MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 297 JUNIO DEL AÑO 2023 ISNN 0124-4388
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Actualmente, es importante que el país conozca cómo está el sistema en términos de riesgo financiero, teniendo en cuenta la oferta representada en el componente público y de la demanda, representado en las aseguradoras como representantes directos de los demandantes primarios.
Los resultados en términos de riesgos fiscales y financieros implementados con los riesgos de la gestión en salud permiten advertir sobre la eficiencia en la implementación de los modelos de salud, atención, efectividad en la aplicación y gerencia de planes, programas y proyectos. Además, permite conocer la contribución real de los diferentes esquemas y modalidades de pago en contratación.
Lo anterior, se ve traducido en una gestión clínica y hospitalaria que asegura los niveles de satisfacción sobre los costos de producción, además de poder maximizar la función generadora de renta con unos gastos de operación, administración y logísticos acordes con las estructuras de tales ingresos y costos.
Esto, entonces, da a entender que tener claro las distintas rutas de atención y gestión clínica, no solo asegura la mejor satisfacción de un trato digno, justo y compasivo, sino que hace eficiente la prestación los sistemas de salud. Sin embargo, la realidad es que en muchas de las ocasiones se evidencia un progreso insuficiente en riesgo financiero y fiscal de las ESE, cuando se verifican todos los componentes, su condición de desventaja es relativa respeto a los aseguradores, los cuales se ven reflejados en sus estructuras económicas y financieras, entre otras.
Vale destacar que de un total de 924 ESE que registran información a través de la plataforma de sistema de Información Hospitalaria SIHO, a diciembre 31 de 2022, un total de 234 presentan alguna de las cuatro categorías de información en su clasificación metodológica, por lo que no se categorizan en este periodo de 2023, seis (3 %) de ellas es debido a la no presentación de información a dicha fecha de corte, por lo que su sanción inicial es de categorización en riesgo alto. Si se toma la totalidad entre las que presentaron o registraron categorización de riesgo bajo, medio o alto, y se le suma las que no fueron objeto de contabilización (234 en total), se tendría un total de 462 ESE a diciembre 31 de 2022 que reportan alguna condición de riesgo para el aseguramiento en su componente de oferta pública, o lo que es lo mismo, el 50 % o la mitad de las Empresas Sociales del Estado reportaron alguna condición riesgosa para su adecuado y eficiente funcionamiento y operación de gestión hospitalaria, lo cual es un dato bastante preocupante, tratándose de la puerta de ingreso al sistema de salud en su gran mayoría y a que muchas de ellas operan en condiciones de oferta que no son autocosteables.
Cuando se analiza la categorización según la clasificación individual se encuentra que un total de 462 ESE (67% respecto a las 690) no presentan ninguna condición que afecte sus riesgos de operación fiscal y financiera, lo que es muy positivo. Las que se insinúan como riesgo bajo fueron en total 123, que equivalen al 54%, respecto del total con algún riesgo. De la misma forma, 43 están en riesgo medio (19%) y el restante 27%, representadas en 62 ESE comportan un riesgo alto de operación lo cual le obliga igualmente a presentar el respectivo programa de ajuste o de saneamiento de sus finanzas y fiscalidad, esperar su conciliación, validación, reporte y luego aceptación de viabilidad, siendo un proceso bastante exigente de continuidad, toda vez que se deben ajustar sensiblemente las estructuras de costos y gastos, la recuperación de cartera y en revisión de producción de servicios, es decir un trabajo gerencial y corporativo bastante exigente, que debe contar con los apoyos de los distintos grupos o partes interesadas.
Capital mínimo: fuerte descenso en su composición y resultado, aunque positivo en su registro final. Aumento de valores negativos en EPS con capital mínimo negativo
Las EPS del régimen contributivo presentaron un capital mínimo aforado de $1.4 billones, cuando en diciembre de 2022 este valor había sido $2.0 billones, es decir, que, se presentó una descapitalización o disminución del capital de -$649 mil millones. Las EPS que registran saldos negativos en capital mínimo pasaron de -$1.3 billones en diciembre de 2022 a -$1.6 billones en marzo de 2023, es decir, de un aumento entre las EPS con saldos negativos de -$294 mil millones.
En el caso del régimen subsidiado, los valores son negativos en ambos reportes (diciembre 2022 – marzo 2023), siendo de -$513 mil millones, cuando en 2022 fue de -$528 mil millones, con una disminución de $16 mil millones. Las negativas fueron -$587 mil millones en diciembre de 2022, siendo también negativos los reportes de estas aseguradoras en -$614 mil millones.
Las EPS habilitadas en ambos regímenes contributivo y subsidiado por su lado enseñan mejores resultados en ambos reportes (diciembre y marzo), siendo en diciembre de $656 mil millones y en marzo de $573 millones, mejorándose 83 mil millones.
