niños no deben calentar ni cocinar los alimentos; no deben jugar ni estar en la cocina y mucho menos estar solos en la casa; cuando se prepara el agua para bañarlos, se debe verter primero el agua fría y luego la caliente; no dejar a la vista fósforos ni encendedores; no dejar velas prendidas; evitar que los cables eléctricos estén cerca de los niños y asegurarse que estos estén en buen estado; tapar las tomas de corriente con protectores y así evitar que los menores puedan manipularlos; estas son algunas de las recomendaciones hechas por los doctores Meisser López y Marco Antonio Hoyos, cirujano plástico del Hospital San Vicente Fundación Medellín.

Servicio

“La Unidad de Quemados Infantil, aunque sea filosófica y romántica, salva vidas, acompaña a las familias y a los pacientes en una tragedia, porque un paciente quemado de cualquier edad es una tragedia”, afirmó el doctor López.

El Doctor Marco Hoyos, encargado del manejo de las Unidades de Quemados Infantil y Adultos junto al doctor Hidalgo Vélez Sierra, explicó que las quemaduras representan un alto impacto en las personas y en mayor medida en los niños. Una quemadura puede dejar secuelas cicatrizantes deformantes, alteraciones funcionales debido a amputaciones de segmentos corporales o quemaduras en manos o articulaciones como las muñecas, los codos o las axilas.

Entre tanto, las afectaciones no solo son físicas, “con mucha frecuencia queda una alteración psicológica y emocional importante que genera una huella muy severa del trauma” indicó Hoyos. El mayor aporte de la Unidad de Quemados Infantil es “lograr darles a esos niños la posibilidad de retomar sus vidas” al recibir una rehabilitación completa.


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