MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 285 JUNIO DEL AÑO 2022 ISNN 0124-4388 elpulso@sanvicentefundacion.com icono facebook icono twitter icono twitter

Claroscuro financiero del aseguramiento en salud en primer trimestre 2022

Por: Jaime Alberto Peláez Quintero, especialista en economía de la salud, UPB.
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Conforme a los resultados consolidados del aseguramiento en salud en Colombia, a partir de los estados financieros (de enero a marzo 2022) reportados por las 32 de EPS son variopintas las lecturas que ofrece el análisis financiero sectorial, en un año marcado por la alta volatilidad de las tasas, la inflación y por el mercado externo que presentó turbulencias a causa de la guerra entre Rusia y Ucrania.

De otro lado, los cálculos iniciales del incremento de la unidad de pago por capitación, no muestran la magnitud de la realidad que viven las naciones como consecuencia de la expansión por los desbordados precios y por los costos de las mercancías, además del incremento en actividades operativas en los prestadores de servicios de salud por el represamiento que viene desde 2020.

Es entonces que, pese al notorio incremento en la UPC en ambos regímenes,

18.15 % en contributivo (12.73 p.p. servicios de tecnologías que se derivan de presupuestos máximos en función de UPC de inclusión en financiamiento de UPC en 2022) y el 10.58 % en subsidiado (4.25 %

servicios y tecnologías presupuestos máximos), incluido allí la incorporación de prestaciones No PBS que actualizó de facto el plan básico en salud. Paradójicamente para las aseguradoras implicó un aumento real en los ingresos operacionales, que manteniendo el mismo costo médico, al igual que una leve disminución de los gastos administrativos en el primer trimestre de 2022, generó una pérdida operacional o del desarrollo misional del core del negocio de aseguramiento. Además, es preciso señalar que inexplicablemente se registró una utilidad neta, pero contrariamente se disminuyó en $1.4 billones el valor de las inversiones en reservas técnicas, lo que deja un sinsabor para el entendimiento de estos resultados financieros en salud.

Primer trimestre 2022

Para el primer trimestre 2022 se presentan entonces, los resultados brutos, con pérdidas operativas, Sin embargo, también se evidencian ganancias en el ejercicio neto o final del ejercicio en EPS: contribución por efecto neto positivo de otros ingresos y gastos no operacionales.

Con ingresos operacionales por $14.07 billones y costos médicos de $13.21 billones, se obtuvo al cierre del primer trimestre de 2022, un excedente o resultado positivo bruto de $766.843 millones, que ciertamente es una constante del sistema: los costos son cubiertos en su totalidad por la compensación y liquidación mensual de afiliados (contributivo y subsidiado). Frente a ello, podemos advertir una UPC ampliamente suficiente y contingente. En términos de suficiencia, podemos comparar que el margen del costo de 94.55 %, fue menor en comparación con diciembre 31 de 2021, el cual fue de 95.65 %, por lo tanto, la diferencia se da en 1.10 puntos porcentuales. Es decir que la siniestralidad en el primer trimestre de 2022 fue levemente menos costosa que en diciembre 31 de 2021.

No obstante en la práctica y dinámica del sistema de aseguramiento, los costos registran un crecimiento expansivo muy superior a lo que crecen los ingresos operacionales y ello pudiera ser atribuible a varias cuestiones: la presión tecnológica, transición demográfica, expectativas asignativas y técnicas, de corrupción, de transparencia, opacidad, inducción de la demanda, entre otras, que ponen en evidencia las debilidades de gobernabilidad del sistema, la inadecuada gestión de riesgos y la falta de mayores controles efectivos y regulaciones integrales.

Por otro lado, se puede observar que, con estos resultados brutos de $766.843 millones, (margen bruto 5.45 %), no lograron sufragar en este trimestre el valor de gastos administrativos de $982.931 millones, por lo que el resultado operativo fue negativo de -$216.088 millones, para un margen negativo operativo de -1.54 %, que resultó menor que en 2021 que fue de -2.86 %. Según esto, y como ya lo hemos logrado evidenciar en anteriores análisis, se cubre solo el 78 % del gasto, por lo que el descubierto resulta ser la expresión negativa de la ecuación que se espera siempre sea equilibrada y compensada.

