Savia Salud necesita una oportunidad
Jairo Humberto Restrepo, Profesor Facultad de Ciencias Económicas
Universidad de Antioquia, Miembro de la Junta Directiva de Savia Salud EPS entre marzo de 2013 y septiembre de 2014. - elpulso@sanvicentefundacion.com
La EPS Savia Salud inició operaciones a comienzos de 2013 fruto de una alianza entre la Gobernación de Antioquia, la Alcaldía de Medellín y la Caja de Compensación Familiar Comfama, en un intento por superar las dificultades financieras del régimen subsidiado de salud en Antioquia, pero sobre todo en Medellín, habida cuenta del retiro de casi todas las EPS que administraron el régimen en el pasado y de las pérdidas acumuladas que entonces exhibía Comfama. Esta EPS era ya la única en Medellín y dominaba en el departamento.
Luego de cuatro años de operaciones, en medio de las expectativas nacionales por los resultados que pudiera mostrar esta experiencia, la EPS presenta varios síntomas que la pueden llevar a una muerte prematura. La reducción en el número de afiliados, que acumula un 8%, es un indicio de que al tener la libertad de elegir las personas prefieren estar en otra EPS, como sucede en la movilidad entre regímenes, así que mientras Savia tiene muy pocas personas del régimen contributivo, en EPS de ese régimen es importante la proporción de personas del régimen subsidiado.
El principal síntoma de la crísis de Savia Salud es la situación financiera. A julio de 2017, las pérdidas acumuladas se situaban en $175.000 millones y su patrimonio era negativo, lo que coloca a la EPS en causales de intervención o de liquidación. Más grave aún, con el paso del tiempo se pone de manifiesto que la alianza conformada para sacar adelante la empresa no necesariamente está alineada para construir o para generar valor, y acaso más bien es un escenario de disputas políticas y económicas. Así las cosas, la criatura puede estar condenada a desaparecer. Y esto es así por cuanto uno de los socios tiene demandados a los otros, un segundo es el gran deudor de la empresa, y el tercero aporta los mayores riesgos con su población pero no hace grandes esfuerzos por mejorar la efiencia en la prestación de servicios.
A pesar de la sombría situación, Antioquia debe darse una nueva oportunidad para sacar adelante a esta EPS que pudiera ser más adelante un símbolo de liderazgo, de eficiencia y de proyección social. La principal restricción parece estar en la voluntad política de los mandatarios de turno y en las capacidades de sus agentes encargados de la política de salud, así que corresponde al sector privado, a la academia y a las organizaciones sociales, hacer un llamado para tomar decisiones oportunas, encaminadas a despejar el panorama de cara al bien común, y no a buscar réditos particulares. A continuación, unas ideas para lograr este propósito:
- Capitalizar y recomponer la participación accionaria. Manteniendo la participación público privada, es inaplazable la inyección de recursos de capital para garantizar la sostenibilidad de la EPS y dar señales claras de responder por las obligaciones ante los proveedores. Basta con tener voluntad política para suscribir un capital que saque a flote la empresa, con un plan de pagos en un horizonte de tiempo amplio, y previendo el ingresos de nuevos socios y la redfinición de la tríada que ha existido.
- Liderar un debate nacional encaminado a esclarecer las condiciones de operación del régimen subsidiado, especialmente en cuanto a la suficiencia de la UPC, y a las restricciones que mantiene el régimen especialmente sobre contratación. Una proporción importante de la debacle del régimen subsidiado está condicionada por la regulación del mismo, así que se requiere capacidad técnica para argumentar y proponer soluciones de fondo.
- Consolidar un gobierno corporativo como base para la autonomía y el buen manejo de la empresa, así como para sus relaciones con proveedores y usuarios. A la par con la capitalización y las soluciones que deben venir de afuera, es necesario darle vida propia a la EPS y no dejarla al vaivén de las órdenes u omisiones de los mandatarios local y regional. Así que debe conformarse una Junta Directiva con personas de alto nivel, independientes y de reconocida trayectoria y reputación, y estructurar un plan estratégico.
- Fortalecer la modulación y la coordinación de los agentes rectores. En un horizonte en el que se vea una EPS solvente financiera e institucionalmente, es fundamental concederle la capacidad de modular especialmente la red pública de prestación de servicios, así como de mantener una buena coordinación con los entes territoriales en cuanto a salud pública. La Gobernación y las diferentes alcaldías de Antioquia están llamadas a fortalecer su rectoría y a facilitar una reorganización de la red para que se mejore la capacidad resolutiva y la eficiencia.
En conclusión, la problemática de Savia Salud va más allá del dinero, es un problema social y es clara la necesidad de tomar acciones para hacer sostenible el régimen subsidiado en Antioquia. Se trata además de un problema estructural con múltiples dimensiones desde su creación, pero además de buscar el salvamento de Savia, se debe liderar una discusión nacional de cara a la sostenibilidad del régimen subsidiado.
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