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Recursos para investigación
en salud, ¿una apuesta perdida?
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A la fuga del
dinero del Fondo de Investigaciones en Salud (FIS) para financiar
créditos y becas, se suma la propuesta de destinar recursos
de regalías para ciencia y tecnología en la construcción
de carreteras terciarias. La academia médica lanza la
alerta sobre la que sería una talanquera más para
el desarrollo de la investigación en áreas de
la salud. |
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Al 7% del dinero derivado
de los juegos de apuestas y azar que se destinaba para el Fondo
de Investigaciones en Salud (FIS) le sacaron una balota que
le resta unos 20 mil millones de pesos. En el presupuesto para
la vigencia 2017, el gobierno nacional, aprobó que de
esta bolsa se giraran los recursos para financiar las 'beca
crédito' de los residentes, es decir, de la especializaciones
del personal médico. |
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Aunque, según
la Ley 643 de 2001, los recursos del FIS estarían exclusivamente
destinados a financiar los proyectos de investigación
en salud de los departamentos y el Distrito Capital, el
artículo 1320 del decreto por medio del cual se liquida
el Presupuesto General de la Nación para 2017 se anuncia
que hasta un 40% de este dinero se podrá destinar
para financiar el programa de becas crédito del Icetex.
Con esa fórmula para la financiación de la formación
de médicos especialistas en áreas clínicas
y quirúrgicas, el gobierno nacional, quiere contribuir
a la generación de conocimiento científico y tecnológico
del país. |
Si bien es cierto
que se estima que hay un déficit de cerca de 2 mil médicos
especialistas en el país, los expertos consideran que
la salida no es tapar un hueco para abrir otro.
El decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia
y miembro del Consejo Nacional de Salud en Colciencias, Carlos
Palacio, contempla la situación como muy jodida
para la ciencia y la tecnología. De 60 mil millones
que había en el FIS, salieron 20 mil millones para las
becas de los residentes. Se llevaron como el 20% pese a las
protestas de nosotros desde el mismo Consejo Nacional de Salud,
asegura.
Algunos de los 44 grupos de investigación clasificados
en Colciencias de la Facultad de Medicina de a Universidad de
Antioquia, afirma su decano, están estancados por falta
de financiación de sus proyectos. De modo que gran
parte de ese presupuesto está comprometido para la formación
de doctores. No hay una mirada integral, esos doctorandos en
qué hacen su investigación si no hay proyectos
de investigación se pregunta Robledo.
Jaime Restrepo Cuartas, exdirector de Colciencias y actual rector
de la Universidad de Santander, cree que aunque los recursos
del FIS son cuantiosos han llegado a cuenta gotas. No
se han empleado más allá de 20 mil millones al
año. Pero los recursos dedicados al resto del conocimiento,
hoy en día, no llegan a 80 mil millones. Todo es insuficiente.
Dolly Montoya Castaño, vicerrectora de Investigación
de la Universidad Nacional de Colombia recordó en un
artículo de UNperiódico que de los 763.609
millones ejecutados desde su creación, el 38% ha sido
en Antioquia y el Eje Cafetero, el 14% en el Pacífico
y el 6% en el Caribe. Además de estos datos, ya dicientes,
cerca del 50% de los recursos son asignados a universidades
públicas.
Por ejemplo actualmente, Colciencias tiene abierta una convocatoria
por medio del Fondo de Investigación en Salud, con un
presupuesto de hasta 28 mil millones de pesos en lo que define
montos entre los 1.700 hasta 8 mil millones de pesos para investigaciones
relacionadas con temas como salud materna, mental o ambiental,
además de tratamientos para enfermedades transmisibles.
Es muy crítica la situación. Colciencias
dice tener 6 mil grupos de investigación, pero esos no
tienen cómo trabajar. No hay nada. Desmonte ese sistema
y los docentes vamos a dar clase, y los doctores que se devuelvan
a su profesión de base a intentar conseguir trabajo,
concluye la investigadora Sara Robledo.
Al caído, caerle
El dinero para la investigación se sigue recortando.
Además del desvío que se autorizó del FIS,
los recursos para Colciencias se redujeron sustancialmente.
Mientras en 2012 se ejecutaron unos 420 mil millones de pesos,
en 2017 serán unos 300 mil millones de pesos, de los
cuales hay gastos de funcionamiento por unos 22 mil millones.
En 2016, esa dependencia gubernamental ejecutó unos 306
mil millones de pesos, mientras en 2015 y 2014, 333 mil y 412
mil millones respectivamente.
De modo que, esa inversión en ciencia y tecnología,
cercana al 0,2% del PIB, deja de acuerdo a los expertos en lugares
tan rezagados en la región, casi al nivel de Haití.
La inversión en ciencia y tecnología en
Suecia es 5%, EEUU, Alemania e Inglaterra 3%, Brasil 1%, Chile
0,7%, México y Argentina 0,5%, señala Restrepo
Cuartas, quien coincide con los demás expertos en que
la oportunidad de obtener recursos para la ciencia por medio
del sistema general de regalías se ha desperdiciado.
En el 2012 se cambió la fórmula para la distribución
de los recursos en regalías y con el que la ciencia y
la tecnología podía recibir más recursos,
unos 900 mil millones de pesos anuales que corresponden al 10%
de los recursos de regalías producto de la explotación
minera y petrolera del país, Robledo sintió entonces
una alegría similar a la de un niño cuando le
dan un bombón. Ahora siente el dolor de cuándo
se lo arrebatan.
Aunque, paradójicamente, el dinero que impulsaba la investigación
en salud en el país derivaba de las apuestas y los juegos
de azar, los académicos en el área de la salud
del país, parecen cada vez más convencidos de
que la ciencia, la tecnología y la producción
de nuevo conocimiento para el desarrollo, no es la apuesta de
este gobierno que quiere médicos con títulos
que repliquen lo que aprendieron, concluyó Palacio.
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