Para aquellas EPS que presentan o están en Planes de Reorganización Institucional y/o Planes de Ajuste, en marzo fue negativo de -$410 mil millones, mientras que en diciembre fue de $573 mil millones, equivalente a deterioro del indicador en -$983 mil millones.
Según estos datos, a marzo de 2023, las EPS en su conjunto que reportaron la información de manera adecuada en términos y oportunidad, el valor final consolidado fue de $1.1 billones, cuando en diciembre $2.6 billones. Según este reporte, las EPS en su agregado general presentaron un deterioro final en el trimestre de marras de -$1.5 billones, que es una cifra altamente sensible, máxime que las EPS a 31 de marzo acumulan un saldo negativo de -$3.7 billones, cuando 3 meses atrás este valor había sido de -$2.8 billones, es decir que la descapitalización fue de un aumento negativo de 856 millones.
Patrimonio adecuado: que denota una altísima descapitalización o de riesgo financiero sectorial que, en diciembre, estaba en -$5.4 billones y tres meses después, se ubica negativo en -$4.9 billones.
En el régimen contributivo, el patrimonio adecuado en marzo de 2023 fue de -$836 mil millones, cuando en diciembre de 2022 fue de -$0.5 billones. Es decir, que la descapitalización agregada se aumentó en -$836 mil millones.
En el régimen subsidiado, el patrimonio adecuado en marzo de 2023 fue de -$804 mil millones y en diciembre de 2022 el reporte fue de -$829 mil millones, para una leve mejoría de $25 mil millones. Las EPS con registro negativo en valores nominales fueron de -859 mil millones, no obstante en 2022 había sido de -$863 mil millones para una leve mejoría de $4 mil millones.
En EPS con ambos regímenes, en marzo el patrimonio adecuado se situó en $260 mil millones, cuando en diciembre el reporte había señalado $206 mil millones, para un aumento positivo de $55 mil millones. Esta modalidad de asegurador combinado no presenta EPS con reporte negativo.
Y en lo que respecta a EPS con Planes de Reorganización Institucional o de Ajuste Financiero, en marzo registró un resultado negativo -$1.5 billones, que es menos alto que en diciembre, que fue de -$2.2 billones, es decir un deterioro agregado de $641 mil millones. Con EPS negativas que suman en total en marzo, -$1.7 billones cuando en diciembre de 2022 habían sido de $2.7 billones, para una variación con mejora en 888 mil millones.
Al final, el balance es que el patrimonio adecuado en marzo pasó de -$2.9 billones cuando en diciembre había sido de -$2.8 billones, para una relativa disminución de $115 mil millones.Actualmente, es importante que el país conozca cómo está el sistema en términos de riesgo financiero, teniendo en cuenta la oferta representada en el componente público y de la demanda, representado en las aseguradoras como representantes directos de los demandantes primarios.
Los resultados en términos de riesgos fiscales y financieros implementados con los riesgos de la gestión en salud permiten advertir sobre la eficiencia en la implementación de los modelos de salud, atención, efectividad en la aplicación y gerencia de planes, programas y proyectos. Además, permite conocer la contribución real de los diferentes esquemas y modalidades de pago en contratación.
Lo anterior, se ve traducido en una gestión clínica y hospitalaria que asegura los niveles de satisfacción sobre los costos de producción, además de poder maximizar la función generadora de renta con unos gastos de operación, administración y logísticos acordes con las estructuras de tales ingresos y costos.
Esto, entonces, da a entender que tener claro las distintas rutas de atención y gestión clínica, no solo asegura la mejor satisfacción de un trato digno, justo y compasivo, sino que hace eficiente la prestación los sistemas de salud. Sin embargo, la realidad es que en muchas de las ocasiones se evidencia un progreso insuficiente en riesgo financiero y fiscal de las ESE, cuando se verifican todos los componentes, su condición de desventaja es relativa respeto a los aseguradores, los cuales se ven reflejados en sus estructuras económicas y financieras, entre otras.
Vale destacar que de un total de 924 ESE que registran información a través de la plataforma de sistema de Información Hospitalaria SIHO, a diciembre 31 de 2022, un total de 234 presentan alguna de las cuatro categorías de información en su clasificación metodológica, por lo que no se categorizan en este periodo de 2023, seis (3 %) de ellas es debido a la no presentación de información a dicha fecha de corte, por lo que su sanción inicial es de categorización en riesgo alto. Si se toma la totalidad entre las que presentaron o registraron categorización de riesgo bajo, medio o alto, y se le suma las que no fueron objeto de contabilización (234 en total), se tendría un total de 462 ESE a diciembre 31 de 2022 que reportan alguna condición de riesgo para el aseguramiento en su componente de oferta pública, o lo que es lo mismo, el 50 % o la mitad de las Empresas Sociales del Estado reportaron alguna condición riesgosa para su adecuado y eficiente funcionamiento y operación de gestión hospitalaria, lo cual es un dato bastante preocupante, tratándose de la puerta de ingreso al sistema de salud en su gran mayoría y a que muchas de ellas operan en condiciones de oferta que no son autocosteables.
