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La
depresión, enfermedad del cerebro que puede llegar a
comprometer nuestro funcionamiento en la mayoría de las
actividades diarias, que actualmente es el trastorno mental
más frecuente y discapacitante según la Organización
Mundial de la Salud, se convertiría en el año
2020 en la primera causa de morbilidad en los seres humanos
en el mundo, constituyendo un grave problema de salud pública
que debe atenderse oportunamente con alternativas eficaces de
prevención y tratamiento, tanto en los niveles primarios
de atención como en los más complejos. |
El psiquiatra
y epidemiólogo, Carlos Alberto Palacio, decano de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, indica
que el trastorno depresivo es la segunda causa por la
cual nos enfermamos los seres humanos en el mundo; la prevalencia
de la enfermedad en cualquier región oscila del 6 al
10% de la población, lo que la convierte en la segunda
causa de enfermedad después de los problemas cardiovasculares,
pero en 2020 sería la primera causa de morbilidad en
el mundo. Las cifras desde el punto de vista epidemiológico
se vuelven más complejas, porque la prevalencia durante
la vida o posibilidad de que cualquiera desarrolle un trastorno
depresivo a lo largo de su vida, es cercana a 20% en población
general. Esto es causa de preocupación en el mundo.
La depresión es considerada una enfermedad común
y recurrente, se presenta en 15 de cada 100 personas, y sin
un tratamiento adecuado se puede volver a presentar varias veces
durante la vida; es más frecuente en mujeres que en hombres
(por cada 2 mujeres que la padecen, hay un hombre con depresión);
aparece generalmente entre los 20 y 30 años de edad,
pero cada vez es más común que se presente antes
de los 20 años. |
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Causada
por factores genéticos, ambientales y vivenciales que
desencadenan cambios en la bioquímica cerebral, se manifiesta
con tristeza profunda, llanto y ansiedad, pérdida de
energía, cansancio, desesperanza, auto-inculpación,
disminución de la vitalidad, alteración en el
sueño y el apetito, y pérdida de la confianza
y la auto-estima.
Médicos generales pueden atender
la depresión
Considerando que los pacientes e incluso muchos médicos
no identifican los síntomas de la depresión, el
psiquiatra y docente del departamento de Psiquiatría
de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, Antonio
Carlos Toro, hizo un llamado a los médicos generales
a considerar la depresión dentro de la atención
de sus pacientes: A los médicos generales les llegan
más pacientes con enfermedades mentales que a los psiquiatras,
principalmente con depresión y ansiedad. Ellos deben
ser conscientes de que los pacientes están ahí,
desmitificar la depresión y los trastornos mentales;
acordarnos que uno no es un hígado, no es un corazón,
sino un ser que puede estar angustiado, que puede estar deprimido,
que puede tener una conducta que ocasione problemas; no hay
que sub-estimar diciendo que como los pacientes tienen muchas
dificultades sociales u otras enfermedades por eso se deprimen,
y no se les trata adecuadamente.
Y reiteró: No todos los pacientes requieren atención
por psiquiatría, un médico general puede hacer
un adecuado manejo de pacientes con trastorno de depresión
o trastorno de ansiedad. Hay que volver a darle al médico
general ese empoderamiento que se perdió por culpa del
sistema de salud.
Agregó que los médicos generales deben enseñar
al paciente y su familia, qué es la depresión
y sus causas: Los familiares, muchas veces tratando de
ayudar pueden empeorar la situación, porque dicen al
paciente 'ponga de su parte, Usted no está agradecido
con la vida, Usted todo lo tiene y no agradece, levántese,
inscríbase al gimnasio'. Si uno se sienta y les explica
a los familiares y al paciente que la depresión es una
enfermedad y requiere un tratamiento, y le explica de forma
sencilla por qué puede pasar, eso ayuda mucho. También
desmitificar el uso de medicamentos: no todas las depresiones
requieren anti-depresivos, pero no los neguemos a alguien que
los requiera, porque muchas veces los médicos les quitamos
los medicamentos a los pacientes. Ayudar al paciente a manejarlos
adecuadamente, puede ser muy buena opción.
Indicó que el médico general puede determinar
si el paciente requiere alguna terapia: Hay que mirar
si la depresión tiene causas biológicas o psicológicas,
y establecer si el paciente requiere acompañamiento psicológico,
terapia de familia o de pareja. Los médicos generales
están en capacidad de atender un 80% de los pacientes
con depresión. Por ello hay que pensar en depresión:
si uno no piensa en depresión nunca la va a diagnosticar
y empieza a justificar los síntomas, diciendo por ejemplo
que está durmiendo mal y por eso tiene problemas de dolor
de cabeza. Pensar en depresión puede ayudar mucho al
médico general. Al psiquiatra llegan los casos graves
como depresión psicótica con intento de suicidio,
depresión en el embarazo o una depresión de difícil
manejo.