El resultado operativo es el más importante para determinar la viabilidad financiera del sistema, por cuanto con los ingresos operacionales se espera que la UPC sea suficiente para cubrir los costos y gastos administrativos e inclusive generar un remanente técnico, a partir de la definición de UPC pura y de Loss Ratio, y con esto, determinar si el sistema es sostenible desde la perspectiva de las aseguradoras que son la fuente distribuidora de los recursos del sistema.

Un entendimiento particular se deriva del neto entre otros ingresos y otros gastos no operacionales que fue ampliamente positivo (mayores ingresos que gastos), habida cuenta que los primeros fueron de $258.355 millones y los otros ingresos operacionales de $14.725 millones, para un resultado neto de $27.542 millones y un margen neto de 0.20 %. O lo que es lo mismo, por cada $100 compensados al sistema, a las EPS en conjunto les quedó, 0.20 cvs, para distribuir excedentes, proyectos expansivos o reintegrarlos al flujo del capital de trabajo. A diciembre 31 de 2021 (todo el año) la pérdida fue de $510.529 millones y un margen neto de -0.76 %, es decir, contrario al resultado positivo de 2022, que puede ser un en primera instancia una muy buena noticia, toda vez que es el primer trimestre (en décadas) que presenta un valor comportamental positivo en el resultado neto.

En el agregado del análisis financiero sectorial de sus signos vitales, el comportamiento es de menor pronóstico, como quiera que la rentabilidad del activo (ROA tasa esperada por la empresa) y del patrimonio (ROE tasa esperada inversionista), son negativos, en -1.10 %

y -17.06 %, dado que el resultado operativo es negativo y en el caso del patrimonio, este es negativo. Igualmente, se observa que las empresas en el agregado general registran un comportamiento y desempeño altamente de endeudamiento en la capacidad de su gobierno, toma de decisiones y autonomía de los gastos, toda vez el alto compromiso con terceros presenta un indicador altamente perjudicial de 100.83 %,

es decir que ni realizando la totalidad de los activos alcanzaría para cubrir las deudas, obligaciones, acreencias y compromisos con terceros financiadores, por lo que su solvencia resulta ser -0-83 %.

El ingreso operacional promedio por afiliado en el primer trimestre fue de $288.170 y el costo promedio fue de $272.463, para un resultado positivo de $15.805, que de continuar con este comportamiento sería de $62.828 a diciembre 31, siendo $2.800 más que en 2021 que fue al final de $60.028 ($1.379.603 ingresos promedio - $1.319.575 costos promedio). Y es que, en 2022, por cada $100 compensados, la siniestralidad fue de $94.55, cuando dicha participación del costo en 2022 fue de $95.65.

La ecuación contable reporta un valor de activos de $19.6 billones y pasivos de $19.7 billones, para un patrimonio de -$161.426 millones, que aunque negativo y no es un buen indicador financiero de ninguna organización, si muestra una notoria mejoría, por cuanto ha mejorado desde 2020, una vez que la pandemia generó un exceso de ingresos y utilidades para las EPS.

Pese a estos buenos resultados en primer trimestre de 2022, cuando el debate político cuestiona seriamente el desempeño de muchas de las aseguradoras en salud por mal desempeño y poca contribución en la respuesta al derecho del goce efectivo de la salud, estos registros reconfortan en tiempos complejos. Surge la pregunta: ¿por qué si las EPS registraron utilidades reales certificados en su resultado neto, aun así el valor de las inversiones de reservas técnicas se han venido disminuyendo cuando el gobierno nacional proyecta decreto para posible desinversión y pago a red de prestadores?: Esto pone de manifiesto un cierto sinsabor claroscuro de las acciones y decisiones que paralelamente vienen registrando.

Debe ser de este nuevo acto administrativo el que fundamentalmente intente en principio de equidad redistribuir de mejor manera los recursos. Además, debe estar del lado de quien ya incurrió en los costos, esto para garantizar una atención. A su vez, se espera que sea reconocida y pagada dichos servicios, ya que es más una obligación, deber y aporte para la sostenibilidad sectorial.

Para concluir, esto debe ser una práctica transparente y no una posible movilidad artificiosa que desdice del sistema.


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