Cuando se analiza la categorización según la clasificación individual se encuentra que un total de 462 ESE (67% respecto a las 690) no presentan ninguna condición que afecte sus riesgos de operación fiscal y financiera, lo que es muy positivo. Las que se insinúan como riesgo bajo fueron en total 123, que equivalen al 54%, respecto del total con algún riesgo. De la misma forma, 43 están en riesgo medio (19%) y el restante 27%, representadas en 62 ESE comportan un riesgo alto de operación lo cual le obliga igualmente a presentar el respectivo programa de ajuste o de saneamiento de sus finanzas y fiscalidad, esperar su conciliación, validación, reporte y luego aceptación de viabilidad, siendo un proceso bastante exigente de continuidad, toda vez que se deben ajustar sensiblemente las estructuras de costos y gastos, la recuperación de cartera y en revisión de producción de servicios, es decir un trabajo gerencial y corporativo bastante exigente, que debe contar con los apoyos de los distintos grupos o partes interesadas.
Las EPS del régimen contributivo presentaron un capital mínimo aforado de $1.4 billones, cuando en diciembre de 2022 este valor había sido $2.0 billones, es decir, que, se presentó una descapitalización o disminución del capital de -$649 mil millones. Las EPS que registran saldos negativos en capital mínimo pasaron de -$1.3 billones en diciembre de 2022 a -$1.6 billones en marzo de 2023, es decir, de un aumento entre las EPS con saldos negativos de -$294 mil millones.
En el caso del régimen subsidiado, los valores son negativos en ambos reportes (diciembre 2022 – marzo 2023), siendo de -$513 mil millones, cuando en 2022 fue de -$528 mil millones, con una disminución de $16 mil millones. Las negativas fueron -$587 mil millones en diciembre de 2022, siendo también negativos los reportes de estas aseguradoras en -$614 mil millones.
Las EPS habilitadas en ambos regímenes contributivo y subsidiado por su lado enseñan mejores resultados en ambos reportes (diciembre y marzo), siendo en diciembre de $656 mil millones y en marzo de $573 millones, mejorándose 83 mil millones.
Para aquellas EPS que presentan o están en Planes de Reorganización Institucional y/o Planes de Ajuste, en marzo fue negativo de -$410 mil millones, mientras que en diciembre fue de $573 mil millones, equivalente a deterioro del indicador en -$983 mil millones.
Según estos datos, a marzo de 2023, las EPS en su conjunto que reportaron la información de manera adecuada en términos y oportunidad, el valor final consolidado fue de $1.1 billones, cuando en diciembre $2.6 billones. Según este reporte, las EPS en su agregado general presentaron un deterioro final en el trimestre de marras de -$1.5 billones, que es una cifra altamente sensible, máxime que las EPS a 31 de marzo acumulan un saldo negativo de -$3.7 billones, cuando 3 meses atrás este valor había sido de -$2.8 billones, es decir que la descapitalización fue de un aumento negativo de 856 millones.
En el régimen contributivo, el patrimonio adecuado en marzo de 2023 fue de -$836 mil millones, cuando en diciembre de 2022 fue de -$0.5 billones. Es decir, que la descapitalización agregada se aumentó en -$836 mil millones.
En el régimen subsidiado, el patrimonio adecuado en marzo de 2023 fue de -$804 mil millones y en diciembre de 2022 el reporte fue de -$829 mil millones, para una leve mejoría de $25 mil millones. Las EPS con registro negativo en valores nominales fueron de -859 mil millones, no obstante en 2022 había sido de -$863 mil millones para una leve mejoría de $4 mil millones.
En EPS con ambos regímenes, en marzo el patrimonio adecuado se situó en $260 mil millones, cuando en diciembre el reporte había señalado $206 mil millones, para un aumento positivo de $55 mil millones. Esta modalidad de asegurador combinado no presenta EPS con reporte negativo.
Y en lo que respecta a EPS con Planes de Reorganización Institucional o de Ajuste Financiero, en marzo registró un resultado negativo -$1.5 billones, que es menos alto que en diciembre, que fue de -$2.2 billones, es decir un deterioro agregado de $641 mil millones. Con EPS negativas que suman en total en marzo, -$1.7 billones cuando en diciembre de 2022 habían sido de $2.7 billones, para una variación con mejora en 888 mil millones.
Al final, el balance es que el patrimonio adecuado en marzo pasó de -$2.9 billones cuando en diciembre había sido de -$2.8 billones, para una relativa disminución de $115 mil millones.
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