Universidades deben hacer más
énfasis en salud mental
El doctor Antonio Carlos Toro advirtió que si
en 2020 la primera causa de morbilidad será la depresión,
desde las universidades hay que hacer mucho más
énfasis en la salud mental. Hoy se les da a los futuros
médicos conocimientos de hipertensión, diabetes,
tiroides, cáncer, desde el primer día de clase,
y de trastornos mentales como la depresión solo en el
octavo semestre durante medio semestre. Hay que darle herramientas
suficientes al médico general, porque si tiene el conocimiento
podrá atender mucho mejor al paciente. Y el médico
general debe desmitificar la psiquiatría y la salud mental,
entender que si quiere ayudar a todos sus pacientes tiene que
saber mucho de salud mental, porque 30 o 40% de los pacientes
que atenderá en consulta en una semana, tiene algún
trastorno mental. Si no tiene un adecuado conocimiento y un
adecuado manejo, no podrá ayudarle a esos pacientes.
Pacientes no atendidos por depresión
le salen más caros al sistema
Finalmente, el doctor Toro hizo un llamado a las EPS:
Las aseguradoras deben entender que mientras no hagan
un adecuado tratamiento de su paciente con enfermedad depresiva
o enfermedad ansiosa, éste será un paciente poli-consultador
por un montón de síntomas diferentes a depresión,
será más demandante del servicio, tomará
más medicamentos, tendrá más incapacidades,
será un paciente que considerado en términos económicos,
a largo plazo será más costoso para el sistema
de salud. Lo otro es entender la depresión como una enfermedad
que requiere tratamiento, que si no se hace adecuadamente se
convierte en un problema costoso. Y por último, los médicos
tenemos que pensar en la salud mental, siempre que estamos frente
a un paciente hay que evaluar la esfera mental, porque esto
puede empeorar los síntomas6 |
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“Pacientes deprimidos en
urgencias lo que piden es ayuda”
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La
enfermera Alicia Monsalve del Hospital San Rafael de Girardota
(Antioquia), señala que cuando el personal de la salud
atiende en un servicio de urgencias a pacientes deprimidos o
de intento de suicidio, se encuentran con un enigma: Nosotros
somos muy clínicos, muy dados a ver fallas físicas
y no mentales. Buscamos cómo abordar el paciente, que
muchas veces es direccionado de manera inadecuada, son devueltos
de los servicios de urgencias, y son pacientes que necesitan
de una u otra manera un apoyo. Ellos te están diciendo
que necesitan que lo ayuden, que esa enfermedad para ellos es
muy grande, y muchas veces los profesionales hacemos caso omiso,
porque siempre somos dados a ver dónde está la
sangre, dónde está la falla, qué órgano
está afectado, cuando es la mente la que habla, casi
que el alma, todo un contexto que nos dice qué lo ayudemos
a sobrellevar esta situación. Por eso nos vemos abocados
a estudiar más, a investigar, a apoyarnos, a recibir
apoyo de especialistas en patologías mentales. |
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Un manual para comprender la depresión |
Por tratarse de una enfermedad silente, que
muchas veces pasa solapada para el paciente, sus allegados y
hasta para el médico que atiende sus síntomas
y manifestaciones, el Hospital Universitario de San Vicente
Fundación publicó el libro Depresión
y suicidio. Manual psico-educativo para pacientes, sus familias
y educadores, que suple el vacío de una publicación
de este tipo en español (existen publicaciones en ingles)
y es de fácil comprensión, con información
adecuada sobre la depresión.
Sus autores, los psiquiatras Carlos Alberto Palacio y Antonio
Carlos Toro, afirman que la psico-educación es muy importante
en el tratamiento y en la recuperación de los pacientes
con depresión. Nació la idea de tener un manual
para pacientes que incluyera las preguntas más frecuentes
en la consulta sobre causas, síntomas y tratamientos,
pertinencia de usar medicamentos, hábitos saludables.
Es un manual escrito en un lenguaje sencillo, no técnico,
con respuestas a las dudas de pacientes y familias. El comunicador
gráfico Ricardo Dávila hizo la ilustración
del libro. |
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