MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 304 ENERO DEL AÑO 2024 ISNN 0124-4388
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Al cierre de 2023, la eficiencia en la administración de recursos sigue siendo un desafío para todas las instituciones de salud del país. Las presiones financieras que enfrentan al cierre fiscal de 2023 se han caracterizado por la onerosa deuda a los hospitales y clínicas, la cual ascendió a $13.8 billones de pesos, con un 56 % en mora, según el último estudio de cartera hospitalaria de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC).
Los principales deudores de los hospitales y clínicas continúan siendo las EPS del contributivo, representando el 51,2 % de la deuda, seguidas por las EPS del régimen subsidiado con el 21,7 % y, en tercer lugar, el Estado, que incluye los entes territoriales, la ADRES y el extinto Fosyga, con el 9,5 %. El restante 17,6 % de la deuda corresponde a servicios prestados a entidades de medicina prepagada, planes complementarios, aseguradoras SOAT, Administradoras de Riesgos Profesionales o Laborales, IPS y particulares, entre otros.
Para el docente y especialista en economía de la salud de la Universidad del Rosario, Paul Rodríguez, el problema es que cuando el dinero no fluye desde arriba, de ahí hacia abajo la cadena se empieza a tensar. “Todos son eslabones de la cadena y si desde las EPS no están pagando, o lo hacen con una demora muy larga, alargando los tiempos a los prestadores, hay más demoras para autorizar los procedimientos y todo redunda en pacientes a los se les están negando los servicios.
Si los prestadores no facturan porque no les pagan, esto realmente genera una presión fiscal que tiene a todos contra la pared”.
La búsqueda de alternativas para lograr una administración más eficiente de los recursos durante el cierre fiscal es esencial. Aspectos como la mejora de procesos internos de facturación, gestión de inventario y contabilidad se presentan como posibles soluciones, aunque, según Rodríguez, estas mejoras solo tienen un impacto mínimo en la administración de recursos. Desde su perspectiva, el enfoque en la cadena fiscal no logra puntos reales de ganancia. “Como cualquier empresa, hay que buscar puntos de rentabilidad, que es la única forma de lograr eficiencia financiera. La magia es lograr precios más bajos y esto solo se logra con presión competitiva”, afirma Rodríguez.
Esta perspectiva explicaría por qué, a pesar de la presión fiscal que enfrentan las EPS, los hospitales muestran reticencia a ofrecer servicios que no puedan ser pagados directamente. Prefieren no ofrecer servicios no rentables financieramente, como obstetricia y pediatría, a pesar de tenerlos habilitados para lograr eficiencia y evitar problemas.
Esta situación tiene consecuencias negativas tanto en la calidad de los servicios de salud para los colombianos como en la estabilidad financiera del sistema de salud. Juan Carlos Giraldo Valencia, director general de la ACHC, señala que el incremento de las deudas a los hospitales y clínicas indica un retorno a los niveles de cartera previos a la pandemia por COVID-19.
Giraldo Valencia advierte sobre la urgencia de que el Gobierno ejerza un control más estricto sobre las entidades en operación que no pagan oportunamente. Además, destaca la necesidad de estructurar nuevos mecanismos que garanticen el pago de las deudas por servicios de salud ya prestados. Propone la creación de un fondo de garantías para respaldar las deudas con los prestadores de servicios de salud, que representan el 32 % de la deuda total.
La alerta de la ACHC no es la única. En un plantón convocado por la Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Públicos (ACESI), la organización señala que los hospitales públicos ven disminuidas sus posibilidades de sobrevivir debido al creciente aumento de las deudas por parte de las EPS y diversas aseguradoras, lo que impacta directamente en la atención ciudadana.
La capacitación del personal de salud para una toma de decisiones financiera más informada y efectiva emerge como una estrategia valiosa en la mejora de la administración de recursos en las instituciones de salud. Según el Dr. Paul Rodríguez, esta estrategia es particularmente efectiva en grandes ciudades, donde se gestionan considerables volúmenes de servicios. Sin embargo, se enfrenta a desafíos en municipios distantes o rurales, donde la falta de presiones competitivas dificulta su implementación. Rodríguez comenta: “En hospitales públicos pequeños, en lugares apartados, donde no hay presiones competitivas, esto no funciona muy bien”.
El Dr. Rodríguez destaca la importancia de superar el desafío de implementar estas capacitaciones en hospitales más pequeños, asegurándose de que los administradores comprendan los impactos positivos que pueden generar y se sientan motivados a invertir en este tipo de formación. Considera que este es un paso crucial para mejorar la toma de decisiones financieras y, por ende, la administración de recursos en entornos de atención médica menos competitivos.
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